lunes, 12 de diciembre de 2011

UN GOBIERNO LEGÍTIMO

Y el principado sobre su hombro (Isaías 9:6)

Conversaba con una joven que quena estudiar periodismo. Le pregunté si estaba segura de que esa era su vocación o si simplemente se estaba dejando llevar por el grupo, ya que la mayoría optaba por esa carrera. «Bueno -me respondió ella-, en realidad, mis compañeras y yo creemos que con esa carrera siempre tendremos trabajo».
Aunque parezca irónico, la desgracia de muchos es el alimento de otros. Los desastres naturales, sociales, políticos y económicos parecen alimentar las páginas de los periódicos destinados a contar los males del mundo.
Por eso el texto de hoy me proporciona tanta paz. Un día no muy lejano, gracias a la misericordia divina, el Dios del ciclo implantará un gobierno libre de reporteros sedientos de sangre y destrucción. No tengo nada en contra de las personas que nos mantienen informados de los sucesos que aseguran la cercanía del Dios del cielo, sino de la falta de escrúpulos que requiere saciar el voraz apetito de la humanidad. Ese día, cuando la única noticia sea la paz del universo, cuando la alegría, el amor y la unidad se alcen cual bandera hondeada por la brisa divina, ese día en que el llanto quede atrás, la enfermedad desaparezca y la muerte sea vencida, podremos vivir seguros de que la justicia reina.
¡Qué maravilloso es saber que muy pronto esto será una realidad! ¿Cuán pronto? No lo sabemos, pero tampoco el tiempo es lo más importante; lo importante en realidad es el lugar en el que yo me encuentre.
Todos los cristianos nos sentimos felices de que exista esa promesa, pero, ¿estaríamos dispuestos a recibir a Jesús si viniera hoy? Parece una pregunta sencilla, pero no creo que sea tan fácil para muchos responderla, la Biblia dice que donde esté nuestro corazón, allí estará nuestro tesoro. En otras palabras: donde estén nuestra vida, nuestros pensamientos, nuestras acciones y nuestros planes, allí estará nuestra salvación. No se trata de que no hagamos planes para el presente ni para el futuro, pero debemos saber que no nos llevaremos nada a la eternidad. ¿Dónde está tu corazón? ¿Dónde están tus planes? ¿Dónde está tu vida?

Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera

¡EXCUSAS!

Y todos a una comenzaron a excusarse. Lucas 14:18.

Jesús contó una serie de parábolas que ilustran la vida humana y su respuesta ante la invitación a pertenecer al reino de los cielos. La que se encuentra en Lucas 14:15 al 24 muestra de una manera clara cómo puede un hijo de Dios perderse "la gran cena" que Jesús está preparando para sus hijos en el reino celestial.
Permíteme adaptarla a nuestros tiempos. Un hombre muy rico, después de haber hecho todos los preparativos para una gran cena, mandó a algunos de sus empleados a llamar a los invitados. Aparentemente, los invitados sabían que en algún momento se realizaría la cena, pero desconocían el día exacto, y por esta razón los empleados de aquel hombre tuvieron que salir a llamar a los convidados cuando todo estuvo preparado.
Uno de los empleados llegó al primero de los invitados y le dijo: "Ven, que ya todo está preparado" (vers. 17). Este le respondió: "He comprado doscientas cabezas de ganado, y todavía están sobre los camiones. Debo ir a verificar la salud de los animales y a pagar el viático a los camioneros que acaban de llegar. Te ruego que me excuses".
Al llegar al segundo invitado, este también se disculpó diciendo: "Compré cinco tractores agrícolas: dos sembradores, dos cosechadores y uno para la fumigación, y acaban de entregármelos. Espero que me excuses, pero debo ir a probarlos, estos tractores son el producto del esfuerzo de muchos años de sacrificio".
Luego, el empleado buscó al tercero, quien estaba saliendo de la iglesia porque acababa de casarse. Al recibir la invitación, el tercero respondió: "Acabo de casarme, tuve un noviazgo cristiano durante tres años, así que ahora me dispongo a salir de luna de miel, excúsame por favor".
¿Te diste cuenta que las excusas no son pecados en sí mismas? La Biblia no dice que comprar ganado, comprar tractores y casarse sean transgresiones de la ley. Entonces, ¿dónde estaba lo malo que hicieron estos invitados?
El gran problema fue que cada una de estas cosas: el ganado, los tractores y el casamiento, ocuparon el primer lugar antes que Dios. Ahora procura ver lo bueno que Dios te da: tu familia, el estudio, el trabajo, los deportes, tu novia/o, tus amigos, ¿Será que alguno de ellos está ocupando el lugar que solo Jesús merece? Quizás eso es lo que te está pasando, y sin darte cuenta le estás dando a Cristo una serie de excusas para no asistir a su gran cena. ¡No permitas que eso ocurra! Responde con un Sí a su invitación.

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuel

MEDITAD

Pues así ha dicho Jehová de los ejércitos: Meditad bien sobre vuestros caminos. Hageo 1:5.

Una mañana, ni bien su marido salió a caminar por el parque, Laucení encontró, en la mesa de trabajo de su esposo, una libreta de anotaciones abierta. Al acercarse, percibió que se trataba de un diario. La letra era indudablemente femenina, y la fecha de la página abierta databa de muchos años atrás.
Julieta no resistió la tentación de leerlo. Los primeros renglones le dieron escalofríos: "¡Ya no puedo más! [...]no tengo más fuerzas para continuar siendo la segunda mujer de tu vida. Pienso que sería mejor, para todos, que esta pesadilla terminara de una vez [...] ¡Tengo tanto miedo!"
Laucení se echó a llorar, desesperada. Sentía que el mundo caía encima de ella: ahora tenía la certidumbre de que su esposo la engañaba. Lo había sospechado desde el día en que se casaron, pero él siempre lo había negado. No obstante, ahora tenía la prueba y pediría el divorcio.
Al ser confrontado con la "verdad", el esposo calló. No respondió, ni argumentó, ni negó ni aceptó; simplemente se encerró en un mutismo absoluto. Ella gritó, lloró, lo agredió físicamente... Y pidió el divorcio.
Se separaron. Dos años después de la separación, fue publicado el Diario de la mujer de azul, y todo quedó aclarado: el esposo de Laucení era corrector, y estaba en posesión del diario como parte de su trabajo.
Laucení buscó a su esposo, pero ya era demasiado tarde: él no quería vivir más al lado de una mujer que durante quince años lo había asfixiado con sus celos.
El versículo de hoy es un llamado a la reflexión: ¿Qué estás haciendo con tu vida? ¿Qué camino sigues? ¿Hacia dónde te diriges?
Cuántos hogares son destruidos porque los esposos no toman tiempo para la meditación: meditar, primero, en la Palabra de Dios; después, en las actitudes, a la luz de las enseñanzas bíblicas. No es fácil. Porque la meditación demanda tiempo y, a veces, preferimos correr como enloquecidos, dejándonos llevar por la corriente de la vida, antes que detenernos y reflexionar en lo que estamos haciendo.
Antes de enfrentar los desafíos de este día, medita: ¿Qué cosa podría ser hecha de un modo diferente? ¿Por qué las cosas no salen como deseas, a pesar de que te esfuerzas porque todo salga bien? Presta atención al consejo divino: "Pues así ha dicho Jehová de los ejércitos: Meditad bien sobre vuestros caminos".

Tomado de meditaciones matinales para adultos
Plenitud en Cristo
Por Alejandro Bullón