miércoles, 22 de julio de 2009

NO TENGAS MIEDO

No tengas miedo, María; Dios te ha concedido su favor—le dijo el ángel (S. Lucas 1: 30).

Dios habló en el pasado de muchas maneras a su pueblo: mediante profetas, sueños, visiones nocturnas y también por medio de ángeles, a quienes se define como «espíritus dedicados al servicio divino, enviados para ayudar a los que han de heredar la salvación» (Heb. 1: 14). La palabra ángel significa mensajero, y en el caso particular del ángel Gabriel es hermosa la forma en que da o entrega sus mensajes a los seres humanos. Desde el profeta Daniel hasta Zacarías, María y los pastores de Belén, este ángel siempre se ha esmerado por ser un canal a través del cual fluya el amor de Dios hacia los hombres. Y eso se confirma en las tiernas palabras dirigidas al profeta Daniel: «He venido a decírtelo [el significado de la visión] porque tú eres muy apreciado» (Dan. 9: 23). Por otro lado, cuando se le encomienda la misión de anunciar el nacimiento de Jesús y todo lo relacionado con este maravilloso evento, sabe que los seres humanos, al verlo, se turbarán o sentirán temor. Por eso, sus salutaciones incluyen la frase: «No tengas miedo». Según la Biblia, lo único que puede eliminar el temor, el miedo, es el perfecto amor, el cual viene de Dios (1 Juan 4: 18). El temor no podía estropear el gozo que debían experimentar los receptores del mensaje del primer advenimiento del Mesías, sin embargo, Zacarías «se asustó, y el temor se apoderó de él» (Lúe. 1: 12); y los pastores de Belén «se llenaron de temor» (Lúe. 2:9). María también «se perturbó, y se preguntaba qué podría significar este saludo» (Lúe. 1: 29). Después de que el ángel le insistiera que no había nada que temer a cada uno de sus oyentes, los confirmó en el amor que Dios sentía por ellos al haberlos elegido como sus portavoces en la tierra, y también quiere que tú estés segura del amor divino hacia ti. El día de hoy medita en las palabras de Gabriel a estos personajes y pon tu nombre en cada caso. A Zacarías le dijo: «No tengas miedo, tu oración ha sido oída». A María le dijo: «No tengas miedo, María; Dios te ha concedido su favor». Y a los pastores de Belén les dijo: «No tengan miedo. Miren que les traigo buenas noticias que serán motivo de mucha alegría para todo el pueblo» (Lúe. 2: 10).

Claudia Gabriela Hernández Solazar
Tomado de la Matutina Manifestaciones de su amor

UN HONOR EXTRAORDINARIO

Porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad. fuipebses 2: 13, RV95

Hace ya muchos años que no soy miembro del Club de Conquistadores, pero todavía recuerdo lo mucho que me divertía. Cada domingo nuestro club se reunía en la escuela de iglesia para pasar inspección, practicar la marca y trabajar para obtener honores. Todos queríamos ganar tantos honores como pudiésemos. Algunos de nosotros, durante la semana, se esforzaban en casa por obtener honores extra. Todo cuanto había que- hacer era cumplir los requisitos y pasar un examen. Al final del curso escolar, el hermano Fleming, el director de Conquistadores de nuestra Asociación, nos entregaba los. honores que habíamos ganado a lo largo del curso. Cuando crecí, sucedió que veía la salvación como un honor más que podía ganarse. Sí cumplía todos los requisitos y pasaba el examen, algún día Dios volvería y me haría entrega de la vida eterna. Pero no podía imaginar qué esperaba Dios de mí. Una mañana, mientras oraba, le pedí a Dios qué debía hacer para tener la vida eterna Su respuesta fue muy clara: «La salvación no es algo que se gane. Es un don que doy a todos los que confían plenamente en mí. Todo cuanto tienes que hacer es creer que te amo y sé qué es lo mejor para ti.. Cuando lo hagas, podré despojarte de tu yo pecador y hacer de ti una nueva persona». No tenemos que trabajar duro para obedecer una lista de normas; sino que tenemos que escuchar al Espíritu Santo cuando nos hable a través de la Biblia y los pensamientos. Él nos mostrará qué hay que hacer y nos ayudará a hacerlo.

Tomado de la Matutina El vieja increíble.

DEMUESTRAS QUE LO ADORAS

Y le dijo: «Todo esto te daré, si postrado me adorares». mateo 4: 9

La campaña evangelizadora estaba por finalizar. Una dama que había asistido cada noche me dio la feliz noticia de que había decidido bautizarse. Lamentablemente, me pidió algo que no pude aceptar. Me dijo: «Pastor, siendo que el viernes por la noche no hay reunión, deseo que me bautice a puerta cerrada, para que nadie se entere de que me he bautizado. Solamente mi hija, quien me acompañará, verá la ceremonia». Una de las características de la verdadera adoración es el testimonio. La adoración a Dios no solamente se queda en el corazón, no solo es interior; también es visible. Se demuestra. Por eso nos bautizamos públicamente, para que todos sepan que hemos decidido ser adoradores del Dios del cielo. Por eso llevamos una Biblia bajo el brazo cuando acudimos al templo. Por eso abrimos nuestros himnarios y cantamos en nuestros cultos. Por eso el sábado vamos a la iglesia. Deseamos que todos sepan lo que hay en nuestro corazón. No existe la religión secreta, solo de dentro. La religión es interna y externa. La pureza del corazón debe verse en nuestras relaciones, en nuestro vestuario y en nuestras palabras. Escuché a un grupo de jóvenes hablar sobre la "oración de restaurante". Me interese en conocer un poco más sobre esa clase de oración, y les pedí que me dieran más explicaciones al respecto. Me dijeron que la oración de restaurante consiste en que, cuando hay muchas personas y llega el momento de orar, únicamente cierran los ojos y se frotan los párpados, para que nadie se dé cuenta de que están orando. El verdadero .adorador, no tiene "oraciones de restaurante". Se goza de que todos se enteren de que sirve a Dios. Satanás procuraba con la tercera tentación que Jesús hiciera lo contrario de lo que decía tener en el corazón. Le pidió que no dijera nada, que únicamente se arrodillara. Si no quería doblar las dos rodillas, con una bastaba. Y si no quería doblar sus rodillas, entonces podía inclinar su cuerpo únicamente. Lo que el diablo quería era que Jesús realizase un gesto que estuviese en contradicción con sus convicciones íntimas. El mundo debe conocer lo que hay en tu corazón. Demuéstralo con tus actos, tus palabras, con tu manera de relacionarte o de vestirte. Lo que dices debe ser comprobado por lo que vives.

Tomado de la Matutina Siempre Gozosos.