sábado, 27 de abril de 2013

SUBASTA DE FLORES

Lugar: Holanda 
Palabra de Dios: Salmo 103:15-17

Hace unos 10 años, visité Bloemenveiling Aalsmeer, el lugar de la mayor subasta de flores en todo el mundo. La subasta de flores se lleva a cabo de la siguiente manera. Luego de que alguien trae algunas flores a la sala, un aparato parecido a un reloj comienza a marcar desde 100 y va bajando a 99, 98, 97, y así sucesivamente. El comprador detiene el reloj cuando marca lo que está dispuesto a pagar. La subasta se realiza cinco veces por semana, desde las 6:30 de la mañana hasta que se acaban todas las flores.
Aunque las estadísticas pueden haber cambiado, en ese entonces esta subasta vendía casi 14 millones de flores por día. Eso sumaba 3,5 mil millones de flores por año. Las flores más caras eran las rosas, que venían en 200 variedades, y los compradores compraban más de mil millones de ellas cada año. En segundo lugar, venían los tulipanes, con 385 millones; y les seguían los claveles, con 285 millones.
Esas son muchas flores. No puedo imaginarme de dónde venían todas ellas, y cómo parecía que nunca se terminaban. Y, por supuesto, las flores no duran para siempre. Una vez que se las corta, mueren en una semana, aproximadamente.
La Biblia nos compara con una flor. "El hombre es como la hierba, sus días florecen como la flor del campo: sacudida por el viento, desaparece sin dejar rastro alguno". ¡Qué triste! Pero, Dios continúa diciendo: "Pero el amor del Señor es eterno y siempre está con los que le temen" En otras palabras, aunque parezca que no somos muy importantes, al igual que una flor en un ramo, que vive y se muere, Dios nos ama a todos eternamente.

Tomado de Devocionales para menores
En algún lugar del mundo
Por Helen Lee Robinson

ÉL ES QUIEN TE DA BIENES EN ABUNDANCIA

«Hombre —replicó Jesús—, ¿quién me nombró a mí juez o arbitro entre ustedes? ¡Tengan cuidado! —advirtió a la gente—. Absténganse de toda avaricia; la vida de una persona no depende de la abundancia de los bienes que posee». Lucas 12:14-15.

«Tener». Palabra que se gesta en el centro mismo del egoísmo humano. Todos andamos en busca de bienes, especialmente de los materiales. Algunos trabajamos para obtenerlos, otros, sin embargo, lo logran a base de fraudes.
¿Es malo acaso desear tener bienes materiales? Por supuesto que no. Lo que no está bien es que hagamos de eso nuestra prioridad y estemos dispuestos a pagar el precio que sea, aun pasando por encima de nuestros valores y principios.
El Señor ha prometido colmarnos de bienes y también están incluidos aquí los bienes materiales. Él no desea que sus hijos vivan miserablemente, deseando tener muchas cosas y guardando resentimiento hacia aquellos que las poseen o hacia el propio Dios por no concedérselas. Cuando somos presa de la miseria, sentimos que escaseamos de todo y ponemos la justicia de Dios en tela de juicio.
En los graneros del cielo hay muchos bienes para los hijos de Dios; a veces no los recibimos porque las prioridades no están correctamente puestas en nuestra vida; el Señor nos dice: «Busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y estas cosas les serán añadidas» (Luc. 12:3). En la expresión «estas cosas» están incluidos el alimento, la vivienda, el calzado, la ropa, etcétera.
Poner el reino de Dios en primer lugar significa ser fieles en la devolución de nuestros diezmos y dadivosas al dar nuestras ofrendas. Cuando no cumplimos con estos requisitos divinos, ponemos freno a la generosidad de Dios y dejamos de recibir lo que esperamos. Esto no es una venganza de parte del Señor, por el contrario, es un acto de misericordia. Dios no se beneficia de nuestro dinero, los únicos beneficiados somos nosotros.
Amiga, seguramente hoy buscarás en tu cartera los recursos para el sustento diario; al hacerlo recuerda que debes emplearlos con responsabilidad. Pero sobre todas las cosas procura los bienes que no perecen, aquellos que harán de ti una mejor persona y una buena cristiana. La promesa del Señor para ti en este día es: «Honra al Señor con todas tus riquezas [... ] así tus graneros se llenarán a reventar y tus bodegas rebosarán de vino nuevo» (Prov. 3:10).

Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
Aliento para cada día
Por Erna Alvarado

TODOS PREGUNTAN LO MISMO

Más tarde estaba Jesús sentado en el monte de los olivos frente al templo.  Y Pedro, Jacobo, Juan y Andrés le preguntaron en privado: «Dinos, ¿cuándo sucederá eso? ¿Y cuál será la señal de que todo está a punto de cumplirse?» (Marcos 13: 3,4).

El predicador radiofónico Harold Camping predijo temerariamente que el juicio final sería el sábado 21 de mayo de 2011, exactamente a las 6:00 p.m. Y no creas que esa fue una opinión expresada entre amigos, o un lapsus linguae. Lo anunció durante meses en su red de emisoras, vallas publicitarias e Internet. La noticia produjo un frenesí mediático que sacudió muchas conciencias.
Por todo el país centenares de familias comenzaron a abandonar sus empleos y a vender sus posesiones. Pero no todos se alarmaron. El pastor Doug Batchelor, orador del programa de televisión adventista Amazing Facts, desafió a Camping, ofreciéndole cien mil dólares al contado por la propiedad de toda su empresa Family Radio Network a la puesta del sol del sábado 21 de mayo.
Luego explicó sus razones: «La Biblia enseña claramente, en Mateo 24:36,37 que el día y la hora de la venida de Cristo solo la sabe Dios el Padre. Jesús también advirtió que en los últimos días vendrían muchos falsos maestros. ¿Se ajusta la predicción de Camping a lo que la Biblia dice acerca de la segunda venida de Jesús? Yo creo que no. Pero si Camping está en lo correcto, merece recuperar el dinero que ha gastado para anunciar su mensaje. Si está equivocado, no debe tener una cadena de radio».
Luego el pastor Batchelor advirtió: «Las predicciones sensacionalistas sobre la venida de Cristo crean una excitación artificial entre los creyentes, seguido por la correspondiente depresión. Además, fortalece a los escépticos y les proporciona nuevos argumentos para burlarse cínicamente de la fe». El pastor Batchelor espera ahorrarles a millones de creyentes la vergüenza resultante de poner su fe en las opiniones de los hombres y la posibilidad de perder todo lo que tienen. Luego concluyó: «Si nos basamos en la profecía bíblica, todavía estaremos aquí el 22 de mayo».
Cuídate de los falsos maestros. Vivimos una época de disparates y fantasías espirituales que fascinan a mucha gente. No basta que alguien asegure que Dios le ha revelado un mensaje y que ha recibido una «nueva luz». Es necesario probarlo todo con las Escrituras. Lo importante es que te prepares cada día como si Jesús no fuera a tardar en regresar.

Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
¿Sabías que..? Relatos y anécdotas para jóvenes
Por Félix H. Cortez

EL BUEN SAMARITANO - 1

Y he aquí un intérprete de la ley se levantó y dijo, para probarle: Maestro, ¿haciendo qué cosa heredaré la vida eterna? Lucas 10:25 (lea Lucas 10:30-37).

Atentos y casi sin respirar, la gran congregación esperaba la respuesta de Jesús... Pero Cristo, el verdadero conocedor del corazón, entendía las intenciones y propósitos de sus enemigos. Redirigió el tema al abogado que había hecho la pregunta y le dijo: "¿Qué está escrito en la ley? ¿Cómo lees?" Y el abogado dijo: "Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo" (vers. 26, 27).
Para responder la pregunta "¿quién es mi prójimo?", Jesús presentó la parábola del buen samaritano. Él sabía que los judíos solo incluían a los de su propia nación bajo el título de prójimos, y miraban a los gentiles con desprecio, llamándolos perros, incircuncisos, inmundos y contaminados. Pero despreciaban a los samaritanos sobre todos los demás... Aun así Jesús dijo: "Un hombre descendía de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de ladrones, los cuales le despojaron; e hiriéndole, se fueron, dejándole medio muerto" (vers. 30)...
Con el sufriente en tal condición, pasa un sacerdote, pero apenas da un vistazo al hombre herido; y al no querer incurrir en el esfuerzo y los gastos de ayudarlo, pasa de largo. Luego pasa un levita. Curioso por saber qué había ocurrido, se detiene y mira al sufriente, pero no siente compasión que lo lleve a ayudar al moribundo. No le agrada el trabajo, y al pensar que no era asunto suyo, él también sigue su camino. Ambos hombres tenían oficios sagrados, y decían conocer y explicar las Escrituras. Habían sido entrenados en la escuela del prejuicio nacional, y se habían tornado egoístas, estrechos y excluyentes, y no sentían simpatía por alguien que no fuese judío. Miran al hombre herido, pero no pueden determinar si es de su país o no. Quizá sea samaritano [se dicen], y se dan vuelta— Signs of the Times, 16 de julio de 1894.

Tomado de Meditaciones Matutinas para adultos
Desde el Corazón
Por Elena G. de White