domingo, 23 de junio de 2013

EL MUNDO DE LAS COMPUTADORA

Lugar: EE UU
Palabra de Dios: 1 Corintios 2:9

Las computadoras son tan comunes en la actualidad que, probablemente, las des por sentado. Pero, no siempre fue así. De hecho, nace solo unas pocas décadas, en 1943, se dice que el presidente de IBM, Thomas Watson, dijo: “Creo que hay un mercado mundial, quizá, para cinco computadoras”.
Él no fue el único que tuvo ideas equivocadas acerca del futuro de las computadoras. En 1949, el editorial de una revista afirmaba: “En el futuro, las computadoras quizá no pesen más de 1,5 toneladas”. ¡Y ahora tenemos computadoras que no pesan casi nada!
En 1977, el fundador y p residente de Digital Equipment, Ken Olson dijo: “No hay razones para que alguien quiera tener una computadora en su casa”. Hasta Bill Gates, fundador de Microsoft, estaba equivocado cuando dijo, en 1981: “640 K [de memoria RAM] debiera ser suficiente para cualquiera”. Hoy, las computadoras tienen más de 100 veces más memoria que lo que predijo Gates.
Nadie puede culpar a esas personas por haberse equivocado.
Ellos, simplemente, no podían imaginarse el futuro de la computación.
Después de todo, aunque estamos rodeados por la última tecnología, tú y yo probablemente ni siquiera podemos imaginamos las cosas nuevas que alguien desarrollará durante los próximos 10 años.
Eso me recuerda un texto de 1 Corintios. No habla de computadoras, sino de lo que Dios tiene reservado para nosotros. “Ningún ojo ha visto, ningún oído ha escuchado, ninguna mente humana ha concebido lo que Dios ha preparado para quienes lo aman”.
Dios debe tener algunas cosas maravillosas planificadas para nosotros.
Podemos esforzamos por imaginarlas, pero nuestras mentes no pueden ni siquiera captar las posibilidades. Son demasiado maravillosas, demasiado espléndidas, demasiado fuera de este mundo. ¡Y pensar que Dios las está preparando para ti y para mí!.

Tomado de Devocionales para menores
En algún lugar del mundo
Por Helen Lee Robinson

EL SEÑOR ES MI PASTOR, UNGE MI CABEZA CON PERFUME

¡Tu Dios te ungió con perfume de alegría! Aroma de mirra, áloe y canela exhalan todas tus vestiduras; desde los palacios adornados con marfil te alegra la música de cuerdas. Salmo 45:7-8

Cuando están en sus lugares de pastoreo, las ovejas pueden ser incluso atacadas por insectos y lastimadas por espinas, sobre todo en sitios en donde el pasto es alto y tupido. Para prevenir esto, el pastor a veces unta con repelente a sus ovejas, usa un aceite preparado con hierbas aromáticas y medicinales, virtualmente un perfume, que ahuyentará a los insectos y suavizará las heridas que las ovejas pudieran hacerse en el camino. ¡Qué cuidado tan especial!
Al transitar por la senda de la vida, nosotras también podemos salir heridas.
Sin embargo, nuestro amoroso Pastor ha hecho provisión para esta contingencia.
La unción con el perfume celestial pone nuestra vida a salvo y nos llena de una alegría especial. Es la unción que nos hace resistentes a las asechanzas de Satanás y nos provee un bálsamo sanador cuando nos lastimamos. Además, nos prepara para prestar un servicio abnegado en favor de otros, algo que concederá significado a la vida. “Has amado la justicia y odiado la maldad; por eso Dios, tu Dios, te ha ungido con aceite de alegría, exaltándote por encima de tus compañeros” (Heb. 1:9).
El Espíritu Santo es el perfume que nuestro Padre Celestial desea derramar sobre cada una de nosotras, y esto es posible en la mujer que voluntariamente busca ser parte del rebaño y se somete a la dirección del Buen Pastor. La invitación que nos hace al respecto el apóstol Pablo es: “Así que les digo: Vivan por el Espíritu, y no seguirán los deseos de la naturaleza pecaminosa. Porque esta desea lo que es contrario al Espíritu, y el Espíritu desea lo que es contrario a ella. Los dos se oponen entre sí, de modo que ustedes no pueden hacer lo que quieren. […] Si el Espíritu nos da vida, andemos guiados por el Espíritu” (Gál. 5:16, 17, 25).
Hoy, cuando inicies tu quehacer cotidiano, escucha la voz del Pastor, reconoce su rostro y responde a su llamado. En el silencio de la mañana, pídele que derrame sobre ti el perfume de la alegría y recibirás las mejores y más grandes bendiciones.
Realiza tus deberes consciente de que la vara del Pastor te llevará por una senda de rectitud y por el camino de la perfección.

Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
Aliento para cada día
Por Erna Alvarado

SIN CRUZ NO HAY CORONA

Jesús dijo: “El que no toma su cruz y me sigue no es digno de mí” (Mat. 10:38).

La razón principal por la cual muchos vacilan y deciden no seguir a Jesús, es porque tienen miedo de llevar la cruz. Sin embargo, Jesús no nos quita nada que sea para nuestro bien. Cuando realmente amamos a Jesús, la cruz no es demasiado pesada; en realidad, ni la notamos. Hay quienes dicen: “Yo quiero ser cristiano, pero parece muy difícil. Hay tantas cosas que no debemos hacer… ¡Hacer lo correcto es tan difícil!”
Concretamente, ¿qué es la cruz que Jesús nos pide que llevemos? Es la cruz de la abnegación, la necesidad de abandonar cualquier cosa que se interponga entre nosotros y Dios.
Cada uno tiene la suya. Ninguna es igual a las demás. Lo más probable es que sea un hábito, un rasgo que sabemos que no es bueno, pero que lo hemos tolerado por tanto tiempo que nos parece que no podemos abandonarlo sin perder algo precioso. Puede ser el odio, creer que algunas personas nos han perjudicado injustamente y merecen un acto de venganza.
Pero sea lo que sea, tenemos que darnos cuenta de que el problema está dentro de nosotros y, además, representa un obstáculo para el desarrollo de nuestra vida espiritual.
Se dice que un día la reina Victoria escuchó un vibrante sermón sobre la venida de Cristo predicado por su capellán, Dean Farrar. Al salir de la capilla le dio la mano, diciendo:
-¡Oh, cuánto me gustaría ver venir a Jesús!
Al ver las lágrimas en los ojos de la reina, el pastor preguntó:
-¿Por qué, Majestad?
-Porque me gustaría mucho quitarme la corona y ponerla a sus pies -respondió la reina.
Ahora mismo tenemos una corona que deberíamos poner a los pies de Jesús. Es la corona de la facultad de elección. El Señor nunca nos obligará a rendirle ese homenaje, pero si lo queremos de verdad, podemos quitarnos esa corona y ponerla a los pies de Jesús.
Entonces él pondrá sobre nuestra cabeza otra corona: la corona del amor. Solo cuando esa corona de amor esté firmemente asentada sobre nuestra cabeza, solo cuando el amor de Jesús reemplace nuestro amor al yo, los demás serán atraídos a él. Y lo que es más importante, estaremos cuidando nuestra corona para que nadie nos la quite. Y esto es importante y urgente porque él dijo: “Vengo pronto” (Apoc. 3:11). ¿Tienes segura tu corona? “Aférrate a lo que tienes”. Es urgente.

Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
¿Sabías que..? Relatos y anécdotas para jóvenes
Por Félix H. Cortez

EL REMEDIO PARA LA POBREZA DEL ALMA

Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. Mateo 5:3.

Estas palabras de alivio de Cristo son dirigidas no al orgulloso, ni al jactancioso o engreído, sino a los que advierten su propia debilidad y pecaminosidad.
Quienes sufren, los mansos que se sienten indignos del favor de Dios, y los que tienen hambre y sed de justicia son los incluidos con “los pobres en espíritu”…
Los pobres en espíritu sienten su pobreza, su necesidad de la gracia de Cristo. Advierten que saben poco de Dios y de su gran amor, y que necesitan luz para poder conocer y observar la senda del Señor. No se atreven a enfrentar la tentación con su propia fuerza, porque saben que no tienen la fuerza moral para resistir el mal. No sienten placer en repasar su vida pasada, y tienen poca confianza al mirar hacia el futuro, porque están enfermos de corazón. Pero, a los tales Cristo les dice: “Bienaventurados los pobres en espíritu”. Cristo vio que los que sienten su pobreza pueden ser enriquecidos…
¡Cuán grandes privilegios están al alcance de los que sienten la pobreza de sus almas y se someten a la voluntad de Dios! El remedio para la pobreza del alma se encuentra únicamente en Cristo. Cuando el corazón es santificado por la gracia, cuando los cristianos tienen la mente de Cristo, poseen el amor de Cristo; son riquezas espirituales más preciosas que el oro de Ofir. Pero antes de que pueda existir un deseo intenso por la riqueza contenida en Cristo, que está disponible para todos aquellos que sienten su pobreza, debe haber un sentido de necesidad.
Cuando el corazón está lleno de autosuficiencia y preocupado por las cosas superficiales de la tierra, el Señor Jesús nos amonesta y castiga para que los hombres y las mujeres despierten y se percaten de su verdadera condición…
Usted puede venir a Jesús en fe y sin demora. Su provisión es rica y libre, su amor es abundante, y él le dará gracia para llevar su yugo y levantar su carga con alegría. Puede reclamar su derecho a esta bendición sobre la base de su promesa. Puede entrar en su Reino, que es su gracia, su amor, su justicia, su paz y gozo en el Espíritu Santo. Si se siente en una necesidad profunda, puede recibir toda su plenitud, porque Cristo dice: “Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores, al arrepentimiento” (Mat. 9:13). Jesús lo invita a venir.
“Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos” -Signs of the Times, 1° de agosto de 1895. 

Tomado de Meditaciones Matutinas para adultos
Desde el Corazón
Por Elena G. de White