domingo, 24 de abril de 2011

RAZÓN DE VIVIR

De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es: las cosas viejas pasaron he aquí todas son hechas nuevas. (2 Corintios 5:17).

El nuevo nacimiento es un misterio que ocurre en nuestro interior, una nueva oportunidad de vida surgida de un encuentro personal con el Dios que se hizo hombre y habito entre nosotros. Los misterios, así como los milagros, no se pueden explicar, solo sentir.
¿Cómo y cuándo ocurre el nuevo nacimiento? Nadie lo puede predecir. Lo cierto es que cuando el corazón humano se enfrenta al amor divino, queda despojado de todo orgullo, vanidad, egoísmo y rencor, para dar cabida a ese amor que penetra hasta lo más profundo del ser. Quizás tu pasado no sea tan dramático como el de la mujer adúltera, pero el pecado siempre aflige.
«Tal vez te preguntes cuál es tu razón de vivir. ¿Por qué Dios se empeña en preservarte la vida? A continuación, te doy varias razones para que encuentres tu respuesta, y sobre todo para que encuentres a Jesús, quien se encargara de poner tu vida en su lugar, porque él está deseando obrar ese milagro en ti.
«Razón de vivir me diste cuando yo no tenía. / Me tendiste tus brazos cuando el mundo me abandono. / Me diste alegría cuando solo sentía amargura. / Me diste amor cuando nadie me quiso amar. / Cambiaste mi llanto y mi lamento en gozo. / Todos mis sueños trajiste a la realidad. / Tú me miraste con ojos de amor y ternura. / Me diste amor cuando nadie me quiso amar. / Es por eso, Señor, que te amo. / Y es por eso que yo te amare. / Cambiaste mi vida y mi corazón, /y una nueva criatura ya soy. / Por eso, Señor, yo le canto. / Y por eso, yo te alabare. / Me diste amor cuando nadie me quiso amar».
¿Ahora sabes cuál es tu razón de vivir? Si te atormenta tu pasado, si crees que tu presente carece de sentido, si te sientes como una carga para los demás, o simplemente estas inconforme contigo misma, vuelve a leer los versos anteriores y, aunque no conozcas la música, sentirás que tienes muchas razones para decirle a Cristo: «Gracias, Señor tu amor me ha dado una razón de vivir».

Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera

¿CUESTA PERDONAR?

No te vengarás, ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo, sino amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo jehová. Levítico 19:18.

¿Te cuesta perdonar? Muchos tienen este problema. Mientras que algunos olvidan y perdonan rápidamente las ofensas recibidas, otros tienen que acudir a la fuerza de voluntad y a la oración para volver a entablar aunque sea una mínima comunicación.
Más allá de los sentimientos individuales, el Padre de amor que reina en los cielos nos invita a todos a poseer el mismo espíritu de perdón que el posee. Cada cristiano sabe que no perdonar crea un serio impedimento para recibir el perdón de Dios. La oración modelo implica esta relación en su frase dedicada al perdón: "Perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores" (Mat. 6:12).
Phan Thi Kim Phuc es un verdadero ejemplo de la capacidad humana para perdonar. Era una niña de nueve años cuando se desato la guerra de Vietnam y su hogar fue bombardeado por los norteamericanos. Mientras corría a la calle, se liberó de sus ropas en llamas y con el cuerpo muy quemado, intento alcanzar socorro. Luego se enteró que dos de sus primos habían muerto en el ataque. Después de varios meses en el hospital, logro recuperarse y aunque credo como practicante budista, en 1982 se convirtió al cristianismo.
Años más tarde, ya adulta, en un encuentro con veteranos de guerra de Vietnam, Phan se encontró con el comandante John Plummer, un coordinador del ataque a la aldea donde había vivido en su niñez. Este hombre, al verla y conocer su historia, no dejo de pedirle perdón, a lo que Phan accedió y con un abrazo fraternal le dijo: "Esta bien, todo bien. Yo te perdono, yo te perdono".
Es posible que también a ti te hayan herido. Todos en algún momento fuimos heridos por alguien, todos hemos sufrido por causa de otros. Todos hemos sido afectados sentimental o físicamente alguna vez; pero más allá de lo recibido, las Escrituras nos invitan a contemplar al Salvador crucificado. En el momento en que sus verdugos estaban clavando sus manos y pies sobre el madero, de sus labios se escuchó la oración: "Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen" (Luc. 23:34).
Esos verdugos fuimos tú y yo, porque Jesús sufrió esa muerte por tus pecados y por los míos. No hay nadie en este mundo que quede excluido, no hay nadie que no sea culpable de la muerte del Hijo de Dios, pero todos nosotros estamos cubiertos por la oración intercesora de perdón y amor del Salvador. Y como todos estamos incluidos en su perdón, todos también tenemos el deber de perdonar a quienes nos ofendieron.

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuel

EN AQUEL TIEMPO

En aquel tiempo dice Jehová, me llamarás Ishi, y nunca más me llamarás Baali. Oseas 2:16.

No sé por qué tenía la sensación de que aquella mañana seria especial para mí. Aparentemente, era una como cualquier otra. Me levante, desayune frutas y cereales; abrí la Biblia, y me puse a buscar un versículo que tocase mi corazón, que hablase a mis necesidades y me ayudase a ser una persona mejor.
Entonces, llamo mi atención este versículo. Aparentemente, nada decía. Había dos palabras hebreas que parecían complicar el pensamiento. Pero, el libro de Oseas es el libro de la gracia, y si este texto estaba alii, debía tener algún mensaje especial.
"En aquel tiempo", empieza diciendo Dios. El Señor se proyecta hacia el futuro; a un tiempo en que, finalmente, sus hijos entenderían la esencia del cristianismo. "Me llamaras Ishi y nunca más me llamarás Baali". ¿Que significa eso? En el original hebreo, Ishi es esposo, amado. Baali, señor, más relacionado con el sentido de patrón.
Dios desea llevarte a vivir la maravillosa experiencia del amor. Él no quiere que lo veas como un dios rígido, exigente, con una vara en la mano, listo a castigar la desobediencia de sus vasallos. Dios desea que desarrolles, con él, una experiencia de amor. Como la esposa lo hace con el esposo
Un día, en Jericó, vino a Jesús un joven angustiado, y le pregunto: "¿Que hare para tener la vida eterna?" La respuesta de Jesús tenia, como objetivo, llevar a ese joven a la dimensión del amor. Obedecer por obedecer no tiene valor, para los fines espirituales. La obediencia solo es válida cuando es la expresión de un profundo amor por Jesús.
Por eso, él lo dejo todo allá, en el cielo, y vino a esta tierra a morir por ti. Lo que más desea es conquistar tu corazón. Te ama. Y, cuando alguien ama a una persona, no desea someterla a una vida de servidumbre y de miedo, sino llevarla a pasear por los floridos jardines del amor.
¿Qué tipo de dios es el tuyo? ¿Baali, aquel que te observa con ojos vigilantes, de capataz? ¿O Ishi, aquel que te ama y quiere que le entregues el corazón?
No saigas de casa, hoy, sin repensar tu cristianismo. ¡Es hora de amar! Cuando el amor de Jesús inunde tu corazón, veras que fácil es llevar los frutos del amor. La noche se hará día, y la tristeza, alegría.
"Aquel tiempo" es ahora. "En aquel tiempo, dice Jehová, me llamaras Ishi, y nunca más me llamaras Baali".

Tomado de meditaciones matinales para adultos
Plenitud en Cristo
Por Alejandro Bullón