jueves, 31 de enero de 2013

SETENTA VECES SIETE

Lugar: Michigan, EE. UU.
Palabra de Dios: Mateo 18:21,22.

“Pedro se acercó a Jesús y le preguntó: "-Señor, ¿cuántas veces deberé perdonar a mi hermano, si me hace algo malo? ¿Hasta siete?
"Jesús le contestó:
"-No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete".
¿Puedes imaginarte llevando la cuenta de cuántas veces has perdonado a alguien? Probablemente, te llevaría mucho, mucho tiempo llegar a setenta veces siete. Pero, Jesús no estaba diciendo que deberíamos llevar la cuenta. Lo que estaba queriendo decir es que debemos perdonar libremente, sin límite.
Investigaciones recientes muestran que es buena idea seguir el consejo de Jesús. Greg fue una de las personas que se ofreció para el estudio. Él se quedó muy quieto mientras los ayudantes del laboratorio lo conectaban a una cantidad de máquinas. Ellos le explicaron que estarían monitoreando su ritmo cardíaco, su presión sanguínea y la tensión de sus músculos. "Todo lo que tienes que hacer es quedarte allí acostado, y pensar en algo malo que alguien te hizo", le dijeron los científicos.
Era algo fácil de hacer. Greg pensó inmediatamente en algo que su hermana le había hecho. Oh, tan solo el recordarlo lo hizo enojar mucho. No podía creer que ella se hubiese atrevido a tratarlo de esa manera.
Greg no se daba cuenta de lo que estaba pasando en su interior, pero las máquinas registraron cómo respondió su organismo: le subió la presión sanguínea, aumentó el ritmo de su corazón y sus músculos se pusieron tensos. Los investigadores repitieron la misma prueba en una cantidad de voluntarios, todos con resultados similares. Estar dispuestos a perdonar o no estarlo parece afectar nuestro cuerpo.
No guardes rencor hacia quienes te han hecho mal. Acepta el consejo de Jesús, y perdona libremente.

Tomado de Devocionales para menores
En algún lugar del mundo
Por Helen Lee Robinson

¡AMOR ETERNO!

Nosotros amamos a Dios porque él nos amó primero. 1 Juan 4:19

La mayoría de las madres sabemos que el amor que sentimos por nuestros hijos supera a los errores que cometan, sin importar cuántas veces nos defrauden. Los amamos, aun cuando experimentamos sentimientos y emociones no muy gratas hacia ellos en esas ocasiones en que nos desobedecen o desafían nuestra autoridad.
Detrás de una maternidad con desafíos siempre está el amor incondicional que sentimos por ellos. Independientemente de cómo se porten, estamos orgullosas de ser sus madres, y frente a la evidencia de una mala acción, siempre intentaremos buscar un justificante o algo que los exima de las consecuencias. Pero también sabemos que, aunque no necesitan hacer nada para ganar nuestro afecto, nos sentimos complacidas cuando nos expresan su amor en cosas simples, pero que para nosotras son de gran significado.
Cuando comparo mi amor de madre con la relación amorosa que Dios desea tener conmigo, puedo entender con más claridad su amor incondicional. Él me ama a pesar de mis desaciertos, de mi desamor y de que constantemente ignoro sus mandatos. Si bien es cierto que nada podemos hacer para granjearnos el amor de Dios, también es verdad que él se alegra cuando ve que sus hijos le rinden honor y le expresan gratitud. En el Sagrado Libro podemos leer lo siguiente: «El Señor aborrece las ofrendas de los malvados, pero se complace en la oración de los justos» (Prov. 15:8).
Te invito, amiga, a que en este día des gracias al Padre celestial, pues su amor infinito e inmutable nos alcanza dondequiera que estemos, y como estemos. Puedes sentir alivio al recordar que «nosotros amamos a Dios porque él nos amó primero» (1 Juan 4:19).
El amor de Dios es tan resistente que soporta el peso de nuestros errores. Es tan puro que limpia el pecado más negro. Es tan dulce que convierte las amarguras en alegría. Es tan profundo que toca lo más recóndito del ser. Es tan abundante que satisface todas las necesidades humanas. Es tan ardiente que ni el más vil de los pecadores lo puede apagar. Es tan sustentador que nunca deja de proveer energía espiritual. Es tan fecundo que genera vida. Es tan bondadoso que nos permite amar aun a quienes nos hacen mal. Es tan sencillo que inclusive los niños lo pueden sentir. ¡Refugiémonos en él!

Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
Aliento para cada día
Por Erna Alvarado

ES MÁS TARDE QUE NUNCA

Hagan todo esto estando conscientes del tiempo en que vivimos. Ya es hora de que despierten del sueño, pues nuestra salvación está ahora más cerca que cuando inicialmente creímos. La noche está muy avanzada y ya se acerca el día. Por eso, dejemos a un lado las obras de la oscuridad y pongámonos la armadura de la luz (Romanos 13:11,12).

Un niño tenía en su dormitorio uno de esos relojes viejos que fallan más que aciertan. Una mañana comenzó a sonar y no paró sino hasta que dio catorce sonoras campanadas. Aterrorizado, el niño corrió al dormitorio de sus padres, gritando: «¡Mamá, papá, despierten, es más tarde que nunca!». Esa es la hora que da el reloj de la profecía. En realidad, es más tarde que nunca. Como aconseja el apóstol Pablo en Romanos 13:11-12, ya es hora de despertar de nuestro sueño y prepararnos para la venida de Cristo.
Antes del 26 de abril de 1986, pocas personas en Occidente habían oído hablar de Chernóbil. Esa mañana una explosión voló el techo del reactor número cuatro de la planta nuclear local. En menos de tres segundos, una detonación arrojó al aire gases radiactivos que alcanzaron hasta ochocientos metros de altura. Las emisiones de radiación de la explosión pronto recorrieron todo el norte de Europa, como también la Unión Soviética, llegando hasta los Estados Unidos. El terrible accidente nuclear mató a treinta personas y muchas más sufrieron daños por la radiación. Se contaminaron centenares de kilómetros cuadrados alrededor del lugar y los peligros médicos y medioambientales que provocó la explosión pueden prolongarse por quién sabe cuánto tiempo.
Ese horroroso accidente hizo que el mundo despertara a la realidad de la amenaza de la «espada de Damocles» nuclear que pende sobre nosotros. Como resultado, muchos corazones literalmente desmayan por el terror, temerosos de las cosas que le sucederán al mundo (Luc. 21:26). Ciertamente las señales de los tiempos en los postes indicadores del cielo demuestran que casi llegamos al destino.
La intensidad sin precedentes del aumento de las señales tradicionales del retorno de Jesucristo que aparecen en Mateo 24, conducen a muchos a pensar que no pasará mucho tiempo antes de que la nubecita del tamaño de la mitad de la palma de una mano anuncie el gran día del regreso de Jesús.
Es tiempo, pues, de despertarnos del sueño. La hora está avanzada. Pronto amanecerá el día. Urge desechar las obras de oscuridad y vestirnos con la armadura de la luz. ¿Ya te preparaste? Este puede ser el año del regreso del Señor.

Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
¿Sabías que..? Relatos y anécdotas para jóvenes
Por Félix H. Cortez

LA MENSAJERA PROFÉTICA ORA

Y hablaba Jehová a Moisés cara a cara, como habla cualquiera a su compañero. Éxodo 33:11.

[Oración ofrecida por Elena G. de White en el congreso de la Asociación General de 1903.]

Nuestro Padre celestial, venimos a ti esta mañana tal como somos, necesitados y totalmente dependientes de ti. Ayúdanos a tener un conocimiento claro de lo que debemos ser, y del carácter que debemos formar para poder estar preparados para unirnos con la familia celestial en la ciudad de nuestro Dios...
Oh, mi Padre, ¿cómo podemos proclamar tu bondad y tu misericordia y tu amor, a menos que los atesoremos en nuestros propios corazones y los revelemos en nuestra propia experiencia? Tú sabes cómo has presentado este asunto a tu sierva...
Aquí están tus ministros, cuya labor es la de proclamar la verdad de la Biblia, le pido que ellos puedan tener una clara comprensión de las responsabilidades que reposan sobre ellos como guardianes y pastores de tu rebaño... Permíteles entender su propia debilidad, y que la santificación del Espíritu llegue a ellos...
Aquí se encuentran los que llevan responsabilidades en nuestras instituciones. .. No han dado un buen ejemplo al mundo en sus negocios. No advirtieron que otros estaban analizándolos, para ver si estaban santificados por la verdad.
¡Oh, perdona nuestras transgresiones y perdona nuestros pecados! Muéstranos en qué hemos fallado. Permite que tu Espíritu Santo descienda sobre nosotros. El mundo está pereciendo en el pecado, y te pedimos que nos hagas conscientes de nuestra responsabilidad en esta reunión...
Tú has abierto ante mí estas cosas, y solo tú puedes preparar las mentes y los corazones para escuchar el mensaje de que, a menos que los que han dejado su primer amor vuelvan a reconocer la obra que debe efectuarse en sus corazones individuales, tú vendrás pronto y quitarás el candelera de este lugar...
Debemos ser reconvertidos, santificados y hechos idóneos para llevar el mensaje del Señor...
Mi Padre, rompe las barreras; que se hagan confesiones, de corazón a corazón, de hermano a hermano. Que el Espíritu de Dios entre; y tu bendito nombre tendrá toda la gloria. Amén. — General Conference Bulletin, 2 de abril de 1903.

Tomado de Meditaciones Matutinas para adultos
Desde el Corazón
Por Elena G. de White

miércoles, 30 de enero de 2013

PRIMER PREMIO

Lugar: Kenia
Palabra de Dios: Juan 3:16.

Durante semanas, la estación local de radio había patrocinado una búsqueda del tesoro. Algunas personas ya habían ganado los premios más pequeños, pero el primer premio todavía estaba pendiente: cinco mil dólares en efectivo. Los habitantes de Nairobi seguían buscando frenéticamente el premio, pero todavía nadie lo había encontrado.
Evans, un adolescente que vivía en la calle, desconocía todo esto mientras caminaba por el parque de la ciudad. "¿Qué es esto?", se preguntó mientras sacaba una pequeña caja dorada de los brazos de una planta de cactus. Dentro de la caja, había una hoja de papel con algo escrito en ella. "¡Felicitaciones! Acaba de ganar cuatrocientos mil chelines (equivalentes a cinco mil dólares). Acérquese a la estación de radió, para recibir su premio".
Cuatrocientos mil chelines ¡era un montón de dinero! Con ello, el chico de la calle podía comprar una pequeña casa, para él y su mamá, que trabajaba como empleada doméstica. Desdichadamente, Evans no sabía leer; no sabía lo que decía el mensaje: solo creyó que había encontrado una linda caja en la cual guardar cosas.
En ese momento, pasó por allí un estudiante. Vio la cajita, y la reconoció como el primer premio de la búsqueda del tesoro. El estudiante, honesto, le explicó a Evans lo que decía la nota, y así fue como el muchacho llegó a obtener el premio.
Tú y yo podemos ser como ese estudiante, al contar a los demás acerca del tesoro que puede ser de ellos si lo reclaman. Difunde la palabra; permite que otros vean que se les ha ofrecido el "premio mayor", la vida eterna. El trato parece ser demasiado bueno como para ser verdad, pero el premio es de ellos, si lo reclaman. "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna".

Tomado de Devocionales para menores
En algún lugar del mundo
Por Helen Lee Robinson

¿SOLAMENTE LAS SOBRAS?

¿Quién de ustedes, si su hijo le pide pan, le da una piedra? ¿O si le pide un pescado, le da una serpiente? Mateo 7:9-10

La mayoría de las mujeres, cuando abrimos las puertas de nuestro hogar para recibir visitas, nos esmeramos para que reciban la mejor impresión. Posiblemente a la hora de servir los alimentos saquemos del armario la mejor vajilla, y cubramos la mesa con ese mantel que solamente usamos en ocasiones especiales. Estoy casi segura de que también deseamos vernos bien y usamos una ropa especial para la ocasión. El arreglo y la limpieza del hogar también forman parte de ese «ritual» de bienvenida para nuestros visitantes. Por supuesto, esa sería la ocasión de preparar la «receta secreta», nuestra especialidad.
Todavía no conozco a ninguna dama que sea capaz de recibir visitas especiales ofreciéndoles sobras del día anterior, y mostrándoles un hogar desarreglado. Tampoco conozco a ninguna mujer que agasaje a sus visitas ofreciendo los alimentos en platos rotos y un mantel cubierto de manchas. Sin embargo, a veces, cuando recibimos al visitante más importante, no lo hacemos en correspondencia a su grandeza. No me refiero al jefe de nuestro esposo, sino a la visita que Jesucristo desea hacernos cotidianamente.
Cuántas veces le damos apenas las sobras de nuestro día y, sin energía, somos incapaces de experimentar el gozo de su presencia; nos sentimos cansadas por los quehaceres ajenos a la preparación que él se merece. Sin vigor, exhaustas por el ir y venir de una vida carente de propósitos, la visita de nuestro amigo Jesús pasa desapercibida y no recibimos las bendiciones que desea darnos.
El salmista exclamó: «Me has dado a conocer la senda de la vida; me llenarás de alegría en tu presencia, y de dicha eterna a tu derecha» (Sal. 16:11). Estas expresiones de alegría seguramente fueron generadas en un corazón agradecido por la presencia de Cristo en su vida. El Señor desea que nosotras experimentemos este gozo, anhela que lo invitemos a entrar a un corazón reposado y dispuesto a ser tocado por la dulce influencia del Espíritu Santo. Espera también que, sentadas a sus pies, sin prisa y en quietud, disfrutemos de su cariño, pues nos conoce individualmente y sabe qué necesitamos para hacer frente a los desafíos diarios.
Amiga, prepara tu hogar y tu corazón para esta visita extraordinaria. No permitas que cuando el Salvador llame a tu puerta para entrar, tú estés absorta en tus preocupaciones y apenas tengas para ofrecerle las sobras del día.

Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
Aliento para cada día
Por Erna Alvarado

NUNCA TE CANSES DE INSISTIR

Adquiere la verdad y la sabiduría, la disciplina y el discernimiento, ¡y no los vendas! (Proverbios 23:23).

En su libro Cómo sacar el mayor provecho del estudio de la Biblia, Leo Van Dolson cuenta la historia de un hombre llamado Doc Noss, que hace muchos años encontró unos lingotes de oro valorados en muchos millones de dólares (al menos eso fue lo que dijo). Doc, que en parte era cheyenne, era muy hábil. Contaba a quien quería escuchar que había hallado el oro en el fondo de una caverna en la cuenca de Umbrillo, Nuevo México. Dijo que junto con el oro había visto veintisiete esqueletos humanos atados a igual cantidad de postes.
Pero les tiempos habían cambiado. La sección de la cuenca de Umbrillo era ahora propiedad del ejército de los Estados Unidos. Los rumores sobre el oro continuaban, pero el ejército consideraba que la historia no era cierta y no permitía la entrada de los buscadores. Finalmente un grupo de Florida, conocido como Expedición sin Límites, consiguió una autorización para la búsqueda. No solamente buscaban el oro, sino que habían invertido 75,000 dólares en el proyecto. Norman Scott convenció al ejército de que suspendiera sus actividades durante diez días para realizar una búsqueda completa y bien organizada.
Pero la tentación del oro atrae a ciertos individuos. Joe Newman, vendedor de alfombras de El Paso, Texas, presentó una reclamación, argumentando que el oro pertenecía a los apaches, y llegó a un acuerdo con la tribu de que recibiría cierta cantidad por representar sus intereses. Jesse James III, nieto del famoso bandido, afirmó que su abuelo había enterrado su botín en la cuenca de Umbrillo. Tony Tully, miembro anciano de la expedición, afirmó que él mismo había ayudado a Doc Noss a enterrar los ciento diez lingotes de oro. Y por insistencia de la viuda de Doc, el equipo buscó durante otros tres días que el paciente ejército les dio para buscar el tesoro; sin hallarlo, por supuesto. Regresaron decepcionados, pero hay quienes afirman que el oro sigue enterrado allí.
Elena G. de White nos dice: «Para muchos, los tesoros de la Palabra permanecen ocultos debido a que no los han buscado con ardiente perseverancia hasta haber comprendido los preceptos de oro. La Palabra ha de ser escudriñada para que purifique a los que la reciban y los prepare para ser miembros de la familia real, hijos del Rey del cielo» (Testimonios para la iglesia, t. 6, p. 137).
No te conformes con un estudio superficial de la Biblia. Lee, estudia, profundiza y aplica. Aprovecha la oportunidad que se te presenta para leer la Biblia todos los días.

Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
¿Sabías que..? Relatos y anécdotas para jóvenes
Por Félix H. Cortez

EL DADOR ALEGRE

Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre. 2 Corintios 9:7.

Debemos presentar con gozo todas nuestras ofrendas, porque proceden de los fondos que el Señor ha considerado conveniente colocar en nuestras manos con el propósito de llevar adelante su obra en el mundo, a fin de que el estandarte de la verdad pueda ser desplegado en las zonas rurales y urbanas del mundo. Si todos los que profesan la verdad quisieran dar al Señor lo que le pertenece en términos de diezmos, donativos y ofrendas, habría alimento en la casa del Señor. La causa de la liberalidad no dependería más de los donativos inciertos hechos por impulso y que varían de acuerdo con los sentimientos de los hombres. Los derechos de Dios serían aceptados de buena gana y se consideraría que su causa tiene derecho legítimo a una parte de los fondos confiados a nuestras manos. El Señor es nuestro divino Garante, y él nos ha hecho promesas por medio del profeta Malaquías que son muy sencillas, positivas e importantes. Significa mucho para nosotros si le estamos dando a Dios lo suyo o no. Él les permite a los mayordomos cierta porción para su propio uso, y si capitalizan lo que él les reclama, Dios bendecirá divinamente los medios en sus manos...
El único plan que el evangelio ha establecido para sostener la obra de Dios es el que deja el sostén de su causa librado al honor de los hombres...
Los que reciben su gracia, los que contemplan la cruz del Calvario, no tendrán duda acerca de la proporción que deben dar, sino que comprenderán que la ofrenda más cuantiosa carece de valor y no puede compararse con el gran don del Hijo unigénito del Dios infinito... Por medio de la abnegación hasta el más pobre encontrará la manera de conseguir algo para devolverlo a Dios...
Los ricos no deben pensar que pueden conformarse únicamente con dar su dinero... Los padres y los hijos no deben considerarse dueños de sí mismos y pensar que pueden disponer de su tiempo y propiedades en la forma como les plazca. Son la posesión adquirida por Dios, y el Señor pide los intereses de sus habilidades físicas, que deben ser utilizadas para llevar un aporte a la tesorería del Señor...
¿Quiere cada alma considerar el hecho de que el discipulado cristiano incluye la abnegación, el sacrificio de sí mismo, hasta el punto de entregar la propia vida, si esto fuera necesario, por amor al que dio su vida por la vida del mundo?.— Review and Herald, 14 de julio de 1896; parcialmente en Consejos sobre mayordomía cristiana, pp. 210, 211, 301-303.

Tomado de Meditaciones Matutinas para adultos
Desde el Corazón
Por Elena G. de White

martes, 29 de enero de 2013

“NO TENGO MÁS HARINA"

Lugar: Canadá
Palabra de Dios: Mateo 7:7,8.

La señora Berg abrió la alacena y se dio cuenta de que se le estaba acabando la harina. Necesitaría más, para hacer pan.
-¿Podrías ir hasta el almacén, a comprar harina? -le pidió a su esposo.
Su esposo sacudió la cabeza. No era que no quisiera ir hasta el almacén; el problema era que no tenía dinero. Los Berg acababan de mudarse a un pequeño pueblo, y habían dejado atrás un buen trabajo como docentes, para poder venir a ayudar a la gente de este pueblo. Ahora, aquí estaban, sin harina y sin dinero para comprarla.
-Oremos sobre esto -sugirió uno de ellos.
Entonces, el señor y la señora Berg, y su pequeño hijo, pidieron a Dios que les proveyera de acuerdo con su necesidad. A la mañana siguiente, al levantarse, encontraron la respuesta a sus oraciones apoyada contra la puerta de adelante. Era una bolsa de harina; no un paquete pequeño, sino ¡cincuenta kilos de harina!
Dios había respondido a sus oraciones. Había cumplido su promesa: "Pidan, y se les dará; busquen, y encontrarán; llamen, y se les abrirá. Porque todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abre".
Los Berg preguntaron en todos los almacenes, para descubrir quién les había llevado la harina. Hablaron con sus vecinos. Pero, nunca descubrieron de dónde había venido. Sin embargo, disfrutaron de muchas, muchas hogazas de pan.

Tomado de Devocionales para menores
En algún lugar del mundo
Por Helen Lee Robinson

EL PODER DE INFLUIR

Porque ninguno de nosotros vive para sí mismo, ni tampoco muere para sí. Romanos 14:7.

Las mujeres tenemos una extraordinaria capacidad para influir sobre los demás. Lo he comprobado en mi experiencia como madre y esposa, y creo que tú estarás de acuerdo conmigo. ¿Por qué cuando acompañamos a nuestros esposos a comprar un traje, un par de zapatos o un automóvil, el vendedor se empeña en convencernos a nosotras primero de cuál es la mejor opción? Obviamente porque conoce el poder de persuasión de la mujer, y sabe que el camino más corto para hacer una venta es convencerla a ella.
En la Biblia encontramos narraciones extraordinarias de mujeres que ejercieron una influencia poderosa. Recordemos a Jocabed; solamente tuvo a su hijo Moisés unos cuantos años bajo su tutela, pero fue suficiente para sembrar en él los principios y valores que más tarde dirigirían la vida de ese gran líder. Por su parte, Eva tenía tanto poder de persuasión que su esposo renunció al llamado que Dios mismo le había hecho, con tal de no perderla. Elena G. de White comenta: «Adán había gozado el compañerismo de Dios y de los ángeles, había contemplado la gloria del Creador. Comprendía el elevado destino que aguardaba al linaje humano si los hombres permanecían fieles a Dios, sin embargo, se olvidó de todas estas bendiciones ante el temor de perder el don que apreciaba más que todos los demás. El amor, la gratitud y la lealtad al Creador, todo fue sofocado por amor a Eva. Ella era parte de sí mismo, y Adán no podía soportar la idea de una separación. Adán resolvió compartir la suerte con Eva. Si ella moría, él moriría con ella» (Patriarcas y profetas, cap. 3, p. 40).
Sé que nosotras, las mujeres de Dios, anhelamos ser, a cada paso que damos, una fuente de bendición para los demás, y lo lograremos en la medida en que dócilmente nos dejemos influenciar por el Espíritu Santo. Lo único que necesitamos es entrega, lo demás lo hará el Señor en nosotras.
Procura que lo que digas a otros con respecto a asuntos tanto triviales como importantes, esté respaldado por un «así dice el Señor». Analiza el consejo que vas a dar, así te darás cuenta de si lo que vas a decir emana de tu egoísmo. Si así fuere, con la fuerza de Dios sella tus labios. Aprovecha tu poder para persuadir a cada persona que encuentres en tu camino para que se entregue a Dios.

Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
Aliento para cada día
Por Erna Alvarado

CUATROCIENTAS PALABRAS

No añadas nada a sus palabras, no sea que te reprenda y te exponga como a un mentiroso (Proverbios 30:6).

El 18 de marzo de 2010 recibí la carta oficial con que se me invitaba a escribir el libro que ahora tienes en tus manos. En la misma se me dieron algunas indicaciones importantes; entre ellas, no exceder las cuatrocientas cincuenta palabras de comentario en cada lectura, ni tener menos de cuatrocientas. Si tienes paciencia para contar, encontrarás que todos mis comentarios respetan estos límites (incluidos también fechas, títulos y versículos guía).
Quizá te preguntes cuál sería la diferencia si de vez en cuando se excediera el límite establecido, o no se alcanzara. Bueno, eso crearía problemas de diseño y edición; el libro no se vería tan bien, sería más caro y menos exitoso.
La precisión en lo que hacemos es importante. Antes de sentarme a escribir esta mañana asistí a una clase de mecánica del automóvil que la Universidad de Montemorelos, México, ofrece a algunos de sus estudiantes. El maestro explicó los pasos principales para desmontar y volver a ensamblar un motor. Lo que más me impresionó fue la importancia de la precisión al ajustarlo si deseamos que funcione bien. Las piezas deben quedar alineadas en un ángulo preciso y encajar perfectamente. Los tornillos y las tuercas deben apretarse con una presión específica que es diferente, dependiendo de qué función realizan las piezas del motor. Si el mecánico piensa que un poco de imprecisión aquí o allá no importa, se notará en el funcionamiento del motor. Este tendrá poca potencia, quizá ni siquiera arranque o, peor aún, se podría dañar.
Los escribas que copiaban los manuscritos de la Biblia también tenían que ser precisos. Teodoro el Estudita (monje bizantino que vivió entre los siglos XVIII y XIX de nuestra era) registró las reglas que regían su Scriptorium: pan y agua al que se interesara tanto en el tema que dejara de escribir, ciento treinta penitencias por entregar pergaminos desordenados y sucios, cincuenta penitencias por tomar el material para escribir de un compañero, cincuenta penitencias por preparar más cola de la que se necesita usar en una sesión, treinta penitencias por quebrar una pluma. ¿Has pensado cuánto debemos a los escribas que nos transmitieron la Biblia con precisión?
Dios nos dio Diez Mandamientos que debemos obedecer con precisión si queremos que nuestra vida vaya bien. Si no somos precisos, se notará en el fracaso de nuestras familias, de nuestros trabajos y finalmente, de nuestra vida. Cuando emprendas tus actividades toma la decisión de hacer las cosas bien. Alguien dijo que las cosas deben hacerse rápidamente y bien; es una virtud que te traerá grandes dividendos en la vida.

Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
¿Sabías que..? Relatos y anécdotas para jóvenes
Por Félix H. Cortez

DIOS NO SE APARTARÁ DE NOSOTROS

Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera. Juan 6:37.

Jesús mismo, cuando habitó entre los hombres, oraba frecuentemente. La oración precedía y santificaba cada acto de su ministerio…
Encontraba consuelo y gozo en estar en comunión con su Padre. Y si el Salvador de los hombres, el Hijo de Dios, sintió la necesidad de orar, ¡cuánto más nosotros, débiles mortales, manchados por el pecado, no debemos sentir la necesidad de orar con fervor y constancia!...
No cultive el pensamiento de que debido a que usted ha cometido fallas, debido a que su vida ha sido oscurecida por los errores, el Padre celestial no lo ama y no lo escucha cuando usted ora... Su amoroso corazón se conmueve por nuestras tristezas y aun por nuestra presentación de ellas... Ninguna cosa es demasiado grande para que él no la pueda soportar; él sostiene los mundos y gobierna todos los asuntos del universo. Ninguna cosa que de alguna manera afecte nuestra paz es tan pequeña que él no la note. No hay en nuestra experiencia ningún pasaje tan oscuro que él no pueda leer, ni perplejidad tan grande que él no pueda desenredar. Nadie ha caído tan bajo, nadie es tan vil, que no pueda encontrar liberación en Cristo....
Si mantenemos al Señor constantemente delante de nosotros, permitiendo que nuestros corazones expresen el agradecimiento y la alabanza a él debidos, tendremos una frescura perdurable en nuestra vida religiosa. Nuestras oraciones tomarán la forma de una conversación con Dios, como si habláramos con un amigo. Él nos dirá personalmente sus misterios. A menudo nos vendrá un dulce y gozoso sentimiento de la presencia de Jesús...
Es algo maravilloso que podamos orar eficazmente; que seres mortales indignos y sujetos a yerro posean la facultad de presentar sus peticiones a Dios. ¿Qué facultad más elevada podría desear el hombre que la de estar unido con el Dios infinito? El hombre débil y pecaminoso tiene el privilegio de hablar a su Hacedor. Podemos pronunciar palabras que alcancen el trono del Monarca del Universo...
El arco iris rodea el trono como una seguridad de que Dios es verdadero, que en él no hay mudanza ni sombra de variación... Cuando venimos a él confesando nuestra indignidad y pecado, él se ha comprometido a atender nuestro clamor. El honor de su trono está empeñado en el cumplimiento de la palabra que nos ha dado.— Signs of the Times, 18 de junio de 1902.

Tomado de Meditaciones Matutinas para adultos
Desde el Corazón
Por Elena G. de White

lunes, 28 de enero de 2013

BRILLO BARATO

Lugar: Islas del Pacífico
Palabra de Dios: Colosenses 3:2.

El general y sus hombres bajaron del barco llevando puñados de collares, brazaletes y anillos que habían traído consigo. Las joyas se veían resplandecientes bajo el reflejo de la luz del sol. Su brillo inmediatamente llamó la atención de los isleños. Hablaron entre ellos, mientras hacían exclamaciones de admiración ante las gemas.
Con la ayuda de un intérprete, el general les dijo:
-Nos gustaría hacer negocios con ustedes. A cambio de trabajo, les daremos esto. ¿Les interesa?
Los isleños asintieron con movimientos de cabeza. Después de un poco de discusión, ellos y los visitantes llegaron a un acuerdo: los isleños realizarían una cantidad de tareas, a cambio de las joyas.
¿Quiénes salieron más beneficiados? En realidad, los collares, los brazaletes y los anillos no eran de piedras preciosas. Más bien, eran baratijas, meras imitaciones de las verdaderas. Pero, los isleños no conocían la diferencia, y trabajaron de buena gana a fin de obtener esas baratijas.
Aunque podemos pensar que los isleños fueron un poco tontos, tú y yo hacemos lo mismo hoy: cambiamos nuestro tiempo y energía por baratijas. Este mundo nos pone delante de los ojos mucho brillo y glamour. Dinero, popularidad y placeres, todos prometen traernos felicidad.
Pero ¿estás dispuesto a cambiar las riquezas eternas del cielo por simples imitaciones de lo verdadero? ¿Hay imitaciones baratas en tu vida? "Concentren su atención en las cosas de arriba, no en las de la tierra".

Tomado de Devocionales para menores
En algún lugar del mundo
Por Helen Lee Robinson

NUNCA DEJES DE ASOMBRARTE

Él realiza maravillas insondables, portentos que no pueden contarse. Job 9:10

La capacidad de asombro es la que ha permitido a muchas personas llevar a cabo increíbles descubrimientos e inventos. Esta capacidad consiste en poder reconocer la esencia de una cosa, por más sencilla que esta sea. Quienes cultivan esta habilidad viven intensamente, experimentan de continuo emociones gratificantes.
Cuando Dios puso al hombre y a la mujer en el centro de la creación, fue con el propósito de brindarles un deleite constante, y una fuente inagotable de conocimiento. Allí podían encontrar satisfacción a uno de los placeres más vitales: maravillarse al contemplar las obras de Dios.
Esta capacidad fue la que llevó al salmista a exclamar: «Señor mi Dios, tú eres grandioso; te has revestido de gloria y majestad. Te cubres la luz como con un manto; extiendes los cielos como un velo» (Sal. 104:1-2).
A pesar de que vivimos en un planeta envejecido y enfermo por las agresiones humanas, todavía podemos ser espectadoras de la grandeza de Dios manifestada en la naturaleza. Los poetas, los músicos y los trovadores, aún encuentran inspiración en el cielo, la lluvia, el canto de las aves, en los atardeceres cubiertos de ocre y en la sonrisa de un bebé.
Nosotras, incluso las que creemos que no tenemos alma de artista, tenemos suficientes motivos para proclamar la grandeza de Dios. Por medio de la contemplación de las cosas creadas por el Hacedor, nos llenamos de esperanza, fe y seguridad, pues el mismo Dios que sostiene a las aves en el aire, nos sostiene a nosotras, ya que somos objeto de su más grande amor y especial cuidado.
¡Asómbrate! Tu corazón late cien mil veces al día. Multiplica esto por la cantidad de años que has vivido y quedarás impresionada. Mediante tus oídos, tus ojos y tu boca, tu cerebro almacena miles de sonidos, olores y sabores, que quedarán grabados a pesar del paso del tiempo. Pero el motivo más grande de asombro debiera ser el hecho de vivir. Hagamos de cada mañana una celebración, elevemos un himno de alabanza y adoración al Santísimo. Contagiemos a los que están cerca de nosotras de este mismo espíritu, invitémonos unos a otros a la contemplación de la gloria de Dios, manifestada en los actos sencillos de la naturaleza, y tendremos recursos suficientes para vivir plenamente.
Recuerda que la más maravillosa criatura que Dios hizo, ¡eres tú!

Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
Aliento para cada día
Por Erna Alvarado

EJERCICIOS DE RESPIRACIÓN PROFUNDA

Los ojos del Señor están sobre los justos, y sus oídos, atentos a sus oraciones; pero el rostro del Señor está contra los que hacen el mal (1 Pedro 3:12).

Cuando murió Guillermo IV de Inglaterra, una niña de diecisiete años dormía en el palacio. Al recibir la noticia de que ahora ella era la reina, cayó de rodillas y pidió al Señor que la guiara durante todos los años venideros. Así la reina Victoria inició uno de los reinados más destacados de la historia de Inglaterra.
La célebre Fanny Crosby siempre oraba antes de intentar escribir un himno. Si tenemos en cuenta que escribió más de ocho mil, se infiere que oró mucho durante su vida.
Martín Lutero dijo que oraba una hora al día, excepto en los días en que sabía que estaría particularmente ocupado. En esos días oraba dos horas completas. Cuanto más atareado estaba, más oraba.
¿Es la oración un elemento vital de tu vida? ¿Con qué frecuencia oras durante el día? ¿Te contentas con las oraciones programadas, como al acostarte, levantarte; antes de desayunar, comer, almorzar?
Quizá deberías hacer lo que hicieron los discípulos, pedir a Jesús que te enseñe a orar. Si se lo pidieras, te enseñaría lo mismo que enseñó a los discípulos, una oración corta y aparentemente sencilla. Como lo muestra The New Bíble Dictionary [Nuevo diccionario bíblico], esto fue lo que enseñó sobre la oración:
  1. Insistencia que reclama la generosidad del Padre (Mat. 7: 7-11).
  2. Tenacidad que profundiza la fe en el amor de Dios (Luc. 18: 1-8).
  3. Humildad que produce la aceptación de Dios (Luc. 18: 10-14).
  4. Exaltación propia que oculta el rostro de Dios (Mat. 6: 5).
  5. Caridad que asegura el perdón de Dios (Mar. 11: 25-26).
  6. Sencillez y sinceridad de corazón que agradan a Dios (Mat. 6: 7; 23: 14).
  7. Unidad que propicia la respuesta de Dios (Mat. 18: 19).
  8. Intensidad que nos vincula con el poder divino (Mar. 9: 14-29).
  9. Expectativa y fe que obtienen resultados (Mar. 11: 24).
  10. Entrega a la voluntad de Dios que es vital (Mat. 26: 42).
El diccionario agrega: «Hay en los dones de Dios cosas que un hombre nunca ha tenido; por lo tanto, "pide". Otras que se han perdido; por tanto, "busca". Y puertas que no han sido abiertas; por tanto, "llama"». Dejar de orar es dejar de creer. Así no se puede vivir. ¿Por qué no renuevas ya tu vida de oración? Es una experiencia que definirá tu vida para siempre.

Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
¿Sabías que..? Relatos y anécdotas para jóvenes
Por Félix H. Cortez

EN MI NOMBRE

Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré. Juan 14:14.

Los discípulos no conocían los recursos y el poder ilimitado del Salvador. Él les dijo: "Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre" (Juan 16:24). Explicó que el secreto de su éxito consistiría en pedir fuerza y gracia en su nombre. Estaría delante del Padre para pedir por ellos. La oración del humilde suplicante es presentada por él como su propio deseo en favor de aquella alma. Cada oración sincera es oída en el cielo. Tal vez no sea expresada con fluidez; pero si procede del corazón ascenderá al santuario donde Jesús ministra, y él la presentará al Padre sin balbuceos, hermosa y fragante con el incienso de su propia perfección...
"En mi nombre", ordenó Cristo a sus discípulos que orasen. En el nombre de Cristo sus seguidores han de permanecer delante de Dios. Por el valor del sacrificio hecho por ellos, son estimables a los ojos del Señor...
El Señor se chasquea cuando su pueblo se tiene en estima demasiado baja. Desea que su heredad escogida se estime según el valor que él le ha atribuido. Dios la quería; de lo contrario no hubiera mandado a su Hijo a una empresa tan costosa para redimirla. Tiene empleo para ella y le agrada cuando le dirige las más elevadas demandas a fin de glorificar su nombre. Puede esperar grandes cosas si tiene fe en sus promesas.
Pero orar en nombre de Cristo significa mucho. Significa que hemos de aceptar su carácter, manifestar su espíritu y realizar sus obras. La promesa del Salvador se nos da bajo cierta condición. "Si me amáis —dice—, guardad mis mandamientos" (Juan 14:15). Él salva a los hombres no en el pecado, sino del pecado; y los que le aman mostrarán su amor obedeciéndole.
Toda verdadera obediencia proviene del corazón. La de Cristo procedía del corazón. Y si nosotros consentimos, se identificará de tal manera con nuestros pensamientos y fines, amoldará de tal manera nuestro corazón y mente en conformidad con su voluntad, que cuando le obedezcamos estaremos tan solo ejecutando nuestros propios impulsos. La voluntad, refinada y santificada, hallará su más alto deleite en servirle.— Review and Herald, 14 de julio de 1910; también en El Deseado de todas las gentes, pp. 620, 621.

Tomado de Meditaciones Matutinas para adultos
Desde el Corazón
Por Elena G. de White

domingo, 27 de enero de 2013

¡PREPARADOS, APUNTEN, FUEGO!

Lugar: Grecia
Palabra de Dios: Hebreos 12:2.

Era la final de la competencia de hombres, en la categoría rifles de tres posiciones, en las Olimpiadas de verano de 2004. Habían disparado ronda tras ronda y, luego de nueve tiros, Matt Emmons, de los Estados Unidos, iba primero. Faltando solo un disparo, parecía seguro que ganaría su segunda medalla de oro. Había ganado la primera, en la competencia de rifle tendido, dos días antes.
Todos los espectadores observaban mientras Matt levantaba su rifle y apuntaba con cuidado. Pero, algo salió terriblemente mal. En lugar de lograr una marca perfecta o casi perfecta, no apareció ningún valor en el cartel de puntajes. Matt se dio vuelta para mirar a los jueces, con una expresión de perplejidad en el rostro.
Los jueces se reunieron, para discutir lo que acababa de suceder, y luego hicieron el anuncio. Matt Emmons había disparado cruzado, lo que quería decir que había disparado al blanco equivocado: en lugar de apuntar al blanco del carril dos, había disparado al del carril tres. El puntaje de Matt para esa ronda fue cero. Quedó, entonces, en octavo lugar, y su increíble error le costó el oro.
Es importante mantenernos concentrados en el blanco correcto. Apuntar a otro es garantía segura de que terminarás en el lugar equivocado. No importa cuán buena sea tu puntería, si estás apuntando a algo incorrecto.
Eso también es cierto en cuanto a nuestra vida espiritual. La mejor manera de vivir es mantenernos centrados en Jesús. Cuando lo hacemos, avanzamos en la dirección correcta. Así que, "fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe, quien por el gozo que le esperaba, soportó la cruz, menospreciando la vergüenza que ella significaba, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios".

Tomado de Devocionales para menores
En algún lugar del mundo
Por Helen Lee Robinson

¡LEVÁNTATE Y RESPLANDECE!

¡Levántate y resplandece, que tu luz ha llegado! ¡La gloria del Señor brilla sobre ti! Isaías 60:1

Tenía alrededor de dieciséis años cuando, en un terreno abandonado junto a su escuela, fue violada. Era una muchacha que amaba a Dios, una estudiante brillante y destacada con un futuro muy prometedor. La apreciaban sus compañeros, amigos y maestros, ¡y le sucedía eso!
Alguien la refirió conmigo y cada quince días temamos sesiones de terapia, con la intención de que pudiera sobrellevar ese episodio tan amargo y eliminar poco a poco las secuelas traumáticas que quedan cuando una mujer vive una experiencia tan aterradora. Aunque han pasado algunos años, puedo recordar con bastante nitidez los rasgos del rostro de la muchacha, la forma en que colocaba sus manos sobre su regazo, y la expresión de sus ojos cuando me miraba para escuchar lo que yo le decía. Toda ella irradiaba paz. Pero lo que realmente nunca olvidaré es el ejemplo de entereza, confianza en Dios y fortaleza de aquella mujer, casi una niña, que se veía frágil física y emocionalmente.
La fuerza que emanaba de su interior me hizo reconocer que espiritualmente era una «guerrera». Durante los meses que duró la terapia, aprendí grandes lecciones; creo que ella fue un instrumento de Dios para cambiarme a mí. Su fe en Dios permanecía intacta. El odio natural que debería haber sentido hacia su agresor fue sustituido por compasión y perdón, y estaba segura de que su pureza se mantenía intacta, porque Dios lo había hecho posible en la cruz.
Años después supe que estudiaba una carrera universitaria con mucho éxito, e imagino que ahora debe de ser una profesional realizada. Nunca odió a los hombres, por lo que creo que a lo mejor tiene un matrimonio feliz. ¡Fue capaz de levantarse y resplandecer!
Cuando estamos en el suelo, con nuestro mundo hecho añicos a nuestros pies, dobladas de dolor, enceguecidas por la desesperación, muchas veces no logramos ver la mano de Dios que se extiende solícita y dispuesta a sostenernos y levantarnos. La resurrección del Salvador del mundo debe hacernos recordar que para él no hay imposibles, y que podemos levantarnos de nuestra postración física, emocional o espiritual, si lo miramos y confiamos en su poder restaurador. Si ahora lloras debido a una pérdida, escucha la voz de Dios que te dice: «¡Levántate y resplandece! Es posible si confías en mi».

Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
Aliento para cada día
Por Erna Alvarado

EL DESCUBRIMIENTO MÁS VALIOSO

Este mensaje es digno de crédito y merece ser aceptado por todos: que Cristo Jesús vino al mundo a salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero (1 Timoteo 1:15).

En el año 1847, el doctor James Simpson, de Escocia, descubrió que el cloroformo podía utilizarse como anestésico, permitiendo que los pacientes soportaran las operaciones quirúrgicas sin dolor. Muchos médicos reconocieron que aquel era un avance muy importante en la medicina de su tiempo.
Años más tarde, Simpson daba una conferencia en la Universidad de Edimburgo. Un estudiante le preguntó cuál creía que era el descubrimiento más valioso de su carrera. Por supuesto, todos los presentes esperaban que mencionara el cloroformo.  Sin embargo, el médico respondió: «Mi descubrimiento más valioso fue saber que yo era pecador y que Jesucristo era mi Salvador».
Una actitud de humildad como esa fomenta el crecimiento cristiano; mientras que el orgullo, lo opuesto a la humildad, detiene definitivamente el desarrollo espiritual e, incluso, lo destruye. La parábola del fariseo y el publicano nos enseña esto. Respecto al primero, el Comentario bíblico adventista, en su referencia a Lucas 18:8, dice: «El concepto farisaico, legalista, de la justicia, se basaba en la suposición de que la salvación debía ganarse observando ciertas reglas de conducta, y casi no prestaba atención a la necesaria consagración del corazón a Dios y a la transformación de los motivos y de los propósitos en la vida. El concepto de que la conformidad externa a los requerimientos divinos era todo lo que Dios pedía, sin considerar el motivo que impulsaba a cumplirlos, daba forma a su manera de pensar y de vivir».
¡Cuán orgulloso estaba el fariseo de sus realizaciones en nombre de la piedad! El viento helado del orgullo lo envolvía mientras se encontraba allá, solo, en el monte de la justicia propia. Solo, porque el orgulloso cree que no necesita a Dios. En eso consiste el pecado del orgullo. Nos separa de la única fuente de justicia y misericordia, haciendo imposible que seamos misericordiosos con los demás. A diferencia del doctor Simpson, el fariseo no había hecho todavía el descubrimiento más importante y valioso de la vida: que era pecador y que Jesucristo es el único Salvador. El Comentario bíblico añade: «Está agradecido de que mediante su esfuerzo diligente se ha mantenido estrictamente dentro de la letra de la ley, pero parece desconocer totalmente el espíritu que debe acompañar a la verdadera obediencia para que sea aceptable a Dios»; es decir, la humildad y el amor.
¿Ya aceptaste tu condición pecaminosa? Por extraño que parezca, muchos no han hecho todavía el descubrimiento más valioso de la vida. ¿Tú sí?

Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
¿Sabías que..? Relatos y anécdotas para jóvenes
Por Félix H. Cortez

LO QUE ES LA PALABRA PARA NOSOTROS

Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad.  2 Timoteo 2:15.

La Biblia contiene un sistema simple y completo de teología y filosofía. Es el libro que nos hace sabios para salvación. Nos dice cómo alcanzar la morada de eterna felicidad. Nos cuenta del amor de Dios según fue mostrado en el plan de redención, e imparte el conocimiento esencial para todos: el conocimiento de Cristo.  Él es el Enviado de Dios; él es el Autor de nuestra salvación. Pero aparte de la palabra de Dios, no podríamos tener conocimiento de que tal persona como el Señor Jesucristo visitara alguna vez nuestro mundo, ni conocimiento de su divinidad, como lo indicó su existencia previa con el Padre.
La Biblia no fue escrita para el erudito solamente; al contrario, fue diseñada para la gente común. Las grandes verdades necesarias para nuestra salvación son hechas tan claras como el mediodía, y nadie errará ni perderá su camino excepto aquellos que siguen su propio criterio en lugar de la voluntad de Dios claramente revelada.
La Palabra de Dios golpea cada rasgo equivocado de carácter, y moldea a la persona total, interna y externamente, abatiendo el orgullo y la exaltación propia, llevando a tal persona a traer el espíritu de Cristo a los deberes pequeños tanto como a los grandes deberes de la vida. Nos enseña a todos a ser invariables en nuestra lealtad a la justicia y la pureza, y a la misma vez a ser siempre corteses y compasivos.
La apreciación de la Biblia aumenta con su estudio. Sea cual fuere la dirección que tome el estudiante, la infinita sabiduría y amor de Dios son desplegados. A todos los que son genuinamente convertidos, la Palabra de Dios es el gozo y la consolación de la vida. El Espíritu de Dios les habla, y su corazón se transforma en un jardín regado...
Ningún conocimiento es tan firme, tan consistente, tan abarcante como el que se obtiene del estudio de la Palabra de Dios. Si no hubiera ningún otro libro en todo el mundo, la Palabra de Dios, vivida mediante la gracia de Cristo, haría al hombre perfecto en este mundo, con un carácter apto para la vida futura, inmortal. Los que estudian la Palabra, recibiéndola por fe como la verdad, y recibiéndola en el carácter, serán completos en Aquel que es todo en todos. Gracias a Dios por las posibilidades que ofrece a la humanidad.— Review and Herald, 11 de junio de 1908; parcialmente en En lugares celestiales, p. 135.

Tomado de Meditaciones Matutinas para adultos
Desde el Corazón
Por Elena G. de White

sábado, 26 de enero de 2013

SIGUE BRILLANDO

Lugar: California, EE UU
Palabra de Dios: Mateo 5:14

En 1971, dos bomberos estaban jugando a la pelota, tirándosela uno al otro, en Livermore, California, cuando accidentalmente le pegaron a una bombilla de luz que colgaba del cielorraso. Esperaban que rompiera en mil pedazos, pero la bombilla siguió dando una tenue luz amarillenta, que siguió brillando durante años y años.
¿Cuántos años llevaba allí esa bombilla? Un periodista del diario local se enteró del hecho y decidió investigar. Descubrió que la compañía Livermore Power and Light había regalado la bombilla al departamento de Bomberos Voluntarios en 1901.
La bombilla, de cuatro vatios, había estado iluminando continuamente, como luz de noche, sobre los camiones de bomberos. Y aunque la vida útil promedio de una bombilla de luz es de entre 750 y 1.000 horas (30 a 40 días, si está encendida todo el tiempo), esa bombilla ha estado encendida desde 1901 excepto por breves cortes de luz.
Cuando el Departamento de Bomberos se mudó a un edificio nuevo en 1976, transportó cuidadosamente la bombilla a la nueva estación, del otro lado del pueblo. A los pocos minutos la encendieron, y una vez más la bombilla Livermore brilló. Lo último que escuché es que todavía funcionaba en el año 2001, cumpliendo 100 años: la bombilla que funcionaba más antigua del mundo.
La bombilla Livermore es un gran ejemplo de una luz que se mantiene brillando y brillando. Y eso es lo que Jesús quiere que hagamos: que sigamos brillando para él. Desea que ayudemos a comunicar el amor de Dios, por medio de nuestras palabras y acciones.
En el Sermón del Monte, Jesús dijo: "Ustedes son la luz del mundo". Y, con su ayuda, podemos ser como la bombilla Livermore y brillar continua y consecuentemente, para él.

Tomado de Devocionales para menores
En algún lugar del mundo
Por Helen Lee Robinson

QUE EL SEÑOR HAGA DE TI UN INSTRUMENTO DE PAZ

La mujer pendenciera es gotera constante. Proverbios 19:13

Hay una declaración de la Palabra de Dios que pone a temblar mi corazón: «La mujer necia es escandalosa, frívola y desvergonzada» (Prov. 9:13). Me aterra la sola idea de caer en este grupo. A pesar de ello, me asusta aún más darme cuenta de que en ocasiones he actuado con necedad.
Las mujeres que alborotan, escandalosas y pleitistas, y lo peor de todo, ufanas de su mala conducta, son una abominación para Dios, molestas para quienes las observan, y un lastre pesado de sobrellevar para los que tienen que convivir con ellas. Más aún, no sienten vergüenza de ellas mismas, ni tampoco del dolor que causan a su familia. He visto a esposos abochornados por el proceder público de sus esposas, e imposibilitados para darles un consejo, porque ellas no lo permiten. Los hijos de estas mujeres evitan su compañía porque, como volcanes en erupción, explotan ante la más mínima provocación, dejándolos en ridículo dondequiera que sea y frente a cualquiera.
En contraste, la Palabra de Dios alaba a la mujer prudente. Así dice: «La casa y el dinero se heredan de los padres, pero la esposa inteligente es un don del Señor» (Prov. 19:14). Las mujeres de Dios son una bendición y un don suyo para todo aquel que se topa con ellas. Quiera el Señor que cada una de nosotras podamos estar en este grupo especial de mujeres que son instrumentos de paz.
Las mujeres pacificadoras proyectan paz y armonía en todos los que las observan. Poseen un porte santo que las identifica como hijas de Dios, aunque no lo digan. Defienden sus principios con dignidad y elegancia. Cuando se irritan por alguna injusticia, son capaces de sujetarse al Espíritu Santo y mantenerse serenas y ecuánimes, pues tienen la convicción de que Dios peleará por ellas. Sus palabras muestran la paz de sus corazones cuando dicen: «Sé tú mi defensor, pues tus ojos ven lo que es justo» (Sal. 17:2).
Hagamos en este día una revisión sincera de nuestras actitudes, lo que implica reconocimiento y rectificación. Si reconoces que con mucha frecuencia tu ánimo exaltado te lleva a tener problemas con los demás, entonces has dado el primer paso; el segundo consiste en pedir a Dios con humildad ayuda para que puedas rectificar tu conducta, y llegar a ser lo que Dios anhela que seas, un instrumento de paz.

Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
Aliento para cada día
Por Erna Alvarado

«¿QUIERES TOMAR ALGO CONMIGO?»

El justo atiende a las necesidades de su bestia, pero el malvado es de mala entraña (Proverbios 12:10).

Poco antes de publicar su artículo «Inside the Minds of Animáis» [En la mente de los animales], en la revista Time de agosto de 2010, Jeffrey Kluger recibió de Kanzi, un bonobo de veintinueve años, una invitación para tomar café. Los bonobos son primates, primos cercanos del chimpancé, que viven al sur del río Congo, en África. Kanzi, sin embargo, vive en un centro de investigaciones de lowa, Estados Unidos, donde se le ha enseñado a comunicarse mediante un lenguaje desde que nació.
Kanzi conoce formalmente 384 palabras, aunque ha creado probablemente algunas docenas más por sí mismo. Durante la mayor parte del día, Kanzi mantiene cerca de sí tres hojas ilustradas con cientos de símbolos llenos de color que representan las palabras que los investigadores le han enseñado, o que él ha creado. Su vocabulario incluye palabras como «pelota», «gelatina», «cosquillas» y «correr». Cuando desea comunicarse, señala esos símbolos con el dedo para expresar lo que quiere decir.
Así, la mañana en que Jeffrey y Kanzi se conocieron, el mono señaló con el dedo al símbolo para café y luego a Jeffrey, para invitarlo a compartir. Cuando Jeffrey se recuperó de la sorpresa, se fue a buscar dos tazas de café caliente. Cuando hubieron tomado el café, Kanzi apuntó el símbolo «pelota». Era tiempo de ir a jugar.
Los científicos comprenden cada día más que la inteligencia de los animales es mayor de lo que antes pensábamos. Por ejemplo, los cuervos han mostrado habilidad para doblar alambre y crear un gancho para sacar comida que se encuentra en el fondo de un tubo de plástico. Se sabe que las nutrias abren los moluscos quebrándolos con rocas y que las hienas deciden de antemano qué cazarán y cuántos miembros de la manada son necesarios para lograrlo. El conocimiento de la inteligencia animal ha llevado a algunos científicos a preguntarse cuánto sufren los animales, porque entienden que una mayor capacidad intelectual y de autoconciencia aumenta, sin duda, la capacidad para sufrir o para ser feliz.
La Biblia dice que «toda la creación todavía gime a una» por causa del sufrimiento que trajo la humanidad (Rom. 8:20-22). Lamentablemente, muchos impíos infligen sufrimiento intencionado a los pobres animales. Es importante, entonces, que te preguntes hoy cuan felices son tus mascotas. Cuida y protege a los animales, también son criaturas de Dios.

Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
¿Sabías que..? Relatos y anécdotas para jóvenes
Por Félix H. Cortez

LA PALABRA EN FORMA HUMANA

Porque les enseriaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas. Mateo 7:29.

Revestido del manto de la humanidad, el Hijo de Dios descendió al nivel de los que deseaba salvar. En él no había ni engaño ni pecado; siempre fue puro e incontaminado; y sin embargo tomó sobre sí nuestra naturaleza pecaminosa. Al revestir su divinidad de humanidad, para poder relacionarse con la humanidad caída, trató de recuperar para el hombre lo que Adán había perdido como consecuencia de la desobediencia tanto para sí mismo como para el mundo. En su propio carácter exhibió ante el mundo el carácter de Dios; no se satisfizo a sí mismo, sino que fue por ahí haciendo el bien. Toda su historia durante más de treinta años fue de una benevolencia pura y desinteresada.
¿Nos asombra que quienes lo escucharon quedaran maravillados por sus enseñanzas? "Enseñaba como uno que tiene autoridad, y no como los escribas". Las enseñanzas de los escribas y fariseos eran una repetición continua de fábulas y tradiciones infantiles. Sus opiniones y ceremonias se basaban en la autoridad de máximas antiguas y dichos de los rabinos que eran frívolos e inútiles. Cristo no abundaba en refranes débiles e insípidos y teorías humanas. Se dirigía a sus oyentes como uno que poseía una autoridad superior; les presentaba temas pertinentes, y sus apelaciones llevaban convicción a sus corazones. La opinión de todos, expresada por muchos que no pudieron guardar silencio fue: "Ningún hombre ha hablado como este".
La Biblia enseña la voluntad total de Dios concerniente a nosotros... La enseñanza de esta Palabra es precisamente lo que necesitamos en toda circunstancia en que podamos ser colocados. Es una regla suficiente de fe y práctica, porque es la voz de Dios que habla al alma, dándoles a los miembros de su familia indicaciones sobre cómo guardar el corazón diligentemente. Si se estudia esta Palabra; no leyéndola meramente, sino estudiándola, nos brinda una abundancia de conocimiento que nos permite mejorar toda dotación de parte de Dios...
Todos los que vienen a la Palabra de Dios en busca de conducción, con mentes humildes e inquisitivas, determinados a conocer los términos de la salvación, entenderán lo que dice la Escritura...
Necesitamos humillar el corazón, y con sinceridad y reverencia escudriñar la Palabra de vida porque solo los que tienen una mente humilde y contrita podrán ver la luz... El Señor habla al corazón que se humilla a sí mismo ante él.— Review and Herald, 22 de agosto de 1907; parcialmente en Comentario bíblico adventista, tomo 7A, p. 450.

Tomado de Meditaciones Matutinas para adultos
Desde el Corazón
Por Elena G. de White

viernes, 25 de enero de 2013

MORDISCO DURO

Lugar: Italia
Palabra de Dios: Romanos 8:28.

El mozo trajo el plato caliente de pasta y lo colocó frente a Liliana. Oh, parecía muy rico. Había estado esperando esa noche con ansias durante toda la semana, porque había salido a comer a su restaurante preferido. Inspirando profundamente, se deleitó en el delicioso aroma.
Pero, lo que comenzó como una noche maravillosa rápidamente se convirtió en una pesadilla. Mientras Liliana comía la pasta, mordió algo duro y oyó un sonido terrible, como de un chirrido. Instantáneamente dejó de masticar, y su mano voló a su mandíbula, mientras hacía un gesto de dolor. Qué manera terrible de arruinar la noche.
Liliana sintió como si algo la hubiera golpeado. Y lo peor fue que la piedra se le incrustó entre los dientes. Usando su lengua, trató de quitar el objeto, pero no lo pudo aflojar. Se miró en el espejo del baño, y trató de acercarse a la piedra desde diferentes ángulos, pero sin éxito. ¡Esto era terrible! Ahora, tendría que ir al dentista para que se la sacaran. ¡Oh!, ¿por qué tuvo que pasarle esto a ella?
La visita al odontólogo no estuvo libre de dolor, tampoco. La piedra se había atascado bien. La desgracia de Liliana parecía no tener fin. Pero, esta historia tiene un giro sorprendente: cuando el dentista sacó la piedra, resultó ser un diamante sin cortar, que valía 3.500 dólares.
¿Alguna vez te pasó algo malo? ¿Te preguntaste por qué Dios permitió eso? La Biblia nos asegura: "Sabemos que Dios dispone todas las cosas para él bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito". Esa es una promesa maravillosa.
A veces, podemos sentir como si todo estuviera saliendo mal; pero, aun en tiempos difíciles podemos estar seguros de que Dios está en el control. Quizá no entendamos por qué permite que nos pasen cosas malas, pero al final todo saldrá bien.

Tomado de Devocionales para menores
En algún lugar del mundo
Por Helen Lee Robinson

TODO TIENE CONSECUENCIAS

El camino de Dios es perfecto; la palabra del Señor es intachable. Escudo es Dios a los que en él se refugian. ¿Quién es Dios, si no el Señor? ¿Quién es la roca, si no nuestro Dios? Es él quien me arma de valor y endereza mi camino; da a mis pies la ligereza del venado, y me mantiene firme en las alturas. Salmo 18:30-33.

Una de las leyes universales de la vida dice así: «Todo lo que hagas tiene consecuencias». Creo que en más de una ocasión hemos comprobado la veracidad de esta declaración. Si nuestras decisiones son buenas, lo más seguro es que las congruencias también lo sean. Por el contrario, las decisiones erróneas traerán como resultado consecuencias negativas, y estas nos alcanzarán tarde o temprano.
Nadie puede quedarse como espectador de la vida y sencillamente mirar cómo transcurre. Tenemos que involucrarnos, y es ahí donde las decisiones son tan vitales. Pueden determinar el éxito o el fracaso; la vida o la muerte. La otra gran verdad en la relación a las decisiones es que estas no solo afectan a quien las toma, sino también a los que están dentro de su esfera de influencia.
Las mujeres que generalmente estamos a cargo de una familia y del hogar, inmersas en un sinfín de actividades, somos empujadas a tomar decisiones constantemente. Algunas quizás intrascendentes, pero otras tan importantes que ponemos en juego nuestro bienestar y el de los que dependen de nosotras. Recuerdo el caso de una madre que, persuadida por su hijo, tomó la decisión de permitirle abandonar la escuela. Ahora que el hijo es adulto se lo recrimina y la culpa a ella de su propio fracaso profesional.
Si en medio de las emociones de la juventud una muchacha decide vivir únicamente para los placeres que el mundo ofrece, puede ser que la cosecha de la vida le entregue solamente «gavillas vacías». Por el contrario, si por decisión personal decide poner su voluntad y sus deseos bajo el dominio de Dios, su cosecha seguramente será abundante.
¡Cuidado! No todas las vías nos llevarán a un final feliz. En la Palabra de Dios leemos: «Hay caminos que al hombre le parecen rectos, pero que acaban por ser caminos de muerte» (Prov. 14:12). En Cristo Jesús encontramos el mejor aliado para tomar decisiones acertadas, y si las decisiones equivocadas que has tomado en el pasado han bloqueado tu camino, suplica y dile: «Guíame, Señor, por tu camino; dirígeme por la senda de rectitud» (Sal. 27:11).

Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
Aliento para cada día
Por Erna Alvarado