jueves, 4 de agosto de 2011

LA CARRERA MÁS IMPORTANTE - 2ª PARTE

Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellas, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible. (1 Corintios 9:25).

La ciclista española Joane Somarriba, nacida el 11 de agosto de. 1972, ha ganado tres veces el Tour de Francia en los años 2000, 2001 y 2003, y dos el Giro de Italia, en 1999 y 2000. Además fue campeona del mundo en la prueba contra reloj en 2003. Si pudiéramos preguntarle a esta formidable deportista de cuántas cosas se ha tenido que privar a lo largo de los años, estoy segura de que la lista sería muy larga. Para obtener grandes resultados son necesarios el sacrificio, la dedicación, la perseverancia y la paciencia. Estas virtudes también resultan imprescindibles en las olimpiadas donde todas participamos: la vida.
La meta de cada especialidad deportiva es diferente. Unos deben correr para llegar primeros, otros luchar contra un contrincante hasta abatirlo o lanzar objetos a la mayor distancia posible. En cambio nosotras tenemos solo una meta y solo un premio, el mismo para todas, aunque no todas lo alcanzaremos de igual forma. Algunas tenemos que ejercitar mucho los músculos de las piernas para no resbalar en el enlodado pavimento de este mundo. Quizá tú te encuentres entre las que deben aprender a controlar la respiración para atravesar aguas turbulentas. Puede ser que tengas que especializarte en lanzar objetos a larga distancia, una jabalina, un martillo o un disco, que bien pueden representar vicios, costumbres y hábitos que te cuesta alejar de ti. Si de correr se trata y empleas un vehículo súper veloz, comprenderás la importancia de la oración como medio de comunicación rápida y eficaz. O tal vez seas una ciclista y tengas que dar la vuelta al mundo, para lo cual necesitarás la Biblia, único mapa que te orienta correctamente y te señala el camino seguro.
Sea cual fuere la modalidad en la que te estés entrenando, obtendrás la corona de la vida si te enfocas cien por ciento en llegar a la meta. Tu medalla te está esperando. No escatimes ningún esfuerzo para llegar al final, porque solo los que cruzan la meta obtendrán la recompensa eterna.
Corre, no le detengas. Cristo te espera al cruzar la meta.

Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera

CONFIAR EN LAS RIQUEZAS

A los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos. 1 Timoteo 6:17.

Si bien las Escrituras nunca condenaron las riquezas, procuran darle al hombre una guía segura para que el enemigo no aproveche esta bendición y le arruine su vida espiritual.
En el versículo de este día, Pablo reprueba tener "la esperanza en las riquezas". ¿Qué es poner la esperanza en las riquezas? Es confiar de todo corazón en las posesiones materiales, dejando de sentir necesidad de Dios y de su amparo divino, para vivir con autosuficiencia. Quien experimenta esta condición, ama y confía en el dinero más que en Dios.
Tristemente, desde la antigüedad y hasta el presente, muchas personas llegaron a convencerse de que es posible vivir confiados y tranquilos porque poseen mucho dinero. Es más, una cantidad de crímenes, robos, asaltos y delitos se realizaron a lo largo de la historia humana solo para conseguir grandes sumas de dinero. Incluso en estos días, es posible ver en las famosas películas de Hollywood a "héroes" que se enriquecieron gracias a estafas o robos realizados con mucha pericia.
Claro que no hace falta realizar un asalto o un fraude para que alguien demuestre que puso su confianza en las riquezas, ya que también los que trabajan y ganan su dinero de manera honrada están expuestos a este peligro espiritual. Hay personas que pasan horas y horas de trabajo esforzado, dejando de lado la familia, la vida social y la vida espiritual solamente para calmar la ambición de tener más dinero.
Pablo enfatiza que al poner "la esperanza en el dinero", se está confiando en un lugar "incierto", porque al igual que muchas otras bendiciones, las riquezas también pueden desaparecer. ¡Cuántas personas se sumieron en la desesperación y hasta en el suicidio por haber perdido sus posesiones terrenales!
Se nos anima a poner la esperanza en Alguien que no es "incierto", sino que responde y jamás defrauda a sus hijos. El "Dios vivo", que nunca te abandonará ni se "terminará", debe ser el primero y el último en tu vida, el que le da el sentido a tu existencia, más allá de cualquier bendición material. La gran diferencia entre un verdadero cristiano y uno que no lo es, consiste en que el primero puede perder todo en el mundo y seguir confiando en Dios. ¡Ojalá pertenezcas a ese grupo!

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuel

CONTIGO

Estaba, pues, Jehová con Josué, y su nombre se divulgó por toda la tierra. Josué 6:27.

¿Cómo definir, con palabras, el dolor de Jaime? ¿Cómo explicar la causa sus lágrimas? No es fácil. Los sueños son sagrados. Nacen en el alma, se van formando como un niño en el vientre materno: esperas, ansioso, el día de verle el rostro. Pero, ¿qué sucede si pasa el tiempo, y la realidad no aparece? Miras hacia adentro, y allí, en lo recóndito de tu ser, solo encuentras restos de algo que se negó a ver la luz. Y te asustas, y sientes que tu sueño se transformó en una horrible pesadilla.
Jaime soñaba con ser rico y famoso. Pensaba que, para eso, el primer paso sería liberarse de los "tabúes que el cristianismo le imponía".
"Al final de cuentas", pensaba, "vivimos en un mundo en que no hay lugar para los melindres de la conciencia". Y partió, como el águila, rumbo al infinito de sus aspiraciones. Voló, voló y voló, en busca del sol. Y de repente, sintió las alas chamuscadas en el fuego de la fama; y volvió, solo y triste, de regreso a su realidad de dolor y de lágrimas.
Diferente realidad la de Josué. "Su nombre se divulgó por toda la tierra", afirma el texto. El joven líder de Israel no buscó fama: busco servir, y el resultado fue la fama. Diferente de Jaime, que buscó la fama y encontró el dolor.
"Estaba, pues, Jehová con Josué". Esta frase expresa el secreto de Josué: Dios controlaba su vida y sus decisiones. Él era el principio, el medio y el fin de su experiencia. En el poder de Dios, enfrentó a los ejércitos enemigos de Canaán y los derrotó. Cada victoria alcanzada lo preparaba para la siguiente. Su confianza en Dios aumentaba. Aumentaban, también, su dependencia y su sumisión.
Pero, esta sumisión, lejos de convertirlo en un debilucho lleno de "tabúes", lo convertía en un guerrero intrépido, capaz de ver la victoria antes de que los enemigos surgiesen. La preocupación que dominaba sus actos no era alcanzar la fama, sino servir a Dios y a su pueblo. La fama fue la consecuencia natural de ser guiado por el Señor.
Haz de este un día de confianza y de entrega a Dios; ten la seguridad de que tus decisiones no son solamente tuyas. Pide la aprobación divina y, después, parte rumbo a las grandes victorias que el Señor tiene preparadas para ti. Porque "estaba, pues, Jehová con Josué, y su nombre se divulgó por toda la tierra".

Tomado de meditaciones matinales para adultos
Plenitud en Cristo
Por Alejandro Bullón