lunes, 7 de diciembre de 2009

GRACIAS POR SER MUJER

Y Dios creó al ser humano a su imagen; lo creó a imagen de Dios. Hombre y mujer los creó (Génesis 1:27).

Seguramente en más de una ocasión has recibido respuestas de Dios a tus peticiones. Por supuesto, eso merece palabras de gratitud de nuestra parte. También al contemplar la creación divina nos llenamos de emoción ante la grandeza del Dios del universo. ¡Qué maravilla y qué perfección! Hace algún tiempo visité un lugar paradisíaco donde contemplé emocionada la hermosa creación de nuestro Dios. El arco iris, el paisaje arbolado, los peces de colores y las rebosantes flores.
¡Quedé maravillada al ver orquídeas con más de diez colores combinados! Todo lo que hay en el cielo, la tierra y debajo de ella habla de un Creador poderoso y omnisapiente. ¿Pero alguna vez has agradecido a Dios porque te creó y te dio la vida? Para ser sincera, yo nunca lo había hecho y es que siempre pensé que era una persona más en este mundo, alguien sin relevancia. Pero conforme han pasado los años me he dado cuenta que el amor del Señor hacia mí se ha manifestado de múltiples formas. ¡Qué gran privilegio ser a su imagen y semejanza! Cada una de nosotras es especial para Dios.
Si el pecado nos ha degradado y ha dejado cicatrices en nuestro cuerpo, aún así vivamos felices, esperando con fe que un día seremos transformadas, que nuestros cuerpos corruptibles serán sustituidos por incorruptibles y lo mortal será vestido de inmortalidad. El apóstol Pablo nos dice que seremos transformadas en un abrir y cerrar de ojos (1 Tes. 4: 16, 17). ¡Qué gran es¬peranza! Agradece hoy al Señor porque te formó de una manera especial, pa¬ra que su nombre sea glorificado en tu vida. Recuerda que eres valiosa ante sus ojos.

MabelAguirre de Twahirwa
Tomado de la Matutina Manifestaciones de su Amor.

EL TRIGO Y LA CIZAÑA

Pero cuando todos estaban durmiendo, llegó un enemigo sembró mala hierba entre el trigo y se fue. Mateo 13:25.

Cuando explican por qué no van a la iglesia, algunos dice: «Hay demasiados hipócritas». Un hipócrita es una persona que finge ser algo que no quieren ser.
Entre los seguidores de Dios siempre ha habido hipócritas. Y siempre los habrá. Jesús nos dijo cómo tratar a los hipócritas con la parábola del trigo y la cizaña.
En tiempos de la Biblia, una de las mejores maneras de derrotar a un enemigo era arruinarle las cosechas. Si a Sadoc no le gustaba Acaz, esperaba hasta que Acaz sembrase el campo de trigo. Entonces Sadoc, en la oscuridad, se introducía en el campo de Acaz y esparcía las malas hierbas, que a menudo eran semillas de una planta venenosa conocida como cizaña.
Cuando el trigo empezaba a crecer, la cizaña crecía junto a él. Y nadie podía diferenciarlas porque las plantas son muy parecidas.
Pero hacia el final de la temporada, la cizaña se vuelve gris. Entonces los siervos podían identifica las plantas venenosas, arrancarlas y arrojarlas a la hoguera.
La enseñanza de Jesús al explicar la parábola es que no tiene que sorprendernos que en la iglesia haya personas destructivas (hipócritas). Satanás, el enemigo del pueblo de Dios, siembra de seguidores suyos el campo de la iglesia. Pero es difícil identificarlos. A menudo, los hipócritas y los nuevos cristianos se parecen mucho. Jesús o advirtió de que no intentásemos arrancar a los hipócritas de la iglesia porque no conocemos el corazón de las personas y podríamos desalentar por error a una persona que busque realmente a Dios.
Al final, Dios determinará quién es y quién no es un seguidor verdadero. Hasta entonces, en la iglesia habrá hipócritas. Pero no les permitas que te impidan ir a la iglesia el próximo sábado. Sé un ejemplo y permite que Dios juzgue.

Tomado de la Matutina El Viaje Increíble.

¿CONDENADO POR OBEDECER?

Os digo que este descendió a su casa justificado antes que el otro; porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla será enaltecido. Lucas 18: 14.

Pese a su obediencia, el fariseo no fue justificado. Era justo según su criterio. Hombre fiel a su esposa, ayunaba dos veces a la semana y daba diezmos de todo lo que poseía. Si yo hubiese sido su pastor, no me lo habría pensado dos veces a la hora de ponerlo como primer anciano de la iglesia. Sin embargo, Jesús percibía que ese caballero andaba mal.

¿Acaso la obediencia no es importante? ¿Qué sucedió en el caso del fariseo? ¿Debemos tomarnos la obediencia en serio o no?
La obediencia es importante. La Biblia enfatiza vez tras vez que Dios requiere nuestra obediencia. Se deleita cuando hacemos lo que pide. El problema del fariseo estuvo en que usó la obediencia como medio de salvación. Las cosas buenas que hacía respondían a su deseo de sentirse orgulloso y seguro, y de humillar a los demás.
Si la obediencia no cuenta para nuestra salvación, ¿por qué la exige Dios? La preocupación de Dios por nosotros surge de su profundo amor y devoción. Él manda nuestra obediencia no porque sea muy estricto y exigente, sino porque conoce el efecto que la desobediencia y el pecado tendrán sobre nuestra vida. En cambio, Satanás tiene otro objetivo en mente, pues sabe que si puede atraernos al pecado, nuestras acciones deshonrarán al Señor y causarán dolor al corazón de Dios.
La desobediencia también tiene temibles repercusiones en forma de sentimientos de culpa, de vergüenza, de desprecio, vidas quebrantadas, matrimonios destruidos y amargas disputas. Sansón desobedeció por creer que no necesitaba la fuerza de Dios y terminó ciego, arruinado y transformado objeto de mofa. Saúl desobedeció y terminó en el suicidio. Caín desobedeció y vivió errante y fugitivo. Jonás desobedeció y un animal marino se lo tragó. Judas desobedeció y murió ahorcado. Aunque el amor divino no cambia, el pecado interrumpe nuestra comunión con el Señor. La desobediencia envía un mensaje a Dios que declara que, en lo que respecta a regir nuestra vida, nosotros sabemos más que él.
No hay un solo momento en que la obediencia carezca de importancia para el Señor. Dios requiere tu obediencia en cada circunstancia de tu vida. Decir una mentirijilla puede ser tan perjudicial para nuestro bienestar espiritual como sucumbir ante una tentación mayor, como el adulterio o el robo. La obediencia es una cerca de protección contra el mal. Gózate siempre en obedecer.

Tomado de la Matutina Siempre gozosos.