viernes, 16 de diciembre de 2011

UNA VARA EN FORMA DE CRUZ

Saldrá una vara del tronco de Isaí; un vástago retoñara de sus raíces. (Isaías 11:1).

Dios eligió un pueblo a partir de un hombre para convenirlo en una nación con un propósito. Deseaba que fueran mensajeros de luz y verdad y que ejercieran una influencia para el bien que abarcara toda la tierra y transmitiera así vida y paz a todos sus habitantes. Una vez más, Dios se acercaba al ser humano para proporcionarle salvación. Pero por su desobediencia, el pueblo Israelita fue llevado en cautiverio. A pesar de todo, Dios prometió que de la descendencia de David se levantaría un Rey que llevaría a cabo lo que David y sus sucesores no habían logrado.
¡Qué maravilloso mensaje! Cuando de aquella nación no quedara más que la cepa, de las raíces aparentemente sin vida brotaría un Retoño que se convertiría en árbol de justicia, y finalmente llenaría toda la tierra, impartiendo paz y alegría a toda la humanidad (ver Comentario bíblico adventista, t. 4, p. 199).
Cristo siempre toma la iniciativa. No fueron Adán y Eva los que buscaron a Dios iras obedecer al enemigo, sino que Dios se presentó en el jardín del Edén y llamó al hombre que había creado. También llamó a Caín para hacerlo recapacitar. Fue su voz la que escucharon Noé, Enoc, Moisés, Josué e innumerables personas hasta nuestros días. Unos escucharon para bien, mientras que otros, como Caín, continuaron en su mal proceder.
Si Dios no se hubiera preocupado por los seres humanos, estaríamos completamente perdidos, porque nuestra naturaleza pecaminosa, en lugar de acercarnos a la única fuente de salvación, nos aleja de ella, dejándonos inmersos en la agonía del pecado y de la muerte.
El texto de hoy nos asegura que aunque el trono que Dios había establecido en el pueblo de Israel iba a desaparecer, la vara, el renuevo, la sabia de la raíz, aparecería para volver a ser la esperanza del mundo. Esa vara ya es una realidad. Todavía se alza en forma de cruz para asegurar la salvación a todo aquel que en él cree. ¿Has aceptado esa fuente de salvación? Sé tú de las que escuchan la voz divina para que muy pronto puedas sentarte junto al trono de tu Salvador.

Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera

EL FIN DEL MUNDO

Respondiendo Jesús, les dijo: Mirad que nadie os engañe. Mateo 24:4.

Durante 1985, el mundo se preparó para ver un suceso que ocurre cada 78 años: la aparición del cometa Halley. Astrónomos de todo el planeta hicieron grandes preparativos para observar y estudiar un suceso que no volvería a repetirse mientras vivieran, pero esta aparición estelar fue utilizada por cientos de fanáticos religiosos y catastrofistas para anunciar que se trataba "del fin del mundo". Durante varias semanas, en marzo de 1986, millones de personas (incluyéndome a mí) pudieron contemplar la aparición de este fenómeno; sin embargo el cometa siguió su curso por el espacio y el mundo no llegó a su fin.
En las postrimerías del siglo XX, los medios de comunicación se prestaron para que sociólogos, astrólogos, hechiceros, religiosos y una cantidad de personas hicieran sus vaticinios funestos y catastróficos sobre lo que creían era "el fin del mundo". Había cierto temor de que cuando el almanaque cambiara de 1999 a 2000, se terminaría la civilización, tal como la conocemos hoy. Muchas personas en diversos países del mundo creyeron estos trágicos anuncios, y hubo gente que se suicidó para no presenciar "el fin del mundo".
El 5 de mayo de 2005 también debió haber sido un día de catástrofes mundiales. Así lo pronosticaron Rasputín, Edgar Cayce y Solari Parravicini, ya que la tierra, que ocupa el tercer sitio entre los nueve, se alinearía con el resto de los planetas en línea recta. Los cometas impactarían el mundo, habría una ruptura de las placas tectónicas, algunas islas desaparecerían y cataclismos universales eran algunos de los terribles presagios.
El enemigo de Dios, para apartar la vista del hombre del verdadero "fin del mundo", ha hecho aparecer una cantidad de falsos profetas y alarmistas que engañan y tornan descreídas a las personas sinceras. Si bien la Biblia habla del fin del mundo de pecado, lo atribuye a la intervención divina y no a la aparición de un cometa, ni a los números "ceros" del calendario o a los terremotos, inundaciones y erupciones volcánicas.
Jesús, el Rey de reyes y Señor del mundo, será quien, a su advenimiento, ponga fin a más de 6.000 años de pecado en un planeta en rebelión contra la ley de Dios. Jesús, quien venció a Satanás en la cruz, volverá al mundo como lo prometió, para finalizar su obra: terminar de una vez con el causante del pecado y con los pecadores. Jesús, el Hijo de Dios, será quien realice "el fin del mundo". Hasta que eso ocurra, "mirad que nadie os engañe".

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuel

MI GOZO

Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido. Juan 15:11.

El tránsito es intenso en el puente más agitado de Minneapolis. Es una tarde triste a pesar del verano: ayer, el huracán Dolly golpeó con fuerza el sur de Texas; a Antonio le hubiera gustado estar allí, para que el huracán acabara con él. Como no fue posible, está aquí, encima de la carretera 35, con la idea absurda de quitarse la vida.
Cualquiera que viese a este joven desesperado, jamás imaginaría que hace solo 42 días él desfilaba por el corredor de una iglesia, para recibir a su novia. ¡Cómo son las cosas! No se completaron dos meses, y Antonio cree que no vale la pena seguir viviendo.
Durante la luna de miel, pensó que era el hombre más feliz. Su esposa Eni un regalo divino. Cuando sonreía, se le formaban dos hoyuelos en el rostro; parecían dos entradas hacia un mundo de felicidad. Pero, la dicha y el gozo les duraron poco. Verdades dichas a medias habían levantado, entre ellos, una pared de dolor e incomprensión.
¿Qué hacer ahora? Antonio nunca tomó el cristianismo en serio. Aceptó casarse en una iglesia, porque su novia insistió; para él, no hacía mucha diferencia. En su opinión, la felicidad de una pareja no debe dejarse en las manos de Dios: es el resultado de la disciplina y del esfuerzo humano. Pero, él no contaba con las circunstancias absurdas que trae la vida. Toda su disciplina era incapaz de trastocar la determinación de la esposa: estaba decidida a divorciarse.
"Es injusto", pensaba él. "Dos vidas jóvenes no pueden ser destruidas solo porque se omitió la verdad". Pero, la vida es así. La verdad puede ser dolorosa, pero es limpia por ser verdad; la mentira disfraza la herida, pero cuando quitas la venda, te sorprendes con una gangrena incurable.
Antonio no sabe lo que el Señor Jesús dijo un día. El gozo, el verdadero gozo, la auténtica felicidad, la dicha plena, no es fruto del esfuerzo humano: es un regalo divino.
"Que mi gozo esté en vosotros", dijo Jesús. Solo cuando el gozo de Jesús esté en tu corazón, "tu gozo" será cumplido. La felicidad plena es el resultado natural de la presencia de Jesús en la vida: todo lo que intentes llamar felicidad, sin Cristo, es alegría hueca. Es lamentable que, para entender algo tan simple, tengamos que llegar, como Antonio, al puente más agitado de Minneapolis.
Parte hoy, para los desafíos de la vida, recordando que Jesús desea que "su gozo esté en ti, para que tu gozo sea cumplido".

Tomado de meditaciones matinales para adultos
Plenitud en Cristo
Por Alejandro Bullón