martes, 18 de septiembre de 2012

SOLO LO MEJOR


«Y convertí sus montañas en desolación y entregué su heredad a los chacales del desierto» (Malaquías 1:3,NVI).

¡Shhhh! Haz silencio ahora. Estamos en territorio del chacal del desierto. Deberíamos tener miedo de un chacal, pero más miedo deberíamos tener de un león. ¡Claro! Te cuento cómo funciona esto. El león caza un animal y se come todo lo que quiere. Cuando el león se va, vienen los chacales y recogen lo que sobra. Acaban con todo porque son carroñeros.
Es normal que los chacales sean carroñeros, pero nosotros no podemos ser carroñeros. Los animales carroñeros se alimentan de las sobras y de cualquier basura que puedan encontrar.  No me estoy refiriendo a que nosotros comamos del contenedor de la basura, sino a la basura que podría entrar en nuestra cabeza. Como cristianos debemos leer los mejores libros, mirar los mejores programas de televisión y ver las mejores revistas que nos ayuden a aprender cosas buenas cada día. Es decir no metas basura en tu mente como el chacal mete basura en su estómago.
Llena tu cabeza solo con aquellas cosas que te ayuden a mantenerte cerca de Jesús. El chacal necesita ser un carroñero para poder sobrevivir; pero tú no. Busca solo lo mejor.  Eso es lo que Jesús espera de ti.

Tomado de Devocionales para menores
Explorando con Jesús
Por Jim Feldbush

NUESTROS TESOROS


Está mi alma apegada a ti, tu diestra me ha sostenido. (Salmo 63:8).

En 1912 se consideraba que cruzar el Océano Atlántico era una aventura. Pero aquel viaje sería más seguro, ya que se realizaría en un nuevo transatlántico, cuyos fabricantes consideraban insumergible. Era la nave más grande, más lujosa y rápida de la época. Es cierto que todo marchó de maravilla a la luz del día, pero aquel «insumergible» no pudo vencer los sutiles peligros de la noche. Las luces, la música, la elegancia y los brindis estaban engarzados en el marco de una serie de placeres terrenales cuando, de repente, el barco se estremeció, y el Titanic perdió la batalla.
Entre los pasajeros de primera había una elegante dama que viajaba con dos finos perros a los que había elevado a la categoría de «hijos predilectos». Cuando la tripulación se dio cuenta de que los botes salvavidas resultaban insuficientes, se dio la orden de auxiliar primeramente a las mujeres y a los niños. La distinguida dama alcanzó a entrar en uno de los botes salvavidas, e intentó que subieran a sus perros, pero les negaron el paso: «Únicamente usted, señora». Ella suplicó que le dejaran embarcar a sus animalitos, pero sin éxito. Entonces debía tomar una decisión rápidamente y así lo hizo: se quedaría en el Titanic para acompañar a sus perros, porque no soportaría la vida sin ellos. Hoy la dama y sus mascotas yacen en el fondo del mar, aunque la salvación oportuna y gratuita estuvo a su alcance.
Los apegos son malos. Revisa tu vida por si tienes algún apego; podría ser un perro o un gato; la pasión por el ira bajo; el excesivo amor al dinero; el orgullo o la vanidad lo que te esté separando de la fe y la salvación. En el gran mar de la vida, hay días claros y noches oscuras, y Dios ha provisto suficientes salvavidas. Tu decisión dependerá de que prefieras a tus apegos por encima de aquel glorioso amanecer en el que podrás levantarte tomado de la mano de Jesús.
Mi deseo es que Dios te ayude a valorar las oportunidades que pone hoy a tu alcance. Abandona tus tesoros y escoge la salvación. La decisión es tuya, y de nadie más

Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
Una cita especial
Textos compilados por Edilma de Balboa
Por Margarita Sharp de Priora 

DIOS USA A LOS ÁNGELES ¡Y A LOS PIOJOS!


El Señor salva la vida a sus siervos; ¡no serán castigados los que en él confían!  Salmo 34:22

Corrie sabía el riesgo que corría al ocultar su Biblia. Había llegado a Ravens-bruck, el temido campo de concentración para mujeres, donde cualquier desobediencia a las autoridades alemanas se pagaba con la vida. ¿Correría el riesgo?.  Mientras esperaba su turno para ser inspeccionada, observaba la forma en que las mujeres eran despojadas de todas sus posesiones. Entonces decidió confiar la situación a su Padre celestial. Escondería la Biblia bajo su vestido, y pediría a Dios que enviara a sus ángeles para que le permitieran pasar el punto de seguridad sin ser vista. «Oh Dios, te pido que envíes a tus ángeles, pero que no sean transparentes, para que me puedan ocultar».
Corrie observó entonces cómo la mujer que estaba delante de ella era despojada de sus pertenencias. Ahora era su turno. ¡Pero pudo pasar el punto de seguridad sin ser interceptada! ¡Dios había hecho el milagro!
Sus problemas, sin embargo, no habían terminado. ¿Cómo se las arreglaría para leer su Biblia sin que la descubrieran? Corrie no imaginó que Dios ya «había hecho los arreglos» necesarios. Corrie Ten Boom fue asignada a la barraca N° 28, el lugar de la prisión adonde ni siquiera los guardias se atrevían a entrar, ¡porque estaba infestado de pulgas y piojos! Fue así como Corrie pudo celebrar estudios bíblicos dos veces al día mientras estuvo prisionera, ¡sin ser perturbada en lo más mínimo! (Steve Halliday y William Travis, How Great Thou Art [Grande eres tú], lectura para el 9 de diciembre).
No hay duda alguna de que los caminos de Dios son misteriosos. Dios siempre se las arregla de alguna manera para ser fiel a su promesa: «Cuando me llames, te contestaré» (ver Sal. 91:15).
¿Estás atravesando por alguna circunstancia difícil en tu vida? Me refiero a una situación bien compleja, de esas que quitan el sueño y oprimen el corazón. Bueno, aquí está el desafío para ti: ponía en manos de Dios. Él quiere que lo pongas a prueba, no con cualquier problemita insignificante, sino con la mayor preocupación que tengas. Y después de poner tu caso en sus manos, confía, porque, fiel a su promesa, él vendrá en tu ayuda (ver Sal. 37:5).
Mi Padre celestial, pongo ante ti esta carga que me oprime el corazón.  Conforme a tu promesa, líbrame de ella, para gloria de tu nombre. 

Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
Dímelo de frente
Por Fernando Zabala

DESAGRADECIDOS


«Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él»  (Colosenses 3:17).

La ingratitud es uno de los pecados cardinales de nuestro tiempo. «Habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanidosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos» (2 Tim. 3:2). En el tiempo en que se formaba para el ministerio en Evanston, Illinois, Edward Spencer pertenecía a un equipo de rescate. Un barco encalló en la costa del Lago Michigan, cerca de Evanston, y Edward se metió una y otra vez en las gélidas aguas para rescatar a 17 pasajeros. Como consecuencia, su salud se resintió de forma permanente. Años más tarde, en su funeral, se comentó que ninguno de los que rescató jamás le dio las gracias.
Jesús sabía lo que se siente al ayudar a alguien sin recibir muestras de agradecimiento. Acababa de sanar a diez leprosos de su terrible enfermedad, pero solo uno regresó para darle las gracias. Cuando aquel único leproso regresó para mostrarle su agradecimiento, Jesús le hizo tres preguntas: (1) «¿No eran diez los limpiados?», (2) «¿Dónde están los otros nueve?» y (3) «¿No hubo quien volviese y diese gloria a Dios sino este extranjero?». ¿Se imagina el tono de decepción de la voz de Jesús al formular esta última pregunta?
Quizá la gente sea ingrata porque tiene demasiado y está convencida de que lo merece. La pequeña Cristina, de ocho años de edad, padecía un cáncer del sistema nervioso. Cuando le preguntaron qué quería para su cumpleaños, tras una larga y ardua reflexión, respondió:
—No sé... Tengo dos libros de pegatinas y una muñeca de Cabbage Patch. ¡Ya lo tengo todo!
Ante lo que Jesús ha hecho por nosotros, nada que no sea el agradecimiento y la alabanza de todo corazón es adecuado. Tenemos mucho que agradecerle, tanto cuando las cosas van bien como cuando andan mal. Siempre hay algo que agradecer al Señor. El ministro escocés Alexander Whyte era conocido por sus oraciones desde el pulpito. Siempre encontraba algo por lo que estar agradecido. Un domingo por la mañana el clima era tan sombrío que un miembro de la iglesia pensó para sí: «Seguro que el predicador no será capaz de encontrar nada por lo que dar las gracias al Señor en un día tan aciago como este». Sin embargo, para su sorpresa, Whyte empezó a orar diciendo: «Te damos gracias, Señor, porque los días no siempre son así».
Piense en cinco cosas por las que ahora mismo tendría que estar agradecido. Luego, no lo dude y dé las gracias al Señor.  Basado en Lucas 17:11-19.

Tomado de Meditaciones Matutinas
Tras sus huellas, El evangelio según Jesucristo
Por Richard O´Ffill

EL AMOR ES INCONDICIONAL


Dios demuestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros (Romanos 5:8).

Si alguien te preguntara: "¿Por qué amas a tu esposa?", o "¿Por qué amas a tu esposo?", ¿qué dirías? La mayoría de los hombres mencionarían la belleza de su esposa, su sentido del humor, su bondad, su fortaleza interna. Quizá, hablarían de su capacidad para cocinar, su don para decorar o de lo buena madre que es. Probablemente, las mujeres dirían algo sobre lo atractivo que es su esposo o sobre su personalidad. Lo elogiarían por su firmeza y por su carácter estable. Dirían que lo aman porque siempre está allí cuando lo necesitan, es generoso, es servicial.
¿Pero qué sucedería si con el correr de los años, tu cónyuge dejara de ser todas estas cosas? ¿Seguirías amándolo? En función de lo que contestaste antes, la única respuesta lógica sería "No". Si todas las razones por las que amas a tu cónyuge tienen que ver con sus cualidades (y luego esas mismas cualidades desaparecen de repente o con el tiempo) el fundamento de tu amor se esfuma. El amor sólo puede durar toda la vida si es incondicional. La verdad es la siguiente: al amor no lo define la persona amada sino la que decide amar. La Biblia se refiere a esta clase de amor con el uso de la palabra griega ágape.
Es distinto de las otras clases de amor: fíleos (la amistad) y eros (el amor sexual). Por supuesto, tanto la amistad como el sexo ocupan un lugar importante en el matrimonio, forman una parte esencial del hogar y construyen juntos como esposo y esposa. No obstante, si tu matrimonio depende por completo de tener intereses en común o de disfrutar de una vida sexual saludable, los cimientos de tu relación son inestables.

ORA A DIOS PARA QUE DÉ CIMIENTOS ESTABLES Y FIRMES PARA UNA RELACIÓN DURADERA. DIOS ESPERA HOY TU ORACIÓN PARA DARTE LO QUE NECESITAS.


Tomado del 50 días de Oración
Por Pr. Juan Caicedo Solís
Secretario Ministerial, Dir. Hogar y Familia
Unión Colombiana del Sur.