martes, 12 de abril de 2011

UN MUNDO FELIZ

Morará el lobo con el cordero, y el leopardo con el cabrito se acostará; el becerro el león y la bestia domestica andarán juntos, y un niño los pastoreará. (Isaías 11:6).

Este es uno de los textos que me hace vislumbrar con más claridad la perfección y la felicidad de la tierra donde Dios desea que yo more. Acostumbrados a vivir en un mundo donde la naturaleza se ha vuelto agresiva (especialmente la del ser humano), tener la certeza de que viviremos en un mundo diferente constituye un oasis en medio del desierto del pecado.
Hace algún tiempo, inspirada en este pasaje, compuse una canción para niños que pudiera trasmitir a personas de cualquier edad, sexo y raza, la feliz promesa de una vida restaurada, donde no habrá temores, ni policías que velen por el orden, ni hospitales, ni reformatorios. Un mundo donde la felicidad no sea temporal, sino permanente, duradera, eterna. La canción dice así: «El León y la ovejita, en el césped jugaran. / El leopardo y la vaquilla, todos juntos correrán. / Un hermoso rio grande cual cristal parecerá / y el árbol de la vida, frutos me regalara. / ¡Oh!, yo quiero ir al cielo, a la bella y gran ciudad, / do Jesús me ha preparado un lugar donde morar. / Yo quiero verte, mi hermano, y poderte estrechar, / junto a mi Jesús por siempre vivir por la eternidad».
¿Has pensado ya como seria tu vida en esa tierra? Mira por un momento a tu alrededor; quizá hay cosas que te atan a este mundo o que tienen una importancia crucial para tu vida terrenal; ¿están interfiriendo con tu vida en ese mundo feliz? ¿Son tan importantes o de tanto valor que me-recen el primer lugar en tu lista de prioridades?
Cualquier cosa, por muy importante que te parezca, es incomparable con el gozo de estar al lado de Jesús, tomarlo de la mano, esa mano que lleva las marcas de tu salvación, esa mano que te dice: «Para mí tu eres lo más valioso que existe, porque lo deje todo para venir a salvarte».
Ojala que muy pronto puedas disfrutar de esa vida eternamente feliz, al lado de tu amante Salvador. La vida eterna es un regalo incomparable, no la dejes pasar.

Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera

REMEDIOS PARA EL ALMA

Hay hombres cuyas palabras son como golpes de espada; más la lengua de los sabios es medicina. Proverbios 12:18.

Estábamos disfrutando de un hermoso campamento con un grupo de jóvenes; los varones jugaban al futbol, las damas animaban o simplemente miraban, y yo transmitía el partido con un megáfono, imitando a los locutores radiales. En cierto momento pare de "transmitir" porque me había cansado, y escuche la conversación de cuatro jovencitas que decían: "¿Sabes cuál es tu problema? Siempre que hablas hieres a las personas. No tienes tacto. Mucho de lo que dices es verdad, pero tu manera de decirlo hace tanto daño, que después cuesta mirarte como a una amiga".
Esta franca conversación me hizo pensar seriamente sobre el valor de las palabras, de aquellas que se dicen en el hogar, en el colegio, con el grupo de amigos y también en la iglesia. Esas palabras que en nombre de la "sinceridad" o la "franqueza" hieren a la persona que las escucha como si fueran los disparos de un revolver y que pueden llegar a destruir lazos de amor y de amistad.
¿Qué es el "tacto"? Es el don de decir con las palabras la verdad de un modo suave y restaurador. Jesús, el Maestro de los maestros, "no suprimió una palabra de verdad, sino que profirió siempre la verdad con amor. Hablaba con el mayor tacto, cuidado y misericordiosa atención, en su trato con las gentes. Nunca fue áspero, nunca hablo una palabra severa innecesariamente, nunca dio a un alma sensible una pena innecesaria" (El Camino a Cristo, p. 10).
Dios también puede ayudarte para que tus palabras sean como medicina para el alma herida, porque muchas personas a nuestro alrededor necesitan palabras de aliento. Hay algunos que están decaídos, deprimidos, sin consuelo, dolidos por las embestidas de la vida. En este grupo se encuentran también los que están pagando las consecuencias de sus propios errores, y el sentimiento de culpa y remordimiento que sienten es tan profundo, que anhelan una palabra de perdón y comprensión. Para todos ellos, lo que decimos puede calmar su ansiedad y darles nuevas fuerzas para continuar su camino por la vida.
Nuestro Creador, el responsable de poner el don del habla en nosotros, quiere santificarnos por complete para que nuestras palabras posean el mismo tacto que utilizó Jesús. El mensaje de amor y restauración que expresa la Biblia está a nuestro alcance en la medida que le demos la posibilidad al Espíritu Santo que transforme nuestro carácter. Invita en este día al Espíritu de Cristo, para que te utilice al hablar con los demás.

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuel

EN POS DE MI

Pero a mi siervo Caleb, par cuanto hubo en el otro espíritu, y decidió ir en pos de mí, yo le meteré en la tierra donde entro, y su descendencia la tendrá en posesión. Números 14:24.

La recompensa de Caleb no fue resultado de su espíritu aguerrido. Su espíritu aguerrido fue el resultado de haber seguido a Dios. El texto dice que "en él hubo otro espíritu y decidió ir en pos de mi". Al referirnos a Caleb, generalmente nos concentramos en las características de liderazgo que el demostró tener a lo largo de su vida. Ya he oído exposiciones de autoayuda, mencionando a Caleb como ejemplo del hombre vencedor.
Pero, pocas veces oí a alguien destacar la verdadera causa de las características positivas de su personalidad. El decidió ir en pos de Dios, escogió servirlo, vivir con el Señor. Esta es la más sabia decisión que algún ser humano pudiera tomar. El resultado de esa decisión fue que él y sus descendientes disfrutaron de las bendiciones de la Tierra Prometida.
Es triste ver que los seres humanos buscamos desesperadamente las bendiciones. Todos corremos en pos de los propios sueños y realizaciones; todos luchamos por un "pedazo de tierra bajo el sol". Pero, pocos deciden seguir a Dios y prestar oídos a sus enseñanzas.
¿Cómo ir en pos de Dios, en nuestros días? Separando diariamente un tiempo para estudiar la Biblia y orar. El estudio de la Biblia no es un deber del cristiano; es el secreto de la vida victoriosa. Resulta alarmante como, a veces, estamos dispuestos a pagar una alta suma de dinero con el fin de asistir a un seminario de autoayuda, cuando todo lo que se ensena allí está en la Palabra de Dios, y no tienes que pagar nada por eso.
Busca al Señor todos los días. Deja que él entre en tu vida. Resérvale un lugar en tu agenda. Conversa con él. Cuéntale de tus necesidades y ansiedades. Pídele orientación y consejo, por medio de la lectura de la Biblia. Y veras como tendrás otra visión de la vida y de los problemas. Estos seguirán allí, pero tú no serás el mismo. Dios estará contigo, y en su nombre serás capaz de atravesar los mares rojos de la vida, cerraras la boca de los leones que te quieren devorar. La antorcha de la Presencia divina te acompañara de noche, y durante el día vivirás a la sombra del Omnipotente.
Haz de este un día de compañerismo especial con Jesús, y recuerda lo que Dios anuncio: "Pero a mi siervo Caleb, por cuanto hubo en el otro espíritu, y decidió ir en pos de mí, yo le meteré en la tierra donde entro, y su descendencia la tendrá en posesión".

Tomado de meditaciones matinales para adultos
Plenitud en Cristo
Por Alejandro Bullón