jueves, 9 de junio de 2011

UN LUGAR ÚNICO -1ª APARTE

Pero María estaba afuera llorando junto al sepulcro (Juan 20:11).

Me encanta como comienza el capítulo 20 de Juan: «El primer día de la semana, María Magdalena fue de mañana, siendo aún oscuro, al sepulcro, y vio quitada la piedra del sepulcro. Entonces corrió y fue». María era una mujer marginada por la humanidad, pero amada por el Dios que dio su vida para salvarla. Triste por la pérdida de su Maestro, lo buscó muy de mañana, siendo aún oscuro, porque anhelaba estar cerca de quien la había rescatado del abismo. Su devoción se vio recompensada, pues fue la primera en ver el acontecimiento que cambiaría a la humanidad entera. Se le concedió el privilegio de contemplar la tumba vacía, garantía de que la muerte había sido vencida.
Cuando te sientas triste o criticada por los demás, busca al Salvador. Acude, como hizo María, al lugar donde puedas estar más cerca de Jesús. El cielo te hará ver grandes maravillas que aún no conoces.
Pero observa que María no se quedó callada, sino que «entonces corrió, y fue a Simón Pedro» (Juan 20: 2). Cuando descubrimos que Jesús dejó la tumba vacía y resucitó para darnos la vida, no podemos quedarnos calladas. Muchos, al igual que los discípulos que habían escuchado las profecías de Jesús respecto a ese acontecimiento, se mostrarán incrédulos ante la nueva de gran gozo; muchos, como Pedro y Juan que, aunque acudieron al sepulcro, sus corazones estaban cegados por la incredulidad, no podrán recibir la gloria de ese acontecimiento y se irán tristes por no haber visto el cuerpo del Maestro.
En un mundo en que la mayoría cree en lo que ve, resulta difícil llevar un mensaje de redención y salvación en nombre de un Dios invisible y haciendo referencia a una tumba vacía. Pero el gran Yo Soy que se reveló a Moisés es el mismo que impulsó a María a comunicar las nuevas de salvación, y el que te impulsará a ti a convertirle en una luz de esperanza. María tuvo esa hermosa experiencia porque estaba cerca de Jesús.
¿Estarás tan cerca de Jesús que puedas verlo venir en gloria y majestad?

Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera

NO ES IMPOSIBLE

El principio de la sabiduría es el temor de Jehová; los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza. Proverbios 1:7.

Nací en un hogar adventista, y a lo largo de mi vida he observado que hay ciertos "códigos" que no se dicen pero se sobreentienden. Al que hoy haré referencia es al que muestra a los héroes de la fe como inalcanzables, ya que actualmente, ¿quién podría ser como ellos o recibir las bendiciones que ellos recibieron?
Si se habla de Job, se dice que no pecó con sus labios a causa del sufrimiento que el diablo le infligió; pero, en el presente, ¿quién sería capaz de soportar semejante prueba y no pecar, enojándose con Dios?
¿Y qué decir de Daniel? Se alaba su tenacidad en tierra enemiga, lo difícil que debe haber sido vivir como esclavo y de cómo lo premió Dios por su fidelidad. Pero ¿hay en la actualidad jóvenes como el profeta, que se entreguen a Dios de todo corazón y reciban la sabiduría académica que desean?
Mi respuesta a esta última pregunta es un rotundo SI.
David fue uno de los alumnos más aplicados que conocí mientras trabajé en la docencia. Estaba cursando el último año de educación media, y su capacidad e inteligencia eran complementadas con una dedicación meticulosa. En varias ocasiones, cuando algún profesor no se presentaba y tenían "hora libre", mientras sus compañeros se dedicaban a conversar o a alguna otra actividad, David se mantenía ocupado estudiando por adelantado, haciendo ejercicios de matemáticas o física o simplemente leyendo.
Al ver sus calificaciones generales del último año de enseñanza secundaria, no me sorprendió saber que en sus catorce materias tenía un promedio de diez. Por si esto fuera poco, a sus diecisiete años publicó su primer libro. Como un regalo adicional, semanas antes de concluir las clases, David me dio la grata noticia de que abrazaría nuestra fe, porque veía que "la doctrina adventista pisa sobre roca".
En las Escrituras se nos muestra la vida de los grandes hombres de fe como modelos de lo que nosotros podemos alcanzar cuando combinamos el esfuerzo humano y el poder divino. El éxito académico de Daniel no es un ejemplo inalcanzable; su dedicación al estudio y su fidelidad a Dios están registradas como una constante exhortación para que cada hijo de Dios sepa lo que le aguarda si con fe se esfuerza en la vida estudiantil.
Si tienes la posibilidad de estudiar, no la desaproveches. También tú puedes ser como Daniel si confías en el brazo todopoderoso.

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuel

PRESTAR ATENCIÓN

Por tanto, es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos. Hebreos 2:1.

Seguramente, en algún lugar del mundo, alguien leerá estas líneas mientras el dolor de la derrota atormenta su alma. Alguien que consume, apresurado, las últimas frases de su propia historia seguramente querrá atesorar, en su corazón, el consejo de hoy. Alguna persona que desea borrar el pasado y empezar como si jamás hubiera terminado seguramente entenderá lo que Dios quiere decirle.
Pero, seguramente también, alguien, alrededor de la tierra, leerá lo que estoy escribiendo, y será como si nunca hubiese leído nada. No prestará atención mientras el otro lee en voz alta. Se olvidará, y será como si la semilla jamás hubiese caído en el terreno de su corazón.
Es la ley de la vida. No todos escuchan; y si escuchan, no oyen; y si oyen, no guardan. La semilla cae en terrenos diferentes. El propio Señor Jesucristo lo manifestó, en forma de parábola.
Pero, el consejo de hoy es: "Atiende con diligencia las cosas que has oído". ¿De qué sirve tener un mapa en las manos, si no estás dispuesto a obedecer sus instrucciones? La Palabra de Dios contiene las instrucciones que llevan al puerto deseado de la felicidad. Nadie puede darse el lujo de ignorarla.
El camino hacia el fracaso está alfombrado de vidas que conocieron las Escrituras, pero las desobedecieron. Intentaron ser felices a su manera, siguiendo sus propios impulsos, y un día despertaron en las montañas frías de la infelicidad.
Nadie es feliz sólo porque desea serlo. Todo el mundo anhela llegar al valle encantado de la prosperidad. Pero, es imposible hacerlo sin seguir las instrucciones.
Por eso, el consejo de hoy es: "Atiende con diligencia las cosas que has oído". La diligencia requiere trabajo y esfuerzo. Ninguna instrucción conduce a la realización si la persona no está dispuesta a pagar el precio: obediencia estricta a las instrucciones.
Haz de este día un día de victorias y de conquistas. Sacude el polvo de la derrota; hecha la mediocridad a un lado. No te conformes con lo que lograste hasta aquí. Existen montañas que todavía no fueron conquistadas; te aguardan a lo lejos. Sigue con fe, pero recuerda: "Es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos".

Tomado de meditaciones matinales para adultos
Plenitud en Cristo
Por Alejandro Bullón