miércoles, 11 de marzo de 2020

LOS DOCE DISCÍPULOS

«Después Jesús subió a un cerro, y llamó a los que le pareció bien» (Marcos 3:13).

Jesús quería que todas las personas conocieran a Dios y su amor. Como no conseguía realizar eso solito, le pidió a doce hombres que lo acompañaran. Se llamaban Simón Pedro, Andrés (hermano de Simón Pedro), Jacobo (hijo de Zebedeo), Juan (hermano de Jacobo), Felipe, Bartolomé, Tomás, Mateo, Jacobo (hijo de Alfeo), Lebeo (Tadeo), Simón (el cananita), Judas Iscariote. Estos fueron los doce discípulos, grandes amigos de Jesús y valientes misioneros.

¿Y yo?

Los discípulos aceptaron la invitación de Jesús. Él también te invita para que hables a otros de su amor.

Mi oración para hoy

Mi Señor, yo quiero ser como aquellos hombres que iban por todas partes para enseñar y ayudar.


DEVOCIÓN MATUTINA PARA LOS MÁS PEQUEÑOS 2020
«CADA DÍA CON JESÚS»
Por: Maria Augusta Lopes, Lara Figueiredo, Paulo Sérgio Maced
Lecturas Devocionales para preescolares 2020.


SERPIENTES EN EL DESIERTO

«Así como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así también el Hijo del hombre tiene que ser levantado». Juan 3:14

-¿Han oído hablar de la serpiente de bronce que Moisés hizo en el desierto? -preguntó el papá.

—Yo sí —respondió Susana.

-Yo no —dijo Mateo—, pero me gustaría que me contaras esa historia.

-El pueblo de Israel ya estaba cerca de Canaán de nuevo -continuó el papá-. Acababan de ganar una batalla y se sentían confiados por ese triunfo. Quizá cuarenta años antes podían haber entrado a Canaán victoriosos. El pueblo fácilmente olvidaba las bendiciones que recibía cada día, y se quejaron contra Moisés, le reclamaron que los había sacado de Egipto para morir en el desierto. Como siempre, le estaban echando la culpa a Dios, que los había librado y los seguía protegiendo. Se les olvidaba que la nube les daba sombra, que la columna de fuego les daba luz, que tenían pan, que el agua había fluido de la roca, que Dios los había protegido de las serpientes venenosas y de muchas cosas más.

»En sus quejas, dijeron que era mejor morir en el desierto. Así que Dios permitió que serpientes venenosas invadieran el campamento.

Las personas que recibían picaduras de serpiente morían rápido, se escuchaban lamentos por todas partes por la pérdida de seres queridos. Entonces el pueblo acudió a Moisés para que orara a Dios y los ayudara. Aunque Moisés se había dado cuenta del pecado que habían cometido, oro y Dios le dijo que hiciera una serpiente de bronce y que todo el que la mirara viviría. No había poder en la serpiente, eso los israelitas lo sabían; era el poder de Dios lo que sanaba. Aun así, algunos no creyeron y murieron. La provisión se había hecho, pero no la habían aprovechado.

Tu petición:Querido Dios, gracias porque Jesús representa a la serpiente que fue levantada en el desierto. En él tendré vida eterna.

¿Sabías que?

En el desierto había serpientes venenosas y escorpiones.


DEVOCIÓN MATUTINA PARA MENORES 2020.
“DESCUBRE EL MEJOR LIBRO DEL MUNDO”
Por: Noemí Gil Gálvez
Lecturas Devocionales para Menores 2020.

“LAS COSAS DE LA NATURALEZA SON LOS MINISTROS SILENCIOSOS DE DIOS, QUE ÉL NOS DIO PARA QUE NOS ENSEÑEN VERDADES ESPIRITUALES..." - ELENA G. DE WHITE

"Ten compasión de mí, oh Dios; ten compasión de mí, que en ti confío. A la sombra de tus alas me refugiaré, hasta que haya pasado el peligro" (Salmo. 57:1).

De niña, Ashley era legalmente ciega. Les decía a sus amigas que podía ver a la luz y la oscuridad, pero no veía colores. Así que sus amigas trataban de explicarle cómo se veían los diferentes colores. En el sitio de listas list, Ashley recordó sus descripciones.

Rojo: “Me hicieron salir al sol. Me dijeron que el calor que sentía es el rojo. Me explicaron que el rojo es el color de una quemadura, ya sea por calor, vergüenza o incluso enojo".

Verde: "Sostuve en mis manos hojas suaves y césped mojado. Me dijeron que el verde se parecía a la vida".

Amarillo: "No toqué nada para este; solo me dijeron que cada vez que alguien se ríe tanto que no puede parar, así se ve el amarillo".

Azul: "Pusieron mis manos en una piscina. Me dijeron que esa sensación que sentía mientras nadaba, esa frescura omnipresente, eso es el azul. El azul se asemeja a la relajación".

Marrón: "Sostuve tierra y toqué un árbol. Me dijeron que el marrón se siente como a tierra y hojas crujientes".

Gris: "Me dijeron que la lluvia es gris, así como el concreto o el cemento".

Sus amigos hicieron lo mejor que pudieron para describirle a Ashley cosas que ella no podía ver por sí misma. La Biblia es como esas amigas. Trata de explicar el amor de Dios para con nosotros, que en realidad está más allá de nuestra comprensión. La Biblia dice que el amor de Dios es como el amor de una madre por su bebé. Es como el amor de un padre. Es tan protector como una gallina que cubre a sus polluelos con sus alas.

Dedica hoy tiempo a leer la Biblia, y quizá verás el amor de Dios de una manera en que no lo habías visto antes. Kim

DEVOCIÓN MATUTINA PARA ADOLESCENTES
“UNA IDEA GENIAL”
Por: Kim Peckham
Lecturas Devocionales para Adolescentes en 2020.

RICAS BENDICIONES DEL SEÑOR

«Los hijos que nos nacen son ricas bendiciones del Señor» (Sal. 127:3).


Cuenta una fábula que un águila hablaba con su amigo el búho. Este le pedía el siguiente favor:

-No te vayas a comer a mis pequeños.

-Descríbeme a tus criaturas -le pidió el águila—, para no comérmelas.

-Mis crías son las más preciosas del bosque. Son grandes, hermosas, tienen ojos cristalinos y muy expresivos, parecen iluminados por la luna y su pico es de líneas suaves y majestuosas. Sus plumas se confunden con el más precioso follaje de la noche - le contestó el búho.

El águila partió hacia las más remotas cumbres, llevando en su mente la solicitud del búho. Cuando sintió hambre, fue en busca de alimento. Observó por todas partes y descubrió a un grupo de aves pequeñas, medio desplumadas, con caras redondas y feas, y pensó que podía comérselas, pues de ninguna manera podían ser las crías del búho.

Cierto día, el búho le reclamó llorando:

-¿Por qué te comiste a mis hijitos? ¡Me prometiste que no lo harías! ¡Me traicionaste!

—Pero si me comí a los más feos, es imposible que fueran los tuyos -dijo el águila.

Nadie ve feos a sus hijos, y eso está correcto. Lo malo es hacer de ellos un ídolo; considerar que son los más lindos, los más inteligentes, los mejores, y criarlos de tal modo que se conviertan en consentidos, prepotentes y orgullosos, insensibles a las necesidades ajenas y que se sientan con derecho a todo. Ese es el error que cometió Cristina.

Cristina pensaba como el búho de la fábula. Su hija le parecía la mejor, la más bella, la más inteligente... Pero un día, esa niña, ya convertida en joven, salió de su caparazón al mundo exterior solo para descubrir que no era tan única y especial como le habían hecho creer. Fracasó estrepitosamente, pues no supo adaptarse a la realidad.

Tus hijos son una rica bendición que Dios te ha dado. Y es tu privilegio poder guiarlos en sus caminos y ver el poder del Señor manifestado en ellos, Dios desea que tus hijos sean como columnas labradas (ver Sal. 144:12), como flechas en manos de un guerrero (ver Sal. 127:4). Ayúdalos para que así sea, educándolos con sencillez, humildad y dominio propio. Impartirles valores cristianos.


DEVOCIÓN MATUTINA PARA DAMAS 2020
UN DÍA A LA VEZ
Patricia Muñoz Bertozzi
Lecturas Devocionales para Mujeres 2020.

ALGO MEJOR QUE LA ADULACIÓN

"A fin de cuentas, más se aprecia al que reprende que al que adula" (Proverbios 28:23, CST).

Nunca olvidaré un viaje a Nuevo Laredo (México) para participar en una serie de conferencias bíblicas hace ya varios años. Durante mi estancia en ese lugar, Héctor, mi hermano, -que entonces vivía por allí- me hizo algunos comentarios sobre mi sobrepeso y me motivó a participar en una carrera de diez kilómetros. Al principio me sentí un poco incómodo con lo que me dijo, pero al final decidí acompañarlo a entrenar. El día de la competición me sorprendió ver a un buen número de jóvenes adventistas dispuestos a correr. Y ahí estaba yo, un poco arrepentido de haber aceptado el desafío; me sentía como un bicho raro, harina de otro costal. La carrera comenzó y de pronto me di cuenta de que estaba en los últimos lugares, pero mi objetivo no era ganar, sino correr los diez kilómetros. Poco a poco, algunos corredores fueron abandonando la carrera pero yo seguía corriendo, motivado por Héctor, que me exhortaba a no claudicar. Finalmente, terminé la carrera. Estaba agotado, pero lo había logrado. Agradecí mucho a mi hermano su impulso para competir y a los enjundiosos jóvenes adventistas de Nuevo Laredo por su estímulo para seguir adelante. Lo mejor de todo fue que, a partir de ese día, comencé a participar regularmente en este tipo de carreras, lo cual ha traído grandes beneficios a mi salud.

En la vida es mucho más agradable recibir halagos que reprensiones. Cuando alguien te lanza una crítica, de inmediato te colocas a la defensiva. Pero cuando una de esas observaciones viene de uno de tus seres queridos, creo que vale la pena atenderla. Siempre hay algo que mejorar. Los cambios resultan desafiantes. No es fácil mantenerse en la lucha, pero no hay que claudicar. El apóstol Pablo comparó la vida espiritual con una carrera: "He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe" (2 Timoteo 4:7). Creo que para seguir la carrera de la fe necesitamos la motivación de Jesús, el apoyo de la Iglesia y el cariño de nuestros familiares.

Los verdaderos amigos no se dedican a adularte, más bien, a veces se ven obligados a poner el dedo en la llaga y decirte algunas dolorosas verdades con el fin de ayudarte a mejorar. Con el tiempo, esos comentarios que resultaron incómodos en su momento llegan a ser muy valiosos, ya que motivaron cambios relevantes en tu vida.

Hoy pide al Señor que te ayude a cultivar buenas amistades que te ayuden a edificar un sólido carácter para el reino de los cielos.


DEVOCIÓN MATUTINA PARA JÓVENES 2020
UNA NUEVA VERSIÓN DE TI 2.0
Alejandro Medina Villarreal
Lecturas devocionales para Jóvenes 2020.

¿EPINEFRINA O CONTAGIO EMOCIONAL?

“El que anda entre sabios será sabio, pero el que se junta con necios saldrá mal parado” (Proverbios 13:20).

La epinefrina (también llamada adrenalina) ha sido objeto de mucha atención en los últimos tiempos. Se usa como medicamento para la resucitación cardiopulmonar ante un paro cardíaco, colapso circulatorio, ataque de asma o reacción alérgica. Aunque la epinefrina se sintetiza en los laboratorios desde hace más de cien años, las glándulas suprarrenales del ser humano la llevan segregando desde su origen. De hecho, esas glándulas la producen de manera intensa cuando alguien se enfrenta a situaciones de riesgo, de miedo o de tensión. Esto ocurre para proporcionar más energía y sobrevivir a la amenaza. Además de comunicar energía, la epinefrina afecta a las emociones de forma tal que, cuando sentimos la presencia de la sustancia, experimentamos emociones que pueden ser positivas (alegría, gratitud, complacencia, entusiasmo) o negativas (temor, desesperación, frustración, hostilidad).

La psicología experimental lleva varias décadas observando el efecto de esta sustancia química sobre las emociones humanas. Uno de los primeros experimentos lo llevaron a cabo Stanley Schachter y Jerome Singer. Inyectaron a un grupo de estudiantes una dosis de epinefrina para observar el efecto sobre sus reacciones temperamentales. A la mitad de ellos se les asignó un compañero que actuaba de forma alegre y juguetona, mientras que a la otra mitad se les puso un compañero malhumorado y protestón. Se observó que todos los participantes mostraban una actividad emocional más intensa de lo normal, pero fue interesante observar cómo había una gran diferencia entre los dos grupos, según habían tenido un compañero agradable o uno gruñón. Los investigadores esperaban que la manifestación fuese homogénea sin verse afectada por la presencia de los dos tipos de compañeros. De esta manera demostrarían que la epinefrina era absolutamente responsable en la activación emocional. Pero el resultado fue diferente: los primeros desplegaron emociones positivas intensas y los segundos mostraron emociones negativas intensas.

Estas observaciones nos confirman que la presencia de una persona tranquila y feliz produce consecuencias muy distintas de la persona tensa y enojosa. Una de las características del necio es la ira (Job 5:22). Y el versículo de hoy nos advierte que, si nos juntamos con necios saldremos mal parados. Parece que el efecto es inexorable: la presencia del otro es más poderosa que la epinefrina (o adrenalina).

Hagamos planes hoy para buscar la compañía del sabio y poder así también nosotros ser sabios y esquivar el trato excesivo con el necio (Prov. 13:20).

DEVOCIÓN MATUTINA PARA ADULTOS 2020.
UN CORAZÓN ALEGRE
Julián Melgosa y Laura Fidanza
Lecturas devocionales para Adultos 2020.