miércoles, 5 de octubre de 2011

CONSTRUYENDO EL CARÁCTER - 2ª PARTE

Una ventana harás al arca, la acabarás a un codo de elevación por la parte de. arriba y a su lado pondrás la puerta del arca; y le harás tres pisos. (Génesis 6:16).

Por muy fuerte y resistente que fuera el arca, por muy meticulosamente que hubiese sido construida, solo la protección divina pudo salvarla de la destrucción. Por nuestros propios esfuerzos no podemos construir un carácter sólido e indestructible. Solo Dios puede hacerlo, pero para ello necesita tu autorización. Es ahí donde entra en escena la voluntad humana. ¿Estás luchando contra un carácter violento, carente de dominio propio o de tacto? ¿O es tu lucha contra los vicios, la moda, el chisme y la crítica?
¿Te has parado a pensar por qué Dios no construyó personalmente el arca? Tal vez por la misma razón por la que no construye tu carácter: porque la voluntad humana debe entrar en contacto con los planes divinos. Si Dios hubiera construido el arca, Noé no hubiera tenido la oportunidad de hacer crecer su fe y prepararse de ese modo para enfrentar el largo período durante el cual debían aguardar con fe la salvación prometida.
Cada una de nosotras debe construir su propia arca. El carácter no es algo que se moldee de un día para otro, sino que es la obra de toda una vida. Para la construcción del arca hubo que talar muchos árboles, clavar muchos clavos, abrir puertas y ventanas y cubrir todas las fallas con asfalto y brea. ¿Tienes tú que cortar tu amistad con el mundo y sus placeres, o que pulir tus relaciones personales? ¿O tal vez lo que te hace falta es clavar clavos de paciencia, bondad y mansedumbre y limar los resentimientos, el odio y el mal humor?
¿Por qué no comienzas a comprender que todas las personas ven las cosas desde ángulos distintos y que solo Dios ve la verdad? Quizás entonces logres ver el equilibrio perfecto que existe entre creer y hacer la voluntad divina. Coloca tu embarcación en las manos de Dios, él sabe cómo conducirla sana y salva a puerto seguro.
Al cielo llevarás el único tesoro de un carácter puro y santificado.

Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera

SIN IMÁGENES

No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas, ni las honrarás. Éxodo 20:4, 5.

Para muchas personas, incluso en el presente, parece algo irracional adorar a "alguien" sin tener una imagen visible. Pero más allá de lo que parezca irracional, el segundo mandamiento de la Biblia manda a los hombres a no hacerse ningún tipo de imagen ni adorarla.
En nuestros días, muchos adventistas consideran que este mandamiento no se aplica a ellos. Culturalmente, todos los cristianos de la línea protestante nunca aceptaron la adoración de imágenes, pero el enemigo de las almas se las ingenió para atrapar a los hijos de Dios con imágenes atractivas.
Para muchos, las imágenes que provee la televisión son tan fascinantes y seductoras como la imagen de Baal para los israelitas. Ellas son las que dictan las modas, las que promueven diversión y las que proporcionan la música de "onda". Las imágenes del cine, la televisión, y ahora la Internet, llegan a ser tan adictivas que no se siente el paso de las horas de un día. El tiempo se malgasta, la mente no razona y la persona es convertida en un autómata de las imágenes que llenan su mente y su imaginación.
Hoy, la Internet es el vehículo que provee las imágenes que ocupan el primer lugar en el corazón de muchos. Esta fuente de información, de cultura y entretenimiento, forma parte de las actividades cotidianas de cada día y no se puede prescindir de ella. Esclavos de las imágenes, necesitan una computadora, estén donde estén, y tienen que ver y oír lo que la gran red les proporciona.
El cine también presenta las imágenes atractivas que mueven a millones hasta sus butacas para entretener y transmitir sus mensajes. Como verdaderos feligreses en un salón de culto, hombres y mujeres dan su ofrenda (pagan la entrada), son reverentes (guardan silencio), escuchan el mensaje (observan atentos la película), y luego hacen actividad misionera (cuentan lo que vieron a compañeros de trabajo y amigos).
Sí, Satanás cambió su estrategia, y ya no presenta dioses retratados en imágenes, sino que presenta imágenes que toman la forma de un dios en el corazón. Pero aunque el enemigo haya cambiado la estrategia, la demanda divina permanece inalterable a lo largo de su Palabra.

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuel

¿QUIÉN ERES TÚ?

Estos fueron los que subieron de Tel-mela, Tel-harsa, Querub, Addán e Imer que no pudieron demostrar la casa de sus padres, ni su linaje, si eran de Israel. Esdras 2:59.

Era tiempo de volver a casa. El pueblo de Israel había recibido la autorización de volver a su tierra, después de setenta años de cautiverio. Casi cincuenta mil personas volvieron a Jerusalén, en aquella ocasión.
Una de las cosas a las que el pueblo le daba mucha importancia era su linaje; tanto es así que, en la Biblia, se emplean páginas y páginas únicamente presentando el linaje de las personas. Saber quién había sido tu padre y a qué familia pertenecías era esencial para la vida. Mucho más en el reinicio de una nueva historia.
Entre las personas que llegaron a Jerusalén, estaban Querub, Addán, Imer, y algunos otros que alegaban ser judíos del linaje sacerdotal. Esa afirmación no fue confirmada por los libros que el pueblo guardaba; el resultado casi fue la expulsión de esas personas. La solución era consultar al sacerdote. La desesperación de aquellas personas sin identidad era tangible: probar que eran judíos, y del linaje sacerdotal, era esencial.
Miles de años pasaron desde aquel día, y todavía hoy las personas viven tratando de probar quiénes son. El auto, la casa, las ropas: el consumismo desenfrenado no es otra cosa sino la tentativa de probar lo que somos. Desde niños, aprendemos a tener, tener y tener, con el fin de probar quiénes somos.
Cada año que pasa, las personas se endeudan, comprando lo que es innecesario, con la intención de probar que son importantes. Celulares de última generación, computadoras, ropas caras, relojes, viajes y hasta cirugías, solamente para exclamar: ¡Vean lo que soy!
La Biblia no especifica si aquellas tres personas eran o no judíos, pero habla sobre ti. Dice que tú eres de linaje real; que eres especial; que eres la cosa más linda que Dios tiene en esta tierra. Tú eres su hijo, su hija, y ¡esto es lo que prueba tu valor! Fuiste comprado con la preciosa sangre de Jesús. Eso es lo que realmente cuenta.
Sal, para cumplir los desafíos de hoy, recordando que "estos fueron los que subieron de Tel-mela, Tel-harsa, Querub, Addán e Imer que no pudieron demostrar la casa de sus padres, ni su linaje, si eran de Israel".

Tomado de meditaciones matinales para adultos
Plenitud en Cristo
Por Alejandro Bullón