viernes, 18 de marzo de 2011

UN TOQUE MARAVILLOSO – 1 PARTE

Una mujer enferma … tocó el aborde de su manto. (Mateo 9:20).

Esta historia tan conocida sigue irrumpiendo con fuerza en nuestro escenario moderno. La enfermedad llega hasta nosotros a causa de la contaminación y la degradación del ser humano y de su entorno. Se ha demostrado científicamente que la mujer tiene mayor propensión al dolor físico que el hombre, pero al parecer tenemos también una mayor resistencia ante el, que nos permite vivir más años que el sexo masculino.
Ante la enfermedad tenemos dos opciones: dejar que nos consuma o cambiar el llanto por una sonrisa. Mi experiencia particular me ha llevado a quejarme muchas veces porque mi espíritu se revela ante el padecimiento tísico. A veces pienso que si tuviera mejor salud podría hacer esto o aquello, pero las palabras que Dios dijo al apóstol Pablo, resuenan en mis oídos: «Bástate mi gracia» (2 Cor. 12: 9).
La experiencia de la hermana White también constituye un bálsamo para cuando me siento triste o incomprendida. Si lo analizamos desde el punto de vista humano, podemos pensar que si ella, tan limitada por la salud, hizo tan grandes cosas, ¿por qué Dios no le permitió tener una salud de hierro para que hiciera más? Parece lógico, pero la lógica humana carece de sentido frente, a la sabiduría del Dios todopoderoso, quien nos llama, nos capacita, y nos guía. Por eso, frente al dolor y la enfermedad, no nos quejemos, pongámonos en las manos del Dios de lo imposible y experimentaremos lo posible en nuestras vidas.
La te de la sencilla mujer del texto de hoy la llevó a obrar más alia de las posibilidades humanas. Desahuciada por la ciencia médica y rechazada por la sociedad, llegó a Jesús, confiando en que si solo alcanzaba a tocar su manto, quedaría sana de su enfermedad. Su temor le impedía hablar con Jesús cara a cara, pero su le la impulsó a acercarse a él. A veces nuestra almohada recoge nuestras lágrimas, pero Jesús enjuga tus lágrimas y te ofrece no solo la sanidad física, sino la espiritual.
Experimenta un cambio total en tu vida. Toca el manto de Jesús. Ruega fervientemente en tu corazón: «Señor, sana mi vicia, y clame el gozo de la salvación».

Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera

TODO PARA LA GLORIA DE DIOS

Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloría de Dios. 1 Corintios 10:31.

Estar en la iglesia, cantar, orar, leer la Biblia, visitar a un enfermo, enseñar las Escrituras a otros y muchas otras actividades, se realizan "para la gloria de Dios". Dios es el centro. Dios es el núcleo de cada acción, ya que si no se la realiza con el propósito de ensalzarlo, pierde su valor espiritual.
En el contexto del versículo de hoy, el apóstol Pablo presenta algunas pautas sobre la alimentación del cristiano y su testimonio ante los incrédulos, pero luego, procurando abarcar más que la comida, dice: "O hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios". Ese todo involucra todas la actividades que realizamos a diario, y entre ellas podemos mencionar las que están relacionadas con el amor.
Blanca era una de las alumnas más bonitas del colegio. Su estatura, su sonrisa y su figura escultural hacían que desde los preadolescentes hasta los jóvenes mayores hablaran de ella. Al término de las clases, fue con sus padres de vacaciones a una ciudad turística y allí conoció y se relacionó con muchos jóvenes.
Al comenzar el año siguiente de estudios, llegó acompañada de algunas amigas. Se sentía intranquila porque deseaba "contarme algo", pero no sabía cómo empezar. Traté de tranquilizarla y le recordé que nadie la obligaba a hacerlo. Entonces me narró su aventura veraniega. Mientras estuvo de vacaciones conoció a varios chicos con los que había "transado", y después me preguntó: "¿Hice bien o hice mal, Capellán?" Como no comprendía el término, le pregunté qué significaba, y me explicó que "transar" era besarse apasionadamente con otra persona. Cuando le pregunté si había estado de novia con ellos, me respondió que no, que simplemente había "transado" porque se prestaba la ocasión, que solo sentía atracción física por ellos, pero no amor.
Blanca no había tenido relaciones sexuales, pero ¿habían sido esas "transas" para la gloria de Dios? ¿Fue Blanca más bendecida después de haberse besado con ellos, sin tener algún tipo de compromiso, como el noviazgo? Besarse apasionadamente por el solo hecho de experimentar la sensación que producen las hormonas en el organismo, puede derribar barreras morales y preparar el terreno para la experiencia sexual.
En resumen, si se te presenta algún tipo de situación comprometedora con alguien del sexo opuesto, reflexiona antes si Dios será glorificado con lo que haces. Procura imaginarte si harías eso con Jesús a tu lado o si él aprobaría tu actividad, y luego decide hacer aquello que glorifica a Dios.

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuela

¿A DÓNDE?

¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia? Aun las tinieblas no encubren de ti, y la noche resplandece como el día; lo mismo te son las tinieblas que la luz. Salmo 139:7,12.

Si alguna vez has soñado con ir al espacio, tu sueño se puede volver realidad... por unos cuantos millones de dólares. La Agencia Espacial Rusa ofrece este servicio hacia la Estación Espacial Internacional, por la suma de veinte millones, a bordo de la nave "Soyuz". Pero, ¡apúrate! Al parecer, hay reservaciones hasta por un año. Ahora bien, si quieres ir allá con la idea de esconderte de Dios, ¡olvídate! El Espíritu de Dios te seguirá y te perseguirá, hasta encontrarte.
¿Ya te preguntaste por qué los malhechores escogen la noche para cometer sus fechorías? ¿Por qué los lugares de pecado abren sus puertas durante las horas oscuras? Existe, en el subconsciente del ser humano, la idea de que las sombras pueden protegerlos de los demás.
¡Quién sabe, quizá puedan...! de los otros seres humanos. No de Dios. El versículo de hoy afirma que, para Dios, "la noche resplandece como el día". Para él, no existe noche, ni tinieblas, ni sombras, ni oscuridad. Dios es la propia luz; su mundo es transparente, iluminado y limpio.
La oscuridad no te esconde de nada; te envuelve, con su sábana negra, para asfixiarte en la prisión de tu culpa. Te sofoca, te enloquece; te hace perder la noción del orden. Crea fantasmas imaginarios. Tus propios fantoches; aquellos, nacidos en tu vida de penumbras.
Dios desea que vivas en la luz de su presencia. Por eso te llama, te sigue, y quiebra el poder de las tinieblas. No hay distancia capaz de esconderte, ni tinieblas que impidan que te vea y te cuide.
¡Ven a Jesús! Acaba de nacer el sol de un nuevo día. Mira cómo te sonríe. ¡Despierta! Sal de la oscuridad del dolor, del rencor y de la autocompasión, rumbo a la claridad del alivio, del perdón y del optimismo. No corras; no sigas corriendo. No trates de esconderte. La presencia de Jesús, en tu vida, solo traerá bendiciones. Quebrará el poder de tus temores; te liberará, y te dará alas para volar en dirección del azul infinito de tus sueños.
Empieza la jornada de este día preguntándote a ti mismo: "¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia? Aun las tinieblas no encubren de ti, y la noche resplandece como el día; lo mismo te son las tinieblas que la luz".

Tomado de meditaciones matinales para adultos
Plenitud en Cristo
Por Alejandro Bullón