sábado, 4 de enero de 2014

SANTO, SANTO, SANTO

En mi Biblia: “No hagas mal uso del nombre del Señor tu Dios” (Éxodo 20:7).

Tiempo para estar juntos
A algunas personas no les gusta su nombre. Bárbara quería que su mamá le cambiara el nombre. Al papá de Pedro no le gusta decirle a nadie cuál es su segundo nombre, porque la gente se ríe. Pero el nombre de Jesús es especial. A él le gusta que nosotros lo llamemos por su nombre; y podemos hacerlo siempre que queramos.
Podemos hacerlo al orar, y podemos cantar canciones sobre él. El nombre de Jesús es santo, porque él es como Dios. Tu amigo Jesús es santo.

Actividad: Elige un corito de Jesús que te guste mucho, y cántalo con alegría.
Oración: Querido Jesús, yo sé que puedo llamarte en cualquier momento. Por favor, ayúdame a recordar que tu nombre es santo. Amén.

Tomado de LECTURAS DEVOCIONALES PARA PEQUEÑOS
CON JESÚS SOY FELIZ
Por: Gloria Trotman Karen-Mae Trotman Mitchell

UNA LUZ PARA EL CAMINO

«Envía tu luz y tu verdad, para que ellas me enseñen el camino» (Salmo 43: 3).

Vamos a jugar. Imagina que es una noche oscura y que caminamos por el bosque. [Oscurezca la habitación lo más que pueda.] Esta iluminará el camino que queremos seguir. Colocaremos esta sábana sobre nuestra cabeza para que se vea más oscuro. La luz de esta linterna nos ayudará a no perder el camino por el bosque. [Use la linterna para iluminar el sendero trazado por la cuerda.]
Es divertido jugar con una linterna. La luz es útil y nos puede ayudar a encontrar nuestro camino.
La Biblia es como una luz. En ella hay un canto que dice: «Tu palabra es una lámpara a mis pies y una luz en mi camino» (Salmo 119:105).
La Biblia puede enseñarte el camino. Cuando las cosas te perezcan oscuras, es decir, que no las entiendas o no sepas qué hacer, la Biblia puede ayudarte a saber qué tienes que hacer. Puedes recordar las historias de Jesús y de otros personajes. La Biblia es como una luz que puede ayudarte a tomar decisiones correctas.
Querido Jesús, yo quiero seguir tu luz. Amén.

Tomado de MEDITACIONES MATINALES PARA NIÑOS PEQUEÑOS
¿QUÉ DICE JESÚS?
Por: Rosanne C. Tetz

EL BUSCADOR DE ORO

«Por fe, Abraham, cuando Dios lo llamó, obedeció y salió para ir al lugar que él le iba a dar como herencia. Salió de su tierra sin saber a dónde iba» (Hebreos 11:8).

La obsesión de Ed Schieffelin por la minería comenzó a temprana edad, una mañana en la que visitó la mina de su padre en Oregón, Estados Unidos. Ed podía ver el brillo de las pepitas en el agua del río. Hacia el mediodía, ya había recolectado varias. Cuando mostró su tesoro a su padre, este se rió y le dijo: «Eso es mica. La llaman “el oro de los tontos”». A pesar de ello, Ed supo que dedicaría el resto de su vida a buscar aquel tesoro. Muchos años después, Ed se hizo rico al descubrir un yacimiento de plata en Tombstone, Arizona. Con el dinero que ganó les compró una casa a sus padres y se casó con una joven rica de California. Pero la emoción del descubrimiento se pasó, y Ed se cansó de su vida de rico porque quería volver a buscar yacimientos. Preparó su testamento, en el que le dejaba todo a su esposa y a su sobrino favorito, y se fue a Oregón. Construyó una cabaña cerca de un riachuelo y, cuando necesitaba alimento, iba caminando hasta una tienda del pueblo.
En una ocasión, pasaron varios meses sin que Ed fuera al pueblo, y el dueño de la tienda, extrañado de no verlo, decidió ir a su cabaña para ver si estaba bien. Encontró a Ed tirado en el suelo, boca abajo, fuera de la casa.
Había muerto de un ataque al corazón. En una cubeta que estaba tirada junto a su cuerpo, había oro. En su diario, Ed escribió que había encontrado tanto oro, que la mina de Tombstone no era nada en comparación. Dejó instrucciones sobre cómo llegar al yacimiento de oro, e indicó que había dejado una cobija roja para señalar el lugar.
Cuando la noticia de la muerte de Ed llegó a oídos de sus familiares, su sobrino viajó a explorar la zona, pero no encontró nada. Regresó a casa con las manos vacías, y la «mina de la cobija roja» se convirtió en una leyenda por todo el norte de Estados Unidos.
Al igual que Ed Schieffelin, Abraham, el personaje del versículo de hoy, salió sin saber cuál sería su destino. No lo hizo por aburrimiento, sino porque Dios se lo había pedido. Abraham cambió las comodidades de Ur por las incomodidades del desierto, no para encontrar riquezas, sino porque quería encontrar una ciudad de oro, «de la cual Dios es arquitecto y constructor » (Hebreos 11: 10)

TOMADO DE LECTURAS DEVOCIONALES PARA MENORES
EN LA CIMA
POR: KAY D. RIZZO

HAYA LUMBRERAS

“Entonces dijo Dios: Haya lumbreras en la expansión del cielo para separar el día de la noche, y sirvan de señales para marcar las estaciones, los días y los años” (Gén. 1:14).

Es el cuarto día de la Creación, cuando Dios nos dio la luz del sol que sustenta la vida; cuando nos dio la luz de la luna, para que ilumine nuestra senda por la noche.
Cierta noche, Napoleón navegaba por el Mediterráneo, con una compañía de sus fuerzas armadas. Mientras se paseaba por la cubierta, sus oficiales, incrédulos, discutían acerca de la existencia de Dios. Napoléon interrumpió repentinamente su discusión, con esta declaración: “Todo eso está muy bien, caballeros. Pero, díganme, entonces, ¿quién hizo todas esas estrellas?”
El sol, la luna y las estrellas, tal vez, son la representación más poderosa e indiscutible del poder creador y sustentador de Dios.
“Y Dios las puso en la expansión del cielo, para alumbrar la tierra, para regir el día y la noche, y para separar la luz de las tinieblas. Y vio Dios que era bueno” (Gén. 1:17-19).

Tomado LECTURAS DEVOCIONALES PARA MENORES
¡BUSQUEÑOS JUNTOS!
Por: Santiago y Priscila Tucker

A PESAR DE LAS DIFICULTADES

"Así que no temas porque yo contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa”. Isaías 41:10

Fue un trabajo de parto muy difícil porque mi bebé estaba mal ubicado y no podía descender por el canal del parto. La situación exigía una cesárea, pero finalmente el alumbramiento fue por parto natural.
Afronté mucho sufrimiento físico pero al fin nació mi hermoso bebé, un regalo de Dios. Con la felicidad vino también el dolor. Tuve que enfrentar la triste noticia de que mi hijito había nacido con una parálisis cerebral. Cuando los médicos me lo comunicaron, creí que iba a enloquecer, y junto con mi familia entramos en un estado de desesperación y angustia, pensando que nuestro hijito no caminaría, no hablaría ni crecería.
No tuve el coraje de preguntarle al Señor el "porqué". Pacientemente acepté la realidad y le pedí a Dios que me diera la humildad y el valor necesarios para aceptar esta terrible prueba. El Señor, en su infinita misericordia, me dio mucho amor, salud y paciencia. Durante los trece años que pasaron, pude ver la mano poderosa de Dios con nosotros. Nos unimos como familia, nos desenvolvimos con normalidad en el ministerio la vida cotidiana. También tuvimos la oportunidad de testificar ante nuestros vecinos, amigos, la iglesia y las instituciones especiales donde mi hijito era atendido. Cada día recibíamos consolación, la fuerza del Señor. En este mundo pasaremos por experiencias felices, otras desconcertantes, difíciles o tristes, pero no desfallezcas. Jesús dijo: "Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción: pero confiad, yo he vencido al mundo" (Juan 6:33).
La promesa de Jesús es que naciste para ser una vencedora; victoriosa en todas las pruebas y dificultades de la vida. Por tanto, disfruta de los momentos gratos con gozo en tu corazón. Sonríe, consuela al que sufre y sé un lazarillo para el perdido y el desvalido. Mientras caminas en esta vida hacia la Canaán celestial ayuda, sirve, predica, testifica. Las promesas de Dios se cumplirán si las reclamas. Que Dios bendiga tu día y allane tus dificultades.

Bertha Lucana de Chuquimia, Bolivia

Tomado de LECTURAS DEVOCIONALES PARA LA MUJER
DE MUJER A MUJER
Recopilado por: Pilar Calle de Henger

ABEL

Abel también presentó al Señor lo mejor de su rebaño, es decir, los primogénitos con su grasa. Y el Señor miró con agrado a Abel y a su ofrenda. Génesis 4:4.

La historia de Abel es la primera de una serie lamentablemente extensa, en la que siempre el justo muere a manos del desobediente.
Abel no merecía morir. Abel se había portado bien y había obedecido fielmente a Dios; pero nada de eso lo salvó de la mano mortal de su hermano. No pienses que por ser obediente, tomar un baño los viernes de tarde y ponerte una corbata los sábados de mañana, estarás absolutamente fuera de peligro. No pienses que por portarte bien, no ir a ciertos lugares y no comer ciertas comidas, tienes un certificado de "intocabilidad". La historia de Abel debería enseñarnos esto: los justos también sufren y también mueren.
Dios no te prometió un mundo sin espinas. Él dijo que en medio del valle de la sombra de muerte estará contigo. Te podrás lastimar, pero tendrás la promesa de su compañía en todo momento.
La historia de Abel me recuerda la décima plaga de Egipto. El ángel del Señor iba a pasar por la tierra de Egipto cumpliendo con la mortal orden divina. La única manera de salvar al hijo mayor de la familia era pintar con sangre de cordero el dintel de la puerta. No importaba cuan bueno o cuan malo fuera. No importaba si iba a la iglesia o no, si cantaba en el coro de jóvenes o no, si fumaba o no. Lo único que el ángel iba a respetar era la sangre en el dintel. El "curriculum espiritual" de la posible víctima no tenía importancia.
Muchas veces, "los pequeños santos modernos" creen que son tan perfectos que no precisan de la sangre del Cordero en el dintel de sus corazones. Pero, cuando eres consciente de tu verdadera condición, llevas ante el altar de Dios lo que él quiere recibir, y no lo que tú tienes ganas de darle.
Puede ser que a los ojos de algunos estés haciendo una insensatez, pero si es lo que Dios pidió, obedécelo: es lo mejor para ti. Vive el día de hoy llevándole a Dios las ofrendas de gratitud que él desea.

Tomado de MEDITACIONES MATINALES JÓVENES
365 VIDAS
Por: Milton Bentancor

UN CANDIDATO POCO PROBABLE PARA EL MINISTERIO

De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. Juan 3:3.

Fue en la euforia optimista y expectante del Segundo Gran Despertar que descubrimos a quien parecía ser un candidato bastante desahuciado para el ministerio.
De hecho, a los veinte años de edad, Guillermo Miller (nacido en 1792) estaba más interesado en burlarse de los predicadores que en imitarlos. En particular, descubrió que aquellos de su familia eran objetivos especialmente buenos para esa clase de diversión. Los “favorecidos” por esa actividad incluían a su abuelo Phelps (un pastor bautista) y a su tío Elihu Miller, de la Iglesia Bautista de Low Hampton.
La imitación que Miller hacía de las peculiaridades devocionales de su abuelo y de su tío aportaba mucho entretenimiento para sus compañeros escépticos. Él imitaba con “seriedad grotesca” las “palabras, los tonos de voz, los gestos, el fervor y hasta el pesar que [sus parientes] pudieran manifestar por personas como él”.
Más allá de funcionar como entretenimiento para sus amigos, esas exhibiciones servían de testimonio de lo que era el joven Miller. Al igual que otros jóvenes en tiempos de rápida transición cultural, Miler había pasado por su propia crisis de identidad. Parte de su rebelión en contra de su familia, indudablemente, había sido un aspecto de la eterna lucha de los adolescentes por discernir quiénes son, en contraposición a sus padres. Esa lucha, desgraciadamente, es igualmente difícil para los padres y los adolescentes. Ese era el caso de la madre de Guillermo, profundamente religiosa, que sabía de sus travesuras, pero lo que menos pensaba era que eran divertidas: para ella, el proceder de su hijo mayor era “la amargura de la muerte”.
Sin embargo, Guillermo no siempre había sido un rebelde religioso. En sus primeros años, había sido intensa y hasta atormentadoramente devoto. La primera página de su diario (que comenzó a llevar en su adolescencia) contiene la declaración: “De chico, me enseñaron a orar al Señor”. Como es la única declaración descriptiva de sí mismo en la introducción de su diario, debió haberle parecido una característica distintiva.
Pero, no duraría demasiado. En su adultez temprana, Miller dejó el cristianismo y se convirtió en deísta agresivo y escéptico, que satirizaba no solo a su abuelo sino también al cristianismo en sí. Pero, el anciano abuelo Phelps nunca se dio por vencido. “No te aflijas tanto por Guillermo”, consolaba a su madre. “Todavía hay algo por hacer por él en la causa de Dios”. Y así era. Pero, desdichadamente para el a, llevaría tiempo hasta que esa profecía llegara a cumplirse.
Phelps nunca dejó de orar por sus hijos y sus nietos. Aquí hay algo importante para quienes vivimos en el siglo XXI. (complementario de la lección de escuela sabática)

Tomado de MEDITACIONES MATINALES PARA ADULTOS
A MENOS QUE OLVIDEMOS
Por: George R. Knight

viernes, 3 de enero de 2014

ME GUSTA TU NOMBRE

En mi Biblia: “Le pondrás por nombre Jesús.
Se llamará así porque salvará a su pueblo de sus pecados” (Mateo 1:21).
Tiempo para estar juntos
Uno de los nombres de Jesús es Emanuel. Otro nombre es Señor. Algunas personas lo llaman Cristo. Pero, la mayoría de la gente lo llama Jesús. Este nombre significa “Salvador”. Jesús es el único que puede salvarnos.
Él te ayudará cuando lo necesites. Jesús está esperando salvarnos incluso antes de que nosotros le pidamos que lo haga. Él nos ayudará.
Actividad: Pide a tus papas o a un adulto que te enseñen otros nombres que tiene Jesús en la Biblia.
Oración: Querido Jesús, estoy contento de saber que tú puedes salvarme. Amén.

Tomado de LECTURAS DEVOCIONALES PARA PEQUEÑOS
CON JESÚS SOY FELIZ
Por: Gloria Trotman Karen-Mae Trotman Mitchell

PRIMERO PRUEBA, LUEGO MIRA

«Tu promesa es más dulce [...] que la miel» (Salmo 119: 103).

Debajo de este tazón hay una sorpresa. ¿Adivinas qué es?
Te daré una pista: Es dulce. Cierra los ojos, abre la boca y te daré a probar un poco. [Dele una probadita de la miel.] ¿Ya sabes qué es? La miel es muy dulce, ¿verdad? A veces, cuando alguien es muy agradable, decimos que es una persona «dulce».
Nosotros no podemos ver a Dios, así como tampoco veíamos la miel debajo del tazón. Pero podemos aprender de Dios en la Biblia. La Biblia narra las cosas que Dios ha hecho y nos enseña los mensajes mensaje de Dios. Nos enseña cómo es Dios.
David escribió un canto que dice cómo podemos conocer a Dios. Su canto dice: «Prueben, y vean que el Señor es bueno» (Salmo 34: 8).
¿Qué significa eso? ¿Cómo puedes probar que Dios es bueno? ¡Por lo que dice la Biblia! Allí verás que Dios es bueno y aprenderás de él.
¿Cómo crees que era la melodía del canto de David? ¿Podríamos ponerle una música para cantarlo?
QUERIDO DIOS, QUIERO APRENDER DE TI. AMEN.

Tomado de MEDITACIONES MATINALES PARA NIÑOS PEQUEÑOS
¿QUÉ DICE JESÚS?
Por: Rosanne C. Tetz

VAMOS POR EL ORO

No teman. El Dios de ustedes y el Dios de su padre les ha dado ese tesoro.  Génesis 43: 23, NBLH.

Existe más de una manera de obtener el oro. Imagina que estás curioseando en el ático de la casa de tus abuelos. El sol se filtra a través de las partículas de polvo mientras empujas hacia un lado el antiguo baúl de tu tatarabuelo.
Has visto ese baúl tantas veces, que sabes de memoria su contenido: un uniforme de tu abuelo, unos cuantos libros viejos, y cartas de un color amarillento.
En el lugar donde estaba el baúl antes de moverlo hay una hebra de lana roja que sobresale de las tablas de madera del suelo. Cuando la halas te das cuenta de que una de las tablas está floja. La levantas y debajo hallas una vieja sudadera de cuadritos rojos y negros, comida por las polillas. En el bolsillo de la sudadera encuentras un pequeño libro con tapas de cuero que resulta ser el diario de tu tatarabuelo.
Entre la tapa y la primera página del diario hay una hoja de papel doblada y amarillenta. La abres cuidadosamente y resulta ser ¡el mapa del tesoro escondido de tu tatarabuelo! En una esquina del mapa hay una casita dibujada.
Al verla, reconoces que es el viejo cobertizo que está en un rincón de la propiedad, colindante con el bosque. En la otra esquina hay otro dibujo que parecen ser unos peñones. Tú recuerdas haberte subido a ellos con tus primos el verano anterior. En la base de las piedras hay una X roja dibujada. Tus manos tiemblan de la emoción.
¿Será verdad? ¿Realmente habrá escondido el tatarabuelo su fortuna antes de morir? ¿Habrá en ese lugar un cofre lleno de oro, monedas de plata y valiosas joyas?
Este año, tú y yo vamos por el oro. En algunos casos, como en los Juegos Olímpicos, el oro hay que ganarlo. En otros, como en el caso del oro del tatarabuelo, está escondido esperando que lo encuentres. La Biblia es una guía de entrenamiento para ganadores, y un mapa para los buscadores de tesoros.
Como mapa, nos llevará hacia los tesoros de la sabiduría y la verdad. Como guía de entrenamiento, nos ayudará a traer a nuestra casa el tesoro del cielo. De cualquier manera que la utilices, como guía de entrenamiento o como mapa, siempre saldrás ganando. Y es que Jesús es oro puro.
TOMADO DE LECTURAS DEVOCIONALES PARA MENORES
EN LA CIMA
POR: KAY D. RIZZO

HAYA UNA ALFOMBRA VIVIENTE

“Después dijo Dios: Produzca la tierra hierba verde que dé semilla, y árboles frutales que den fruto según su género, con su semilla en ellos. Y así sucedió” (Gén. 1:11).

Es el tercer día. Pero, no es el día cuyo nombre honra al planeta Marte; en cambio, es el día en que Dios puso la alfombra en el nuevo hogar que estaba preparando en el planeta denominado Tierra. Pero, antes de poder instalar una alfombra, hay que tener el piso listo.
“Y Dios dijo: Júntense las aguas que están debajo del cielo en un lugar, y aparezca el suelo seco. Y así sucedió. Y llamó Dios a la parte seca ‘tierra’, y a la reunión de las aguas llamó ‘mar’. Y vio Dios que era bueno” (Gén. 1:9,10).
Escucha… ¡Hay nuevos sonidos! El viento pasa entre las hojas de los árboles; y el sonido del agua al chocar con las piedras; y el sonido de las olas que se deshacen en las playas de los lagos.
Hay solamente plantas.
“Y vio Dios que era bueno. Y fue la tarde y la mañana, el tercer día” (Gén. 1:13).

Tomado LECTURAS DEVOCIONALES PARA MENORES
¡BUSQUEÑOS JUNTOS!
Por: Santiago y Priscila Tucker

LA VIDA CORRE RÁPIDAMENTE

“Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora” Eclesiastés 3:1

Cuando un nuevo año comienza nos proponemos muchas metas, desafíos, sueños. Deseamos lograr todo lo que el año anterior no nos permitió conseguir. Comenzamos con entusiasmo, con fuerzas, con deseos de lograr lo que tanto anhelamos.
Al principio, todo nos parece fácil, tenemos doce meses para lograr nuestros objetivos, por lo tanto no nos desesperamos y nos tomamos el tiempo. Pronto nos damos cuenta de que el año pasa rápidamente, y con la misma velocidad se lleva nuestras decisiones.
Todo tiene su tiempo. Si bien es cierto que no debemos malgastar la vida, tampoco es sabio tomar decisiones apresuradas. A veces decidimos algo sin pensar demasiado en las consecuencias, y eso es causa de que algunas cosas nos salgan mal. No obstante, hay proyectos y sueños que "tienen su tiempo", y si dejamos pasar ese tiempo, se irán con la vida y nunca los veremos realizados.
El político, científico e inventor estadounidense Benjamín Franklin, en una de sus conocidas reflexiones dijo: "No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy", y yo me atrevo a agregar: "pero tómate un tiempo para pensar detenidamente antes de hacerlo".
Pidamos siempre la dirección de Dios antes de tomar una decisión importante. Pidamos siempre su consejo cuando estemos confundidas o inseguras. Pidamos su ayuda cuando la carga sea demasiado pesada para nosotras. Pidamos a Dios que nos acompañe cada día, que camine a nuestro lado, asiendo nuestra mano, y que cuando estemos cansadas él nos lleve en sus brazos.
Él sabe lo que necesitamos, pero espera que se lo pidamos. De esa manera estrechamos nuestra comunión con él. Por eso, te invito a arrodillarte cada mañana para hablar con el Señor, imaginando que él está a tu lado escuchándote. Él se siente feliz al ver que sus hijas toman un momento en su día para hablarle. Así lo sentirás cerca y su ayuda vendrá cuando la necesites.
Al comenzar este nuevo año, antes de fijarte metas, sueños o desafíos, proponte estar cerca de Dios, vivir a su lado, contarle tus sueños y serle fiel. Entonces te sentirás segura de que él te ayudará a lograr lo que te propongas.

Tomado de LECTURAS DEVOCIONALES PARA LA MUJER
DE MUJER A MUJER
Recopilado por: Pilar Calle de Henger

CAIN

El Señor le preguntó a Caín: "¿Dónde está tu hermano Abel?". "No lo sé -respondió-. ¿Acaso soy yo el que debe cuidar a mi hermano?". Génesis 4:9.

La esperanza de Adán y de Eva de regresar al Jardín del Edén, ahora tenía la forma de un bebé, la sonrisa de una pequeña maravilla hecha ser humano. Todas las alegrías, los sueños y las ilusiones de nuestros primeros padres se hacían "carne y hueso" en el pequeño Caín.
Si la promesa de Dios se cumplía, Eva tenía en sus brazos al pequeño Mesías, el Salvador.  Pero, la historia nos cuenta que las elecciones del pequeño bebé -cuando creció- lo transformaron en el primer asesino de la historia. Duele pensar que el ser humano, sin llegar a los extremos que Caín simboliza (es decir, pasar de Salvador del mundo a fratricida), es capaz de actitudes de esta naturaleza. No importa cuántas y cuan profundas esperanzas se puedan colocar en nosotros, de una u otra manera conseguimos destrozarlas.
En pequeños detalles o en grandes errores, somos "mega" o "mini" Caínes, al decir a nuestros padres, hermanos, amigos, conocidos, e incluso a personas que apenas nos conocen, que no es una buena idea que confíen en nosotros. El mensaje que transmitimos es que no es conveniente que centren muchas esperanzas en nosotros.
Siempre hay alguien que espera algo bueno de tu parte; por extraño que parezca, a pesar de las barbaridades que podemos llegar a cometer en algunos momentos.
Gracias a Dios, Cristo sabe de nuestras deficiencias y de nuestra natural inclinación a destruir las esperanzas que depositan en nosotros.
A pesar de eso, nos ama. No consigo explicar cómo; no puedo llegar a entender la razón. Lo único que puedo decir es que lo hace por amor, pero es un amor que no puedo ni explicar ni entender. No tiene lógica. No tiene límites. No tiene cambios.
Es por ese amor y es en esa esperanza que podemos vivir el día de hoy, sabiendo que hay un Dios en el cielo que nos mira con tierno amor, y nos da la posibilidad de levantarnos cada vez que nos caemos.
La elección final es tuya. Tu vida quedará marcada por esas buenas o malas decisiones. No dejes pasar esa oportunidad hoy.

Tomado de MEDITACIONES MATINALES JÓVENES
365 VIDAS
Por: Milton Bentancor

UN TIEMPO DE ENTUSIASMO PROFÉTICO – 2

Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin. Mateo 24:14.
El estudio de las profecías bíblicas no fue la única reacción religiosa a la Revolución Francesa. La segunda fue el mayor reavivamiento religioso que haya conmovido a los Estados Unidos alguna vez. Desde comienzos de la década de 1790 y siguiendo con la de 1840, el Segundo Gran Despertar hizo más que cualquier otra cosa en la historia del joven país para transformar a los Estados Unidos en una nación cristiana.
Hubo una oleada de reformas sociales y personales que acompañaron el reavivamiento religioso. Muchos han llegado a creer que los avances políticos y tecnológicos de finales del siglo XVIII y comienzos del XIX habían comenzado a proveer de la maquinaria para la “creación del cielo en la Tierra”. Surgieron cientos de movimientos reformistas con el propósito de mejorar a la sociedad humana.
Las sociedades reformistas surgieron en el siglo XIX en casi cada ámbito concebible de interés humano. Fue en esas décadas que las campañas en pro de la abolición de la esclavitud, la guerra y el uso del alcohol llegaron a ser factores importantes en la cultura estadounidense. Además, surgieron sociedades con el fin de promover la educación pública; para mejorar el trato hacia los sordos, los ciegos, los discapacitados mentales y los prisioneros; la igualdad de los sexos y las razas; etc. Más allá del ámbito social, encontramos organizaciones patrocinadoras del avance personal, en esferas como la reforma moral y la salud, incluyendo la Sociedad Vegetariana Estadounidense.
Tanto religiosos como secularistas aunaron energías y recursos, con la esperanza de perfeccionar a la sociedad mediante una reforma. Pero, los religiosos fueron más allá de sus contemporáneos, mediante el establecimiento de sociedades bíblicas, sociedades misioneras nacionales y extranjeras, uniones de escuelas dominicales y asociaciones para la promoción de la sacralidad del domingo. Por primera vez, los cristianos protestantes sintieron la necesidad de predicar el evangelio a todo el mundo.
Debido a las reformas y al entusiasmo de la extensión misionera, las expectativas milenaristas eran omnipresentes en la década de 1830. Charles Finney, el gran evangelista estadounidense de la época, enunció la opinión predominante de las iglesias, cuando escribió en 1835 que “si la iglesia hiciera su deber” en la reforma, “el milenio llegaría a este país en tres años”. La idea era que las reformas y otros aspectos del Despertar prepararan al mundo para el comienzo del milenio descrito en Apocalipsis 20, durante el cual la Tierra continuaría mejorando, hasta que Cristo regresara al final de los mil años. Fue un mundo de frenesí milenarista al que Miller vino a predicar su mensaje adventista. Como resultado, iglesias de todas partes lo recibían con los brazos abiertos.
Dios había preparado el camino. Siempre lo hace. Nuestro trabajo es seguir su conducción. 

Tomado de MEDITACIONES MATINALES PARA ADULTOS
A MENOS QUE OLVIDEMOS
Por: George R. Knight

jueves, 2 de enero de 2014

ÉL SABE MI NOMBRE

En mi Biblia: “Te he conocido por tu nombre” (Éxodo 33:17, RV95).
Tiempo para estar juntos
A Juanita no le gusta encontrarse con la señora María porque ella siempre se olvida de su nombre. La señora María siempre la llama Anita.
— Mi nombre no es Anita, sino Juanita — dice siempre Juanita.
— Perdón, se me había olvidado — responde siempre la señora María.
Jesús sabe tu nombre y nunca, pero nunca, nunca, lo olvida.
Actividad: Escribe otro nombre que te gustaría tener. ¿Por qué has escogido ese nombre?
Oración: Te doy gracias, Jesús, porque tú siempre te acuerdas de mi nombre. Por favor, ayúdame a acordarme siempre de ti. Amén.

Tomado de LECTURAS DEVOCIONALES PARA PEQUEÑOS
CON JESÚS SOY FELIZ
Por: Gloria Trotman Karen-Mae Trotman Mitchell

EL MENSAJE DE DIOS

«Ese mensaje es de Dios» (1 Tesalonicenses 2: 13, TLA).

¿Sabes qué es esto? Es una carta. La persona que la escribió no pudo venir, así que decidió enviar un mensaje. Sería maravilloso poder hablarle personalmente, pero no es posible. Qué bueno es que podemos enviarnos cartas.
En el jardín del Edén Dios hablaba personalmente con Adán y Eva, pero después de que desobedecieron, el pecado los separó de Dios. Ya no pudieron hablarse más cara a cara. Pero Dios quería expresarles su amor y enseñarles su plan para salvar al mundo. Entonces, hizo que algunas personas escribieran la Biblia.
Estas personas no escribieron lo que quisieron. Dios les dijo lo que debían escribir. A algunos les dio sueños o visiones, como una película. A otros, les dio ideas para que las escribieran. La Biblia es especial.
[Muestre el libro de historias.] Este es un libro de historias. La Biblia también lo es, pero contiene historias diferentes. [Muestre la revista.]
Esta revista nos da consejos, pero la Biblia es más que historias y consejos. Está llena de lo que Dios quiere decirnos. Por eso la llamamos la Palabra de Dios.
QUERIDO DIOS, AYÚDAME A ESCUCHAR TUS PALABRAS. AMÉN.

Tomado de MEDITACIONES MATINALES PARA NIÑOS PEQUEÑOS
¿QUÉ DICE JESÚS?
Por: Rosanne C. Tetz

LA ESTRATEGIA

Me has dirigido con tus consejos y al final me recibirás con honores. Salmo 73: 24.

«¡Quiero ganar! ¡Quiero ganar!», era lo único en lo que pensaba José mientras corría. Quería demostrarle a su nuevo entrenador lo que era capaz de hacer. Estaba decidido a lograrlo, pero los demás competidores lo iban dejando atrás uno tras otro. Cuando cruzó la meta, algunos le llevaban una vuelta completa de ventaja. José no entendía lo que había ocurrido. A l disparo de salida, había despegado velozmente, y a los pocos segundos ya había adelantado incluso a los corredores más veloces. Pero no había sido capaz de mantener aquella velocidad durante todo el recorrido. Eso ya le había ocurrido en la escuela, y lo estaba viviendo de nuevo en la secundaria.
Avergonzado, José se dirigió al vestuario para ducharse, vestirse y marcharse antes de que sus compañeros de equipo regresaran de la pista. Casi lo logró, pero cuando se echó la mochila al hombro para irse se encontró de frente con el entrenador, precisamente la persona con quien menos quería encontrarse.
—Hola, José —le dijo el entrenador poniéndole la mano en el hombro—.
Me ha impresionado tu velocidad de hoy.
—¡¿Mi velocidad?! —dijo José extrañado—. Si he sido el último en cruzar la meta.
—Sí, pero tienes una excelente arrancada —dijo el entrenador.
—Menudo consuelo… —murmuró José entre dientes— Pero en la primera vuelta comienzo a quedarme rezagado.
—¿No te gustan las carreras de velocidad? —preguntó el entrenador.
—¿Las carreras de velocidad? —repitió José.
—Sí—insistió el entrenador—. No todos tienen las mismas cualidades, por eso no todos sirven para las carreras de larga distancia. Tú podrías ser un excelente corredor de carreras de velocidad. Piénsalo.
—Es posible que tenga razón —respondió José con una sonrisa—. Tal vez he estado practicando el deporte equivocado todo este tiempo. ¿Cómo se ha dado cuenta?
El entrenador sonrió y, alborotando el cabello del joven, le dijo:
—Ese es mi trabajo.
Jesús, tu Entrenador, sabe qué es lo mejor para ti. Su trabajo es saberlo. Solo debes preguntarle qué camino debes tomar, y él te dará la respuesta.

TOMADO DE LECTURAS DEVOCIONALES PARA MENORES
EN LA CIMA
POR: Kay D. Rizzo

HAYA UN ESPACIO ENTRE LAS AGUAS

“Después dijo Dios: Haya un espacio entre las aguas, que separe un agua de la otra” (Gén. 1:6).
Es el segundo día de la Creación. Aunque lo llamamos lunes, no es el día de la luna, porque este satélite no fue creado hasta el cuarto día. El segundo día había sido destinado por Dios para crear el aire. El Creador proveyó de un ambiente perfecto para la existencia de la vida.
En este día, Dios formó la atmósfera que rodea la Tierra.
El agua está constituida por hidrógeno y oxígeno, y el Creador separó el agua en dos capas: dejó una sobre la Tierra, y con la otra hizo la atmósfera. En el espacio situado entre ambas, proveyó de incontables miles de millones de toneladas de aire. Al dejar una capa de agua por encima de la capa de aire, Dios creó un paraíso tropical a lo largo y ancho del mundo. E hizo rotar el planeta, para formar una corriente que mantuviera fresco el aire.
Dios siempre hace provisión anticipada para nuestras necesidades.

Tomado LECTURAS DEVOCIONALES PARA MENORES
¡BUSQUEÑOS JUNTOS!
Por: Santiago y Priscila Tucker

LA SABIDURIA DEL CIELO

“El principio de la sabiduría es el temor de Jehová” Proverbios 1:7

Fue próspera la juventud de Salomón porque estuvo en relación con el Cielo, dependió de Dios he hizo de Él su fortaleza.
En los primeros tiempos de la vida de Salomón se ven también los resultados del método educativo de Dios. Salomón hizo en su juventud la misma decisión que David. Antes que cualquier bien terrenal, pidió a Dios un corazón sabio y entendido. Y el Señor no sólo le dio lo que le pedía, sino lo que no había pedido: riquezas y honores. El poder de su inteligencia, la amplitud de su conocimiento y la gloria de su reinado se hicieron famosos en todo el mundo" (Elena de White, La educación, p. 44).
Para entender la sabiduría del cielo y conocer la voluntad de Dios necesitamos tener sed de su amor. En la misión de educar a nuestros hijos, necesitamos mucho de Dios para no sentirnos solas. Amamos a nuestra familia más que a nada en este mundo, somos capaces hasta de dar nuestra vida por ella. Deseamos su salud, seguridad, felicidad y prosperidad como el mismo Señor las desea para nosotras. Este es un desafío grande y diario al que no podemos enfrentarnos sin su ayuda, porque la batalla estaría perdida. Nuestro mejor aliado tiene que ser el Señor, quien está deseoso de transformarnos porque nos hemos convertido en referentes y modelos de vida para nuestros hijos. La sabiduría del Cielo y el respeto a la voluntad de Dios nos ayudarán a despojarnos de falsos ideales a fin de ayudar a nuestros hijos a fortalecer sus talentos y herramientas para conducirse en la vida.
Tenemos que despojarnos del sentimiento de crítica constante para ayudarlos a que vean en Jesús su máximo ejemplo. Nuestro trabajo es estar atentas, despiertas y ser conscientes de lo que ocurre a su alrededor para saberlos conducir y guiar. No nos desalentemos. El Señor nos asegura:
"He aquí yo derramaré mi espíritu sobre vosotros, y os haré saber mis palabras" (Prov. 1:23;.
Muchas veces tardamos en admitir nuestra negligencia, pero nunca es tarde para comenzar, Estamos a tiempo, hoy es el segundo día del año y un momento oportuno para crecer, porque queremos transformarnos en madres que lleven a sus hijos a los pies de Jesús.

Tomado de LECTURAS DEVOCIONALES PARA LA MUJER
DE MUJER A MUJER
Recopilado por: Pilar Calle de Henger

EVA

Por eso el hombre deja a su padre y a su madre, y se une a su mujer, y los dos se funden en un solo ser. Génesis 2:24.

Imagino la alegría de Adán cuando descubrió a Eva. Imagino la alegría de Dios cuando los presentó. Eva era todo lo que Adán quería, era su sueño hecho realidad.  Cuando esta mujer llegó con el fruto prohibido en la mano, por la mente de Adán debieron haber pasado mil ideas en apenas unas décimas de segundo.  Eligió quedarse con ella y desobedecer a Dios.
Hay cosas en tu vida que son realmente importantes, tan importantes que te modifican. Hay personas en tu vida que son así de importantes; y no es ningún pecado que esto suceda. El problema surge cuando estas personas, comúnmente del sexo opuesto y con algún encanto personal que te fascina, ocupan un lugar que solo Dios debe ocupar: el primero.
¿Por qué un ser tan inteligente como Adán tomó una elección tan extraña?
Por la misma razón que personas tan inteligentes como tú toman decisiones tan extrañas como las de él: amamos más al pecado que a Dios.
Eva era todo lo que Adán había soñado. Por eso, en el momento de la decisión pesó más la relación que había establecido con ella que la que tenía con Dios.  Igual nos sucede a nosotros. Cuando optamos por el pecado, por separarnos de Dios, elegimos a la persona, a la acción o a la palabra que sentimos más real que Dios en nuestras vidas, porque amamos o deseamos eso más que a él.
Es simple. El pecado nos gusta porque, en apariencia, nos satisface. Nos gusta la primera sensación que sentimos (la última; a veces, no tanto).  Si Dios para ti no es un ser real, cuando la tentación se presente, tendrás graves problemas para elegirlo; nadie elige una idea.
Si para ti Dios se resume en una serie de normas éticas, morales y algunos ritos básicos, es absolutamente natural que no lo elijas. Nadie elige un comportamiento.  Si, por el contrario, Dios es tu amigo real, con quien conversas diariamente, a quien le das la última palabra en tus decisiones (¡en todas!), tus chances de victoria aumentan.  Elígelo hoy a él.

Tomado de MEDITACIONES MATINALES JÓVENES
365 VIDAS
Por: Milton Bentancour

UN TIEMPO DE ENTUSIASMO PROFÉTICO – 1

Pero tú, Daniel, cierra las palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin. Muchos correrán de aquí para al á, y la ciencia se aumentará. Daniel 12:4.

“Estados Unidos a comienzos del siglo XIX” –afirma el historiador Ernest Sandeen– “estaba ebrio del milenio”. Cristianos de todas las extracciones creían que estaban al borde mismo del Reino de Dios.
El terremoto de Lisboa de 1755, espantosamente destructor, había dirigido las mentes de muchos al tema del fin del mundo. Pero, el estímulo más importante tenía sus raíces en los acontecimientos de la Revolución Francesa, en la década de 1790. Las agitaciones sociales, políticas y religiosas que tenían lugar recordaban a la gente las descripciones bíblicas del fin del mundo. La violencia y la magnitud de la catástrofe francesa hicieron volver la mirada de los eruditos, en ambos lados del Atlántico, a las profecías de Daniel y el Apocalipsis.
En particular, muchos estudiosos de la Biblia pronto se interesaron en las profecías de tiempo y en el año 1798. En febrero de ese año, Berthier, el general de Napoleón, había entrado en Roma y había destronado al papa Pío VI. De modo que 1798, para muchos eruditos bíblicos, llegó a ser el punto de anclaje para correlacionar la historia secular con la profecía bíblica. Al utilizar el principio de que en la profecía un día equivale a un año, vieron en el arresto del Papa la “herida mortal” de Apocalipsis 13:3 y el cumplimiento de la profecía de los 1.260 días/años de Daniel 7:25 y de Apocalipsis 12:6, 14 y 13:5.
Los eruditos bíblicos, escribe Sandeen, creían que ahora tenían un “punto fijo en la cronología profética de Apocalipsis y de Daniel. Algunos estaban seguros de que ahora podían marcar su ubicación en la cronología profética en desarrollo”. Finalmente, muchos sugirieron que la profecía de Daniel 12:4 se estaba cumpliendo.
Seiscientos años antes del nacimiento de Cristo, el profeta había escrito: “Pero tú, Daniel, cierra las palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin. Muchos correrán de aquí para al á, y la ciencia se aumentará”. Debido a la magnitud de los acontecimientos mundiales, muchos ahora tenían la convicción de que había llegado el “tiempo del fin”. Como nunca antes, los ojos de los estudiosos de la Biblia literalmente corrían “de aquí para allá” sobre las profecías de Daniel, mientras buscaban obtener una comprensión más clara de los acontecimientos del tiempo del fin. Los últimos años del siglo XVIII y los primeros del siglo XIX fueron testigos de una cantidad sin precedentes de libros publicados sobre profecías bíblicas.
La profecía bíblica se estaba cumpliendo. La gente no solo examinaba los escritos de Daniel como nunca, sino también el conocimiento de esas profecías iba en rápido aumento. Era un tiempo de entusiasmo profético. 

Tomado de MEDITACIONES MATINALES PARA ADULTOS
A MENOS QUE OLVIDEMOS
Por: George R. Knight

miércoles, 1 de enero de 2014

¡HOLA, JESÚS!

En mi Biblia: “Dejen que los niños vengan a mí” (Lucas 18:16).

Tiempo para estar juntos:
¿Alguna vez has conocido a un deportista famoso? A veces, conocemos personas a las que nunca podemos olvidar.
¿Recuerdas alguna? ¿Cómo te sentiste tras conocerla?
Hoy quiero presentarte a Jesús. Jesús es el Hijo de Dios.
Él ama a todos los niños y las niñas, y te ama muchísimo a ti. Él está muy contento de conocerte. ¿Por qué no le dices “¡Hola, Jesús!”?
Actividad: ¿Cómo te sentirías si conocieras hoy a alguien? ¿Asustado? ¿Muy feliz? ¿Un poco triste? Pide a tus papás que te enseñen qué palabras decir cuando te presentan a alguien que no conoces.
Oración: Querido Jesús, me alegra mucho conocerte hoy. Amén.

Tomado de LECTURAS DEVOCIONALES PARA PEQUEÑOS
CON JESÚS SOY FELIZ
Por: Gloria Trotman Karen-Mae Trotman Mitchell

¡MÍRATE!

«Porque la palabra de Dios tiene vida y poder» (Hebreos 4: 12).

¡Mira este espejo! ¿Ves todas esas manchas? ¿Qué pasa si pasamos la mano por el espejo? ¡Se mancha más!
Mirémonos ahora en el espejo. ¿A quién ves? ¿Tienes la cara limpia? ¿Estás bien peinado(a)? El espejo sirve para saber cómo nos vemos. El espejo sirve para que nos miremos en él, pero si el espejo está sucio, nosotros también nos veremos sucios.
[Muéstrele una Biblia.] ¿Sabes qué es esto? ¡Es una Biblia!
Hay diferentes maneras de mirar la Biblia. Podemos mirar la Biblia por fuera, y ver solo un libro, así como miramos el espejo y vimos solo las manchas. O podemos mirar la Biblia por dentro y aprender cómo Dios nos ama y nos ayuda. La Biblia es como un espejo bien limpio que nos permite ver cómo somos por dentro.
Quiero mirar adentro de la Biblia para aprender más de Dios. ¿Te gustaría hacerlo conmigo? ¡Y quiero limpiar este espejo sucio para verme bien! ¿Me ayudas? [El niño rocía el espejo con el líquido limpiador y lo seca con papel o un pañito.]
QUERIDO JESÚS, GRACIAS POR LA BIBLIA. AMÉN.

Tomado de MEDITACIONES MATINALES PARA NIÑOS PEQUEÑOS
¿QUÉ DICE JESÚS?
Por: Rosanne C. Tetz

EN SUS MARCAS, LISTOS, ¡FUERA!

«Te enseñaré el camino que debes seguir. » (Salmo 32: 8).

En sus marcas, listos, ¡fuera! El disparo de salida surca el viento, dando así comienzo a la carrera. La multitud anima a los corredores olímpicos, que dejan atrás la línea de salida y luchan por sus posiciones. El tramo que tienen por delante es largo y complicado. Los competidores deberán subir colinas y atravesar valles. Paso a paso y kilómetro a kilómetro, llegarán a la meta.
Para ganar una carrera de larga distancia hace falta más que simplemente saber correr. Hace falta talento, determinación, horas de entrenamiento, una alimentación equilibrada, e incluso un buen descanso. La diferencia entre el ganador y los demás corredores también tiene mucho que ver con la capacidad de su entrenador para motivarlo y enseñarle cómo ganar.
Cada corredor analiza con su entrenador sus propias carreras y las que han corrido otros campeones olímpicos. El entrenador desarrolla una estrategia para ganar, indicándole a su corredor en qué momentos debe ir al mismo paso de los demás corredores, y cuándo debe cambiar de ritmo. Para ello, analiza el estilo de los rivales. Aunque a primera vista parezca que el corredor va solo, no es así. El entrenador lo acompaña durante toda la carrera. Comparte estrategias con él sobre la mejor manera de ganar, y lo anima en todo momento.
Yo también soy corredora, pero de las olimpiadas del Cielo, y tengo un Entrenador. Mi Entrenador y yo planificamos juntos la mejor manera de correr la carrera. Él me ayuda a identificar las fallas que hacen que me rezague, y me dice qué debo hacer para ganar. Pone a mi disposición los mejores instrumentos de ayuda que existen y me enseña las fortalezas y debilidades de corredores del pasado como Moisés, Daniel, Sara o Rut. Me advierte sobre las engañosas tácticas de «mi gran rival». Mi Entrenador, Jesús, ha trazado una estrategia ganadora diseñada especialmente para mí. Él es también tu Entrenador, y puede mostrarte el camino a seguir para ganar la carrera. Con toda seguridad venceremos si seguimos sus instrucciones.
Hoy nos encontramos posicionados en la línea de salida de un nuevo año. Estamos entrenando para las olimpiadas celestiales, y nuestro Entrenador está dándonos las instrucciones para que ganemos la carrera. Así que… en sus marcas, listos, ¡fuera!

TOMADO DE LECTURAS DEVOCIONALES PARA MENORES
EN LA CIMA
POR: Kay D. Rizzo

COMENCEMOS CON DIOS

"Más buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas". Mateo 6:33.

Corrían las horas y los días, y la mirábamos maravillados porque no podíamos creer que nos habíamos convertido en padres. Entonces supimos que, de alguna manera, éramos personas especiales. Deseábamos darle lo mejor a nuestra pequeña porque ahora teníamos por quien y para quien vivir. ¡Qué tremenda responsabilidad! Solamente nos sería posible buscando en la sabiduría del Cielo toda la luz que necesitamos para nuestra vida y la de nuestra hija. ¿Cómo acceder a esa sabiduría? Únicamente acercándolos humildemente al Señor. Así descubrimos que no hay nada más reconfortante que empezar el día con Dios.
Este es el primer día del año y, como todo lo nuevo, lo miramos y tocamos con cuidado. Los días pasarán con sus preocupaciones, problemas y desafíos, y es en este punto donde debemos trabajar por nuestro hogar y nuestros hijos con el mismo esmero que Dios tiene para nuestra vida.
Como dice el texto de hoy, si ponemos nuestra vida en las manos de Dios, no tendremos de qué temer. Los hechos y las cosas vendrán para nuestro socorro y bendición.
Ser madres nos hace entrar en un terreno totalmente desconocido, inexplorado, lleno de dificultades e inseguridades, pero rebosante de esperanza. Detente un minuto en este día para darte un tiempo y escuchar lo que Dios tiene para decirte con relación a tu familia. Aprende a vivir, no a desear vivir, porque estamos en esta vida para labrar la felicidad de los nuestros. De nada serviría que todo nos saliera perfecto, sin problemas, sin luchas, sin retos ni desafíos. Si nuestra vida fuera perfecta, ¿a qué nos dedicaríamos? ¿Dónde depositaríamos nuestra esperanza?
Decidamos ser auténticas y coherentes, crezcamos espiritualmente, disfrutemos de nuestra familia y de la vida familiar, respetemos a nuestro cónyuge y a nuestros hijos, perdonemos sus errores y ofensas, ayudémoslos a ir al cielo. Bendigamos a nuestra familia en todo momento. Empecemos este año con Dios en nuestro corazón. Si ya lo decidimos y flaqueamos, volvamos a empezar. Vivamos con alegría, disfrutando de la vida y el hogar que Dios nos regala.

Tomado de LECTURAS DEVOCIONALES PARA LA MUJER
DE MUJER A MUJER
Recopilado por: Pilar Calle de Henger

ADÁN

Y dijo: “Hagamos al ser humano a nuestra imagen y semejanza”. Génesis 1:26.

Generalmente, los seres humanos somos extraños. Cuando tenemos todo a nuestro favor, tomamos decisiones que nos complican, a veces, de un modo fatal.  Hay situaciones que me dejan (hasta el día hoy) perplejo. Por ejemplo, un médico fumando. Sabe que es pésimo, tiene plena conciencia de todos los riesgos que corre y continúa fumando, por increíble que parezca.
Mucho más extraño es lo que sucedió con el primer hombre. Él tenía todo para ser feliz: el jardín del Edén era el lugar perfecto, y Eva era la compañía perfecta. Además, contaba con la presencia y la compañía perfecta de un Dios perfecto, que lo había creado y lo amaba más allá de todo entendimiento. Pues a pesar de toda esta perfección en la mano, el señor Adán eligió desobedecer a Dios y comer del fruto prohibido.
Por más que lo piense e intente entenderlo, no consigo encontrar ningún motivo medianamente lógico para la decisión tomada. De las consecuencias de la decisión no necesito hablarte, ya que las sufres conmigo cada día.
Y aquí estamos nosotros, comenzando un nuevo año. Seguramente no estarás en el jardín del Edén, no sé si tendrás a tu Eva (o a tu Adán) al lado, pero te puedo asegurar que puedes compartir algo con Adán: la presencia perfecta de un Dios perfecto a tu lado. Él te ama tanto como amaba a Adán. Él desea darte tantas victorias como deseaba darle a Adán. Él está tan interesado en ti como lo estaba en Adán.
Aunque me puedas mostrar muchos aspectos en los que tu vida no es perfecta, te diré siempre lo mismo: nuestro Dios es perfecto y él tiene el poder. Por eso, elige este año conocerlo más, estar en mayor comunión con él, amarlo más…
Puedes quedarte tranquilo. El interés de Dios no se renueva cada año, como nuestras promesas; es absolutamente constante. No cambia, no tiene sombra de variación. Él te ama de la misma manera desde el mismo minuto en que naciste.
En esta Tierra, nunca estarás tan cerca de él que no puedas acercarte un poco más, ni tan lejos que él no consiga abrazarte. Él te espera hoy como te esperó ayer. Te esperará durante todo este año como te esperó el año pasado.
Sus brazos están abiertos, y tienen un lugar igual a la forma de tu corazón.

Tomado de MEDITACIONES MATINALES JÓVENES
365 VIDAS
Por: Milton Bentancour

PIEDRAS DEL RECUERDO

Y Josué erigió en Gilgal las doce piedras que habían traído del Jordán. Y habló a los hijos de Israel, diciendo: Cuando mañana preguntaren vuestros hijos a sus padres, y dijeren: ¿Qué significan estas piedras? declararéis a vuestros hijos, diciendo: Israel pasó en seco por este Jordán. Josué 4:20-22.

¡Esas no eran solo algunas viejas piedras cualesquiera! Cada una tenía un significado especial. Eran piedras del recuerdo; piedras de la historia. Las rocas en sí eran bastante comunes, parecidas a millones de otras en las colinas de Palestina. Pero, estas doce señalaban algo: recordaban la conducción de Dios en la experiencia de Israel.
La Biblia es un libro histórico, basado en una serie de acontecimientos que comienzan con la Creación y la entrada del pecado, y pasan por el pacto de Dios con Abraham, el Éxodo, la cautividad y la restauración de Israel, la encarnación y el nacimiento virginal de Jesús, su vida sin pecado y su muerte en la cruz, la resurrección y la segunda venida.  De modo que la Biblia es un libro que recuerda la conducción milagrosa que Dios tuvo con su pueblo.
Cuando las iglesias pierden de vista la trascendencia de esas remembranzas, están en problemas. A la deriva de su amarre en puerto seguro, han perdido el rumbo. En el ámbito judeocristiano, la pérdida del rumbo comienza con el olvido del pasado; más específicamente, con el olvido de la conducción de Dios en el pasado.
Cuando ocurre esto, los cristianos pierden su sentido de identidad. Y, tras la falta de identidad, sucede la extinción de la misión y el propósito. Después de todo, si no sabemos quiénes somos en relación con el plan de Dios, ¿qué tenemos para contar al mundo? La historia cristiana está plagada de cuerpos religiosos que han olvidado de dónde provienen y, como resultado, no tienen un rumbo para el futuro. Y ese olvido es una tentación muy real para el adventismo.
No fue por casualidad que Elena de White, ya anciana, haya alertado a sus lectores sobre el tema. “Como he participado en todo paso de avance hasta nuestra condición presente – escribió –, al repasar la historia pasada puedo decir: ‘¡Alabado sea Dios!’ Al ver lo que el Señor ha hecho, me lleno de admiración y de confianza en Cristo como director. No tenemos nada que temer del futuro, a menos que olvidemos la manera en que el Señor nos ha conducido, y lo que nos ha enseñado en nuestra historia pasada” (NB 216).
Como veremos en nuestro viaje a través de la historia del adventismo este año, nuestra iglesia tiene sus propias piedras del recuerdo.  Si las descuidamos, las consecuencias las padeceremos nosotros mismos.

Tomado de MEDITACIONES MATINALES PARA ADULTOS
A MENOS QUE OLVIDEMOS
Por: George R. Knight