martes, 3 de mayo de 2011

UN DESAFÍO ÚNICO

Corrige a tu hijo y te dará descanso, y dará alegría a tu alma. (Proverbios 29:17).

Corrían las horas del fin de su existencia y tan solo le faltaba un último deseo por cumplir: «Quiero ver a mi madre». Aquel hombre lleno de vida pronunciaba el nombre de su madre como queriendo volver a nacer. El pedido le fue concedido y, poco tiempo después, entro en aquella fría celda una anciana, consumida por el dolor y encorvada por la espera y el sufrimiento. Las miradas de ambos se encontraron y; tras las lágrimas, se agolparon los reproches: «Mamá, ¿por qué no me corregiste a tiempo? La planta tierna puede enderezarse fácilmente, pero a la fuerte no la dobla ni el viento.
Esta trágica historia ilustra el resultado de corregir a su debido tiempo. Obviamente aquel hombre no podía hallar justificación a sus actos, pero tampoco puede una madre quedar impune si no ha cumplido el mandato divino de corregir y educar a sus hijos.
Actualmente las madres parecen cada vez más propensas a dejar en manos ajenas la responsabilidad de educar a los hijos que han traído al mundo. Por motivos económicos nos ausentamos del hogar y terminamos adquiriendo una frialdad que en ocasiones nos lleva a decir palabras como: «¡Que vaya a la calle, así aprenderá!», «¡Ve a jugar, quiero estar un rato tranquila! » o «¡Espabílate, porque no voy a vivir para siempre!».
No es madre la que simplemente aporta su cuerpo y su sangre para formar una vida. Ni tampoco la que amamanta o alimenta a un pequeño para que crezca saludable. Ser madre no es únicamente abrigar en tiempo de frio, ni calzar unos pies desnudos. No es comprar juguetes, libros, ni caprichos. Ser madre es hacer de cada noche una velada de oración. Es alimentarse con el Espíritu Santo para darlo a conocer a los hijos. Ser madre es educar, guiar, labrar con amor y sabiduría la viña que le ha confiado el cielo. Ser madre es la tarea más difícil que puede asumir un ser humano. Por eso, ante el gran desafío que tienes ante ti, no dejes de orar: «Señor, dame tu sabiduría para ser una madre como tu deseas».

Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera

UNA LUCHA ESPIRITUAL

Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. Efesios 6:12.

El enemigo de Dios siempre lucha contra los que se declaran del lado de la verdad. En su lucha milenaria ha intentado estropear y manchar a cada hijo de Dios que enarbola la bandera cristiana. Si existe un grupo que el enemigo ataca actualmente de manera especial es el de los jóvenes.
Él sabe que si mancha la vida de los jóvenes, tendrá hombres y mujeres con cicatrices el día de mañana, que formaran familias defectuosas que tendrán dificultades para sobrevivir las grandes pruebas de la vida. Las decisiones que tomes hoy y en los años que te quedan de vida, mostraran al mundo y a Dios de qué lado estas en esta terrible batalla, y tu futuro será determinado por si luchaste en el grupo correcto o en el equivocado.
En esta guerra, el enemigo de las almas procurara engañarte con él concepto distorsionado del "sexo libre". Con grandes afiches publicitarios, con buenas y entretenidas películas, con Internet y con graciosos programas televisivos intentara que deseches tus principios sobre el uso del sexo. Por medio de la música y amigos muy convincentes te hará sentir anticuado o que no sabes disfrutar de la vida.
En esta guerra, los gobernadores de las tinieblas lucharan para que aceptes diversiones de todo tipo, que vayas a salones de baile, fiestas y diversiones, para las cuales ni tendrás que salir de tu casa. Con lemas como "la vida hay que vivirla" o "por esta vida se pasa solo una vez", el enemigo de Dios te perseguirá para que abandones tu vida apacible y te vayas tras las promesas de diversión.
En esta guerra, "las huestes espirituales de maldad" te atacaran con vicios destructores de la salud, como el alcohol, el tabaco o las drogas. Con entretenidas propagandas, con presiones en el colegio, en tu club o grupo de amigos, querrán que mancilles tu salud mediante adicciones nocivas.
Si, en esta guerra estamos involucrados todos, querámoslo o no; y si la enfrentamos solos, seguro que perderemos. Pero si nos tomamos de la mano de Jesús, la batalla está ganada. El Hijo de Dios que descendió del cielo nos alienta con las palabras: "Confiad, yo he vencido al mundo" (Juan 16:33), para que también nosotros miremos con optimismo el futuro. No lo olvides: cuando el enemigo te ataque con algunas de sus tentaciones, recurre a Cristo que ya lo derroto, y tendrás la victoria.

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuel

CORAZON MENTIROSO

Engañoso es el corazón mas que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá? Jeremías 17:9.

Amanece en Martinsville, en el interior del estado de Virginia. No hay sol; mejor dicho, si lo hay, pero yo no lo puedo ver porque una neblina pesada no me permite visualizarlo. ¿Cómo podría no haber sol? El sol siempre esta allí, en el mismo lugar; no cambia nunca. Pero, a veces, el clima es ingrato. Las condiciones atmosféricas parecen fieras atemorizantes: nubes negras, truenos y relámpagos envuelven la tierra; o una neblina densa, como la de hoy, lo deja todo sombrío.
Sentado frente a la computadora, miro a través de la ventana y, al contemplar el día triste y ceniciento, viene a mi mente el tema de este devocional. Hay días así en la vida: te levantas, miras por la ventana del alma... y no ves a Dios. Pero, Dios está allí, en el mismo lugar; más cerca de lo que puedes imaginar. Solo que las circunstancias son tan adversas que no puedes verlo. Y te sientes triste; con una tristeza que duele y se transforma en temor. Como si Dios te hubiese abandonado o no le prestara importancia a tu dolor.
¿Qué te puedo decir? Muchas veces, en mi vida, también hay días sin sol. Soy humano y, por más que busco a Dios, hay ocasiones en que me siento como andando en medio de la neblina. Pero, yo sé que Dios esta alii, solo que quisiera verlo y tocarlo. Eso es parte de nuestra humanidad, ¿sabes? Solo creemos en las cosas que nuestros ojos ven y que nuestras manos tocan. Por eso, necesitas aprender a administrar tu humanidad; a convivir con ella sin darle mucho crédito cuando te hace pensar que estas solo.
En este momento, puede ser que tu vida este envuelta en densa neblina. Tu humanidad puede hacerte sentir que Dios te abandono. Pero, recuerda lo que un día advirtió Jeremías: "Engañoso es el corazón y perverso, ¿Quién lo entenderá?" Entonces, no le creas a tu corazón. ¡Cree en las promesas de Dios!
Cuando las cosas no salen como quieres; cuando todo te parece sombrío y el barco de tu vida parece naufragar, mira más allá de la tormenta. Por encima de las nubes, no solo brilla el sol, sino también Dios controla el universo; y con toda seguridad esta, también, en el control de tu vida.
Sal para la lucha de la vida hoy, pero recuerda: "Engañoso es el coraz6n mas que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?"

Tomado de meditaciones matinales para adultos
Plenitud en Cristo
Por Alejandro Bullón