viernes, 27 de noviembre de 2009

HERMOSA OPORTUNIDAD

Él restaura a los abatidos y cubre con vendas sus heridas (Salmo 147:3).

Ahi estaba frente a mí. Una mujer cuya enfermedad la había convertido en un guiñapo humano. Era mi compañera en la habitación de un hospital. Me dolía ver como se consumía cada día; no podía hablar ni comer, apenas balbuceaba, ya no tenía fuerzas para hacerlo. Su familia sufría en silencio. Un día mientras trataba de encontrar paz y confianza en mi Biblia, no pude evitar dirigir mi mirada hacia donde yacía Olga, así la llamaré por respeto a su memoria.
De pronto escuché una vez que me decía: «Ve, comparte mis promesas con Olga». Dudé por un momento. Pensé que tal vez me rechazaría, pero con la ayuda de mi Señor me acerqué, le hable al oído y le dije: « ¿Quieres escuchar un cantito?» Sé que no tengo este hermoso don, pero el Señor sabia la necesidad de Olga. Entoné el canto no me siento sola. Ella puso mucha atención; después compartí algunos versículos de la Biblia. De ahí en adelante me hacía señas, para que me acercara, entonces balbuceaba: «Sola, sola», pidiéndome que le cantara.
Me olvidé de mi misma, de mis temores por la inminente intervención quirúrgica a la que iba a ser sometida, y concentré mi atención en los enfermos oré con ellos, animándolos y dándoles palabras de aliento. Eso cambió mi vida. ¡Cuántas veces perdemos oportunidades de mostrar amor y simpatía a nuestros semejantes! Hay muchos que no saben que existe un Dios que todo lo puede, que los ama y a veces nos quedamos calladas. No seamos renuentes a la voz del Espíritu Santo y pidamos al Señor que nos utilice para aliviar las cargas de los demás, cualesquiera que sean las circunstancias.
El día que me llevaban en la camilla, camino al quirófano, es ese preciso momento. Olga murió con la bendita esperanza en su corazón. Aprovechemos todas las oportunidades que el Señor nos brinde para compartir su Palabra. Hay muchas que como Olga esperan que les hablemos de Jesús. Los ángeles quisieran hacerlo, pero el Señor confió al ser humano esta obra. Que nuestra oración sea: «Heme aquí, envíame a mi».

María Félix Sánchez Bárcenas
Tomado de la Matutina Manifestaciones de su Amor.

LO MEJOR TODAVÍA NO HA LLEGADO

Vengan ustedes, los que han sido bendecido por mi Padre; reciban el reino que está preparado para ustedes desde que Dios hizo el mundo. Mateo 25:34.

Cuesta imaginar un lugar en el que todo dure para siempre. Desde el momento en que nacemos empezamos a morir. Pero algún día eso cambiará.
En el cielo, todo el mundo, además de vivir para siempre, se sentirá feliz, con salud y lleno de energía. Incluso los abuelos volverán a ser jóvenes.
Hace unos años, la gente cantaba una canción titulada Is That All There Is? (¿Y eso es todo?) Describía como la gente se pasa la vida buscando la felicidad, pero acaba decepcionada. Las personas pasan de una relación a otra, de una emoción a otra, pero al final se quedan sin emociones.
En el cielo nunca no quedaremos sin diversión ni emociones. Siempre habrá desafíos y cosas que aprender.
Una de las razones por las que me gusta ser maestra es que siempre aprendo algo nuevo. Aprender una nueva habilidad o descubrir algo siempre es emocionante. Ahora, en clase de Biología estamos disecando ranas. Cada año, la primera reacción de los alumnos es: « ¡Aaaaaagh, qué asco!» Pero al instante las cabezas están inclinadas sobre los ejemplares y los alumnos están fascinados al ver las intricadas piezas que dios puso en las ranas. Imagínate la excitación que sentirás cuando en el cielo empieces a conocer todo lo que Dios creó: delfines, planetas, flores, música y, sí, también ranas. Y no hará falta que las diseques.
En el cielo no preguntaremos: « ¿Y ya está, no hay más?» Nos pasaremos el tiempo diciendo: « ¡Uau!» En lugar de aburrirnos, seremos felices creciendo. Cada día será mejor que el anterior. ¿A que es fantástico saber que lo mejor todavía está por llegar?

Tomado de la Matutina El Viaje Increíble.

PRACTICAR LA PRESENCIA DE DIOS

Porque David dice de él: «Veía al Señor siempre delante de mí. Porque está a mi diestra no seré conmovido». Hechos 2:25.

La verdadera prueba del carácter y de la vida espiritual de una persona no es lo que hace en los momentos extraordinarios de la vida, sino lo que hace en el diario devenir de su vida, cuando nada grande o emocionante sucede.
En el siglo XVI existió un monje a quien llamaban hermano Lawrence. Este monje expreso una gran verdad que debe ser aceptada y practicada por cada uno de los cristianos del siglo XXI. Afirmó: «Para mí el tiempo de actividad no es diferente del tiempo de oración. El bullicio y las presiones de la vida diaria no me hacen perder el sentido de la presencia de Dios ni la paz y tranquilidad que él me da».
Como se puede ver, Lawrence no sentía urgencia por retirarse en soledad para encontrarse con Dios, para adorarlo y tener comunión y compañerismo. Se encontraba con él en toda actividad que realizaba. Esta es la clase de vida que Jesús desea para cada uno de sus seguidores.
La Biblia habla de varios hombres que practicaron la presencia de Dios. El primero que menciona es Enoc, de quien se dice que caminó con Dios. También tenemos el caso de José, del cual se dice que el Señor estaba con él en cuanto hacia. Podríamos mencionar también a Moisés, que se sostuvo como viendo al invisible. De Eliseo se dijo que vivía como en la presencia de Dios. El apóstol Pablo, por su parte, puso os ojos en Jesús, el Autor y Consumidor de la fe.
¿Qué significa en nuestros tiempos practicar la presencia de Dios diariamente? ¿Cómo podemos practicar la presencia de Dios? Para nosotros significa que hablamos con nuestro Padre celestial constantemente acerca de las actividades, las reuniones, los quehaceres, las frustraciones y las alegrías de nuestro diario vivir. Significa orar acerca de las cosas según van surgiendo cada día. Significa que, cuando no detenemos frente a la luz roja de un semáforo, oramos por aquellas personas, necesidades y amigos, que Dios trae a nuestra mente. Significa entonar un cantica de alabanza al Creador, mientras estamos en un atasco al viajar a nuestro trabajo, o al regresar a nuestro hogar.
Este día aprovecha todo momento para estar en contacto con el Señor. Cualquiera sea el lugar donde te encuentres o la actividad que realices, no lo pierdas de vista. Como el profeta Eliseo, vive siempre, actúa y habla como en la presencia de Dios. Siente que el Señor está a tu diestra y que nada ni nadie hará que lo olvides.

Tomado de la Matutina Siempre Gozosos.