jueves, 22 de marzo de 2012

MANTO MILAGROSO

«Voy a poner el cuero lanudo de una oveja en el lugar donde se trilla el trigo. Si por la mañana la lana está mojada de rocío, pero la tierra está seca, sabré que de veras vas a usarme para salvar a Israel, como tú mismo has dicho» (Jueces 6:3 7).

Silencio. Es muy temprano aún y estamos caminando hacia el lugar donde se trilla el trigo. Como hemos visto, Dios le pidió a Gedeón que reuniera un ejército para luchar contra los madianitas. Gedeón no quería hacerlo, así que le pidió a Dios un milagro como prueba de que él le haría ganar la batalla. Gedeón puso un trozo de lana en el suelo y le pidió a Dios que cayera rocío del cielo solo en la lana y que el suelo alrededor quedara seco. ¡Tal como se lo pidió Gedeón, así ocurrió! ¡Asombroso!
La lana se saca del pelaje de las ovejas o de otros animales. Los tejedores toman el pelaje, lo enrollan y hacen hilo o estambre que sirve para tejer abrigos o mantos. Algunos de los mantos más finos del mundo están hechos con esos pequeños pelos de oveja.
Mateo 9: 20, 21 narra la historia de una mujer enferma que quena tocar el borde del manto de Jesús. Si él no tenía puesto el manto más fino del mundo, ¿para qué quema ella tocarlo? Ella sabía que si entraba en contacto con el manto de Jesús sería sanada. ¡Qué fe tan grande! ¿Amas tú a Jesús de esa manera? Espero que sí. Él puede hacer de nosotros personas maravillosas si tan solo permanecemos en contacto con él.

Tomado de Devocionales para menores
Explorando con Jesús
Por Jim Feldbush

ÉL NUNCA FALLA

Cercano está Jehová a todos los que lo invocan (Salmo 145:18).

Durante las dos últimas semanas las palabras de un corito que aprendí hace algunos años han estado resonando en mi mente, como una alabanza a Dios por su fidelidad.
He comprobado en más de una ocasión que Dios siempre está muy cerca de mí. Recuerdo el día cuando me dispuse de manera frenética a comprar una torta para celebrar el cumpleaños de uno de mis compañeros de trabajo. Lo acostumbrado en algunos lugares es ordenar el bizcocho el día anterior, pero en aquella ocasión yo había olvidado por completo hacer el pedido.
En la primera pastelería no tenían tortas enteras. Paré rápidamente en otras dos, pero fue inútil. Mientras tanto, le pedía a Dios que me ayudara a encontrar el bizcocho que necesitaba y a regresar a tiempo a la oficina antes de que mi compañero se marchara. Únicamente me faltaba por visitar una panadería y tan pronto como entré observé el mostrador: ¡allí estaba! La única torta que quedaba. El Señor había respondido mi oración y había hecho provisión para que el cumpleaños de mi amigo fuera algo muy especial.
En otra ocasión desperté en medio de la noche pensando en Joyce. A pesar de que ella era solo una conocida, no podía sacarla de mi mente. Así que me arrodillé y oré a Dios para que ayudara a Joyce en cualquier circunstancia o dificultad que estuviera atravesando. Días después supe que Joyce había estado muy enferma aquella misma noche, precisamente en el momento en que yo no podía dejar de pensar en ella. Dios escuchó mi oración y la sanó.
También recuerdo a Kenesha, quien se disponía a ir a Francia con el fin de trabajar como docente, pero necesitaba el dinero para su boleto. La fecha de salida se acercaba y aun cuando habíamos estado orando y contactando a algunas personas, no habíamos tenido éxito. Finalmente, una semana antes de su partida, alguien envió la suma exacta que ella necesitaba, lo que le permitió viajar de acuerdo con sus planes.
Mi querida hermana, pienso en lo misericordioso que ha sido Dios conmigo. Le agradezco por el constante amor y por la protección que me ha prodigado. Él nunca me ha fallado y tampoco te fallará a ti.
Señor, Ayúdame a nunca defraudarte.

Toma de Meditaciones Matutinas para la mujer
Una cita especial
Textos compilados por Edilma de Balboa
Por Carol Joy Fider

¿A QUIÉN QUEREMOS IMPRESIONAR?

Hasta el necio pasa por sabio e inteligente cuando se calla y guarda silencio. Proverbios 17:28.

Probablemente ya conoces la historia del abogado recién graduado. Yo la leí en el libro Illustrations, Stories and Quotes (Ilustraciones, relatos y citas), de Jim Bums y Greg McKinnon.
Este joven abogado estaba en su nueva oficina cuando vio que alguien se acercaba. ¿Sería su primer cliente? No lo sabía, pero una cosa estaba clara: debía causar la mejor impresión.
Antes de que el hombre entrara, el abogado tomó el teléfono de la oficina y comenzó a simular que hablaba con alguien: «Mañana viajaré a Buenos Aires para atender el caso García. Creo que ese pleito lo tenemos ganado. Cuando regrese, voy a entrevistarme con el bufete Rodríguez-Navarro para ponerme al día con la demanda contra el gobierno. Oye, voy a tener que dejarte. Alguien está entrando. Hablaremos más tarde».
Con aire de orgullo, el joven abogado colgó el teléfono y se dirigió al visitante. —¿En qué puedo ayudarlo, amigo?
—Soy de la compañía telefónica y vengo a conectar el teléfono. Silencio absoluto. Esto es lo que sucede cuando la gente quiere hacer alarde de lo que sabe o de lo que tiene: terminan haciendo el ridículo. Pero también ilustra lo importante que es para mucha gente impresionar a otros. Queremos impresionar con cuerpos atléticos, con automóviles nuevos, con el último grito de la moda, con los más modernos equipos electrónicos, con nuestros títulos universitarios...
Stephen Covey explica muy bien lo que está ocurriendo en el mundo actual. Este escritor afirma que después de la Segunda Guerra Mundial, la humanidad experimentó un cambio dramático en sus valores. Antes, dice Covey, la gente medía el éxito según la ética del carácter; es decir, de acuerdo a los valores y los principios de la persona. Ahora el éxito se mide según la ética de la personalidad; es decir, de acuerdo a la imagen pública que la persona quiere proyectar (Los siete hábitos de la gente altamente efectiva, ed. 1990, p. 22).
Mientras cada vez más gente se preocupa por «impresionar» a los demás, ¿cuál debería ser tu preocupación y la mía? Pienso que debería ser el desarrollo de la única pertenencia que podemos llevar de esta tierra al cielo: el carácter. ¿Cómo lograrlo? Al desarrollar para la gloria de Dios, los talentos que él nos a dado.

Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
Dímelo de frente
Por Fernando Zabala

EL CAMINO A LA VIDA

«Pero angosta es la puerta y angosto el camino que lleva a la vida» (Mateo 7: 14).

En tiempos de Jesucristo, en Palestina la gente vivía en ciudades amuralladas que solían encontrarse sobre colinas o montañas. Al atardecer, las puertas de la muralla se cerraban. Por esa razón los viajeros que regresaban a su casa por la tarde, si querían entrar en la ciudad antes de la puesta de sol y dormir en lugar seguro, tenían que apresurar el paso por un camino empinado y rocoso.
Esa vía estrecha y sinuosa que conducía al hogar y al descanso dio a Jesús una idea para ilustrar la vida del cristiano: «El camino que he puesto ante ustedes es angosto», dijo, «y la puerta, estrecha».
La conversión y la regeneración son la puerta estrecha a través de la cual es preciso pasar para empezar a andar por la senda angosta. Esto significa que el corazón y el espíritu tienen que renovarse y que lo viejo ha de morir.
No solo es estrecha la puerta, el camino es angosto y sinuoso. Después de pasar por la puerta, no entramos directamente en el cielo. Israel no llegó a Canaán inmediatamente después de haber cruzado el Mar Rojo. Fue preciso que el pueblo anduviera por el desierto. Por eso, mientras transitamos por el camino angosto, tenemos que negarnos a nosotros mismos (Luc. 9:23) y resistir la tentación (Sant. 4:7). ¿Alguna vez ha tenido que buscar una callejuela? Cuando sé que la calle que estoy buscando es pequeña, conduzco despacio para no pasármela. Y lo mismo ocurre con la puerta pequeña. Solo la encuentran unos pocos; y otros, cuando la ven, miran hacia otro lado. Pasa desapercibida. Su aspecto es pequeño y poco atractivo, mientras que el camino que se abre al otro lado parece escarpado y rocoso.
La Biblia nos anima a mirar lo que hay más allá de la puerta estrecha y el camino angosto. «Tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse» (Rom. 8:18).
Jesús nos invita entrar por la puerta. Ante nosotros tenemos la vida y la muerte, el bien y el mal. Vemos ambos caminos a la vez así como a dónde llevan. Nadie en su sano juicio elegiría morir por el hecho de que el camino que lleva a la muerte es agradable y esté bien asfaltado. Tampoco el sabio rechazará la oferta de una mansión y una corona porque el camino es escabroso. La vida cristiana es un viaje lleno de dificultades, pero, si se lo permitimos, PÍOS nos piole gerá y nos llevará a nuestro destino. Basado en Mateo 7: 13, 14

Tomado de Meditaciones Matutinas
Tras sus huellas, El evangelio según Jesucristo
Por Richard O´Ffill