miércoles, 30 de marzo de 2011

LLÁMAME AMARGA

Ya no me llamen Nohemí, repuso ella. «Llámenme "Mará, porque el Todopoderoso ha colmado mi vida de amargura. (Rut 1:20 NVI).

Cuando nacemos, nuestros padres nos inscriben en el registro civil con los nombres que han escogido para nosotros. Y aunque nuestro nombre nos acompañará toda la vida, resulta irónico que en realidad nosotros no hayamos tenido nada que ver con su elección. Sucede a veces que no estamos conformes con el nombre que nos han puesto y deseamos cambiarlo por otro. Si bien hay personas que lo han hecho, por lo general todo el mundo conserva el que le han puesto sus progenitores.
Por tradición todos en mi casa tenemos nombres bíblicos. Cuando era pequeña me resultaba chistoso pronunciar los largos nombres de mis abuelos. Más tarde comprendí que era un honor llevarlos porque se aseguraba de alguna forma la continuidad de esas personas.
El texto de hoy nos presenta a una mujer que cambió su nombre, caso extraño en Israel, pues el nombre era considerado casi una señal del destino. Quizás fue por eso que Noemí, «la placentera», la que tenía augurada una vida feliz, ahora envuelta en amargura, desconsolada por la pérdida de sus hijos y de su esposo, regresaba a su tierra natal trayendo no solo su pena, sino un nuevo nombre que le permitiera poner distancia con su vida anterior: «Amarga». Sí, ese era el nombre que había escogido. «El Todopoderoso ha colmado mi vida de amargura», decía mientras trataba de explicar a otros su desdicha.
A veces la vida no sigue el curso que habíamos planificado. Por el contrario, comienzan a llegar tristezas, enfermedades, separaciones y hasta la muerte, cargando de gran amargura nuestra alma. ¿Te sientes identificada con Noemí, «la amarga»? ¿Al igual que ella, piensas que el Todopoderoso te ha afligido? La historia le demostró que su nombre original era el correcto, que Dios no la había afligido y que estaba al tanto de su sufrimiento.
De igual forma Dios vela por ti. Quizás no comprendas los caminos divinos, pero si de algo puedes estar segura es de que algún día recibirás un nombre nuevo que te coronará como triunfadora por toda la eternidad.
Señor, ayúdanos a recibir esa piedrecita blanca con nuestro nuevo nombre.

Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera

ENAMORADOS DEL AMOR

Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora. Eclesiastés 3:1.

Ayer hablamos de que no es aconsejable demorar o apurar al amor por el hecho de que nuestros amigos tengan una relación amorosa. Hoy mencionaremos algunos pasos a tener en cuenta que pueden ayudarte a que hagas tu elección en el momento apropiado.
Marcelo no aguantaba estar emocionalmente solo y siempre tenía una novia o estaba pensando en alguna señorita para enamorarla. Era su costumbre, lo había hecho así desde los trece años y a medida que dejaba la adolescencia y entraba en la juventud se intensificaba tal manera de ser.
Con algo más de 22 años y después de haber estado sin novia por un largo período, formalizó con una joven que se enamoró de él rápidamente. Aunque no se conocían demasiado al principio, la relación fue creciendo, pero mientras ella más se enamoraba, él más se daba cuenta de que había cometido un error, ya que había aspectos de la personalidad de su novia que no le agradaban. La relación siguió por mucho tiempo, y cuando Marcelo tuvo el valor de darle un corte definitivo, ella amenazó con matarse. El noviazgo continuó, pero él sentía que no la amaba, y aunque oraba al respecto, se convenció de que esa relación era un error. Finalmente, después de casi dos años, terminó el noviazgo, con un daño emocional terrible para ella.
¿Qué hubiera evitado el sufrimiento de ambos? En primer lugar, antes de formalizar el noviazgo, debían haberse conocido como amigos. La amistad te permite conocer los gustos de una persona, descubrir su temperamento, mirar al futuro y proyectar si todo va a funcionar sin que ninguno de los dos salga lastimados. El peligro de "enamorarse del amor" es justamente el de pasar por alto la etapa de la amistad y comenzar con el noviazgo, que es una relación mucho más íntima y profunda en lo emocional y sentimental.
Las Escrituras dan su consejo en este aspecto al decirnos: "Todo tiene su tiempo, y todo lo que se hace debajo del cielo tiene su hora". Está el tiempo para conocerse, formar una amistad, comenzar un noviazgo y entonces, si la relación crece y ambos están conformes con lo vivido, el matrimonio. Marcelo terminó a tiempo a pesar de su error, ya que si se hubiera casado con esa señorita, su matrimonio habría fracasado. Aunque estamos viviendo en un campo en que todo sucede velozmente, el amor no es un juego, y hay etapas y momentos que hay que vivirlos, para no pagar luego las consecuencias. Dios nos aconseja "Todo tiene su tiempo", para que evites aquellos dolores sentimentales que te quitarán, al menos por un tiempo, la alegría de vivir la juventud.

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuela

NO TEMAS

No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia. Isaías 41:10.

Rafael lo vio. Se acercaba lentamente, con paso firme pero sin prisa. Aquella figura deslumbrante miraba a su alrededor, buscando algo. Rafael tuvo la impresión de que aquel ser angelical lo buscaba a él.
Pensó que no lo vería, escondido tras el miedo. Pero no fue así. Sintió que la mente de aquel hombre se extendía hacia él. Sintió cómo su pensamiento penetraba en el suyo. Se volvió lentamente, y caminó hacia él. Quedó paralizado. El miedo había desaparecido, y la paz envolvía por completo sus sentimientos. Sucedió a orillas del río Aguaitía, en la selva peruana, la noche en que los guerrilleros de "Sendero luminoso" mataron seis policías y 18 campesinos. Rafael fue el único sobreviviente. Afirma que la aparición de aquel ser asustó a los guerrilleros, y salvó su vida.
A lo largo de la historia, en todos los tiempos y en todos los lugares, Dios siempre ha cumplido su promesa. En el momento de dificultad, ahí está él, con la mano extendida para ayudar al hijo que clama con fe. No hay crisis que no conozca; no existe dolor que no entienda; no hay sufrimiento que no vea.
En este preciso instante, las sombras de la angustia pueden rodear tu vida. Ejércitos enemigos pueden cercar la ciudadela de tu alma. Puedes tener la impresión de que ya no tienes fuerzas y de que está todo perdido. Pero, el Señor prometió que te librará. Lo hará de dos maneras. "Soy el Dios que te esfuerzo", dice. Te infunde poder, cuando estás invadido por el temor; te usa a ti mismo para derrotar las fuerzas enemigas. Pero, si fuere necesario, opera milagros. Te libra maravillosa, incomprensible y divinamente.
No temas enfrentar los desafíos que la vida te presenta hoy. No importa cuan grandes sean tus adversarios. Lo que interesa es que tu Dios no conoce de derrotas, y en este momento está listo para sustentarte con la diestra de su justicia. ¡Esa es su promesa!
Por eso, parte hoy con las palabras de Dios en tus oídos, que te dice: "No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré, con la diestra de mi justicia".

Tomado de meditaciones matinales para adultos
Plenitud en Cristo
Por Alejandro Bullón