martes, 24 de abril de 2012

CORRE DE MIEDO


«Un soplo me rozó la cara y la piel se me erizó» (Job 4:15).

En nuestra aventura de hoy hablaremos del miedo. ¿Alguna vez has estado tan asustado que tu piel se haya erizado? Yo sí, y según el versículo de hoy parece que Job también estaba asustado.
Muchas cosas pasan en tu cuerpo cuando tienes miedo. Tu corazón late más rápidamente, tu piel se eriza, puedes sacar fuerzas de donde no las tienes y hasta puedes correr más rápido de lo normal.
A la mayoría de nosotros no nos gusta sentir miedo, pero hay algunas cosas de las cuales deberíamos sentirlo. La Biblia dice que debemos huir de la idolatría (1 Corintios 10: 14); de las pasiones de la juventud (2 Timoteo 2: 22); y del amor al dinero (1 Timoteo 6: 10,11).
Como ves, Dios quiere que tengamos miedo del mal. Él sabe que si tratamos de vencer a Satanás por nuestros propios medios, fallaremos. Pero si corremos hacia los brazos de Jesús estaremos protegidos.
Cuando estamos a salvo con Jesús nuestro corazón comienza a latir lentamente y nuestra piel regresa a su normalidad. Jesús es nuestro gran protector. Deja que él cuide hoy de ti.

Tomado de Devocionales para menores
Explorando con Jesús
Por Jim Feldbush

¡PERSEVERA!


Aquí está la perseverancia de los santos los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús. (Apocalipsis 14:12).

El tercer ángel finaliza su mensaje con una descripción de los adoradores de Dios. La paciencia es un tipo de disciplina que incluye la obediencia a los mandamientos de Dios. Se trata de una interesante exposición del proceso de santificación de los cristianos, que asimismo incluye el cuidado de nuestro cuerpo.
Dios está preparando un pueblo para que vaya al cielo. En cada momento decisivo de la vida de sus hijos ha tratado de que estén preparados para enfrentar dificultades y problemas. Uno de los primeros mensajes que Dios dio a la Iglesia Adventista tuvo que ver con la salud. Él quería, y anhela todavía, que lo glorifiquemos con nuestra vida. El texto bíblico presenta a los creyentes mostrando atributos como la paciencia, la obediencia a los mandamientos y la aceptación del sacrificio de Jesús. Eso significa que están en contacto continuo y directo con el Padre celestial.
«El resultado de la aceptación de estos mensajes está indicado en las palabras: "En esto está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús". Para subsistir ante el juicio el hombre tiene que guardar la ley de Dios. Esta ley será la piedra de toque en el inicio» (El conflicto de los siglos, cap. 26, p. 432).
Llevo casi cuarenta años practicando las recomendaciones del mensaje de salud. He tenido la oportunidad de compartir este estilo de vida con muchas personas. Cada vez ofrezco conferencias para promover el bienestar físico y espiritual de la gente, estoy obligada a preparar con mucho cuidado los temas. De esa forma he ido comprendiendo mejor la voluntad de Dios, así como el anhelo divino de compartir ese mensaje con nosotros.
Últimamente he comprendido que aparte del beneficio físico que pueda traerme practicar un estilo de vida saludable, lo más importante es que mi mente pueda estar más receptiva para comunicarme con el Señor, y así estar mejor preparada para vencer las tentaciones.
¡A él sea la gloria!

Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
Una cita especial
Textos compilados por Edilma de Balboa
Por Janet Ribera de Diestre

CLIENTE N°9


El Señor sabe librar de tentación a los piadosos. 2 Pedro 2:9, RV95

Elliot nació en el seno de una familia adinerada. Fue brillante en los estudios y destacado en la política. A pesar de su juventud, ya había ocupado cargos importantes en la ciudad de Nueva York, primero como fiscal general y, posteriormente como gobernador. Quizás por eso la noticia de su caída causó tanto impacto en los medios de comunicación del mundo entero.
Y es que Elliot Spitzer, el gobernador de Nueva York, era también el cliente N° 9 de una poderosa red de prostitución conocida como El club del emperador ( The New York Times, edición en línea, 10 y 13 de marzo de 2008).
Durante meses le habían seguido la pista, revisando sus pagos a agencias sospechosas e interceptando sus llamadas. Sin saber que sus días estaban contados, Elliot hizo arreglos para una nueva cita amorosa. Esta vez con una joven trigueña  de 22 años apodada «Kristen». La cita amorosa se produjo en el Hotel Mayflower, en Washington.
Elliot fue descubierto, y a los pocos días debió renunciar a su cargo como gobernador de Nueva York.
¿Qué dijo Elliot Spitzer, después de su amarga experiencia con el pecado? En una entrevista concedida a la revista Newsweek, expresó: «Sucumbimos a la tentación conscientes de que se trata de algo malo. Y después de haber caído, viene la pregunta: "¿Cómo pude haber hecho esto?"» (Newsweek, 27 de abril de 2009, p.23).
«¿Cómo pude haber hecho esto?» La pregunta de Elliot Spitzer nos recuerda lo que alguien dijo sobre la tentación: «Cuando se nos presenta, la tentación parece tan atractiva como un ángel del cielo. Después de caer, nos parece un demonio del infierno». ¿Estás siendo tentado ahora mismo? Antes de que sea demasiado tarde, apártate del mal y pídele a Dios de todo corazón: «Señor, no me dejes caer ni tentación, sino líbrame del mal. Amén».
Padre celestial, quiero tener un corazón puro, como el de tu Hijo Jesús.

Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
Dímelo de frente
Por Fernando Zabala

EL CORAZÓN DE UN SIERVO


«Y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí» (Mateo 10:38).

El amor es la cosa más grande del mundo, pero también puede ser la más diminuta, porque se manifiesta en las cosas pequeñas y comunes de la vida. Si queremos ganar el corazón de los que nos rodean, tendrá que ser con el amor; un amor que se muestra en el servicio a los demás. Una cosa es decirle a alguien que se lo ama y otra muy distinta es mostrar ese amor sirviéndolo. Cuando permitamos que el Espíritu Santo nos dé un corazón de siervo entenderemos cómo era Jesús. Manifestaremos el espíritu de Cristo, tanto en las cosas que hagamos como en el espíritu con que las hagamos; es decir, con bondad y amabilidad.
Nada es demasiado difícil para el amor. El amor nunca habla de sacrificio. El amor hizo de Jesús un siervo. Servir a los demás sin amor hará que el servicio sea una carga. Solo el amor hará que el servicio y el trabajo sean tal bendición para nosotros que nunca querremos renunciar a ellos. Sin embargo, es posible que, como Jesús, por el camino tengamos que lavar los pies de algún Judas.
Piense en lo que debió ser que Jesús lavara los pies del hombre que, en pocas horas, lo traicionaría y lo entregaría para que lo mataran. Como siervos, habrá momentos en los que aquellos a quienes va dirigido nuestro servicio nos lo recompensarán con ingratitud e incluso traición. Asimismo, también es probable que haya quienes, como Pedro, primero rechacen nuestro amor y luego se impacienten con nosotros porque querrán que hagamos más. Solo si el amor de Jesús habita en nuestro corazón podremos tener la paciencia, el valor y la sabiduría necesarios para la obra a la que el Señor nos llamó con su ejemplo.
Cuando las cosas vayan de mal en peor, si usted es como yo, tendrá que recordar continuamente las palabras de Jesús que se recogen en el versículo para memorizar de hoy. Jesús no solo nos llama a negarnos a nosotros mismos, sino que nos mostrará cómo vivir como siervos. Vea hoy de cuántas maneras puede expresar el amor de Jesús a los demás. Basado en Juan 13: 15

Tomado de Meditaciones Matutinas
Tras sus huellas, El evangelio según Jesucristo
Por Richard O´Ffill