domingo, 1 de noviembre de 2009

BONDADOSA CON LA FAMILIA DE DIOS

Por lo tanto, siempre que tengamos la oportunidad, hagamos bien a todos, y en especial a los de la familia de la fe (Gálatas 6:10).

Déjame contarte de una mujer bondadosa de nuestro tiempo: la hermana Lidia. ¿Tú aceptarías hospedar en tu casa a cuatro u ocho personas desconocidas por tres o cuatro semanas? Quizá algunas de nosotras aceptaríamos a una o dos personas y bajo circunstancias muy especiales. Pues la hermana Lidia y su esposo, Bienvenido Morales, nos albergaron en su hogar a toda mi familia por cuatro semanas, la primera vez la segunda vez, a los ocho integrantes del grupo Emmanuel que estábamos de gira en la ciudad de New York y sus alrededores, por tres semanas. Estas no fueron la primera ni la última vez que dicha familia hospedaba personas en su hogar. Recibieron en su casa a jóvenes que llegaban a la ciudad a colportar.
Lo inspirador de estas experiencias fue el amor, la atención, la bondad, el desinterés y solicitud con la que estos hermanos nos atendieron durante toda nuestra estancia. No contentos con brindarnos su hogar con todas las instalaciones y servicios, comida en abundancia y verdadero amor cristiano, se podía ver a la hermana Lidia entrar de un cuarto a otro, llevar en sus manos alguna prenda de vestir, zapatos, bolsa de mano, utensilios de cocina, lo que tuviera al mano, para ver si a alguno de nosotros le servían esas cosas. Al momento de dejar su casa para regresar a nuestros hogares, nos colmaron de provisiones, ropa, aparatos eléctricos y hasta llegaron a darles dinero a los muchachos para su pasaje o escuela.
No cabe duda que estos hermanos son ciudadanos del cielo al hospedar en su casa a la familia de Dios. Como grupo musical hemos disfrutado de la bendición de pertenecer a esa familia, y encontrar muchos hermanos dispuestos a ofrecernos lo que tienen con alegría y solicitud. Es cierto que no preocupamos por fomentar y mantener el apoyo a la comunidad más necesitada que nosotros, pero en el versículo de hoy, el apóstol nos alienta a hacer el bien a los de nuestra propia familia. Te invito a no desatender el consejo. ¡Levántate, limpia tu casa, prepara tu corazón y abre las puertas de tu hogar para recibir a la familia de Dios! ¡Seguramente tú serás la más bendecida!

Sara Laura Ortiz de Murillo
Tomado de la Matutina Manifestaciones de su Amor.

UNA MUJER EN MISIÓN ESPECIAL

Vayan por todo el mundo y anuncien a todos la buena noticia. Marcos 16: 15

Cuando los médicos finalmente pudieron saber qué le sucedía a Alvena Evans, nadie podía creer el diagnóstico: cirrosis hepática. La cirrosis es un problema común en la gente que abusa del alcohol. Pero Alvena era muy cons­ciente en temas de salud. Nunca había probado el alcohol. Durante once años, la situación de Alvena empeoró. Hacia abril de 2000 le daban menos de un año de vida. El médico la puso en lista de espera para un trasplante. Siete meses después, el 24 de noviembre, recibió una llamada. Un hígado sano estaba disponible. El esposo de Alvena, Gordon, se apresuró a llevarla al hospital mientras el equipo de cirujanos empezaba a preparar la operación. Tan pronto como Alvena llegó al hospital Henry Ford de Detroit, los médicos sustituyeron su hígado enfermo por otro que procedía de un donante de órganos que había muerto de un aneurisma cerebral. Nueve días después, Alvena estaba de vuelta a casa y a la espera de una larga, feliz y saludable vida. Como está tan agradecida con e programa de donación de órganos, Alvena ha hecho suya la misión vital de hacer que otros conozcan el programa para que puedan formar parte de él. Cada semana, con su esposo, visita distintas iglesias y organizaciones, cuenta su historia y transmite información sobre cómo las personas pueden hacerse donantes de órganos. Alvena quiere que el programa crezca para que otros enfermos que esperan un trasplante puedan experimentar la nueva vida que ahora goza. Si los cristianos compartiremos la misma emoción con respecto del don de la vida eterna que Jesús nos dio, piensa hasta qué punto pondríamos el mundo patas arriba. Qué sucedería si hiciésemos que nuestra misión fuera contar cada semana a al menos una persona lo que Jesús hizo por nosotros y lo que hará por ella. Cuando entendamos de verdad qué significa estar rescatados del pecado y haber recibido la vida eterna estaremos tan agradecidos que también tendremos una misión especial.

Tomado de la Matutina el Viaje Increíble.

APRENDE DE LOS DEMÁS

Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos. 1 Corintios 10:11.

Hace algún tiempo leí acerca del empleado de una empresa que estaba muy molesto porque no recibía ningún ascenso. Llevaba muchos años en el mismo puesto y con el mismo salario. Se dirigió al despacho de su jefe y le dijo: «Tengo veinticinco años de experiencia. Sin embargo, la empresa no lo ha tenido en cuenta». El jefe respondió: «No, Roberto. Usted tiene un año de experiencia repetido una y otra vez a lo largo de los últimos veinticinco años».

Repetir la misma lección, la misma experiencia, año tras año significa que uno está estancado, que no aprende lo suficiente. Es imprescindible avanzar e ir más allá en el aprendizaje. No permitamos que el egoísmo cierre nuestra mente y ciegue nuestros ojos para no ver y aprender del ejemplo de otras personas. Pensar que ya lo sabemos todo y que somos mejores que los demás es ser orgullosos y detener nuestro progreso. Seamos humildes. Estudiemos a aquellos que han tenido éxito, donde deseamos tenerlo nosotros, con el propósito de descubrir qué hacen y qué no hacen. Ben Feldman dijo: «Solamente un insensato aprende de su propia experiencia». Y el apóstol Pablo enseña que lo que les sucede a los demás constituye un ejemplo para nosotros. Se trata de lecciones que debemos aprender para no cometer sus mismos errores. Los personajes bíblicos tienen mucho que enseñar. Selecciona a algunos de ellos y aprende, para tu propio bien, en cuanto a su conducta, su actitud, su respuesta ante Dios, la forma en que reaccionaron en diferentes circunstancias, y las situaciones que la vida les presentó. Si enfrentas una tentación que se repite vez tras vez, fíjate en José. Si quieres saber cuál es el precio de ser leal a Dios, entonces estudia la vida de Daniel. Si quieres conocer el resultado de murmurar contra los siervos de Dios, contempla el caso de María y de su hermano Aarón. Si quieres saber lo que significa golpear la piedra cuando Dios dice que te limites a hablarle, entonces pregúntale a Moisés. Si deseas superar tu complejo de inferioridad, acude a Gedeón. Para levantarte del fracaso, dirígete a Pedro. Para la asunción de riesgos, vete a la reina Ester. Hoy sé honesto y abierto. Debes estar dispuesto a aprender. Acércate a la Palabra de Dios y enriquece tu vida. Todo lo que les sucede a otras personas es también un ejemplo para ti.

Tomado de la Matutina Siempre Gozosos.