viernes, 17 de junio de 2011

NO TE RINDAS

Entonces el ángel dijo: «María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios» (Lucas 1:30).

Aunque no rendimos culto a la virgen María, su vida no deja de ser un ejemplo para toda mujer actual. Siguiendo su trayectoria tal como se narra en la Biblia, encontramos a una muchacha común entre tantas jóvenes israelitas que vivían bajo el poderío romano. Sin embargo, era a los ojos de Dios una mujer especial; tanto, que el cielo la escogió como madre del Hijo de Dios.
Desde que recibió el mensaje del ángel, hubo muchas cosas que María no entendió a lo largo de su vida, pero la fe obró más allá de su razón. Cuando José tomó la decisión de abandonarla, María podría haberse quejado previendo cómo afectaría a su reputación, pero no lo hizo. Y los problemas no se terminaron allí. Cuando el emperador hizo público el edicto que los obligó a alejarse de su tierra, María tampoco se quejó. No sé cuál será tu experiencia, pero yo he tenido que viajar en condiciones incómodas durante varias horas y ojalá hubiera tenido la paciencia de esta notable mujer. Dios sabía a quién había elegido.
Quisiera que hicieras un alto y volvieras a leer el texto de hoy, pero esta vez poniendo tu nombre en lugar del de María, personalizando así el mensaje «no temas, porque has hallado gracia delante de Dios». ¿Crees en las palabras del ángel?
No sé a qué te está llamado Dios, pero sin duda es a que ocupes un lugar especial. María estaba a punto de dar a luz y no tenía siquiera un lugar digno donde hacerlo. ¿No te parece suficiente motivo para desesperarse y dudar? Seguramente habrás pasado por momentos muy difíciles en los que pensaste que Dios no estaba contigo. Pero Jesús ha recogido cada lágrima, por lo tanto, camina con paso firme y ten confianza. Ante las dificultades de la vida, repite estas palabras anónimas:
«Cuando las cosas vayan mal como a veces pasa. Cuando el camino parezca cuesta arriba. Cuando tus recursos mengüen y tus deudas crezcan, y al querer sonreír, tal vez suspires. Cuando tus preocupaciones te tengan agobiada. Descansa si te urge, pero no te rindas».

Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera

AGRADAR A DIOS

Les levantó por rey a David, de quien dio también testimonio diciendo: He hallado a David hijo de Isaí, varón conforme a mi corazón, quien hará todo lo que y o quiero. Hechos 13:22.

David no recibió revelaciones especiales como profeta de Dios, tampoco vio milagros poderosos como los realizados por medio de Moisés, ni gozó de una fuerza sobrenatural como la de Sansón, sin embargo, tres libros bíblicos reseñan su reinado y sus proezas en bien del pueblo de Israel.
Cuando era apenas un jovencito, David derrotó a un gigante que había provocado durante cuarenta días al ejército hebreo. Con audacia y arrojo, peleó como comandante en el ejército de Saúl y, años más tarde, como rey de Israel. Jamás perdió una batalla. Peleó contra los jebuseos, contra los moabitas, contra el rey de Soba, contra los sirios de Damasco y de Betrehob, contra los amonitas, contra los edomitas, contra el ejército de Absalón y contra los filisteos en más de una ocasión, y siempre los venció.
Israel se enriqueció mucho en los años de su gobierno. Los grandes botines de guerra, más la bendición divina, trajeron una gran prosperidad al reino, solo superada en tiempos de Salomón.
Pero David cometió errores, algunos muy graves. Aunque tenía varias esposas y concubinas, se fijó en la mujer de un súbdito y mantuvo relaciones con ella, y al saber que estaba encinta, mandó matar al marido y la tomó como esposa.
A pesar de esas infamias, la Biblia reconoce a David como el rey más importante de Israel porque, contrito y humillado, confesó su culpa, y Dios lo perdonó. David llegó a ser el referente para todos los reyes hebreos. Todos sus sucesores, hasta los últimos reyes antes de la deportación a Babilonia, fueron comparados con David.
¿Por qué a pesar de sus errores, David ocupa un lugar prominente en las Escrituras? La respuesta es porque se propuso hacer la voluntad de Dios. Siglos más tarde, Dios dio testimonio por medio de Pablo, al decir que David era un "varón conforme a mi corazón". ¡Qué gloriosa descripción! Un hombre que realizó lo que deseaba el corazón de Dios.
Tú también has sido llamado a vivir como un grande, si estás dispuesto a permitir que la voluntad del cielo se manifieste en tu vida. Eso no significa que nunca te equivocarás o que todo lo que emprendas será perfecto, no, pero aunque cometas errores, si tu voluntad se ha unido a la voluntad divina, también tendrás éxito y un futuro glorioso corno el de David.

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuel

¡CUIDADO!

No te des prisa con tu boca, ni tu corazón se apresure a proferir palabra delante de Dios; porque Dios está en el cielo, y tú sobre la tierra; por tanto, sean pocas tus palabras. Eclesiastés 5:2.

La habitación estaba vacía, pero se respiraban recuerdos en cada uno de sus rincones; añoranzas con sabor de amargura; gemidos de un corazón hecho pedazos. Trozos de dolor, de incomprensión y de revuelta.
Los recuerdos se esparcían aquí y allí. La imagen de un niño pequeño jugando con sus cochecitos de madera la hacía volver al pasado; un pasado que, de tanto doler, se hacía presente cada amanecer.
Alba se mordió los labios, y maldijo a Dios. Lo hacía todos los días, desde la trágica mañana que contempló a su hijo sin vida. En su corazón de madre triste, ya no había lugar para la fe. Se negaba a seguir aceptando la idea de un Dios que permitía la muerte de un inocente.
El sabio Salomón, en el versículo de hoy, advierte: ¡Cuidado! "No te des prisa con tu boca". No permitas que el sentimiento te lleve a decir algo de lo que más tarde te arrepentirás. Y la razón que el escritor bíblico presenta, para ser cauteloso con lo que se dice en el momento del dolor, es que "Dios está en el cielo y tú sobre la tierra": no es posible entender los infinitos misterios divinos con la finita mente humana. "Mis pensamientos no son los tuyos", afirma el Señor a través de Isaías.
Yo sé que, si perdiste a un ser querido inesperadamente o si el dolor, en otra de sus muchas formas, ha tocado tu vida, la tendencia natural del ser humano es a no aceptar la realidad. Es que ni tú, ni yo ni nadie fuimos creados para sufrir. El sufrimiento es una experiencia intrusa en la vida humana. Es lógico que sientas repulsión por el dolor; pero, por otro lado, es necesario aprender a confiar en el amor divino. Dios jamás te prometió que en esta tierra no serías tocado por el dolor, pero prometió que, en el momento de las lágrimas, él estará a tu lado listo a enjugarlas y a fortalecerte, para pasar en medio del vendaval sin amilanarte.
Por eso, hoy, sacude el polvo de la insatisfacción y, a pesar de las adversidades, marcha tomado de la mano de tu Padre. Y "no te des prisa con tu boca, ni tu corazón se apresure a proferir palabra delante de Dios; porque Dios está en el cielo, y tú sobre la tierra; por tanto, sean pocas tus palabras".

Tomado de meditaciones matinales para adultos
Plenitud en Cristo
Por Alejandro Bullón