sábado, 20 de julio de 2013

LA CACATÚA FUGITIVA

Lugar: Nueva Jersey, EE.UU.
Palabra de Dios: Mateo 10:31

No me di cuenta de que habían dejado salir de la jaula a una de las |\cacatúas; de otra manera, no hubiese abierto la puerta del frente de su casita. Pero, eso fue lo que hice, y Perla salió volando. Tan pronto como oí el aleteo, me di cuenta de mi error, pero ya era demasiado tarde. Perla había desaparecido.
Mis amigos salieron corriendo detrás del ave, estirando el cuello para ver cómo su mascota volaba en círculos más arriba. La llamaron, le silbaron e intentaron todo lo que se les ocurrió, con tal de hacer que el pájaro bajara. Hasta oí algunos lloriqueos y vi algunas lágrimas.
Pero, Perla los ignoró y se alejó cada vez más de su casa. ¿Se daba cuenta ella de lo que abandonaba? ¿Sabía de las dificultades que tenía por delante? ¿No sabía que nadie cuidaría de ella allá afuera?
Mientras observaba la conmoción aquella tarde, tomé conciencia, de alguna manera, de lo que Dios debe sufrir cada vez que decidimos alejamos de él. El Señor no nos obliga a volver, porque nos dio libertad para elegir. Pero, corre detrás de nosotros, nos llama, nos espera, y cuando elegimos ignorar su llamado de amor, derrama lágrimas por nosotros.
Me alegra que esta historia no terminara aquí, porque me sentí muy mal por ser la responsable de que la cacatúa huyera. Unos pocos días más tarde, Perla aterrizó en la casa de alguien, a un kilómetro y medio de distancia. La gente que vivía allí sabía adonde pertenecía, y pronto llevaron el pájaro de regreso a su hogar, seguro y a salvo.
Espero que no seamos tan tontos de huir de Dios. Pero, si cometemos un error, podemos estar seguros de que él nunca dejará de amamos. Él quiere que volvamos a casa. Jesús dijo: “Así que no tengan miedo; ustedes valen más que muchos gorriones”.

Tomado de Devocionales para menores
En algún lugar del mundo
Por Helen Lee Robinson

LAS ACTITUDES DETERMINAN LA CALIDAD DE VIDA

Este es el pacto que haré con ellos después de aquel tiempo -dice el Señor-: Pondré mis leyes en su corazón, y las escribiré en su mente. Hebreos 10:16

Te has preguntado alguna vez por qué algunas personas desarrollan una buena calidad de vida, a pesar de que están rodeadas de circunstancias adversas? ¿Y por qué otras, aun teniendo los vientos a favor, viven en forma miserable?
¿Por qué algunos que reciben las mismas oportunidades viven derrotados; mientras que otros tienen una vida rica y productiva? Aparentemente hay quienes saben sacar jugo a la vida, y otros dejan que la vida les saque el jugo a ellos.
Nuestras actitudes determinan en gran manera nuestra calidad de vida. Son las fuerzas que nos orientan a la hora de enfrentar las demandas y los desafíos de la vida. Nos valemos de ellas para interpretar la realidad, y esto es diferente para cada persona.
Las actitudes tienen componentes cognitivos y emotivos. Esto quiere decir que todas nuestras actitudes tienen que ver con las experiencias vividas y con la interpretación emotiva que hagamos de ellas. El apóstol Pablo, al escribir a los romanos, les exhortó a renovar su entendimiento. Les dijo: “No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta” (Rom. 12:2).
Amiga, si al hacer una análisis de tu vida te das cuenta de que está salpicada de experiencias y emociones negativas, y que de algún modo afectan a tus actitudes y a tu conducta presente, recuerda que Dios puede transformar tu mente para que veas desde una perspectiva diferente tu pasado, y no sea un lastre que te impida disfrutar de la vida y esperar del futuro lo mejor. El consejo divino para este día es: “Con respecto a la vida que antes llevaban, se les enseñó que debían quitarse -el ropaje de la vieja naturaleza, la cual está corrompida por los deseos engañosos; ser renovados en la actitud de su mente; y ponerse el ropaje de la nueva naturaleza, creada a imagen de Dios, en verdadera justicia y santidad” (Efe. 4:22-24).
Te reto a que hagas de este día un cambio radical en tus actitudes negativas, para que así te transformes en una mujer que agrade a Dios y sea un ejemplo digno de imitar..

Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
Aliento para cada día
Por Erna Alvarado

¿CULTIVO DE MALEZAS?

Los siervos fueron al dueño y le dijeron: “Señor, ¿no sembró usted semilla buena en su campo? Entonces, ¿de dónde salió la mala hierba?” “Esto es obra de un enemigo”, les respondió (Mateo 13:27, 28).

Todo empezó el día que, junto con unos primos, decidimos cultivar un pequeño huerto. Empezamos a principios del verano cuando la nieve se había derretido y la tierra estaba a punto de reverdecer. Alquilamos un terreno justo detrás de nuestra casa y nos dimos a la tarea de limpiarlo, preparar la tierra y plantar las semillas. En la cabecera de cada surco clavamos una pequeña estaca en el suelo y fijamos en ella un sobre que identificaba las semillas que habíamos sembrado en el surco. ¡Qué precioso se veía nuestro terreno!
Esa noche, sin embargo, cayó una terrible tormenta que continuó durante los siguientes tres días. Cuando cesó, la faz de nuestro terreno se había transformado. Apenas se podía distinguir dónde habían estado los surcos, y los sobres habían sido arrastrados por el vendaval.
Para complicar la situación, mi esposa y yo teníamos que salir de viaje. Cuando regresamos, nuestro terreno ofrecía un espectáculo desolador. El sol brillaba con todo su fuerza y la tierra bien hidratada había producido una pequeña jungla. ¡Aquello era un desastre!
Sin embargo, no nos dimos por vencidos. Decidimos limpiar el terreno, pero ¿cómo saber qué plantas quitar? Debido a nuestra inexperiencia no conocíamos cómo eran las plantas de la buena semilla y el viento había arrastrado los sobres. Sin más guía que nuestra intuición, limpiamos nuestro terreno de todo lo que parecía maleza. Nuestro esfuerzo dio resultados. Pronto vimos que las tomateras, las zanahorias y las calabaceras crecían con vigor.
Había un surco muy singular. Era el más bello de todos, pero no estábamos seguros de qué crecería allí. Más tarde nos dimos cuenta de que en ese surco cultivábamos maleza. ¡Qué decepción!
En la vida cristiana nos puede pasar lo mismo. SI dejas que crezca la maleza junto con la buena semilla, será muy difícil distinguir la una de la otra. Cuanto más tardes en actuar, tanto más difícil será. Una vez que decides desarraigar el mal de tu vida, es preciso que reconozcas que la Biblia es la única guía segura que explica con claridad cuál es la diferencia entre la verdad y el error. Pon atención a la Palabra de Dios, no sea que al final de tu vida te des cuenta de que has estado cultivando malezas. Ten la seguridad de que eso les ocurrirá a “muchos” en aquel día (Mat. 7:22).

Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
¿Sabías que..? Relatos y anécdotas para jóvenes
Por Félix H. Cortez

DIOS CIERTAMENTE LOS VISITARÁ

Y José dijo a sus hermanos: Yo voy a morir; mas Dios ciertamente os visitará, y os hará subir de esta tierra a la tierra que juró a Abraham, a Isaac y a Jacob. Génesis 50:24.

Apenas unas pocas familias habían descendido a Egipto, pero se habían convertido en una gran multitud. Rodeados por la idolatría, muchos habían perdido el conocimiento del Dios verdadero y habían olvidado su Ley.
Pero todavía había entre los israelitas algunos que adoraban… al Hacedor de los cielos y de la tierra. Estos se preocupaban profundamente cuando veían a sus hijos presenciar diariamente las abominaciones del pueblo idólatra que los rodeaba… En su dolor, clamaban al Señor pidiéndole liberación del yugo egipcio…
No ocultaban su fe, sino que declaraban a los egipcios que ellos adoraban al único Dios verdadero y viviente. Y repasaban las evidencias de su existencia y poder, desde la creación. Así, tuvieron los egipcios oportunidad de conocer la religión de los hebreos y a su Dios…
Los ancianos de Israel trataron de sostener la desfalleciente fe de sus hermanos, repitiéndoles las promesas hechas a sus padres y las palabras proféticas con que, antes de su muerte, José predijo la liberación de su pueblo de Egipto.
Algunos escucharon y creyeron; otros, mirando las circunstancias que los rodeaban, se negaron a tener esperanza. Los egipcios, al saber lo que pasaba entre sus siervos, se mofaron de sus esperanzas y desdeñosamente negaron el poder de su Dios…
Los siervos fieles de Dios comprendieron que por haberse apartado Israel como pueblo de Dios, y por su disposición a casarse con idólatras y dejarse llevar a la idolatría, el Señor había permitido que llegaran a ser esclavos en Egipto…
Muchos se conformaban con permanecer en la servidumbre, antes que enfrentar las dificultades que acompañarían el traslado a una tierra extraña; y los hábitos de algunos se habían hecho tan parecidos a los de los egipcios que preferían vivir en Egipto. Por lo tanto, el Señor no los libertó mediante la primera manifestación de su poder ante Faraón. Controló los acontecimientos para que se desarrollara más plenamente el espíritu tiránico del rey egipcio, y para dar a los israelitas, mediante las manifestaciones del vasto poder [de Dios], percepciones más elevadas del carácter divino, a fin de que estuvieran ansiosos por abandonar Egipto y eligieran el servicio al Dios verdadero y misericordioso -Signs of the Times, 4 de marzo de 1880.

Tomado de Meditaciones Matutinas para adultos
Desde el Corazón
Por Elena G. de White