jueves, 6 de agosto de 2009

LA ORACIÓN TIENE PODER

Antes que me llamen, yo les responderé; todavía estarán hablando cuando ya los habré escuchado (Isaías 65:24).

Durante el tiempo que mi esposo cursó sus estudios profesionales pasamos momentos de una enorme limitación económica. En una ocasión teníamos tan solo tres monedas de diez pesos; se acercaban fechas de exámenes y eso exigía trabajos, copias fotostáticas, etcétera. Mi corazón se sentía desalentado y no sabíamos qué hacer; era viernes, a unas horas del día sábado. Entonces me arrodillé y le pedí a Dios que nos ayudara, él era el único que podía auxiliarnos. Cuando terminé de orar le dije a mi esposo que iba a ver a una amiga que me conocía desde que era niña. Al llegar a su casa ella estaba sentada, escuchaba la radio y le pregunté qué hacía, ya que la noté muy atenta al transmisor. Tenía cerca el teléfono y me dijo que quería ganar unos vales de despensa que regalaban si marcaba a la estación al escuchar una clave. Me propuso que marcara. Me causó risa y me negué, pero ella me insistía, así que decidí marcar no tanto porque lo creyera, más bien por corresponder a mi amiga. Mi sorpresa fue cuando escuché en la radio mi propia voz, al preguntarme mi nombre mencionaron que era la ganadora de los vales de despensa. ¡Una vez más me di cuenta que Dios me ayuda! Mi corazón estaba contento y lloraba de alegría y agradecimiento al cielo. Sin duda alguna el Espíritu Santo me condujo para ir a la casa de mi amiga. El Señor nos dice que le pidamos y él nos va a dar lo que necesitemos, que lo busquemos y lo hallaremos. Amiga, busca al Señor ya que él está dispuesto a darte hasta que sobreabunde. Pide en oración a Dios y él contesta a sus hijos; nunca te dejará en los momentos críticos de tu vida. Estará dispuesto a ayudarte, por eso necesitamos orar, porque la oración es una respuesta del cielo.

Olga Díaz de Alcázar
Tomado de la Matutina Manifestaciones de su amor

UNA NUEVA CRIATURA

¿Hay alguien todavía que no sepa que Dios lo hizo todo con su mano? En su mano está la vida de todo ser viviente. Job 12; 9,10.

Cuando empieza el curso mis alumnos saben que es la hora de buscar orugas de mariposa monarca. Buscar esas orugas a franjas amarillas, negras y blancas es muy adictivo. No importa cuántas encuentres, siempre esperas descubrir una más. Ponemos los gusanos en un acuario. Luego les ponemos unas ramitas para que puedan trepar un poco de planta de algodoncillo para que coman. El toque final es una pantalla que impide que los gusanos se escapen. Cada día retiramos las plantas de algodoncillo secas y la sustituimos por otras frescas. Las orugas comen y crecen constantemente. El instinto les dice que trepen hada la parte de arriba del acuario. Una vez allí, tejen un botón de seda sobre la pantalla, se enganchan a la seda con el gancho posterior y se cuelgan cabeza abajo tomando la forma de una J. A medida que pasan las horas, las orugas empiezan a dejar caer la cabeza y se enderezan. Luego, si tienes suerte, verás que sucede algo impresionante. Una de las orugas empezará a hincharse hasta que se le rasga la piel. Con movimientos de vaivén el gusano verde empuja hacia arriba su antigua piel y la recoge junto a los ganchos de su parte trasera. Justo antes de que la piel se retire completamente, sale un nuevo gancho, llamado cremáster, que fija a la criatura verde en el botón de seda. La oruga se suelta de la antigua piel y vuelve a su movimiento de vaivén hasta que la piel a rayas cae al fondo del acuario. Entonces, todo su cuerpo adopta una forma adecuada y, en pocos minutos, un caparazón duro envuelve al gusano dándole una nueva casa, llamada crisálida. Si cerca de tu casa tienes algodoncillo, mira a ver si puedes encontrar orugas de monarca para disfrutar viendo cómo obra el poder creador de Dios.

Tomado de la Matutina el Viaje Increíble.

¿PUEDE UNA CIUDAD SER TRANSFORMADA?

Y le vieron todos lo que habitaban en Lidia y en Sarón, los cuales se convirtieron al Señor. Hechos 9: 35

¿Puede toda una ciudad ser transformada por el poder del evangelio? El libro los Hechos de los Apóstoles dice que sí. Según nuestro texto de hoy, al menos una ciudad fue transformada: Lidia. Mejor todavía, ¿te gustaría saber qué se debe hacer para ver una ciudad transformada? Hay cuatro principios que los líderes cristianos deben tener en cuenta si quieren ver toda una ciudad transformada: una ciudad sin cantinas, porque ya no haya alcohólicos; sin pobres, porque no haya delincuentes; donde no se vendan cigarrillos, porque no haya fumadores; sin cárceles, porque ya no haya malhechores. Parece un sueño, ¿verdad? Según la Biblia, eso ya ocurrió. ¿Qué podemos hacer para que se repita? En primer lugar, en Lidia, la ciudad que fue transformada, los creyentes se unieron en oración. En muchos lugares de nuestra época se han abierto centros —iglesias, escuelas, negocios, talleres y otros— de influencia y de oración intercesora. Conocí hace años un taller mecánico donde, al mediodía, el dueño del taller, quien era cristiano, se reunía con todos sus empleados y otros creyentes para orar por los inconversos. En segundo lugar, humildad. Dios bendice y usa con poder a los hombres y las mujeres que reconocen que necesitan de los demás. Saben que no son suficientes y procuran trabajar en equipo, sin buscar gloria y honor para sí. El salmista declaró que Dios quiere encaminar a los humildes por el juicio y enseñar a los mansos su carrera (Sal. 25: 9). Dios bendice a los líderes y a los miembros que no procuran ser el centro de atención. En tercer lugar, unidad. Dios llama a su pueblo a vivir en unidad. El espíritu de independencia, orgullo y egoísmo impide que se cumpla el propósito de Cristo. Nuestro Señor oró así antes de volver a su Padre: «Que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste» (Juan 17: 23). En cuarto lugar, conocimiento de los métodos de Dios. Siempre existe el peligro de realizar la obra con la sabiduría humana y no con la divina. Un ejemplo típico es el método de David para trasladar el arca del pacto a la ciudad de Jerusalén. Usó un carro en lugar de los hombros de los sacerdotes. Todos conocemos los resultados. ¿Deseas ver tu ciudad convertida? Ora esta mañana por tu ciudad. Haz de tu residencia o de tu lugar de trabajo un centro de intercesión por la salvación de los perdidos.

Tomado de la Matutina Siempre Gozosos