lunes, 4 de abril de 2011

DIOS COMPRENDE TUS LÁGRIMAS

Porque estas a mi diestra no seré conmovido (Hechos 2:25).

Dios siempre comprende tus lágrimas. Este es uno de mis himnos favoritos. No solo porque vivo en un mundo donde las lágrimas forman parte de la cotidianidad, ni porque al ser mujer suelo derramarlas con bastante frecuencia, sino porque me da la completa seguridad de que tengo un Dios real, que siempre comprenderá mi dolor. Cuando lloro, él llora conmigo, porque es capaz de comprenderme aun cuando no exista ningún ser humano que lo haga. ¿Has experimentado esto alguna vez? ¿Te has sentido tan sola que únicamente Dios ha sido tu compañía y consuelo?

Muchas veces sucede que no encontramos comprensión en nuestros esposos, ni en nuestros hijos, porque solo las mujeres podemos comprender ciertas cosas que nos pasan. Estoy segura de que mientras lees estas líneas, tu mente te proyectara al pasado y te hará recordar de nuevo incidentes de tu vida en los que, aunque estabas acompañada de seres muy amados que te mostraban su cariño, solo Dios comprendió verdaderamente lo que tu corazón estaba afrontando. Solo Dios comprendió tus lágrimas. No las juzgo, ni tal vez les busco solución inmediata, pero si las escucho, las comprendió y te dio su paz.

Quieto compartir contigo el contenido de este mensaje musical: «Preguntas tu: "¿Por qué lagrimas ves caer?". / Sufriendo estas y ya no puedes soportar. / Dios siempre a tu lado esta, él no te dejara / pues siempre comprende tus lágrimas. / Pruebas siempre tendrás, y el sufrir vendrá, / el cruel dolor oprimirá tu corazón, / más sola nunca estarás, el enjuga tu llorar, / pues siempre comprende tus lágrimas. / Te cuidara cuando herida y abatida estés. / Aún si le falta fe, a tu lado fiel te sostendrá. / Contigo llorará y te ayudara a vencer. / Dios siempre comprende tus lágrimas.
¿Te sientes identificada con estas palabras? ¿Has sentido la mano de Dios a tu lado en los momentos más difíciles de tu existencia? La enfermedad, la muerte o la separación, ¿te han hecho llorar hasta no quedar más lágrimas en ti? Entonces haz tuyas las palabras de consuelo: «Dios siempre comprende tus lágrimas». Él está a tu diestra.
Cuando estas abatida, Dios tiene un pañuelo. El siempre está a tu lado.

Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera

CAMINAR CON JESÚS TODOS LOS DÍAS

Camino, pues, Enoc con Dios, y desapareció, porque le llevo Dios. Génesis 5:24.

Otro de los grandes hombres de la Biblia que supo distinguirse como seguidor de Dios fue Enoc. En la Epístola a los Hebreos, Enoc forma parte de aquellos que tuvieron en alto el estandarte de la fe (Heb. 11:5), Judas lo llama profeta y enuncia una profecía dada por el sobre la segunda venida de Cristo (Jud. 14) y Lucas lo nombra en su genealogía para establecer la ascendencia humana de Jesús (Luc. 3:37).
Su nombre podría haber sido mencionado como el resto de la descendencia de Adán, pero dentro de la lista de los "engendro" de Génesis 5, se hace un alto para señalar que "camino Enoc con Dios" (Gen. 5:22).
Los dos primeros años de colegio secundario los realice en una institución que distaba 24 cuadras de mi hogar. Como el dinero no sobraba y detrás mío habían tres hermanos que demandaban los mismos cuidados que había requerido yo, la situación económica me obligó a prescindir de los medios de transporte y a caminar diariamente esas 24 cuadras. En ese colegio conocí a Juan Manuel, un buen compañero, con quien forme una gran amistad con el paso de los días. Era poco el tiempo que nos veíamos fuera del aula, y como nuestros hogares quedaban relativamente lejos pero en la misma dirección, comenzamos a caminar juntos al terminar cada Jornada de estudio.
Así cultivamos nuestra amistad, y aún hoy recuerdo con mucha nostalgia las largas conversaciones que manteníamos en los 30 minutos que demandaban esas 24 cuadras. Anhelos, alegrías, sueños, tristezas, todo era un buen motive para iniciar una conversación y disfrutar del trayecto juntos. Sin lugar a dudas podría afirmar que nuestra amistad creció porque caminábamos juntos todos los días.
Enoc camino con Dios "después que engendro a Matusalén, trescientos años" (Gen. 5:22). ¡Te imaginas a alguien que camine trescientos años sin parar! Pues así ocurrió con Enoc, y en esta larga caminata, invito a Jesús a que le hiciera compañía. Jesús y Enoc caminaron juntos todos los días. Esta es la corta historia de un gran hombre, un hombre que se animó a caminar acompañado; y en premio a semejante travesía, Dios se lo llevo a vivir con él sin ver la muerte.
¡Que agradable sería que se hable de nosotros como de personas que están caminando con Dios! No pierdas esta oportunidad, comienza hoy a caminar con Jesús, porque él desea acompañarte.

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuela

CONSUELO

Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios. 2 Corintios 1:3,4.

El dolor tiene un propósito. Siempre. Aunque no lo entiendas ahora; aunque las lágrimas te impidan ver los brazos abiertos de Jesús. Dios te consuela, para ensenarte a consolar. Fuiste colocado en este mundo con el propósito de ser un agente de consolación. Las personas sufren; lloran; se desesperan. No saben adónde ir en busca de ayuda. Y Dios te hizo un rayo de esperanza entre las tinieblas del dolor ajeno.
Pero, nadie nace sabiendo consolar; necesitas prepararte en la escuela del dolor. Es imposible entender el sufrimiento leyendo un libro o participando de un seminario. La única forma de aprender es sufriendo; solo entiendes el valor de una lagrima, llorando...
El versículo de hoy no dice que Dios te envía el sufrimiento; nada que te cause dolor proviene de las manos de Dios. Él es el manantial solo de cosas buenas. El problema es que vives en un mundo de dolor; el sufrimiento es la ley de este mundo de pecado. Sufren los malos, y sufren también los buenos.
Dios, entonces, toma el dolor y lo transforma en un instrumento de enseñanza. Viene y te consuela para que aprendas a consolar; después, te envía a fin de que seas un agente de consolación.
¿Cómo podrías consolar al padre que llora delante del cuerpo inerte del hijo, muerto en un accidente de tránsito, si tú no hubieses pasado por un momento tan doloroso como aquel?
¿Qué podrías decir a la mujer desesperada porque el esposo la abandono, si en algún momento no hubieses, también, tenido tus días de lágrimas y de soledad?
Por eso, no desesperes si hoy el dolor tocó a la puerta de tu vida. Dios está ahí, cerca de ti, consolándote, aunque no lo veas. Esta ahí, enjugando tus lágrimas, porque "él te consuela en todas tus tribulaciones, para que puedas también tu consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que eres consolado por Dios".

Tomado de meditaciones matinales para adultos
Plenitud en Cristo
Por Alejandro Bullón