domingo, 19 de enero de 2020

SALVADO DE LAS AGUAS – I

El faraón de Egipto no quería que hubiera más niños hebreos en su país. Sin embargo, Jocabed no tuvo el valor de entregar su bebé a los soldados egipcios. Así que preparó una pequeña cesta, de modo que no le entrara agua; después puso allí dentro al niño y lo llevó al río Nilo, a un lugar cercano a donde la princesa iba a bañarse. Después se escondió, mientras María, la hermana del bebé, vigilaba la cesta. María tenía que estar muy atenta para cuidar a su hermanito.
Dios protegió al bebé y no le pasó nada malo.

¿Y yo?
Si tienes hermanos, sabes lo importante que es jugar juntos, pasear, hablar y compartir las cosas. Pero también es importante cuidarlos de cualquier peligro. Los hermanos están para protegerse.

Mi oración para hoy
Querido Jesús, yo quiero ser amigo de mis hermanos. Ayúdame a no pelearme con ellos y a ser fuerte cuando me necesiten.

DEVOCIÓN MATUTINA PARA LOS MÁS PEQUEÑOS 2020
«CADA DÍA CON JESÚS»
Por: Maria Augusta Lopes, Lara Figueiredo, Paulo Sérgio Maced
Lecturas Devocionales para preescolares 2020.

ABRAHAM

Un día el Señor le dijo a Abram: «Deja tu tierra, tus parientes y la casa de tu padre, para ir a la tierra que yo te voy a mostrar». Génesis 12:1

—Ahora imaginemos el relato de un personaje muy importante —comentó aquella mañana el padre—: Soy Abraham, aunque originalmente mi nombre era Abraham
Quiero contarles mi historia. Una vez, escuché la voz de Dios, que me dijo que debía salir de mi ciudad y dejar a mi familia para ir a una tierra a la que él me llevaría porque deseaba formar un pueblo escogido. Me quedé sorprendido ante tal indicación, pero obedecí.
Cuando le conté a mi esposa Sara lo que Dios me había dicho, se dio cuenta de que su vida iba a cambiar por completo. Debía dejar su hermosa casa y llevar solamente algunas pertenencias. Sin embargo, lo más difícil era dejar a la familia. Aun así, ella estuvo dispuesta a obedecer el llamado. Entonces avisamos a todos nuestros parientes de que nos íbamos a ir de allí. Ellos nos preguntaban a dónde íbamos, pero como no teníamos respuesta a su pregunta no entendían cómo íbamos a dejar todas las comodidades de la bella ciudad donde habíamos crecido.
Salimos de Ur con mi padre Taré y mi sobrino Lot, además de muchos siervos y animales. Ya se imaginarán a todos nuestros amigos y familiares diciéndonos que habíamos perdido la razón. Nuestra primera parada fue en Harán, donde permanecimos hasta que murió mi padre. Cuando emprendimos de nuevo el viaje, nos acompañaban un grupo de personas que habían aprendido a amar a Dios.
Después de varios días de viaje, llegamos a Canaán, y Dios me dijo que esa tierra sería de mis descendientes y que mi familia sería tan numerosa como las estrellas del cielo. Creí en su promesa, aunque no teníamos ningún hijo.
Acampamos en el agradable encinar de Mamre y luego construimos un altar para adorar a Dios. Hicimos eso mismo en cada lugar donde vivimos. Siempre le dimos el primer lugar a Dios. Y tú, ¿le das el primer lugar a Dios en tu vida?
¿Sabias que….. Abraham  quiere decir padre de multitudes?

DEVOCIÓN MATUTINA PARA MENORES 2020.
“DESCUBRE EL MEJOR LIBRO DEL MUNDO”
Por: Noemí Gil Gálvez
Lecturas Devocionales para Menores 2020.

“LA GENTE DICE QUE ‘NADA’ ES IMPOSIBLE, PERO YO HAGO ‘NADA’ TODOS LOS DíAS». WINNIE POOH

¿Alguna vez deseaste no tener que crecer? Bueno, estoy segura de que tuviste momentos en que querías crecer más rápido… o al menos querías que la gente te tratara un poco más como a un adulto.
Pero imagino que también tuviste momentos en los que deseaste poder volver a jugar todo el día, parando solo para dormir la siesta o para comer; y poder, en lugar de hacer tareas escolares, recostarte mientras te leen libros sobre animales entretenidos como Jorge el curioso, o Winnie Pooh.
Al final del libro The House at Pooh Corner [La casa en la esquina de Pooh], Christopher Robin está tratando de explicarle a Winnie que comenzará la escuela pronto y no podrá «no hacer nada» todo el día. Reflexivamente, Christopher Robin comparte:
-Lo que más me gusta hacer es nada.
—¿Cómo haces nada? -pregunta Winnie.
—Bueno, es cuando alguien te llama cuando estás a punto de hacer algo y te pregunta: «¿Qué vas a hacer, Christopher Robin?», y tú dices: «nada»; y luego vas y haces exactamente eso.
—Ah, ya veo.
Un poco después, Christopher Robin le dice a su mejor amigo:
—Ya no voy a hacer nada.
Es emocionante, y a menudo un poco triste y atemorizador, descubrir que estás creciendo. Tienes más privilegios, pero también más responsabilidades. Las tareas escolares y los trabajos se vuelven más difíciles y te llevan más tiempo. Sin embargo, aunque quizá te gustaría pasar tiempo con algunos de tus peluches preferidos, libros infantiles y juguetes, la verdad es que, probablemente, no quieres volver a ser un niño. Cada día estás más alto, sabio, productivo y fiel, y así es como debiera ser. Por eso, lo que ahora te corresponde, es pensar y actuar acorde a tu edad. Lori
«Cuando yo era niño, hablaba, pensaba y razonaba como un niño; pero cuando crecí, dejé atrás las cosas de niño»  (1 cor. 13:11, NTV).

DEVOCIÓN MATUTINA PARA ADOLESCENTES
“UNA IDEA GENIAL”
Por: Kim Peckham
Lecturas Devocionales para Adolescentes en 2020.

LA HERENCIA QUE HA PROMETIDO

Sigan el ejemplo de quienes por medio de la fe y la constancia están recibiendo la herencia que Dios les ha prometido»  (Heb. 6: 12). 

Una niña pasaba junto a un señor que estaba lavando su auto con un cepillo especial. Deteniéndose de pronto, le dijo:
—Sabe? Mi papá también tiene un cepillo de lavar autos.
—Qué bueno! —exclamó el hombre—. Seguro que lava muy bien su auto con ese cepillo, así como lo estoy lavando yo.
—No —respondió la pequeña—, mi papá aún no tiene auto, pero seguro que pronto lo podrá comprar.
¿Qué te parece la actitud de esta niña? A mí me habla de alguien que proclama las bendiciones de Dios aunque no pueda verlas; que no se entrega en brazos de la derrota o el pesimismo; que con pasión y optimismo mira adelante cada día con fe. Creo, sinceramente, que nuestro Padre necesita hijas con esa misma actitud; mujeres que, con fe y esperanza, miren a Jesús cada día y se sientan victoriosas.
«Pero ¿y si yo no soy optimista?», tal vez te estés preguntando. Tengo buenas noticias para ti. De acuerdo con investigadores del ámbito de la psicología como Martin Seligman y Carol Dweck, el optimismo se puede entrenar; es decir, que ser optimista está al alcance de todos. Y no solo eso, sino que está científicamente demostrado que mirar hacia el futuro con fe, esperanza y optimismo eleva nuestros niveles de felicidad. ¿Qué mejor motivación puede haber?
Según el Diccionario de la Lengua Española, el optimismo es la «propensión a ver y juzgar las cosas en su aspecto más favorable». ¿Y cómo podemos entrenar esta propensión? De acuerdo con Shawn Achor, profesor de la Universidad de Harvard, hay cinco formas sencillas de entrenar el optimismo (o lo que es lo mismo, de aprender a ser optimistas): 1) Meditar. En nuestro caso, como mujeres cristianas, qué mejor que meditar en la Biblia. 2) Esperar algo con anhelo. ¿Qué te parece el retorno de Cristo? 3) Hacer actos de bondad. Por cierto, ese es uno de los llamados del evangelio. 4) Evitar las influencias negativas (televisión, personas tóxicas, violencia) 5) Hacer ejercicio.
Te propongo iniciar el año tomando una decisión: entrenar tu optimismo. Desarrollemos el hábito de vivir con una mentalidad positiva.

DEVOCIÓN MATUTINA PARA DAMAS 2020
UN DÍA A LA VEZ
Patricia Muñoz Bertozzi
Lecturas Devocionales para Mujeres 2020.

LA VIDA ES BELLA

«Un corazón alegre le hace bien al rostro, pero las penas del corazón abaten el ánimo»   (Proverbios 15:13).

Roberto Benigni (1952) produjo en 1997 una de las películas más aleccionadoras que he visto: La vida es bella. La historia está basada en el libro Al final derroté a Hitler, de Rubino Romeo Salmoni, y cuenta la vida de Guido Orefice, un hombre de origen judío que vive en los tiempos previos a la Segunda Guerra Mundial. Él no sabe de política ni de conflictos internacionales. En realidad, es un tipo demasiado sencillo que vive enamorado de Dora, su mujer, y disfruta mucho la presencia de su hijo. Sin embargo, la mancha nazi llega hasta Italia y, un día, tanto a él como a su hijo los llevan al campo de concentración. Su mujer, que no es de origen judío, se niega a dejarlos partir solos a ese lugar, así que obliga a los soldados a llevarla con ellos. Al llegar al lugar designado, la realidad rebasa cualquier imaginación previa: tortura, sufrimiento, abuso, genocidio, trabajos forzados y destrucción. ¿Qué hacer? ¿Abandonarse a la depresión y a la desesperanza? No. El protagonista de la historia toma otro camino.
La realidad no se puede cambiar, así que el padre del pequeño termina por aceptar lo que está ocurriendo. No obstante, trata de evitar que su hijo asimile todo el sufrimiento en el que se mueve, así que se esfuerza por hacerlo feliz cada día y le hace creer que, en realidad, todo es un juego: los soldados nazis pertenecen a un equipo y ellos a otro; si ganan, obtendrán un tanque de guerra. El niño cree las palabras de su padre, y este logra su objetivo: el pequeño no se da cuenta de que está en uno de los lugares más peligrosos del mundo. Más bien, disfruta el momento jugando con su padre, ante la mirada atónita de los prisioneros. Lamentablemente, el padre es asesinado justo antes de que un comando de las fuerzas aliadas tome el campo de concentración. El legado del padre a su hijo fue aprender a ser feliz aunque las circunstancias sean adversas, porque a pesar de todo, ¡la vida es bella!
¿Qué te parece? ¿Crees que tu vida es bella? ¿O tienes mil problemas que te han hecho creer que tu vida es un infierno? Por muy mal que te vaya, seguramente no estás en un campo de concentración condenado a trabajos forzados. ¡Cambia esa cara! Sonríe! La vida es bella. ¡Compruébalo! Todo depende de tu actitud.

DEVOCIÓN MATUTINA PARA JÓVENES 2020
UNA NUEVA VERSIÓN DE TI
Alejandro Medina Villarreal
Lecturas devocionales para Jóvenes 2020

CUIDADO CON PERDER EL ESCUDO


“No perdáis, pues, vuestra confianza, que tiene una gran recompensa” (Hebreos 10:35).

El pasaje de hoy insta a los creyentes a no perder la confianza. Y para expresar tal idea, el autor utiliza el verbo apobalo, que tiene un sentido castrense y se utilizaba cuando un soldado perdía o abandonaba su escudo en la batalla. Cuando un soldado se desanimaba en la lucha, podía caer en una de las reacciones más indignas: arrojar el escudo para aligerar la carga y huir. Luego informaba a su superior que había “perdido” el escudo. Tal acción denotaba gran cobardía y dicho soldado no podía asistir a las ceremonias de celebración y honra a los guerreros.
No perder la confianza significa conservar la valentía, la audacia y el dinamismo propios de un buen soldado. No es de extrañar el uso de estos recursos lingüísticos, pues la carta va dirigida a la segunda generación de judeocristianos que les tocó vivir después de la persecución de Nerón y antes de la de Domiciano. Eran tiempos tensos pues, aunque los cristianos no estaban siendo perseguidos en ese momento, sus padres sí habían sufrido la persecución y ellos estaban a punto de padecerla (Heb. 12:4).
La verdad es que cuando las adversidades o la dureza de la confrontación son extremas, nada podemos hacer por nosotros mismos. No es de extrañar que la reacción orgánica ante el peligro o las amenazas la lleve a cabo el llamado sistema nervioso autónomo, que obra independientemente de nuestra voluntad. Se sabe que, en los campos de batalla, algún soldado ha muerto literalmente de miedo. Esto es debido a un mecanismo biológico llamado “rebote parasimpático”. En circunstancias de alarma normal, el sistema nervioso simpático nos alerta del peligro con una serie de reacciones: fuertes latidos, sudor, dilatación de los conductos respiratorios, dilatación de los vasos sanguíneos, energía muscular, entre otros. Ante esto, el sistema nervioso parasimpático reacciona para amortiguar los efectos de tanta conmoción orgánica y acercarnos a la normalidad. Pero cuando la alarma es extrema (como el temor a la muerte en la batalla), el efecto parasimpático puede producir un paro cardíaco y acabar con la vida de la persona.
En las batallas espirituales, solo Dios puede hacernos valientes frente a la dureza de la tentación y las amenazas de la vida. Tal vez estés en lo peor de la lucha y te sientas tentado a arrojar el escudo y abandonarte a la derrota. Pero hay una opción mucho mejor. Entrégate a Jesús y él te dará la victoria. Como a Jairo le dijo mientras su hija agonizaba, ahora te dice a ti: “No temas, cree solamente” (Mar. 5:36).

DEVOCIÓN MATUTINA PARA ADULTOS 2020
UN CORAZÓN ALEGRE
Julián Melgosa y Laura Fidanza
Lecturas devocionales para Adultos 2020