sábado, 1 de agosto de 2009

Y DIOS LE OTORGÓ LO QUE LE PIDIÓ

Jabes le rogó al Dios de Israel: «Bendíceme y ensancha mi territorio; ayúdame y líbrame del mal, para que no padezca aflicción». Y Dios le concedió su petición (1 Crónicas 4: 10).

Hay una oración muy hermosa en la Biblia de un personaje poco conocido llamado Jabés. Hoy quiero proponerte esta oración idónea para nosotras, las mujeres de la actualidad, que deseamos el poderoso toque de Dios en nuestra vida. El Señor está impaciente por levantarnos en sus brazos. Si creemos que el cielo puede otorgarnos su bendición, ¿por qué no ponemos en práctica esta oración? Cada día debemos pedirle a Dios que nos dé su bendición y gracia al relacionarnos con los demás. Algunas frases de esta oración están llenas de significado: «Ensancha mi territorio». El Señor está dispuesto a aumentar nuestra influencia con nuestra familia, amigos, vecinos, compañeros de trabajo, etcétera. Dios se goza en ver a sus hijos prosperar en todos los sentidos. Hagamos más para él, que nos ayude a estar disponibles para los que nos rodean. Lejos de agotarnos, esto nos dará júbilo y un sentido de satisfacción muy especial. Si eres una esposa y madre con una armoniosa familia, Dios desea que lleves sanidad y esperanza a familias dañadas, él te capacitará. Si eres una mujer que trabaja, Dios te ayudará con amor y paciencia a compartir con tus compañeros el bendito regalo del plan de salvación. Si eres una mujer soltera, con un trabajo que exige andar de viaje constantemente, Dios te guiará para animar a un compañero de viaje o a un colega solitario. «Ayúdame». Al trabajar al lado de Jesús y sentir su mano poderosa en todas nuestras actividades, veremos las maravillas que él tiene para nosotras. «Líbrame del mal, para que no padezca aflicción». El enviará a sus ángeles para protegernos del maligno. «Y Dios le concedió su petición». ¡Qué gran bendición saber que Dios contesta nuestras oraciones! Digámosle ahora: «Señor, me pongo en tus manos, capacítame para enseñar a otros para tu pronta venida». Supliquemos a Dios por una mejor perspectiva de nuestra vida y contestará la oración de manera que no solamente le honremos, sino también nos regocijemos con él.

Sonia Elizabeth Martínez de González
Tomado de la Matutina Manifestaciones de su amor

UNA ORACIÓN ESPECIAL

Querido Dios, te doy gracias por este día. Te agradezco porque puedo ver el sol de esta mañana. Me siento bendecida porque eres un Dios perdonador y comprensivo. Haces muchas maravillas por mí, porque quieres bendecirme. Perdóname por las cosas malas que he hecho y pensado, sé que no te agradan. Por favor, líbrame de todo peligro o daño. Ayúdame a comenzar cada día con una nueva actitud y con un pleno sentido de agradecimiento hacia ti. Haz que pueda sacar el mejor provecho de cada día para que en todo lo que haga pueda escuchar tu voz al hablarme. Señor, por favor amplía mi mente para que pueda aceptar cada situación de la vida. Ayúdame a no quejarme y rezongar por aquellos problemas sobre los cuales no tengo control, de manera que pueda tener la respuesta correcta aunque me hayan llevado al límite de la paciencia. Cuando siento que no puedo orar, tú escuchas la petición de mi corazón. Guíame para hacer tu voluntad, ser de bendición para otros. Mantenme fuerte para que pueda ayudar a los débiles.,. levántame para que pueda tener palabras de aliento a los que se sienten caídos. Te pido por aquellos que se sienten perdidos y no pueden encontrar el camino. Te pido por los que son incornprendidos y juzgados equivocadamente. Te suplico por todos aquellos que no se deciden a entregarte su corazón y por aquellos que tampoco comparten con otros la bendición de creer y confiar en ti. Te agradezco porque confío en que tú puedes cambiar los corazones de las personas. Te suplico por todos los miembros de mi familia y por sus hijos. Te suplico porque haya paz, amor y felicidad en sus hogares, que puedan hacer buen uso de los recursos financieros. Te pido por aquellos que lean esta oración y crean que no existe problema, circunstancia o situación de­masiado grande para ti. Nuestras batallas están en tus manos, tú las pelearás por nosotros. Te mego que esta oración pueda llegar al corazón de aquellos que necesitan verte en acción y comprobar la grandeza de tu amor y tu poder. Amen.

Tomado de la Matutina Manifestaciones de su amor.

DE VUELTO A LA BASE

El Señor ama a su pueblo. Deuteronomio 33: 3

Zelma Edwards es una excelente profesora de música. Cada semana trabaja con sesenta alumnos, enseñándoles los virtuosismos del piano. Sus alumnos aprenden a adoptar una postura y una posición de las manos correctas. Hace que practiquen escalas y ejercicios de dedos, además de aprender teoría, eso tan aburrido. La mayoría de sus alumnos están ansiosos por aprender nuevas canciones. Pero la Sra. Edwards sabe que antes de que puedan tocar bien deben conocer la base. La base también es muy importante en la escuela. En clase de Matemáticas o de Historia, ¿alguna vez no te sentiste frustrado con los deberes porque te parecían un verdadero despilfarro de tiempo? «¿Por qué tendré yo que aprender eso?» Seguro que Io pensaste más de una vez. «Cuando deje la escuela jamás tendré que calcular el área del triángulo». Quizá tengas razón. Quizá nunca uses toda la información que aprendiste en una lección en particular. Pero a veces las lecciones sobre temas como las matemáticas se deben aprender siguiendo un orden determinado. Si primero no aprendieses el área del triangulo, más tarde no podrías calcular el volumen de un prisma triangular. Cuando la Sra. Edwards estaba en la universidad, se levantaba a las 4:30 de la mañana para poder hacer escalas durante dos horas antes de desayunar. Sabía que las escalas son el fundamento de todas las composiciones para piano. Todas las verdades de la Biblia también tienen un fundamento. Ese fundamento es: Jesús me ama». Si no creemos que Jesús nos ama, la muerte n tiene sentido. El sábado no tiene sentido. El santuario del cielo no tiene sentido. Todo lo que creemos debe empezar y terminar con el amor de Jesús, un concepto suficientemente sencillo para que lo pueda entender un niño, aunque tan complejo que desconcierta a las mentes más brillantes.

Tomado de la Matutina El viaje increíble

TODOS SON BIENVENIDOS

Vinieron también unos publícanos para ser bautizados, y le dijeron: «Maestro, ¿qué haremos?» El les dijo: «No exijáis más de lo que os está ordenado». lucas 3: 12, 13

¿Has reparado en el tipo de personas que acudían a Juan el Bautista para ser bautizadas? La Palabra de Dios dice: «Vinieron también unos publícanos para ser bautizados». Como sabes, esos individuos eran deshonestos. El propio Juan los había llamado «generación de víboras». Los publícanos eran los recolectores de impuestos, que en aquella época era sinónimo de fraude y extorsión a sus compatriotas. Aquellos publícanos eran, sencillamente, pecadores que andaban en busca de la salvación, como nosotros. A Dios no le importa la mala fama. Juan sabía cuan valiosos para el reino de Dios podían llegar a ser los cobradores de impuestos. Es fácil comprender que los líderes religiosos dudaran que los cobradores de impuestos fueran los mejores candidatos para formar el reino de Dios. Pensaban que Juan quería construir un mundo abnegado y sacrificado con personas egoístas y ambiciosas. Después de todo, no había quien no supiese que los cobradores de impuestos eran ladrones. Sus pecados eran tan obvios que no hacía falta que los confesasen; los demás ya lo hacían por ellos. Apuntar con el dedo acusador puede ser indicio de tener una "respetabilidad" farisaica que cree que solo deben bautizarse personas como uno. Quienes así juzgan a los demás piensan que son el tipo ideal de persona para establecer el reino de Dios, el modelo al que los demás deben aspirar, el tipo de persona que debe llenar los bancos de la iglesia. A diferencia de muchos de nosotros, Juan sabía que a las personas no se las debe tratar como son, porque se las hará peores de lo que son; debe tratárselas como pueden llegar a ser, y así llegarán a ser mejores de lo que son. Como ocurre con todos los cristianos, cuando los publícanos fueron bautizados, dejaron sus corazones quebrantados bajo las aguas del Jordán. Veían con lágrimas en los ojos que las arremolinadas aguas del río arrastraban sus pecados. Su corazón estaba lleno de gozo y felicidad. Sabían que, posiblemente, al cruzar el camino encontrarían fariseos cuya confesión había sido más de labios que de corazón. Y no les importaba, porque estaban dispuestos a cargar su cruz. ¿Te inquietan algunas personas que son llamadas a unirse a la iglesia? La iglesia está preparada, y fue organizada, para recibir a los peores pecadores. Como Pablo, que, ya siendo apóstol, todavía se consideraba «el primero de los pecadores» (1 Tim. 1: 15). la gente mala constituye el mejor símbolo de la transformación. Ellos, unidos a Jesús, transformarán el mundo.

Tomado de la Matutina Siempre Gozosos.