martes, 12 de enero de 2010

DIOS SIEMPRE TIENE UNA PROVISIÓN

El cordero, hijo mío, lo proveerá Dios, le respondío Abraham. Y siguieron caminando juntos. Génesis 22:8.

¿Dónde está el cordero para el holocausto? Había preguntado Isaac, que tenía apenas una visión parcial de la realidad, pero a su tierna edad, poseía un profundo sentido de obediencia. Había salido a una extraña excursión con su padre. Ni siquiera se habían despedido de la mamá y el joven se había dado cuenta de que su padre estaba muy callado, mucho más reservado que de costumbre. Isaac se daba cuenta que la mente de su anciano padre estaba en otro lado. Se notaba que se hallaba en profunda reflexión.
Isaac lo acompañaba respetuosamente. En toda su niñez había confiado en su padre, y ahora como adolescente, también confiaba. Era como los pilotos, que en medio de la neblina, prefieren el «piloto automático», y se dejan conducir, para volar seguros. La respuesta de Abraham en el texto de hoy tiene su complemento en la exclamación de Juan el Bautista, que después de identificar al Cordero lo presentó como el «que quita el pecado del mundo» (Juan 1:29). La respuesta de Abraham significaba vida para Isaac, aunque él no lo sabía en ese momento.
Isaac ahora parado junto a su padre, miraba el sacrificio del carnero que había aparecido milagrosamente trabado en un zarzal. «¡Qué maravilla que apareció el carnero!», pensó Isaac. «A esto se debe haber referido mi papá cuando me dijo que Dios iba a proveer». La Biblia dice que Abraham ofreció el carnero en holocausto en lugar de su hijo. Así como nuestro Padre celestial ofreció a su Hijo en holocausto en la cruz del Calvario por ti, por mí y por todos sus hijos del mundo.
En el Apocalipsis se identifica a un grupo de redimidos «que siguen al Cordero por dondequiera que va» (Apocalipsis 14: 4). ¿Cómo no lo vamos a seguir si nos ha salvado de la muerte eterna? Hoy puedes enfrentar el día sin temor, porque has sido rescatado para vivir por los siglos sin fin.

«Dios tiene recursos de poder de los cuales todavía nada sabemos, y de estos nos suplirá en nuestro tiempo de necesidad». MJ 104


Tomado de Meditaciones Matinales para Jóvenes
¡Libérate! Dale una oportunidad al Espíritu Santo
Autor: Ismael Castillo Osuna

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