lunes, 4 de enero de 2010

NOVEDAD DE VIDA

Todo lo puedo en Cristo que me fortalece (Filipenses 4: 13).
Lo que hace especial a cada año que se empieza es la novedad. El tiempo que se nos ofrece es nuevo, porque no lo hemos vivido. Es allí donde está el meollo del asunto. Si lo hubiéramos vivido, sería viejo. En algunos países y culturas se simboliza al año que pasó con un muñeco en forma de un anciano: Representa al año que se fue. Asimismo se representa al año que amanece como un bebé recién nacido. En algunas culturas la gente acostumbra a vestirse con ropas nuevas durante las celebraciones del Año Nuevo. Nada como lo nuevo. Un nuevo vestido, un nuevo traje, un nuevo auto, una nueva casa. Tenemos una fascinación por lo nuevo. Hoy tenemos un año nuevo. Dios nos permita tener la oportunidad de ser personas nuevas. Es emocionante pensar que tenemos por delante 361 días, que llenaremos con nuestras vivencias. Cada año nuevo es como un libro de 365 páginas en blanco, en las que escribiremos lo que haremos y experimentaremos. Pero aun es más emocionante saber que nosotros decidiremos qué vamos a escribir allí. ¿Qué hemos empezado a escribir en las páginas de este nuevo año? ¿Con qué llenaremos las restantes? El ideal de Dios para nuestra existencia atribulada por el mal que nos rodea es que vivamos una vida nueva. Dios es amante de lo nuevo. Él quiere que lleguemos a ser nuevas criaturas (2 Cor. 5: 17); que vivamos una vida nueva (Rom. 6: 4); que tengamos un nuevo nombre (Apoc. 2: 17); y que vivamos en una ciudad y un mundo nuevos (Apoc. 21: 1, 2). Un día, Dios hará que el sufrimiento y la miseria del mundo y de nuestras vidas sean totalmente transformados en un nuevo orden de cosas, donde ya no habrá hambre ni enfermedad ni dolor ni separación ni muerte.

Tomado de Meditaciones Matinales para Adultos
“El Manto de su Justicia”
Autor: L Eloy Wade C.

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