martes, 8 de noviembre de 2011

ADENTRO ES MEJOR

Yo me alegré con los que me decían: A la casa de Jehová iremos. Salmo 122:1.

Nos habían invitado a que dirigiéramos una Sociedad de Jóvenes en una iglesia que no conocíamos. Como lo habíamos hecho en otras ocasiones, mi esposa y yo preparamos con esmero todo el programa, y al llegar la fecha indicada allí estuvimos. Si bien al principio la iglesia estaba semivacía, a medida que el programa avanzaba se fue llenando. Al terminar, una cantidad de hermanos en la fe llegaron para saludarnos, y me quedé conversando con un joven de unos 25 años. Sin buscarlo, el joven manifestó cierto descontento "porque a veces los programas son aburridos". Cuando escuché esa frase, le pregunté: "¿Será que se habrán aburrido nuestros jóvenes con el programa que trajimos?" Rápidamente respondió: "No pastor, para nada. Usted lo hubiera notado, porque todos los jóvenes hubieran salido a la vereda y no se habrían quedado en el templo, como lo hicieron".
Como adventista de cuna, después de haber visitado muchos templos, noto que en algunas iglesias existe la costumbre entre los jóvenes de quedarse fuera del templo. En algunos casos es porque el que predica "es un viejo", en otras ocasiones para conversar con los amigos "y nadie está diciendo que hagan silencio". Y también porque hay quienes no tienen el deseo de escuchar la Palabra de Dios; solo van a la iglesia por costumbre social.
No sé cuáles son las costumbres entre los jóvenes de tu iglesia local, pero si un sábado de mañana vas a la iglesia porque quieres encontrarte con Dios, seguramente lo podrás hacer dentro del templo. Soy consciente de que a veces el programa no es muy interesante, e incluso parece que la conversación con un amigo no puede esperar hasta el final del culto, pero si realmente quieres tener la bendición divina ese sábado, lo mejor es que ocupes tu lugar en la adoración colectiva.
La casa de Dios es para todos, no porque Dios necesite que vayamos, sino porque somos nosotros los que nos enriquecemos al asistir a su templo. El salmista, conociendo esta riqueza, no podía menos que alegrarse con los que decían "a la casa de Jehová iremos", porque solo dentro de ella es posible encontrarse con Jehová.

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuel

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