domingo, 6 de diciembre de 2009

UNA SENCILLA INVITACIÓN

¡Vayamos al Señor para buscar su beneficio! ¡Busquemos al Señor Todopoderoso! ¡Yo también voy a buscarlo! Mateo 19:26.

El pastor Jack Sequeira cuenta la historia de un representante de comercio, un tal Sr. Rugby, que vivía en Escocia a fines del siglo XIX. Rugby era un cristiano que habías sido muy bendecido por los sermones de Alexander White, el reconocido predicador de la iglesia de San Jorge de Edimburgo.
Cuando los negocio lo llevaban a Edimburgo, Rugby se hospedaba en un hotel de la población y asistía a los cultos de White. Antes de salir del hotel, siempre invitaba a alguien para que lo acompañara.
Una mañana, Rugby invitó a un caballero que no estaba muy convencido de ir a la iglesia. Pero Rugby insistió y el hombre accedió a ir. En esa reunión, el hombre entregó su corazón a Dios.
Rugby pensó que era preciso compartir la buena noticia con Alexander White. Por eso fue a su casa y le contó la conversión del hombre.
-Quiero que sepa que Dios lo está usando para cambiar vidas. Su predicación no es en vano; marca diferencias.
White expresó su agradecimiento y dijo:
-Sr. Rugby, estoy muy contento de que viniera esta noche porque quería conocerlo desde hace ya un tiempo. Tengo algo que debería ver.
White se acercó a un archivador y sacó un fajo de papeles.
-¿Ve estas doce cartas? Son de personas que aceptaron a Cristo después de recibir una invitación suya para asistir a mis reuniones. Cuatro de ellas ahora están en el seminario, preparándose para el ministerio.
Rugby no dio nunca un estudio bíblico, pero encontró la manera de presenta a la gente a Jesús. ¿Puedes pensar en alguien a quien puedes invitar a la iglesia? La mayoría de las personas no visitan la iglesia de su pueblo. Cuando van es porque alguien los ha invitado antes. Tú podrías ser ese alguien.

Tomado de la Matutina El Viaje Increíble.

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