miércoles, 6 de enero de 2010

LA SERPIENTE ENOJADA

Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro (Romanos 6:23).

¡Definitivamente, las serpientes no son mis criaturas preferidas! Muchas de ellas son venenosas y ofrecen únicamente enfermedad y muerte. Génesis 3 nos cuenta que, de todos los animales que Dios había creado, la serpiente era el más hermoso e inteligente. Esta criatura fue utilizada por Satanás para engañar a Eva, y a causa de esto llegó a estar por debajo de todos los animales, arrastrándose en el suelo y comiendo polvo. Más adelante en este capítulo, se hace una referencia a Satanás quien, como una serpiente, trataría de destruirlo todo. Pero, luego viene lo más maravilloso: el "antídoto salvavidas", nuestro Salvador, quien sacrificó su propia vida con la intención de salvar a quienes amaba, aplastando completamente a la serpiente para siempre. En el desierto, cuando Dios quitó las restricciones que había puesto en las serpientes venenosas del área, los quejosos israelitas pronto aprendieron acerca de las picaduras y la muerte (Núm. 21). Su única esperanza estaba en levantar sus ojos y contemplar la serpiente de bronce fabricada por Moisés. Los que creían y miraban eran sanados; los que se negaban a hacerlo morían. El Señor es todopoderoso, y Satanás no tiene poder sobre él. Durante 2006, mi esposo, Keith, y yo viajamos por el noroeste de Australia. Vimos varias serpientes en la ruta, y algunas muy venenosas que mostraban en los espectáculos. Una noche, cuando nos quedábamos con unos amigos en las montañas, descubrí una gran serpiente. Su cuerpo tenía figuras hermosas; y yo sabía que estas serpientes, si no se las molesta, son inofensivas. Sin embargo, no me demoré en llamar a los demás. Desafortunadamente, el perro de la familia también llegó a la escena, y la serpiente se enojó. Se enrolló, y atacó al perro una y otra vez. No se dejen engañar por la sutileza de Satanás; él también se da vuelta y golpea como una serpiente enojada. Pero, no falta mucho para que Jesús regrese y lo destruya para siempre. Es solo por medio de Cristo que estamos protegidas de las mordeduras del pecado. Si has sido herida, busca su perdón hoy y sé sana. Ora para vivir en victoria sobre Satanás, y agradece por el don de la vida y la salvación.

Lyn Welk-Sandy
Tomado de Meditaciones Matinales para la mujer
Mi Refugio
Autora: Ardis Dick Stenbkken

No hay comentarios:

Publicar un comentario