martes, 3 de mayo de 2011

UNA LUCHA ESPIRITUAL

Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. Efesios 6:12.

El enemigo de Dios siempre lucha contra los que se declaran del lado de la verdad. En su lucha milenaria ha intentado estropear y manchar a cada hijo de Dios que enarbola la bandera cristiana. Si existe un grupo que el enemigo ataca actualmente de manera especial es el de los jóvenes.
Él sabe que si mancha la vida de los jóvenes, tendrá hombres y mujeres con cicatrices el día de mañana, que formaran familias defectuosas que tendrán dificultades para sobrevivir las grandes pruebas de la vida. Las decisiones que tomes hoy y en los años que te quedan de vida, mostraran al mundo y a Dios de qué lado estas en esta terrible batalla, y tu futuro será determinado por si luchaste en el grupo correcto o en el equivocado.
En esta guerra, el enemigo de las almas procurara engañarte con él concepto distorsionado del "sexo libre". Con grandes afiches publicitarios, con buenas y entretenidas películas, con Internet y con graciosos programas televisivos intentara que deseches tus principios sobre el uso del sexo. Por medio de la música y amigos muy convincentes te hará sentir anticuado o que no sabes disfrutar de la vida.
En esta guerra, los gobernadores de las tinieblas lucharan para que aceptes diversiones de todo tipo, que vayas a salones de baile, fiestas y diversiones, para las cuales ni tendrás que salir de tu casa. Con lemas como "la vida hay que vivirla" o "por esta vida se pasa solo una vez", el enemigo de Dios te perseguirá para que abandones tu vida apacible y te vayas tras las promesas de diversión.
En esta guerra, "las huestes espirituales de maldad" te atacaran con vicios destructores de la salud, como el alcohol, el tabaco o las drogas. Con entretenidas propagandas, con presiones en el colegio, en tu club o grupo de amigos, querrán que mancilles tu salud mediante adicciones nocivas.
Si, en esta guerra estamos involucrados todos, querámoslo o no; y si la enfrentamos solos, seguro que perderemos. Pero si nos tomamos de la mano de Jesús, la batalla está ganada. El Hijo de Dios que descendió del cielo nos alienta con las palabras: "Confiad, yo he vencido al mundo" (Juan 16:33), para que también nosotros miremos con optimismo el futuro. No lo olvides: cuando el enemigo te ataque con algunas de sus tentaciones, recurre a Cristo que ya lo derroto, y tendrás la victoria.

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuel

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