lunes, 22 de agosto de 2011

DIOS EN PRIMER LUGAR

Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas. Mateo 6:24.

Satanás pervierte todas las bendiciones que el Señor otorga. A quien recibe inteligencia, lo anima a sentirse autosuficiente; a quien posee talento musical, a que no alabe a Dios; y al que recibe mucho dinero, a que se olvide del Dueño de las riquezas.
A lo largo de estos días, hemos visto algunos principios bíblicos para tener éxito económico. Ellos son: No pedir prestado (no incurrir en deudas), tener el hábito del ahorro, y ser honesto y justo en cualquier tipo de comercio.
El principio que veremos hoy, y que es la clave para que las ganancias sean una bendición, es que Dios ocupe en todo momento el primer lugar en tu corazón. Este equilibrio no siempre es fácil de logra.
El versículo de hoy ha hecho pensar a algunos que Dios desea que sus hijos sean pobres, y que el aumento de las riquezas es sinónimo de pecado. Pero mira lo que dice esta cita: "El deseo de acumular riquezas no es pecaminoso si en el esfuerzo realizado por lograr ese objetivo, los hombres y mujeres no se olvidan de Dios ni transgreden los últimos preceptos de Jehová que dictan el deber del hombre hacia sus semejantes, ni se colocan en una posición desde donde les resulte imposible glorificar a Dios en sus cuerpos y en sus espíritus, los cuales le pertenecen" (Mensajes selectos, t. 2, p. 493).
En otras palabras, se puede decir que alguien posee éxito económico, si después de poseer abundancia material continúa siendo fiel a Dios en su vida. "Porque, ¿qué aprovechará el hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?" (Mat. 16:26). Pues quien gana todo el dinero del mundo pero pierde la vida eterna, es un completo fracasado.
Por esta razón, querido joven y querida señorita, si deseas considerarte una persona exitosa en lo económico, deja que el Señor ocupe siempre el primer lugar en tu vida. Entrégate a él sin reservas, y el éxito que logres será de bendición en este mundo y por la eternidad.

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuel

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