domingo, 25 de marzo de 2012

CUANDO LLEGA LA TORMENTA

Será tiempo de angustia, cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces (Daniel 12:1)

Mi hija y yo descubrimos, al trabajar juntas en un proyecto escolar, que la dinámica de los tornados es algo interesante. Uno de los artículos que encontramos explicaba que los tornados se forman cuando una masa de aire caliente choca con un frente frío. Como resultado se forma una poderosa tormenta, que establece las condiciones propicias para la formación de tornados.
Personalmente nunca he presenciado un tornado, aunque sin duda es un fenómeno que no deseo que me toque experimentar. Se nos dice que al aproximarse un tornado, se escucha un rugido inmenso, mientras que el viento destroza todo lo que encuentra a su paso. Esta es probablemente una de las peores pesadillas que los seres humanos pueden experimentar.
Mientras estudiábamos dicho tema, pensé en otra gran tormenta y en sus efectos destructivos. La misma descenderá sobre los habitantes de la tierra con una gran furia.
En comparación con un tornado, esa tormenta no afectará únicamente a una zona determinada, sino que abarcará el mundo entero.
Amiga, en los problemas y en los desastres que ocurren comprobamos que la tierra gime bajo el peso del pecado. Incluso se aprueban sutilmente leyes que afectarán nuestra libertad de conciencia, utilizando como pretexto la seguridad pública. Todos esos elementos son avisos de la terrible tormenta que se aproxima.
Elena G. de White dice: «En el camino ancho todos están ocupados consigo mismos, con sus vestidos y placeres. Participan abundantemente de alegría y fiestas, y no piensan en el final del camino, en la ruina que aguarda al final de todo. [...] Una forma de piedad no salvará a nadie. Todos deben tener una experiencia profunda y viva. Solamente esto los salvará en el tiempo de angustia que nos espera. [...] Los que desean realizar cualquier sacrificio por la vida eterna, la conseguirán. Y vale la pena sufrir por ella, vale la pena crucificar el yo por ella, y sacrificar los ídolos por ella» (A fin de conocerle, p. 302).
Preparémonos hoy, porque nuestra redención está cerca.

Toma de Meditaciones Matutinas para la mujer
Una cita especial
Textos compilados por Edilma de Balboa
Por Jenny Avaylon

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