lunes, 11 de enero de 2016

¡DALE MÁS EFECTIVO A MI HIJO!

Más bien, crezcan en la gracia y en el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo (2 Pedro 3: 18. NVI).

El diario USA Today reportó una extraña tendencia. Después de que las compañías contratan a un adulto para un trabajo, ¡sus padres son los que llaman para negociar los beneficios y el salario! Sorprendidos por este cambio, las compañías dicen (sin que sorprenda) que esto no los hace sentir confiados en la persona que han contratado.
Es natural que nuestros padres nos cuiden. Pero ¿cuán menudo dejas que tus padres, u otros adultos en tu vida, hagan algo por ti que debes hacer por ti mismo? A medida que creces y te haces más capaz, puedes aceptar la responsabilidad de cuidar de ti mismo. Por ejemplo, tienes la edad suficiente para hablar con tu profesor si tienes dificultades en la escuela; no tienes que esperar a que tus padres lo hagan. También tienes edad suficiente para tener tu propia relación con Dios; no solo a través de tus padres.
Es difícil para algunos padres ver que sus hijos están creciendo y, algunas veces, ellos quieren hacer por ti cosas que puedes hacer por ti mismo (quizá puede ser el caso de tus padres). Ellos extrañan ser necesitados y desean ser parte de tu vida, y eso está bien. Pero, también es saludable decir; “Gracias, mamá y papá. Pero esto es algo que debo aprender a hacer por mí mismo. ¿Pueden darme algunos consejos, y luego permitirme intentarlo solo?”
La responsabilidad significa que estás convirtiéndote en la persona que Dios quiere que seas. ¡Eso es algo de lo que puedes alegrarte!

SPLASH:
Cuando un águila mamá decide que sus pichones ya tienen edad suficiente para volar solos, no espera a que ellos lo descubran por sí mismos: literalmente, ¡los empuja fuera del nido! Pero, el papá está volando  abajo, listo para atraparlos si tienen dificultades.

¿Y AHORA?
¿Hay cosas en tu vida de las que tienes que responsabilizarte? ¿Por qué no comienzas hoy?

Tomado de: Matinal para Adolescentes 2016
“Intensamente, Ejercita tu Cerebro”
Compilado por Penny Estes Wheeler

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