viernes, 7 de febrero de 2020

AMAR ES RESPETAR

"La mujer bella pero fatua es como argolla de oro en hocico de cerdo" (Proverbios 11:22).

Acab fue un Joven lleno de posibilidades. Heredero al trono del reino Israel, era un chico sumamente prometedor. Sin embargo, una mala decisión cambió su vida. Un día conoció a la bellísima Jezabel, hija de Etbaal, rey de Sidón. Su mirada dominante, sus labios delicados y su esbelta figura cautivaron al Joven monarca. Además, la muchacha mostraba una elegancia particular, se movía como pez en el agua en las reuniones sociales. Parecía la esposa ideal para un gobernante.
Además de ser muy atractiva, Jezabel era una mujer de voluntad fuerte. Como sacerdotisa de Astarté, la reina introdujo su religión en Israel, mandó matar a los adoradores del Señor, persiguió a los profetas de Dios y mantuvo a centenares de profetas de Baal, a quienes Acab construyó un templo (1 Reyes 16:32). La reina promovió la apostasía en Israel, el auge de la inmoralidad y las prácticas paganas. Lo interesante fue que los éxitos militares y políticos hicieron creer a Acab que los dioses de Jezabel eran poderosos: sometió a los moabitas y vivió en paz con los fenicios y con Judá (2 Reyes 3:4, 5). Eso trajo mucha riqueza al país. Además, derrotó dos veces a los sirios y tuvo el ejército más numeroso entre las naciones situadas entre Asiria y Egipto.
Acab permitió a Jezabel asumir significativas funciones en el gobierno. En esa casa era ella quien tomaba las decisiones importantes. El esposo solo era un espectador. Con todo, el rey aún se consideraba un adorador del Dios de Israel: consultó varias veces a sus profetas (1 Reyes 20:13, 14, 22, 28; 22:8 16), puso a sus hijos nombres hebreos (Ocozías, Joram y Atalía) y no intervino cuando Ellas ordenó matar a los sacerdotes de Baal (1 Reyes 18:16-45).
Jezabel no permitió a Acab adorar a Dios. En realidad, lo despersonalizó. Se apropió de su vida y lo esculpió a su gusto: "Como no tenía principios ni elevada norma de conducta, su carácter fue modelado con facilidad por el espíritu resuelto de Jezabel" (Profetas y reyes, p. 84). El rey parecía un niño a quien su madre protege. La autoridad pertenecía a la reina. Al final, Acab perdió la vida en una batalla inútil. Jezabel murió al caer de un edificio.
Amar es respetar las decisiones del ser amado. Quere moldearlo a tu modo lleva despersalizarlo; lo más seguro es que lo harás infeliz. Amar es tolerar y no imponer la voluntad propia. Las imposiciones tienden a destruir las relaciones amorosas.

DEVOCIÓN MATUTINA PARA JÓVENES 2020
UNA NUEVA VERSIÓN DE TI
Alejandro Medina Villarreal
Lecturas devocionales para Jóvenes 2020.

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