martes, 11 de agosto de 2009

¿CONOCES A DIOS?

Amados, armémonos unos a otros, porque el amor viene de Dios. El que ama, es nacido de Dios y conoce a Dios. El que no ama, no conoce a Dios, porque Dios es amor. 1 Juan 4:7,8

Es la señal del verdadero cristiano. El que ama a Dios con todo su corazón, con toda su alma y con toda su mente es cristiano, aunque no comprenda bien muchas cosas profundas de Dios. Quien ama a su prójimo como a sí mismo es cristiano, aunque todavía no conozca todos los principios de la vida y de la piedad. El que no ama a su prójimo no es cristiano, aunque diga que ama a Dios con todo su corazón, con toda su alma y con toda su mente, y aunque conozca muchas cosas profundas de Dios. El amor es la señaí del verdadero cristiano.
Garrie F. Williams cuenta la historia de Elizabeth Pilenko. Hija de una familia rusa aristocrática, era miembro de la Iglesia Ortodoxa Rusa. A los dieciocho años, estudiando en la Universidad de San Petersburgo, se enteró con ilusión de los planes de la revolución comunista. Sin embargo, cuando triunfó aquella revolución, se decepcionó y huyó a Francia. En medio de la pobreza y la infelicidad de su vida en París, Elizabeth buscó a Dios y el Espíritu Santo transformó su corazón. Regresó a la religión de su niñez y se convirtió en monja dentro de la Iglesia Ortodoxa Rusa, en la que adoptó el nombre de Sor María.
Después de que los nazis invadieran Francia, durante la Segunda Guerra Mundial, Elizabeth comenzó a ocultar judíos en su hospital. Un día la Gestapo la descubrió y la envió al campo de concentración de mujeres de Ravensbrück y allí tuvo muchas oportunidades para ayudar a muchas mujeres. Pocas sobrevivieron a las condiciones terribles de Ravensbrück, donde se calcula que murieron 95,000 mujeres, incluyendo a Betsie, la hermana de Corrie ten Boom.
Un día, en 1945, cuando formaban una fila de mujeres ante la cámara de gas, para sufrir el destino que todas conocían, una muchacha comenzó a gritar despavorida. Cuando dos guardias se acercaron amenazantes a ella, Elizabeth le puso sus brazos sobre los hombros, y le dijo: «No temas. Mira, yo ocuparé tu lugar».
Es el amor que nace espontáneo en el momento de necesidad, porque mora en el corazón. Es la marca distintiva del cristiano. Es el amor que actúa como Cristo, porque es Dios morando en el corazón. El cristiano debe pedir con fervor a Dios que haga nacer en su corazón la planta celestial del amor. No pidas poder, pide amor. No busques sabiduría ni ciencia, busca el amor. Haz de hoy un día de búsqueda del amor de Cristo.

Tomado de la Matutina Siempre Gozosos.

lunes, 10 de agosto de 2009

ORAR POR OTROS

Señor, oye mi justo ruego; escucha mi clamor; presta oído a mi oración, pues no sale de labios engañosos (Salmo 17: 1).

Una mañana desperté y le pregunté a Dios por quién debía orar, pues tenía por costumbre orar por mis alumnos. Regularmente oro por aquellos que tienen problemas o están desorientados; y esa mañana me pregunté por quién orar. Pasó por mi mente el nombre de un chico que aparentemente todo estaba bien con él, no era un alumno problemático, más bien, era considerado como un buen estudiante. Esa mañana oré por ese muchacho. Cuando llegó a mi clase lo saludé y pude notar en su rostro que algo estaba mal. Durante la clase él permaneció serio. Cuando cantamos él guardó silencio. Cuando terminó la clase le dije que me gustaría hablar con él, que por la tarde lo esperaba en el departamento de Orientación. Esa tarde le conté cómo por la mañana había orado por él y que le había notado diferente en la clase. Le pregunté si había algo que le preocupara. Por un rato guardó silencio y las lágrimas rodaron sobre sus mejillas. Le recordé que solamente trataba de ayudarlo y si lo deseaba podía confiar en mí. Después me descubrió su corazón, al contarme su problema. Oramos juntos y al final me dijo: «Maestra, gracias por escucharme, gracias por su tiempo. Maestra, ¿puedo darle un abrazo?» Yo accedí con gozo. Y agregó: «No sabe cómo necesitaba esta plática». Como este alumno, hay muchas personas que sufren en silencio. Pasamos a su lado y no nos damos cuenta que necesitan de nosotros, por eso es importante estar en comunión con Dios para que su Santo Espíritu obre en nosotros y seamos instrumentos útiles cada día.

Myriam Carrillo Parra
Tomado de la Matutina Manifestaciones de su amor.

GENTE DE VERDAD

Ahora vemos de manera indirecta, como en un espejo, y borrosamente; pero un día veremos cara a cara. Mi conocimiento es ahora imperfecto, pero un día conoceré a Dios como él me ha conocido siempre a mi. 1 Corintios 13: 12 Ayer hablamos de cómo dios va a cambiar nuestro aspecto físico cuando regrese. ¿No te inquieta un poco? Las personas que pasan por la cirugía plástica tienen que esperar días, y a veces semanas, para poder ver cuánto han cambiado. La inflamación debe desaparecer y los ojos amoratados deben sanar. Poco a poco se van habituando a su nuevo aspecto. Pero cuando Jesús venga, el cambio sucederá en un abrir y cerrar de ojos. ¿Piensas que tendrás problemas para reconocer a tus amigos y a los miembros de tu familia después de que Jesús los haya renovado? ¿Puedes imaginarte a la abuelita con el aspecto de una joven que podría ser tu hermana mayor? ¿En el cielo tendremos todos un aspecto tan diferente que las personas tendrán que llevar etiquetas con el nombre para poder saber quiénes son? Cada semana el periódico dominical tiene fotografías de parejas que celebran las bodas de oro. A veces también incluyen una fotografía tomada el día de su boda. Ninguno de ellos tiene exactamente el mismo aspecto que tenía hace cincuenta años, pero su aspecto es muy parecido. Yo pienso que en el cielo será así. Las personas que conocemos en la tierra serán todavía ellas mismas, solo que mejor. Por primera vez en la vida, nuestra naturaleza pecaminosa no se entrometerá en nues­tras amistades. El cerebro nos funcionará a la perfección y nos entenderemos mejor. No nos sentiremos celosos o inseguros. Confiaremos unos en otros y no temeremos decir nada inconveniente. ¿Nos conoceremos unos a otros en el cielo? Yo creo que no seremos capaces de conocernos unos a otros hasta que lleguemos al cielo. Tomado de la Matutina El viaje Increíble.

LA FE DE LOS MÁRTIRES

Y aunque sea derramado en libación por el sacrificio y servicio de vuestra fe, me gozo y regocijo con todos vosotros. Filipenses 2:17

Dicen que una vez, después de que D. L. Moody predicase un impresionante sermón sobre la fe de los mártires, un individuo se le acercó y le preguntó: —Sr. Moody, ¿tiene usted suficiente fe para ser mártir?

—No —fue la respuesta del famoso evangelista.
—Sr. Moody —exclamó sorprendido su interlocutor—, ¿cómo ha podido usted predicar semejante sermón sobre la fe si no tiene usted suficiente fe para ser mártir?
—Si Dios quiere que yo lo sea, me dará la fe de un mártir —repuso Moody.
Y así es. A veces, cuando pensamos en el valor intrépido y en la fe de los héroes cristianos, desde los días de Esteban hasta los misioneros actuales que han arriesgado y arriesgan su vida —perdiéndola en ocasiones— por el evangelio, miramos a nuestro interior y temblamos. Comprendemos que no tenemos la resistencia espiritual o moral para hacer frente a lo que ellos afrontaron.
Por ejemplo, no podemos leer sin temblor la historia del bachiller Antonio Herre-zuelo y su esposa, Doña Leonor de Cisneros. Fueron condenados por la Inquisición por sus creencias evangélicas. Habían sido apresados y presionados para que denunciaran a sus hermanos en la fe. Dijo de él un contemporáneo: «En todas las audiencias que tuvo con sus jueces... se manifestó desde luego protestante, y no solo protestante, sino dogmatizador de su secta en la ciudad de Toro [...]. Exigiéronle los jueces [...] que declarase [...j los nombres de aquellas personas llevadas por él a las nuevas doctrinas; pero ni las promesas, ni los ruegos [...] bastaron a alterar el propósito de Herrezuelo en no descubrir a sus amigos y parciales. ¿Y qué más? Ni aun los tormentos lograron quebrantar su constancia, más firme que envejecido roble o que soberbia peña nacida en el seno de los mares» (El conflicto de los siglos, p. 275).
Su esposa, joven de 24 años, flaqueó y se arrepintió. Pero cuando vio a su esposo morir con aquella fe y aquel valor que asombraron incluso a sus enemigos, «interrumpió resueltamente el curso de penitencia a que había dado principio». En al acto fue arrojada a la cárcel, y, después de ocho años de horrores en las cárceles de la Inquisición, «murió ella también en la hoguera como había muerto su esposo».
Nuestros tiempos no nos exigen ese tipo de testimonio. Pero todos los fieles que «combaten hasta la sangre contra el pecado», son héroes y mártires de Cristo. Decidamos hoy dar nuestro testimonio doquiera nos encontremos.

Tomado de la Matutina Siempre Gozosos.

domingo, 9 de agosto de 2009

LA ORACIÓN FORTALECE AL ENFERMO

La oración del justo es poderosa y eficaz (Santiago 5: 16).

Mi hermano Gustavo sufrió un derrame cerebral a la edad de 41 años. Entonces él vivía en Valle Hermoso, Tamaulipas. Nos separaban muchos kilómetros de distancia, así que después de recibir la noticia emprendimos un largo viaje para verlo. Entonces escuchamos el diagnóstico del neurólogo: estado de coma. Después de una larga cirugía comentó que sería mejor empezar los preparativos para trasladar el cuerpo, pues su estado era muy grave y no daba ninguna esperanza de vida. Agregó que si creíamos en algún milagro lo pidiéramos a Dios. Nos unimos en oración toda la familia. Un pastor vino a ungir a Gustavo. Ya estábamos resignados a perderlo y esperábamos que mi hermano descansara, pues no mejoraba. Pasaron 45 días y el doctor ordenó la última tomografía; después de ese estudio, si no veía ninguna mejoría, lo desconectaría de los monitores. Ese día oramos con todo el corazón, rogamos a Dios para que hiciera un milagro. Tuve la oportunidad de entrar al lugar del examen, tomé su mano y oré, sabía que mucha gente hacía lo mismo en ese momento. Cuando la camilla salió se dejó ver el cuerpo inerte de Gustavo, pero increíblemente, él abrió sus hermosos ojos verdes y sorprendido me dijo: «¿Qué pasa? ¿Qué hago aquí?» Yo no lo podía creer y rápidamente llegaron los médicos. ¡Una vez más Dios había hecho un milagro! Sé que Dios nos dejó a Gustavo para darnos un ejemplo de paciencia, pues las secuelas de su enfermedad lo dejaron en silla de ruedas y con muchos problemas de salud. Lo maravilloso de todo fue que él nunca renegó, no se quejó de nada y mantuvo un carácter dócil y amable. Vivió fiel a Dios nueve años más y murió con la firme esperanza de resucitar una mañana gloriosa en que el Rey lo llame. En esta mañana te invito a orar sin cesar, pues solo el día en que estemos al lado de nuestro Dios nos despediremos de la dulce oración que durante nuestra vida terrenal nos mantuvo en comunicación con Dios.

Lupita López Cervantes
Tomado de la Matutina Manifestaciones de su amor.

LA REFORMA DEFINITIVA

Pero quiero que conozcan el designio secreto de Dios: No todos moriremos, pero todos seremos transformados en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, cuando suene el último toque de trompeta. Porque sonará la trompeta, y los muertos serán resucitados para no volver a morir. Y nosotros seremos transformados. 1 Corintios 15: 51, 52.

No importa quién seamos. A todos nos gustaría cambiar algunas cosas de nosotros mismos. Incluso las súper modelos. Nadie está completamente satisfecho con su aspecto. Uno de los programas de televisión más populares de los últimos años era uno en el que gente normal tenía la oportunidad de cambiar su aspecto mediante mugía plástica especializada, distintos maquillajes y nuevo corte de pelo y la ropa adecuada. Al final del programa podías comparar el aspecto de esas personas antes y después y ver cómo habían cambiado. Cuando miras un programa como ese empiezas a pensar: «Si ahora pudiese cambiarme algo, empezaría por...» Una de las ventajas de la segunda venida de Jesús es que Dios nos hará a todos una última remodelación. Ya no tendremos orejas de soplillo, las narices tendrán la medida correcta y los problemas de piel desaparecerán. Todos tendremos un aspecto fantástico. Pero los mejores cambios serán algo más que una remodelación de nuestro aspecto. Las personas ancianas recuperarán la juventud. Los dolores desaparecerán. Los ciegos verán, los sordos oirán y los paralíticos andarán. Todo cuanto recuerde al pecado desaparecerá. No solo tendremos buen aspecto, sino que tendremos una energía que nunca antes habremos experimentado. Nuestra mente será capaz de pensar de una nueva manera y aprenderemos nuevas habilidades, .a la vez que mejoraremos las que ya tenemos. Todos nosotros queremos sacarle el mejor provecho a la vida. Pero no importa el éxito que tengamos en la tierra, jamás llegaremos a acercarnos al gozo y la realización personal que Dios tiene esperando al otro lado de la esquina.

Tomado de la Matutina El viaje Increíble.

LA IMPORTANCIA DE LAS COSAS PEQUEÑAS

Y cualquiera que dé a uno de estos pequeñitos un vaso de agua fría solamente, por cuanto es discípulo, de cierto os digo que no perderá su recompensa. Mateo 10: 42

Para grandes predicadores como Moody, Spurgeon o Billy Graham, su ministerio consistió en predicar el evangelio a las grandes multitudes que se reunían para escuchar su presentación de la Palabra de Dios. Sin embargo, gran parte de la obra de Dios ha sido hecho en otros ámbitos. Fíjate en las palabras de Jesús en nuestro texto de hoy: «Y cualquiera que dé a uno de estos pequeñitos un vaso de agua fría solamente, por cuanto es discípulo, de cierto os digo que no perderá su recompensa». Un día, mientras un agricultor inglés apellidado Fleming trataba de ganarse la vida para su familia, escuchó a alguien pidiendo ayuda desde un pantano cercano. Inmediatamente, soltó sus herramientas y corrió hacia el lugar. Allí, enterrado hasta la cintura en el lodo, había un niño aterrorizado, que luchaba por librarse. Fleming salvó al niño de lo que pudo ser una muerte lenta y terrible. Al día siguiente, un carruaje muy pomposo llegó hasta los predios del agricultor. Un noble, elegantemente vestido, se bajó del coche y se presentó a sí mismo como el padre del niño al que Fleming había salvado.
—Yo quiero recompensarlo
—dijo el noble británico—. Usted salvó la vida de mi hijo.
—No, yo no puedo aceptar una recompensa por lo que hice —respondió el agricultor, rechazando la oferta. En ese momento, el hijo del agricultor salió a la puerta de la casa de la familia.
—¿Es ese su hijo?
—preguntó el noble.
—Sí —repuso el agricultor lleno de orgullo.
—Le voy a proponer un trato.
Déjame llevarme a tu hijo y ofrecerle una buena educación. Si se parece a su padre, crecerá hasta convertirse en un hombre del cual usted se sentirá muy orgulloso—. El agricultor aceptó. Con el paso del tiempo, el hijo de Fleming, el agricultor, se graduó en la Escuela de Medicina de St. Mary's Hospital, en Londres, y se convirtió en un personaje de fama mundial: Sir Alexander Fleming, descubridor de la penicilina. Algunos años después, el hijo del noble inglés, cayó enfermo de pulmonía. ¿Sabes qué lo salvó? La penicilina. El noble inglés se llamaba Randolph Churchill. Su hijo, Sir Winston Churchill. Cumple hoy los pequeños deberes de hijo, padre o madre, amigo y ciudadano. Haz de hoy el festival de las cosas pequeñas; así sembrará grandes cosas para el futuro ahora y en la eternidad.

Tomado de la Matutina Siempre Gozosos

sábado, 8 de agosto de 2009

PLEGARIA A DIOS

Den gracias al Señor, invoquen su nombre; den a conocer sus obras entre las naciones (Salmo 105:1).

Señor Dios, tú que eres Santo, glorioso, grande en misericordia y tardo para la ira, a ti te alabo con todo mi ser. Pido tu bendición para este día. Acompáñame en todo momento. No te alejes de mí que soy incapaz de sobrellevar mis cargas sin tu presencia. Este día me entrego a ti totalmente. Utilízame para llegar a ser una bendición y levantar en alto tu bandera. Yo quiero ser una fiel hija tuya, cada momento y en todo lugar. Sin ti, oh Dios eterno, estoy perdida. Ilumina mi mente para obedecer tus mandatos y ser una buena influencia para toda aquella persona que encuentre en el camino de la vida. Deseo darles un fiel testimonio de ti. Gracias, oh Dios, porque siempre estás conmigo. Pues ¿cómo podría esconderme de tu presencia? Gracias Señor por tu sacrificio en la cruz por mí. Quiero decirte que eres todo para mí, por el amor que me brindas, me rindo a ti. Gracias Señor por tu gran amor inmerecido que gozo en mí. «Al reconocer ante Dios nuestro aprecio acerca de los méritos de Cristo, es dada una fragancia a nuestra intercesión [...] somos vestidos con sus vestimentas sacerdotales. Él nos abraza con su brazo humano mientras que con su brazo divino alcanza el trono del infinito» (Comentario bíblico adventista, t. 6, p. 1078).

Martha Ayala de Castillo
Tomado de la Matutina Manifestaciones de su amor