lunes, 14 de septiembre de 2009

CAMBIOS A LA VISTA

Pon tus actos en las manos del Señor y tus planes se realizarán. Proverbios 16: 3

Ayer escogiste un objetivo que te gustaría mucho conseguir en este curso. Ahora es el momento de descubrir una herramienta que aumentará mucho tus posibilidades de cumplirlo. Llena una tarjeta de manera que tenga un aspecto parecido a la de más abajo. Escribe tu objetivo, la fecha en que tienes intención de empezar y la fecha final. Si tu objetivo era limpiar la habitación antes de ir a la escuela, pon solo de lunes a viernes e
n lugar de domingo a sábado. Quizá necesites añadir unos días extra para Hogar a las 21 veces.











Pon la tarjeta donde puedas verla al menos una vez al día. Tacha los días en que consigas tu objetivo. Al cabo de 21 días el objetivo formará parte de tu vida. No abandones si te olvidas uno o dos días. Añade más días para que puedas conseguir tu objetivo 21 veces. Te sorprenderás de cómo este pequeño recordatorio te ayudará a conseguir las cosas que son importantes en la vida.

Tomado de la Matutina El Viaje Increíble.

CUANDO CRITICAR NO ES PECADO

Y dijeron: «¿Solamente por Moisés ha hablado Jehová? ¿No ha hablado también por nosotros?» Y lo oyó Jehová. Números 12:2

María y Aarón criticaron a Moisés, «el hombre más manso de la tierra». El nombre de María está primero y el verbo hebreo está en género femenino y en singular, lo cual quiere decir que fue María la que inició la crítica. No fue ni la primera ni la última crítica que recibió el varón de Dios, pero fue la que recibió la desaprobación divina de inmediato. ¿Por qué? Porque el Señor quería que sirviera como advertencia para el pueblo de Dios. El texto sagrado dice: «¿Por qué, pues, no tuvisteis temor de hablar contra mi siervo Moisés? Entonces la ira de Jehová se encendió contra ellos; y se fue» (Núm. 12: 8, 9). María fue severamente castigada por Dios: quedó «leprosa como la nieve» (Núm. 12: 10). Dios dijo que el castigo que le daba era semejante al que recibía una hija cuando era reprendida severamente por su padre. Pero el castigo de María fue más grande: Dios «se fue» (12: 9) del campamento. María fue echada ik'l campamento y «tan solo cuando quedó desterrada del campamento volvió el símbolo del favor de Dios a posarse sobre el tabernáculo» (Patriarcas y profetas, pp. 404,405). Todo el pueblo de Israel se detuvo siete días en el mismo lugar para esperarla. Todos supieron la causa de su castigo. «Entonces, humillado hasta el polvo el orgullo de ambos, Aarón confesó el pecado que habían cometido» (ibíd., p. 404). Comentando dicho incidente, Elena G. de White advierte: «El que impuso a ciertos hombres la pesada carga de ser dirigentes y maestros de su pueblo, hará a este responsable de la manera en que trate a sus siervos. Hemos de honrar a quienes Dios honró. El castigo que cayó sobre María debe servir de reprensión para todos los que, cediendo a los celos, murmuren contra aquellos sobre quienes Dios impuso la pesada carga de su obra» (ibíd., p. 406). Si crees que tu dirigente ha cometido un error, díselo. Hazlo con oración, con humildad y constructivamente; cara a cara, nunca a sus espaldas. Dilo a la persona afectada, en privado, no en público. No lo compares con otras personas. No juzgues sus intenciones. Critica los hechos reales. Si no lo comprendes todo bien, no critiques. Procura ponerte en los zapatos de la persona criticada. Si eres tú el criticado, sigue el ejemplo de Moisés. Si tienen razón, escúchalos. Si no, deja que Dios te defienda, a su tiempo y a su modo. Él hace mejor las cosas.

Tomado de la Matutina Siempre Gozosos.

domingo, 13 de septiembre de 2009

DEUDAS CANCELADAS

Yo soy el que por amor a mí mismo borra tus transgresiones y no se acuerda más de tus pecados (Isaías 43:25).

En un lugar de Escocia vivió un médico que se distinguió entre la gente por su gran generosidad. Después de su muerte, al revisar sus libros donde llevaba el registro de los cobros a sus pacientes, se encontraron muchas cuentas marcadas con tinta roja y escritas a un lado las siguientes palabras: «Cancelada, demasiado pobre para pagar». Su esposa, que era de un carácter opuesto al de él, consideró que todas esas cuentas debían cobrarse, así que llevó el caso a la corte. El juez le preguntó:
—¿Esto que está escrito con tinta roja es de puño y letra de su esposo?
—Sí, señor —contestó la viuda.
—Entonces no hay tribunal en el mundo que pueda exigir el pago de estas cuentas, puesto que su esposo escribió que están canceladas —afirmó el juez.
En algún momento de la historia de nuestra vida, así como esta viuda trató de cobrar esas deudas canceladas, Satanás tratará de reclamar nuestras vidas como suyas, nos reclamará como sus súbditos, mencionará nuestros defectos de carácter, comenzará a nombrar cada uno de los pecados que nos indujo a cometer y cómo deshonramos a nuestro Creador y Redentor.
Si te sientes atormentada por un pasado de pecado, sea cual fuere el error, no debe preocuparte, porque hay alguien que ya pagó por eso, y canceló esa cuenta pendiente no con tinta roja, sino con su sangre preciosa. Únicamente necesitamos confesar nuestros pecados, y él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad (1 Juan 1:9).
«A todos los que se hayan arrepentido verdaderamente de su pecado, y que hayan aceptado con fe la sangre de Cristo como su sacrificio expiatorio, se les ha inscrito el perdón frente a sus nombres en los libros del cielo; como llegaron a ser partícipes de la justicia de Cristo y su carácter está en armonía con la ley de Dios, sus pecados serán borrados, y ellos mismos serán juzgados dignos de la vida eterna. El Señor declara por el profeta Isaías: "Yo, yo soy aquel que borro tus transgresiones a causa de mí mismo, y no me acordaré más de tus pecados"» (E! conflicto de los siglos, p. 537).
Karína Osaría
Tomado de Manifestaciones de su amor

CREAR UN NUEVO HÁBITO

Fíjate bien en dónde pones los pies, y siempre pisarás terreno firme. No te desvíes de tu camino; evita el andar en malos pasos. Provebbios 4: 26, 27.

Como ya ha empezado la escuela, es un buen momento para pensar algunos objetivos que te gustaría conseguir en este curso. Uno de los problemas de establecer objetivos es que cuando desaparece la novedad resulta demasiado fácil abandonar. Nos olvidamos unas cuantas veces de nuestro nuevo compromiso y, sin darnos cuenta, hemos vuelto al antiguo estilo de vida. Esto sucede porque los objetivos que no se escriben se olvidan fácilmente. Un experto en eficiencia dijo que la gente que se marca objetivos cumple alrededor del veinte por ciento. Imagino que el veinte por ciento es mejor que nada. Pero si los escribes y los revisas regularmente, en tu caso, el éxito alcanzará el noventa por ciento. Otra cosa que han aprendido los expertos es que para crear un nuevo hábito se necesitan 21 días. Así, escribiendo un objetivo y practicándolo 21 veces podríamos estar casi seguros del éxito. Piensa en un nuevo hábito que te gustaría adquirir. Te sugiero algunas ideas: estudio de la Biblia y oración diarios, media hora de ejercicio al día, ir a la cama a las 9 en punto, hacer los deberes antes de ver la televisión, limpiar la habitación antes de ir a la escuela, practicar piano u otro instrumento durante media horita cada día. Tómate un tiempo para escoger el objetivo que pueda marcar una gran diferencia en tu vida y escríbelo aquí: Mi objetivo importante:

Tomado de la Matutina El Viaje Increíble.

UN PACTO ANTICHISMES

El que anda en chismes descubre el secreto; más el de espíritu fiel lo guarda todo. Proverbios 11:53.

Uno de los sujetos más peligrosos para los individuos y para la comunidad es el que anda en chismes y divulga todos los secretos que se le confían, y los rumores que escucha. No hay peste tan dañina como la de esta clase de personas. Promueven discordias y ocasionan odios entre vecinos y pariente, y son causa de los peores males. El mal que esta clase de personas puede hacer incalculable. Encienden rencillas entre parientes y vecinos, y siembran indisposición entre hermanos en la fe, esposos, compañeros de trabajo, pastores, parientes y amigos. Según investigaciones realizadas, el chisme parece ser más poderoso que los hechos comprobados. Afecta la opinión que se tiene sobre el acusado e influye en el comportamiento social hacia la persona objeto del rumor. Se ha comprobado que se despierta un espíritu de hostilidad hacia las personas de las que escuchamos cosas negativas, y es fácil que se pierda todo sentimiento de generosidad hacia ellas. En 1752 un grupo de metodistas, que incluía a John Wesley, firmó un acuerdo que todos colgarían sobre la pared de sus despachos y escritorios. Ese acuerdo, formulado en seis artículos, comprometía a sus signatarios a lo siguiente:
  1. No escucharemos ni preguntaremos nada a propósito de cosas malas que con ciernan a otros.
  2. Si oímos algo malo de otra persona, no estaremos dispuestos a creerlo.
  3. Tan pronto como sea posible, comunicaremos lo que oímos, por escrito o de forma verbal, a la persona en cuestión.
  4. Hasta tanto lo hayamos hecho, no recibiremos ni diremos una sola sílaba de esto a nadie más.
  5. Tampoco lo mencionaremos a ninguna otra persona después de comunicarlo a la persona afectada.
  6. No haremos excepción a ninguna de estas reglas.
Con la ayuda de Dios, procuremos decir y escuchar solamente cosas buenas y positivas de los demás. Hagamos un pacto antichismes en nuestra iglesia. En todo caso, dado que no podemos hacer nada si los demás no están dispuestos a firmarlo, firmemos nosotros el voto antichismes de John Wesley, porque eso es lo que debe hacer toda persona cristiana.

Tomado de la Matutina Siempre Gozosos.

sábado, 12 de septiembre de 2009

¿ENOJADA, YO?

El iracundo tendrá que afrontar el castigo; el que intente disuadirlo aumentará su enojo (Proverbios 19: 19).

A palabra de Dios nos da muchos ejemplos para aprender a discernir la apropiada solución para el enojo. El enojo es una emoción; y en si mismo no es un pecado, se transforma en uno cuando las circunstancias cambian, de otro modo creo que no hay nada que indique un problema espiritual. ¿Qué es lo que hacemos cuando notamos que nuestros hijos pierden el control ante el enojo? Tratamos de aleccionarlos, y es allí cuando empiezan los problemas: no quieren ser disciplinados, anhelan ser escuchados y con suma frecuencia no lo hacemos. Estamos condicionadas a tratar de detener esta clase de emociones, pero ¿te has puesto a examinar tu propio comportamiento? ¿No me digas que nunca te has enojado a tal punto que has querido eliminar del mapa a alguien?
El otro día caminaba por la calle y me atropello un joven que conducía una bicicleta. Antes de que me pudiera dar cuenta ya había reaccionado muy mal. Le dije palabras muy hirientes y, luego de haber destilado mi veneno, me sentí culpable, increíble. Después de calmarme, busqué al joven para disculparme y le pedí que orara conmigo. Resulta que él acababa de insultar a su propia madre y huía de su casa, así que el hecho de haberlo buscado y pedido perdón creó un efecto de arrepentimiento y me pidió que lo acompañara a ver a su madre. Sin darme cuenta, una situación desagradable se transformó en una bendición para otra familia. Dios manda a todos los padres cristianos a enseñar diligentemente a sus hijos (Deut. 6: 7).
Deja que el Creador se acerque a tu corazón y pídele que te ayude a controlar tu enojo durante el culto familiar. Pero debes de sentir también la necesidad de pedirle perdón a tus hijos por las malas decisiones que hayas tomado estando muy enojada. Te invito a tener una actitud de amor y paciencia.

Larissa Serrano
Tomado de Manifestaciones de su amor

LO QUE MÁS IMPORTA

Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente; y ama a tu prójimo como a ti mismo. Lucas 10: 27

El día en que las torres gemelas fueron destruidas, los Estados Unidos pararon su actividad habitual. De repente nadie pensaba en qué programas de televisión se emitían esa noche. Nadie hizo planes para pasar la velada divirtiéndose en un club nocturno, en un estadio de béisbol o viendo una película en el cine. A nadie le importaba el último chismorreo de Hollywood. En cuestión de minutos, los Estados Unidos suspendieron la búsqueda del placer, la fama y la fortuna. Nadie pensó que se tratase un día más en la escuela o en la oficina. La tragedia nos forzó a pensar en una pregunta: ¿Qué es más importante, cuáles deberían ser nuestras prioridades? De repente, gente que no tenía tiempo para Dios estaba orando. Todos se olvidaron de los pleitos para suprimir la oración en las ceremonias de graduación de los institutos o del movimiento para quitar los Diez Mandamientos de los edificios públicos. Cuando la vida parecía fuera de control la sociedad estaba dispuesta a dar una oportunidad a Dios. La economía se resintió por la pérdida de interés de las personas por ir de compras. Presa del miedo y la tristeza, se dieron cuenta de que comprar más cosas no llenaría el vacío y la inseguridad que sentían. Empezaron a entender lo mucho que les importaban la familia y los amigos. Durante más de seis mil años Dios ha intentado decirnos que solo hay dos cosas a las que vale la pena dedicar tiempo y atención: amarlo a él y amar a los demás. Hizo falta una tragedia nacional para que nos diésemos cuenta. Todas las cosas de este mundo pronto serán destruidas. Las únicas cosas que durarán siempre son Dios y las personas. Ponlos a ellos en primer lugar y el resto de tu vida quedará en el lugar que le corresponde.

Tomado de la Matutina El Viaje Increíble.

ENFERMEDADES INFECCIOSAS DE LA BOCA

Pero ningún hombre puede domar la lengua, que es un mal que no puede ser refrenado, llena de veneno mortal. Santiago 3: 8

Santiago dice que, pese a ser un miembro muy pequeño, la lengua, es un mundo de maldad que puede contaminar todo el cuerpo e inflamar la creación entera. Es mucho el mal que una lengua enferma puede ocasionar. Por eso es importante vacunarse contra las enfermedades infecciosas de la boca. ¿Cuáles son las enfermedades de la lengua?

1. Hablar demasiado.— El sabio Salomón dice: «En las muchas palabras no falta pecado» (Prov. 10: 19). Según la Palabra de Dios, no hay alternativa: si hablas demasiado, cometerás errores. Nunca olvides que un ángel registra toda palabra que pronunciamos, y algún día tendremos que hacer frente a los meticulosos registros que consignan cuanto hemos dicho. Los que hablan demasiado dicen cosas que no deberían decir. Quizá por eso Dios le puso doble candado a la lengua: uno de hueso (los dientes) y otro de carne (los labios).

2. Hablar palabras descuidadas.— Jesús dijo: «Mas yo os digo, que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio» (Mat. 12: 36). No siempre son malas palabras, ni tampoco mentiras o calumnias. Son, sencillamente, palabras ociosas, innecesarias, que sería mejor no pronunciar. Hay un mal que no es fácil comprender en el uso de la lengua. Quizá era lo que nuestro Señor quería explicar cuando dijo: «Sea vuestro hablar: Sí, sí; no, no; porque lo que es más de esto, de mal procede» (Mat. 5: 37). Esta advertencia debería bastar para que los cristianos fuéramos más prudentes en el excesivo uso de la lengua. ¡Cuántas palabras decimos que no cumplen el requisito básico de toda palabra: que sea verdad, que sea edificante para los demás y que sea necesaria!

3. Los chismes.— «No andarás chismeando entre tu pueblo» (Lev. 19: 16), dice la Palabra de Dios. La calumnia, la falsedad y una larga lista de formas menos evidentes de decir lo que no es cierto quedan calificadas como chismes. Propagar tales cosas es hacer la obra de Satanás.

4. La mentira.— La Palabra de Dios dice: «Los labios mentirosos son abominación a Jehová» (Prov. 12: 22), pero decir la verdad es deleitar al Señor. ¿Deleitan tus palabras a Dios? Pídele hoy al Señor que te libre de la enfermedad contagiosa de la lengua. Porque solamente habitará en el monte de Dios «el que habla verdad en su corazón, y no calumnia con su lengua» (Sal 15: 2,3).

Tomado de la Matutina Siempre Gozosos.