«Haré con ellos un pacto de paz. Será un pacto eterno», Ezequiel 37:26.¿Te has preguntado qué significa la palabra «compromiso»? Pues cumplir lo que prometiste ya sea de palabra o por escrito. Veamos algunos ejemplos:- El matrimonio es un compromiso para toda la vida, como indica la Biblia, no para unos años nomás y a ver qué sale.
- En la escuela, los estudiantes se comprometen a esforzarse por pasar bien de año, hacer sus tareas y entregarlas a tiempo. Los maestros tienen el compromiso de enseñar correctamente lo que sus alumnos necesitan saber.
- Ser ciudadano de un país compromete a pagar impuestos, cuidar el lugar donde se vive, y hasta luchar para defender a la nación de algún invasor. Los gobernantes tienen la responsabilidad de respetar los derechos de los ciudadanos y buscar el buen desarrollo del país.
- Los hijos y las hijas tienen la obligación de amar y escuchar a sus padres. Estos, a su vez, tienen el compromiso de amar a sus hijos e hijas y satisfacer todas sus necesidades.
Pero el compromiso más importante lo adquieres con Dios. Te creó, te sustenta y bendice continuamente; tu compromiso con él es respetar sus Mandamientos, vivir según sus principios y enseñarlos a quienes no los conocen.En el mundo viven muchas personas que no cumplen sus compromisos. No se puede confiar en sus acciones. Esa clase de personas nunca triunfan; por el contrario, viven frustradas tratando de echar la culpa a otra gente. De ti depende que las demás personas confíen en ti.Tomado de meditaciones matinales para menoresConéctate con JesúsPor Noemí Gil Gálvez
"Entonces Jesús, mirándolo, lo amo y le dijo: "una cosa te falta"(Marcos 10:21).Se dice que la vista es un elemento indispensable de la comunicación. Todos los seres humanos experimentamos diversas clases de miradas. A veces recibimos una mirada franca, sincera y limpia, que es el mejor testimonio de veracidad de las palabras que la acompañan. Pero frecuentemente escuchamos la frase «hay miradas que matan», y ciertamente es así. Una mirada puede trasmitir serenidad, pero también puede desatar un mar de tempestades capaz de hundir cualquier embarcación. ¿Te sientes amenazada por miradas agresivas? ¿Te sientes abandonada, criticada, degradada y avergonzada cuando ciertas personas te miran? Ve a Jesús.Por otra parte, tú no solamente recibes miradas, sino que también «ofreces» miradas, tienes tus propias formas de mirar a los demás, que ellos a su vez perciben inmediatamente. ¿Qué clase de miradas emites a los que te rodean? ¿Has enviado dardos envenenados con tus ojos a alguna persona? A veces la ira, el odio, o nuestros defectos de carácter convierten nuestra mirada en un huracán fuera de control. ¡Cuánto daño hacemos en esas ocasiones!¿Has sentido alguna vez la mirada de Jesús? Cuando Jesús nos mira, todo nuestro ser queda al descubierto, incluso los secretos más íntimos. Pero su mirada, tan cargada de amor, hace que tu corazón se subyugue y exclame: «¡Señor, quiero ser limpio!». Y es que la mirada de Jesús tiene un toque especial, que no se encuentra en ninguna otra mirada. Es triste (no tolera el pecado) pero a la vez es bondadosa (ama al pecador).Jesús nos mira hoy para decirnos: «Una cosa te falta». Debes reflejar ese amor que yo te muestro en mi mirada. No importa cuáles sean tus circunstancias, el amor debe ser el motor impulsor de tu vida».Conversa hoy con tu Dios, ese Dios que te mira con ternura, y suplícale que transforme tu vida de tal forma que solo produzca amor. Entonces tus palabras, acciones, gestos y miradas serán un bálsamo para los que te rodean. Nadie saldrá lastimado con tu presencia porque reflejarás la presencia de Cristo.El amor es la luz que ilumina tu mirada.Tomado de meditaciones matutinas para mujeresDe la Mano del SeñorPor Ruth Herrera
Y amaba Jesús a Marta, a su hermana y a Lázaro. Juan 11:5.Desde que Jesús dejó su hogar en Nazaret y comenzó su ministerio terrenal, dependió de la bondad ajena para obtener sus alimentos y conseguir dónde hospedarse. En algunas ocasiones tuvo que pasar la noche en un huerto, otras en el desierto y a menudo posaba en la casa de algunos discípulos que se animaban a confesarse seguidores de Cristo.El hogar de Lázaro, María y Marta, que se localizaba a pocos kilómetros de Jerusalén en Betania, había servido para que el Maestro pudiera disfrutar de alimentos y de la hospitalidad de sus amigos. Era tan feliz y tan dichosa su estadía en ese lugar, que con frecuencia Jesús visitaba a los tres hermanos.Y como le ocurre a todas las familias, esta tuvo que soportar la tragedia de la enfermedad. Conociendo el amor que Jesús les tenía y creyéndolo Mesías, el enviado de Dios, las dos hermanas le remitieron el mensaje: "Señor, he aquí el que amas está enfermo" (Juan 11:3). Ellas recordaron la cantidad de milagros que Jesús había realizado en muchas ciudades, incluso con gente que ni siquiera conocía; por eso, suponían ellas, el Salvador correría presto en su auxilio para que Lázaro recuperara la salud.Jesús no fue enseguida, y la enfermedad de Lázaro terminó con su vida. Las dos hermanas no se explicaban por qué razón el Maestro no había venido antes ¿Sería posible que Jesús no los amara? ¿Se habría ofendido en la última visita que les había hecho? ¿Sería su voluntad que Lázaro muriera a tan corta edad?El apóstol Juan, quien narra todo el episodio, detiene su relato para aclarar: "Y amaba Jesús a Marta, a su hermana y a Lázaro". El amor de Jesús seguía intacto y tan firme como cuando la salud de Lázaro estaba en óptimas condiciones. Después de cuatro días de viaje, Jesús llegó y demostró todo el amor que tenía por esta familia, devolviéndole la vida al que la había perdido.En el presente, hay momentos que dan a entender que Jesús nos abandonó o ya no nos quiere. Hay situaciones que parecen indicar que el amor de Dios por nosotros se terminó. Pero, así como lo muestra esta historia, ni la enfermedad, ni la tragedia o cualquier tipo de desgracia, ni siquiera la misma muerte, indican que hemos perdido el amor de Jesús. El Maestro de Galilea siempre está contigo, aunque vivas momentos de mucha tristeza, porque así como amaba a Lázaro, María y Marta, también te ama a ti. Nunca lo olvides, especialmente en los momentos difíciles que te toquen vivir.Tomado de meditaciones matinales para jóvenesEncuentros con JesúsPor David Brizuela
Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones. Santiago 4:8.Según el versículo de hoy, el pecado conduce a tres actitudes destructivas. Primero, separa de Dios; por eso, el consejo es: "Acercaos a Dios". En segundo lugar, ensucia la vida, lleva a cometer hechos desastrosos y acciones inmundas; por eso, el consejo es: "Limpiad las manos". Y, finalmente, hace caer en la hipocresía, en la duplicidad de vida. Exteriormente, el ser humano es "maravilloso" pero, interiormente, está cayéndose a pedazos y sintiéndose sucio. Por eso, la advertencia es: "Purificad vuestros corazones".El corazón es la cuna de los pensamientos y de las intenciones. Todo comienza allí. Allí, se urden los planes más siniestros. Nacen como pequeños monstruos inofensivos, y van creciendo y tomando formas grotescas. Después, el tiempo se encarga de llevar el mensaje a la acción; las manos realizan lo que el corazón proyecta.El verbo "limpiar", en griego, es katarízo, que significa literalmente "ser purificado". Tiene connotaciones espirituales, y no simplemente morales y físicas. Es lamentable que los seres humanos nos preocupemos solo por lo que se ve. Los ojos ven la llama; la sociedad ve y condena el desvío moral, por causa del bienestar público. Pero, a Dios le preocupa la implicación espiritual.Esta es la razón por la que Santiago exhorta: "Acercaos a Dios". Volverse a Dios es la única solución para los desvarios del corazón humano. En vano, la criatura intenta soluciones que sustituyan el plan establecido por el Creador. El verbo "limpiar" es usado en la Biblia, en el noventa por ciento de los casos, en la voz pasiva, dando a entender que el ser humano no puede purificarse. Solo puede acercarse a Dios; herido, inmundo, sangrando, destruido, acabado, putrefacto, como el leproso. Es Dios quien lo limpia, lo purifica, lo cura, lo restaura y lo hace una nueva criatura.Hoy es el día de buenas nuevas; hoy es el día de salvación. Si, por esas cosas de la vida, has sido manchado por la lepra del pecado; si tus manos están sucias y tu corazón no soporta más vivir la hipocresía de una doble vida. Si deseas ser auténtico y plenamente feliz, acércate a Jesús hoy, antes de partir a las actividades del día.Presta oídos al consejo de Santiago: "Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones".Tomado de meditaciones matinales para adultosPlenitud en CristoPor Alejandro Bullón
«Me presentaré ante el rey, por más que vaya en contra de la ley. ¡Y si perezco, que perezca!» Ester 4:16.Tú: ¡Qué bueno que se conecta, Su Majestad!Ester: Sí, acabo de atender un asunto con el rey y me estoy tomando unos minutos de descanso.Tú: Estuve viendo el concurso de Miss Universo. Me hizo recordar su historia.Ester: Yo no deseaba participar en ese concurso, pero mi primo Mardoqueo me animó.Tú: Pues a mí me parece que fue una excelente idea.Ester: Es verdad. Así estuve en una posición estratégica para salvar a mi pueblo.Tú: ¿Cómo fue que se animó ir a ver al rey? Era muy peligroso.Ester: Es que yo tenía un compromiso moral. ¿Cómo iba a ser feliz en medio de tanta riqueza, sabiendo que mi pueblo estaba sentenciado a morir?Tú: Además, según la historia, su primo Mardoqueo la animó a actuar, reconociendo que a lo mejor Dios la había puesto en ese lugar para que salvara a su pueblo.Ester: No cabe duda de que así fue. Dios en su inmenso amor me colocó allí para interceder por mi pueblo. Yo me sentía comprometida a ayudarlo. ¿De qué me iba a servir todo el mundo si mi pueblo desaparecía?Tú: Usted cumplió muy bien con su compromiso, y también se pudo salvar.Ester: Gracias a Dios todo salió bien. Bueno, la conversación está muy interesante, pero tengo que seguir atendiendo los asuntos importantes del palacio.Tú: Fue un privilegio que una reina se diera tiempo para charlar conmigo. ¡Saludos!Ester: Pórtate bien.Tomado de meditaciones matinales para menoresConéctate con JesúsPor Noemí Gil Gálvez
Mejor es comida de legumbres donde hay amor, que de buey engordado donde hay odio (Proverbios 15:17).En el argot popular existe una frase de lo más interesante: «Barriga llena, corazón contento». Recuerdo que cuando era adolescente escuché a una señora decir: «Yo me preocupo por mantener el estómago de mi esposo satisfecho, lo demás no me importa». En aquel momento me resultó de lo más extraño pensar en tener que pasar la vida atiborrando de comida a alguien para que se sintiera feliz y para llamar su atención. Aquella no era la idea que yo tenía del matrimonio.Con el correr de los años he llegado a comprender que, aunque para la mayoría de los hombres los alimentos tienen una importancia especial, no constituyen más que una parle de sus necesidades. Es el amor, como nos dice el sabio Salomón, el que añade el punto exacto de sazón al hogar, dando ese toque distintivo y delicioso a la comida más sencilla. ¡Con cuánta frecuencia se presentan formidables banquetes con sofisticadísimas decoraciones, pero que apenas sirven de provecho para la familia! ¡Cuántas miradas de refilón y gestos de enojo sirven de aperitivito a muchas mesas repletas de alimentos suculentos!
A cada una de nosotras nos debe interesar velar para que nuestra familia sea alimentada correctamente. No importa que tengamos mucho o poco, Dios promete que nuestro pan y nuestra agua estarán asegurados, pero debemos preocuparnos por conocer los valores nutritivos de cada alimento y la mejor forma de elaborarlos y presentarlos para que proporcionen salud física, emocional y espiritual.
Un estómago lleno de comida basura no puede proporcionar una salud completa. Nuestro cuerpo se intoxica a causa de la negligencia al combinar ciertos alimentos. Como pueblo adventista tenemos el privilegio de gozar de una orientación muy amplia respecto a la nutrición más adecuada. Prestemos atención a esos consejos para que nuestra tarea como cocineras sea aprobada por Dios primeramente, y también por nuestra familia. Y recuerda, ante todo, añadir amor, ese condimento que suple completamente todas las necesidades de tu familia y que da el punto de sabor idóneo a la convivencia diaria.
El amor es la sazón por excelencia. Añádelo siempre a tu mesa.Tomado de meditaciones matutinas para mujeresDe la Mano del SeñorPor Ruth Herrera
Vino el Hijo del Hombre, que come y bebe, y dicen: He aquí un hombre comilón, y bebedor de vino, amigo de publícanos y de pecadores. Mateo 11:19.El ministerio de Jesús en esta tierra no fue aceptado por todos. La clase religiosa de su época no podía admitir una religión para todos y esa enseñanza de Jesús les molestaba muchísimo. Para ellos, Dios manifestaba favoritismo hacia ciertas personas, y ellos formaban parte de esa clase favorecida. Por su parte, Jesús se mostró amigo de todos, incluso de la gente más despreciada de la sociedad de su época: los publícanos y pecadores.Se llamaba "publicano" a la persona que recaudaba los impuestos para el Imperio Romano. Estas personas eran sumamente odiadas por cobrar más de lo debido y por juntarse con gentiles y traidores a la patria. Además, comúnmente se los consideraba personas poco religiosas, y a raíz de esto eran menospreciados socialmente. Las mismas Escrituras muestran la connotación negativa del término "publicano", ya que cuando alguien no hacía caso a la amonestación de la iglesia, debía ser tenido por "gentil y publicano" (Mat. 18:17), es decir, alguien con quien no se debía tener comunión.Bajo la etiqueta de "pecadores" entraban en primer lugar todos los que sufrían cualquier clase de dolencia o defecto físico o alguna enfermedad incurable. Por esa razón los discípulos preguntaron del ciego: "Rabí: ¿quién pecó, este o sus padres?" (Juan 9:2), porque se daba por sentado que esa enfermedad era un castigo por sus pecados. También se le aplicaba el término "pecador" a los pobres, ya que se suponía que la prosperidad material era una recompensa por una vida religiosa fiel. Si alguien sufría de pobreza, era Dios quien lo estaba sancionando. Finalmente, en este mismo grupo, también se incluía a todos los que no se ajustaban estrechamente a la tradición de los judíos.Como sabes, Jesús rompió con todos los patrones de su tiempo, y el Hijo de Dios, el Ser más perfecto que ha vivido en este mundo, fue amigo de publícanos y pecadores. Por supuesto, no solo fue su amigo, también fue amigo de los fariseos, los samaritanos, los romanos y de toda persona que quiso relacionarse con él.Sí, Jesús fue el gran Amigo de todos, porque en su tremendo amor incluyó a toda la humanidad para que por su sangre tuviéramos redención. ¡Qué gran Amigo! Si hoy Jesús estuviera entre nosotros como lo estuvo hace dos mil años, seguramente querría ser tu amigo. Y tú, ¿aceptarías su amistad?Tomado de meditaciones matinales para jóvenesEncuentros con JesúsPor David Brizuela
Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Juan 15:4.Vicente cree que es imposible ser cristiano. Se ha esforzado por andar en los senderos que aprendió desde su niñez pero, por más que lucha, no alcanza su objetivo. Eso lo deja frustrado y triste. El joven, de porte altivo y mirada desafiante, es un vencedor en otras áreas de la vida. A los 28 años, es presidente de una empresa que surgió en un cuarto de su casa. Hoy tiene, como sede, un edificio entero, de 5 pisos. En la vida profesional, Vicente es un vencedor.-¿De qué me vale todo eso si, cuando nadie me ve, soy un pobre esclavo de mi naturaleza? -se pregunta, angustiado.Y parece no encontrar la respuesta por ningún lado.La respuesta a su pregunta está en las palabras de Jesús, registradas en el texto de hoy. El objetivo que este joven empresario persigue en la vida espiritual son los frutos: busca victorias, realizaciones; quiere vivir la satisfacción de una vida espiritual realizada. Es auténtico; rechaza la hipocresía y la mentira. La doble vida que lleva lo atormenta. No es feliz. Jesús enseña que los frutos son resultado de algo simple: relación. "Permaneced en mí y yo en vosotros", aconseja. Y concluye: "Sin mí nada podéis hacer".Vicente no tiene tiempo para relacionarse con Jesús. El éxito empresarial es el resultado de su trabajo incansable; se levanta casi de madrugada y se acuesta bien tarde, después de un día agotador de actividades y de toma de decisiones.Él ama a Jesús, y respeta los principios de la iglesia; por lo menos, se esfuerza por respetarlos aunque, en la intimidad, sabe que es un pobre derrotado. Cree que relacionarse con Jesús es asistir semanalmente a los cultos y tratar de ser bueno. Pero la vida ya le mostró que eso no da resultado; falta algo, y todavía no lo ha descubierto.Relacionarse con Jesús, desde el punto de vista bíblico, es pasar tiempo diario con él, estudiando la Biblia y orando. No existe sustitución para estas actividades de la vida devocional: si no pasas tiempo diario con Jesús, simplemente no te relacionas con él, a pesar de lo que creas o lo que digas.Hoy puede ser un día de victoria con Jesús. Pasar tiempo con él, de mañana, es como llenar el tanque del automóvil con el combustible que lo hará funcionar a lo largo del día. No salgas corriendo hacia las actividades de la vida. Recuerda el consejo de Jesús: "Sin mí, nada podéis hacer".Tomado de meditaciones matinales para adultosPlenitud en CristoPor Alejandro Bullón