jueves, 23 de julio de 2009

EL ENEMIGO MÁS TEMIBLE

Si alguno quiere ser discípulo mío, olvídese de sí mismo, cargue con su cruz y sígame. marcos 8:34

Cuando todavía eras muy pequeño, tus papas tenían que advertirte de los enemigos que amenazaban tu seguridad. Muchas veces te dijeron que no hablaras con desconocidos y que nunca fueses a ninguna parte con ellos. También te dijeron que te alejaras de la calzada, que no pusieses las manos en la estufa y que tuvieras mucho cuidado con los animales que no conocías. Ahora que ya eres mayor, te advierten de un montón de nuevos enemigos. Tienes que alejarte de ciertos muchachos que serían una mala influencia y evitar sustancias como las drogas, el alcohol y el tabaco. Pero la lista de enemigos no se acaba aquí. También nos preocupan los terroristas, los conductores borrachos y la gente que roba todo lo que no está atado o bajo llave. Si pensásemos en todos los peligros que nos acechan, jamás querríamos salir de casa. Pero el peor enemigo de todos está en casa. No, no es Satanás. Es la persona cada día ves en el espejo del baño: eres tú. Si no alcanzamos la vida eterna no será porque hayamos pecado demasiadas veces Será porque habremos dado la razón a Satanás al respecto de que Dios no merece ocupar el primer lugar de nuestra vida. Cuando Satanás causó problemas en el cielo lo hizo convenciendo a una tercera parte de los ángeles de que no tenían que obedecer a Dios. Les prometió que si lo convertían en su líder, se liberarían del control de Dios y podrían hacer lo que les apeteciese. Ya sabes el resto de la historia... Cada día tenemos que luchar con nosotros mismos. ¿Seguiremos nuestros deseos pecaminosos o pondremos a Dios en primer lugar?

Tomado de la matutina El viaje Increible

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