jueves, 16 de julio de 2009

MI ÁNGEL, MI AMIGO

Ciertamente les aseguro que ustedes verán abrirse el cielo, y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre (S.Juan 1:51).

Pienso en los ángeles y me asombra tanto amor, aunque no es de extrañar, pues ellos vienen del reino del amor. Son seres especiales que deberíamos valorar más; ellos son nuestros fieles amigos y los que llevan al cielo inmediatamente nuestras alegrías y tristezas. Hoy quiero hablarte de mi ángel, un ser hasta hoy desconocido para mí, pero de quien tengo la certeza de su presencia a cada momento. También alabo a Dios por el ministerio sin igual de mis cuatro ángeles maravillosos, quienes forman parte de mi familia. Tengo la certeza que los ángeles comparten mis anhelos. Oh, fiel compañero de mi vida, acompañas mi alma en mi diario vivir; compartes cada momento conmigo, a veces te toca llorar o sonreír. En los momentos felices y buenos, te gozas cuando la vida me sonríe; y en los tristes y angustiosos, me abrazas y fortaleces con tu compañía. Tus ojos lloran conmigo en mi tristeza, tu boca sonríe en mis alegrías; mas tú no te cansas ni fatigas, tu misión es la vida mía. Oh, precioso ángel, destello de esperanza, consuelo y paz traes a mi existir, tú conoces el cielo y me aseguras que allí he de vivir. Oh, destello de esperanza ya cantas junto a los rayitos de gozo y ternura, la canción sin igual de amor y aleluya. Te agradezco, mi ángel, por venir a este mundo en mi ayuda, por ser mi compañero y amigo fiel, mi mensajero celestial. Gracias, Señor, por darme un ángel.

Lorena P. de Fernández
Tomado de la Matutina manifestaciones de su amor

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