sábado, 4 de julio de 2009

UN FAVOR DEVUELTO

Hagan ustedes con los demás como quieren que los demás hagan con ustedes. Lucas 6:31

A los cuatro años, Roger Lausier estaba de vacaciones con sus papas en una playa junto a Salem, Massachusetts. Roger jugaba en la arena mientras sus papas descansaban tomando el sol. Cuando los castillos de arena dejaron de interesarlo, Roger fue al agua. Braceó hacia otros niños que estaban jugando en las olas. Pero la corriente era demasiado fuerte y perdió el equilibro, cayendo de cara en el agua. Roger intentó sacar la cabeza del agua, pero las olas se la mantenían hacia abajo. Le cubrían la cara y no podía respirar. De repente, sintió que algo lo sacaba del agua y lo llevaba a un lugar seguro. Alice Blaise andaba junto a la orilla cuando vio al niño que se debatía con las olas. Después de rescatarlo, llevó a Roger junto a sus papas que lo buscaban inquietos. Avancemos unos cuantos años. Ahora Roger ya tiene trece. Ha vuelto a la misma playa en que, nueve años antes casi pierde la vida, pero esta vez el agua ya no es una amenaza para él porque es un buen nadador. Mientras Roger está de pie en la orilla, oye un grito de auxilio. Un hombre lucha con las olas para conservar la vida. Roger toma una balsa neumática, rema hada el nadador y tira de él hasta subirlo en la balsa. Roger se echa al agua y remolca la balsa rusta la orilla. Salvar a alguien de morir ahogado es un logro extraordinario. Pero cuando Roger descubrió a quién había salvado tuvo aún mucho más significado. El hombre a quien había salvado era el esposo de Alice Blaise. Los actos de hoy pueden tener un efecto de gran alcance en el futuro. Jamás sabremos cómo un pequeño favor puede llegar a cambiar la historia, la nuestra o la de alguien más.

Tomado de la Matutina El viaje increíble.

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