miércoles, 18 de noviembre de 2009

A TU SERVICIO

No niegue un favor a quien te lo pida, si en tu mano está el otorgarlo. Proverbios 3:27.

Hay pocos animales que causen mas repugnancia a las personas que los ratones. Las ratas son peores porque son mayores. En 1978, la Adventist Review contó una historia increíble que mostraba que incluso las ratas tienen sentimientos.
Una joven que vivía en una granja se encontraba recogiendo los huevos de las gallinas cuando vio algo extraño. Eran tres ratas que daban la vuelta a la esquina del almacén de herramientas. Iban una al lado de otra.
La rata de en medio llevaba una brinza de paja entre los dientes. Las otras dos, una a su derecha y otra a su izquierda, sostenían los extremos de la brinza de paja. Las tres se movían hacia una pequeña corriente de agua. Cuando entraron en el agua continuaron sosteniendo la paja.
Las ratas chapotearon un rato y luego regresaron a la hierba, sosteniendo todavía la paja. La joven se preguntaba por qué los tres roedores se aferraban a esa brizna de paja. Luego se dio cuenta que algo le sucedía a la rata de en medio. Era ciega.
Las ratas que veían habían sido capaces de apercibirse de que su amiga no podía moverse tan fácilmente como ellas. Por eso inventaron una manera de guiarla hacia el agua para que pudiera nadar.
El hombre es la más inteligente de las criaturas. Aunque, a veces, los animales nos superan en compasión y amabilidad.
Cuando ves alguien que está necesitado, ¿estás dispuesto a dedicar un poco de tiempo para ayudarlo, incluso si eso te provoca algún inconveniente? ¿O estas demasiado ocupado pensando en ti mismo?
La gente que sirve a los demás es bendecida doblemente. Tiene la agradable sensación que viene de ayudar a otros. Y además, no está tan centrada en sí misma.
Busca la manera de iluminar la vida de los que te rodean. Es una situación que beneficia a todos.

Tomado de la Matutina El Viaje Increíble.

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