lunes, 28 de diciembre de 2009

RENDICIÓN

Sin embargo, Señor, tú eres nuestro padre; nosotros somos el barro, tú nuestro alfarero; ¡todos fuimos hechos por ti mismo! Isaías 64:8.

¿Alguna vez piensas que los objetivos que Jesús tiene para ti son imposibles? Él dijo que tendríamos que amarlo a él más que nada y a los demás más que a nosotros mismos. Imposible. También llegó a decir que tenemos le amar a nuestras enemigos y tratarlos con amabilidad aun cuando nos hagan daño. Impensable.
Quiere que digamos la verdad aun cuando eso nos ponga en un aprieto. No parece probable.
Espera que nos conformemos en cualquier situación en que nos encontremos. Eso no quiere decir que siempre queramos más para nosotros mismos. Eso quiere decir que no nos debemos quejar cuando las cosas no salen como queríamos. Quiere decir que tenemos que estar contentos porque los demás tienen ropa más bonita, mejores notas y más habilidades atléticas. Inconcebible.
Dios nos pide demasiado. Pero lo hizo con toda la intención para que podamos ver lo inútil que es querer salvarnos por nosotros mismos.
Así que, si te has sentido desanimado porque no puedes conseguir todo cuanto Dios espera de ti, estás en el buen camino. Quiere que vayamos al lugar en que nos rindamos y pongamos nuestra confianza en él.
Tanto si tienes que apretar los dientes porque haces lo correcto, aunque en ello te vaya la vida, como si te sientes tentado a dejar de querer ser cristiano, es tiempo de pedirle a Dios que tome el control. Él ha esperado a darte las palabras, las actitudes y las acciones adecuadas. Y lo hará cuando dependas de él para todo.

Tomado de la Matutina el Viaje Increíble,

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