sábado, 5 de diciembre de 2009

UN CORAZON AGRADECIDO

Dando siempre gracias a Dios el Padre por todo, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo (Efesios 5:20).

Era viernes, un día lleno de actividades y de preparativos para recibir el día del Señor. El tiempo no alcanza cuando hay muchas cosas que hacer, pero era momento de dejar todo y dedicar momentos de alabanza a Dios, rendirle nuestra gratitud por la semana, por sus cuidados. Mi esposo estaba de viaje, en una campaña de evangelismo en Coatzacoalcos, Veracruz, México. Así que mis hijas y yo nos disponíamos a recibir el día sábado. Cantamos tres himnos, leímos dos capítulos de la Biblia, pero mi hija mayor no se integraba al servicio de adoración porque se estaba bañando.
Pasó mucho tiempo y entonces nos empezamos a preocupar. Una de mis hijas fue a ver qué pasaba y la encontró senada con la cabeza inclinada. Casi no tenía pulso. De inmediato pedimos auxilio a los vecinos. Mi hija había respirado dióxido de carbono, pues el calentador de agua estaba dentro del baño. Yo estaba muy angustiada, pensaba que mi hija no se salvaría. Entonces clamé a Dios, le pedí que la salvara y le diera una oportunidad de vida.
Pronto me brindaron ayuda y se llevaron a la niña al Sanatorio Adventista de la Ciudad de México. Cuatro médicos la esperaban. De inmediato empezaron a hacerle estudios del cerebro, le pusieron oxigeno y le practicaron otros análisis. Pasaron varios minutos y mi hija no volvía en sí. La preocupación se reflejaba en el rostro de los médicos y en mi corazón rogaba al Señor para que tuviera misericordia de mi niña. Algunos pastores se enteraron del problema y llegaron para orar y animar mi corazón. Gracias a Dios, después de casi cuarenta minutos, la niña reaccionó favorablemente.
Ahora el temor estaba en las probables consecuencias que sufriría, sin embargo, los años han pasado y ella está en perfectas condiciones. Eso alegra mi corazón, viviré siempre agradecida con mi Padre celestial. Dios ha dicho que a la que pide con fe se le dará lo que pida. En momentos difíciles clama a Dios. Te responderá porque así lo ha prometido. Y cuando esto suceda agradece con todo tu corazón.

Araceli de Quetz
Tomado de la Matutina Manifestaciones de su Amor.

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