lunes, 18 de enero de 2010

CONFIAR PARA DESCANSAR

En paz me acuesto y me duermo, porque solo tú. Señor, me haces
Vivir Confiado. Salmos 4:8.

¡Cuánto cuesta dormirse al final de cada día! ¿No es cierto que a veces resulta muy difícil conciliar el sueño en medio de tantas presiones como nos toca soportar cotidianamente? Acostarse en paz, quiere decir que has tomado la decisión de descansar con la seguridad de que tienes al día todos tus asuntos pendientes. Cuando finalmente te vas a la cama, ¿cuánto te cuesta dormir en paz? ¡Cuánto gastan algunos en pastillas y terapias!
Hay una expresión de Jesús que siempre me ha llamado la atención a propósito de dormir en paz. En su última oración por sus discípulos, Jesús dijo: «He llevado a cabo la obra que me encomendaste» (Juan 17: 4). Yo me pregunto: ¿Cómo es que Jesús pudo decir eso? ¿No quedaba todavía una enorme tarea por hacer? Allí mismo en Jerusalén había muchos enfermos. Poco después de Pentecostés Pedro y Juan encontraron a un paralítico que acostumbraba pedir limosna a la puerta del Templo (ver Hechos 3: 1-10). ¿Acaso Jesús ya había sanado a todos los enfermos y dolientes? ¿Les había predicado a todos? ¿Había enseñado a todos? ¿Entonces cómo pudo decir: «He acabado la obra que me diste que hiciera»? (Juan 17; 4 RV95). Para tomar la decisión de ir a la cama hay que estar seguros de que la obra que Dios nos ha dado para ese día, no la que nosotros nos hemos echado encima con tanto afán, haya sido cumplida.
Jesús mismo nos dijo: «No se angustien por el mañana, el cual tendrá sus propios afanes. Cada día tiene ya sus problemas» (Mateo 6: 34). Esto se logra con una confianza plena en Dios y la seguridad de saber lo que en su Palabra nos indica qué es lo mejor para nuestras vidas.
Cuando era niño, mi madre me enseñó a terminar mi oración antes de dormir repitiendo: «En paz me acostaré, y asimismo dormiré; porque solo tú, Jehová, me harás estar confiado» (Salmos 4: 8, RVA). Todavía recuerdo sus palabras cada vez que voy a descansar.

«Aquellos para quienes Dios es lo primero, lo último y lo mejor, son las personas más felices del mundo». MJ 35


Tomado de Meditaciones Matinales para Jóvenes
¡Libérate! Dale una oportunidad al Espíritu Santo
Autor: Ismael Castillo Osuna

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