sábado, 20 de febrero de 2010

INVITADO A LA MESA

Y moraba Mefi-boset en Jerusalén, porque comía siempre a la mesa del rey; y estaba lisiado de ambos pies. 2 Samuel 9:13.

Mefi-boset es uno de los protagonistas de una de las historias mas conmovedoras de la Biblia. El relato comienza con un brote de misericordia. David, consolidado ya como rey, busca honrar la amistad
y amor por Jonatán. Entonces dice la Biblia: «El rey David averiguó si había alguien de la familia de Saúl a quien pudiera beneficiar en memoria de Jonatán» (2 Samuel 9: 1). Así es como reaparece en el escenario Mefi-boset. Habla sido mencionado en 2 Samuel 4: 4 con muy mala fortuna. Cuando llegó la noticia de la muerte de Saúl y Jonatán, su nodriza huyó del lugar y, en las prisas, el niño, entonces de cinco años, se le cayó, así quedo tullido de sus piernas.
Mefi-boset tuvo, entonces, que vivir escondido, a pesar de su parálisis, por temor a las represalias del rey contra su familia. Pero el clamor de David llegó hasta Lodebar, así como el clamor divino había ido tras Adán y Eva, quienes se escondieron al pensar que Dios tomaría venganza contra ellos. Su manera de presentarse ante el rey habla de la baja autoestima que Mefi-boset tenía y de sus escasas expectativas hacia el futuro: «¿Y quién es este siervo suyo, para que Su Majestad se fije en él? ¡Si no valgo más que un perro muerto!» (2 Samuel 9: 8).
«No temas», fueron las primeras palabras de David; las segundas fueron de misericordia; las terceras de redención; y las últimas de adopción como miembro de la familia real (vers. 7). Es una historia realmente impresionante, porque ilustra muy bien la tierna misericordia de Dios hacia nosotros, que nos amó de tal manera que nos redime y adopta para formar parte de la familia que comerá siempre a su mesa (Apocalipsis 3: 20). No tengas temor, tu mala fortuna ha terminado. Dios ha enviado a su Hijo para conducirte al palacio.
«Cristo nos escogió primero, pagando un precio infinito por nuestra redención, y el verdadero creyente escoge a Cristo como lo primero, lo último y lo mejor en todo». MJ 116.

Tomado de Meditaciones Matinales para Jóvenes
¡Libérate! Dale una oportunidad al Espíritu Santo
Autor: Ismael Castillo Osuna

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