miércoles, 17 de febrero de 2010

LIBERADOS DEL PECADO

Él mismo, en su cuerpo, llevó al madero nuestros pecados, para que muramos al pecado y vivamos para la justicia Por sus heridas ustedes han sido sanados. 1 Pedro 2: 24
El razonamiento de este texto tiene su punto de partida desde el versículo 20 donde se presenta al cristiano la realidad de un ambiente que no es propicio para su fe y su crecimiento espiritual.
En seguida es presentado Cristo como ejemplo de sufrimiento, integridad, sumisión y compasión.
Viana Vidales cumple años el día de hoy. Esta joven tiene una comprensión clara de lo que significa el gran conflicto. «Actualmente vivimos rodeados por un medio social que nos coloca en situaciones de tentación, maldad, inseguridad, temor e injusticia». Sí, rodeados y asediados. Es un anuncio de la conquista, del cautiverio. Atemorizados por la delincuencia, la impunidad y la injusticia; bombardeados por las influencias inmorales y amorales que se difunden a través de los medios de comunicación; frenados en nuestros deseos de servir a Dios por nuestras propias debilidades. Todo parece indicar que no tenemos escapatoria. «Solamente nos libra de las cadenas fatales de Satanás el sacrificio que hizo nuestro Salvador, el Hijo de Dios todopoderoso», así completa su pensamiento Viana.
En el curso del pensamiento hacia el pasaje de hoy, el apóstol Pedro presenta las credenciales de Cristo como Salvador. No se trataba de alguien que meramente se compadecía de nosotros, sino que él mismo estuvo dispuesto a morir en nuestro lugar. «Él no cometió ningún pecado, ni hubo engaño en su boca» (1 Pedro 2: 22). Así se describe a quien murió por nosotros. Su único contacto con el pecado fue, de acuerdo con el texto de hoy, librarnos de él.
El profeta Isaías lo había predicho: «El Señor hizo recaer sobre él la iniquidad de todos nosotros» (Isaías 53: 6). El versículo de hoy también abre delante de nosotros un nuevo horizonte: La victoria sobre el pecado. El texto dice que se trata de una muerte al pecado y una nueva vida en la justicia de Dios. Ese es nuestro desafío para el día de hoy, en el nombre de nuestro Redentor Cristo Jesús.
Cristo «llevó nuestros pecados sobre su cuerpo en un madero; y por el poder que nos ha dado, podemos resistir al mundo, a la carne y al demonio». MJ 103

Tomado de Meditaciones Matinales para Jóvenes
¡Libérate! Dale una oportunidad al Espíritu Santo
Autor: Ismael Castillo Osuna

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